lunes, octubre 30, 2006

Ascensión al Chullo

Los 8 techos de Andalucía, Episodio 2
sábado 14 de octubre de 2006
Ascensión al Chullo (2.611 m. Sierra Nevada almeriense)
Cómo llegar:Para llegar hasta el Puerto de La Ragua, viniendo por la A-92, debemos tomar como referencia el pueblo de “La Calahorra”, que desde la autovía ya podemos contemplar al pie de una colina coronada por un curioso castillo con imponentes torres abovedadas, construido sobre el asentamiento de una fortaleza musulmana, con el impresionante telón de fondo de la falda norte de Sierra Nevada, cuyas cumbres permanecen nevadas durante todo el invierno y bien entrada la primavera.
Castillo de La Calahorra visto desde la A-92, con Sierra Nevada al fondo, jueves santo 2005

Desde la autovía llegamos en menos de cinco minutos al pueblo de “La Calahorra”, capital del “Marquesado del Zenete” situada en una gran altiplanicie, en contraste con la impresionante mole del parque nacional de Sierra Nevada y el parque natural de la Sierra de Baza.
Como dicen los “calahorreños”, su pueblo huele al aire fresco de Sierra Nevada, a los pueblos de la alpujarra almeriense, al influjo moruno de su fortaleza o a la cal de las “casas-cueva” de la cercana localidad de Guadix. Desde el pueblo de “La Calahorra” situado a 1.192 m. sobre el nivel del mar, llegamos al “Puerto de la Ragua” a 2.000 m. por la A-331, única carretera comarcal que comunica la vertiente norte y sur de Sierra Nevada. Una estrecha carretera que supera 800 m. de desnivel en poco mas de 15 km. mientras vamos disfrutando de magníficas vistas sobre el gran altiplano de la Comarca del Marquesado del Zenete.
Y allí estábamos todos a la hora prevista frente a la gran casa de madera que hace las veces de: albergue, restaurante, refugio y hasta de pequeña estación de esquís. Una vez hecha la foto oficial de salida y confirmada la baja de última hora de la chica que todos esperábamos, nos pusimos en marcha el grupo de 14 amigos montañeros venidos desde distintos puntos de Andalucía.
TRAMO 1 (Ascensión): Puerto de la Ragua-Chullo.Duración: 1 h. 45 min.Distancia: 4 km.Cota inicio: 2000 m.Cota fin: 2611 m.Desnivel: 611 m.
Numerosos son los senderos perfectamente señalizados que parten desde allí, pero de acuerdo con el plan previsto cogimos la ruta que se dirige al “Chullo” que con sus 2.611 m. es el techo de Almería, nada mas comenzar, una prolongada rampa con pendientes cercanas al 20% nos hizo entrar en calor hasta el punto de obligarnos a realizar una primera parada al final de la misma, a penas nos encontrábamos a 400 m. del comienzo, pero el primer collado al que llegamos era propicio para recrearnos con magníficas vistas sobre “la hoya de Guadix” al norte y “El Morrón del Hornillo”, “El Sanjuanero” y el “Mediodía” al suroeste. Mientras mas de uno recuperaba el resuello. Los únicos que no paraban eran “Whisky” y “Chiqui”, demostrando el por qué habían recibido su placa de premio “Canido 2006 de Pasoslargos” al haber sido los mejores compañeros de aventura, en este caso, de Juan Carlos “El Portador del Anillo” y de Paqui “La Reina del Chocolate”.


Una vez hechas las primeras fotos paisajísticas, el grupo reanudó la marcha avanzando desde aquí casi permanentemente en dirección sureste, sin prisa pero sin pausa y por la denominada “Meseta de los Prados Altos” a lo largo de una pista en suave pendiente que discurre paralela a un bosque de pinos delimitado por un perímetro completamente rectilíneo que llevamos justo a nuestro lado izquierdo, mientras que otro mas lejano nos acompaña por la derecha y así llegamos a una primera bifurcación , tomando la opción de la izquierda, a partir de aquí otra vez nos enfrentamos a una rampa completamente
recta de unos 400m. aunque con un desnivel algo mas suave que la primera. Poco después llegamos a otra bifurcación igual que la anterior, a la izquierda una baliza nos señalaba la senda “Puerto de la Ragua - Laguna Seca” que era el camino de regreso que nos habíamos propuesto, mientras que el de la derecha por donde ascendía un camino igualmente marcado, pero sin nombre, debía ser el que nos llevaría hasta la cumbre del “Chullo”.
El Chullo, contemplado desde la distancia se ve como una montaña muy asequible y redondeada, pero si uno no se encuentra al 100% de sus facultades, la senda que nos lleva hasta su cumbre, trazada totalmente recta y a modo de cortafuegos en pronunciada pendiente, puede hacerse algo dura. De hecho, a mas de uno le vino de maravilla que el grupo se detuviera en la denominada zona de “Los Asperones”, para fotografiar aquel espectacular ejemplar de “cigarra hembra” tamaño jurásico que nos encontramos al comienzo del último tramo de subida. Donde Manuela nos deleitó con sus técnicas fotográficas. Una vez terminado el reportaje al “insigne bichito” (que sería el primero de otros muchos similares que nos encontramos a lo largo de aquella jornada), reanudamos la marcha que nos llevaría hasta una cabaña de piedra a modo de refugio, muy cercana ya a la cumbre, donde la segunda mitad del grupo llegábamos haciendo “la goma” y si no, que se lo pregunten a Fernando y Ana, los “Duques de Juanar”.

Pero antes de darnos cuenta ya estábamos allí, en el mismo punto geodésico con una temperatura muy agradable, ligera brisa en la cumbre, donde por primera vez aquel día unas grandes nubes hacían acto de presencia. Un amable señor de gafas tipo “Woody Allen” acompañado de su hijo se ofreció a fotografiarnos con cuantas cámaras quisiéramos dejarle. Ofrecimiento que aceptamos encantados, mientras cada loco con su tema sacaba su bandera. Una vez hechas las fotos de rigor, en grupo e individual junto al punto geodésico, disfrutamos del primer avituallamiento del día, donde Rafa Flores, también conocido como “El Mago Gandalf de la Serranía” nos deleitó con unas deliciosas castañas del Genal que se pelaban solas.

Las vistas desde El Chullo son magníficas hacia el norte “La Hoya de Guadix-Baza” donde se encuentra el Marquesado del Zenete, a nuestros pies, al oeste: La Alcazaba y El Mulhacén, asomando por encima del Morrón Sanjuanero, por el sur se acercaban grandes masas nubosas que nos impidieron ver las sierras de Dador y la Contraviesa con el mar al fondo y al este el Cerro Almirez, con su característico doble pico, extremo mas oriental de Sierra Nevada y segunda mayor elevación de la provincia de Almería. Precisamente en dirección este, siempre de frente hacia el “Cerro Almirez” iniciamos la segunda parte de nuestro recorrido.
TRAMO 2: Chullo-Laguna Seca.
Duración: 45 min. Distancia: 2 km. 800 m.Cota inicio: 2.611 m. Cota fin: 2.260 m.Desnivel: 351 m.

El tramo comprendido entre la cumbre del Chullo y la “Lagunilla Seca” se hace a través de una cresta muy dócil que sin duda alguna nos ofrece la parte mas bonita de este itinerario, avanzando siempre en dirección “este” y disfrutando de magníficas vistas a ambos lados de la misma, mientras vamos caminando por una difuminada senda que se abre paso a lo largo de numerosos “toboganes” con suaves subidas y bajadas, destacando “El Morrón
del Chullo”. A lo largo de este tramo del itinerario, nos encontramos con algunas vacas pastando en prados cercanos a los 2.500 m. alternados con magníficos bloques de rocas, que poseen formas lo suficientemente curiosas, como para que Paco Domínguez “el Reportero de las cumbres”, Carlos Tapia “El aprendiz de mago” y yo mismo, cayéramos en el hechizo de tan mágico lugar y cuando nos dimos cuenta el resto de los compañeros ya habían llegado a “La Lagunilla Seca”. Otro lugar ciertamente curioso que en los meses de verano y hasta las primeras nevadas otoñales suele hacer honor a su nombre,
ocupando la totalidad de un pequeño circo glaciar, redondo como si de una gran “plaza de toros” se tratara y donde disfrutamos una vez mas de ese ambiente tan especial que siempre se da en nuestros almuerzos montañeros, donde la camaradería y la hermandad nos une aún mas a todos. Hay que quitarse el sombrero ante las magníficas viandas de Rafa Marques, “El Aristóteles de la senda” y nuestro amigo José “El Hombre Tranquilo” de quienes tuve la suerte de degustar algún manjar durante mi “reportaje de video”.

TRAMO 3 (Regreso alternativo por la ladera norte) Laguna Seca-Puerto de La Ragua.
Duración: 1 h. 45 min. Distancia: 6 km. 500 m.Cota inicio: 2.260 m. Cota fin: 2.000 m.Desnivel: 260 m.

La temperatura, el buen ambiente, la compañía, el paisaje casi de otro planeta y lo a gusto que estábamos todos allí sentados en corro invitaban a prolongar el descanso y hasta hacerte perder la noción del tiempo, pero aún teníamos por delante 6,5 km. hasta llegar al Puerto de La Ragua, mas unas cuantas horas de coche para regresar desde Almería hasta nuestros distintos destinos, por lo que nos volvimos a poner en marcha, desandando algunos pasos hasta el extremo de la laguna por donde habíamos llegado, abandonando la misma por una marcada senda que asciende a lo largo de una suave ladera en dirección oeste, donde nos seguimos encontrando con varias balizas indicativas de la senda “Puerto de La Ragua-Lagunilla Seca”,comenzando a rodear toda la ladera norte del Chullo.
Con un ritmo trepidante encabezado por “El Elfo” Juan Antonio, atravesamos lo que Rafa Flores calificó como “La Tundra española” el reino de la planta tapizante y el matorral almohadillado con algunos endemismos propios de Sierra Nevada y otros matorrales mas comunes propios de las zonas de alta montaña que durante los meses de Invierno permanecen totalmente cubiertos de nieve. No es casualidad que en Sierra Nevada se hayan inventariado recientemente 66 endemismos de distintas especies vegetales y que de las 8.000 especies que componen la flora española, 2.000 de ellas se encuentren aquí, siendo la mas emblemática “la estrella de las nieves”, aunque lo que mas nos encontramos en este tramo fue “el piornal” y su variante de “piorno amarillo” junto con la “draba hispánica”.
La senda que en todo momento va faldeando la cara norte del Chullo, a penas tiene desnivel y resulta muy cómoda, excepto en las zonas donde hay que atravesar algunos pequeños barrancos, por donde el amigo Fernando “El Quinto Elemento” iba haciendo “la goma” para no perder contacto con el grupo, que no bajo el impresionante ritmo de marcha, hasta que llegamos a un pequeño prado o borreguil denominados “de las Aguilas”, donde pudimos llenar las cantimploras con las cristalinas aguas de uno de los manantiales que alimenta la cabecera del río Huéneja, llegando poco después a la parte mas alta de otro prado que finaliza en el pueblo de “Dólar”. En este último prado o borreguil, se planteó el pequeño dilema de enlazar con un carril que teníamos a nuestros pies bajando por una ladera bastante agreste o bien seguir faldeando la cara norte-noroeste hasta enlazar finalmente con el mismo camino por donde habíamos subido al Chullo horas antes. Y fue precisamente en aquel instante, cuando Juan Carlos “el portador del anillo” decidió continuar faldeando, recuperando rápidamente la senda perdida y con ella la certeza de estar en el buen camino, tal y como nos corroboró el “GPS de Reinaldo” que incluso nos precisó los 300 m. que nos faltaban para enlazar con la zona de “Los Asperones” por donde habíamos subido por la mañana.
Una vez en “Los Asperones” el camino de vuelta ya era el mismo por el que habíamos subido por la mañana, solo que ahora en sentido contrario y escendiendo hasta el “Puerto de la Ragua”. No obstante, nos quedó la duda de cómo hubiera sido el regreso si hubiéramos tomado aquel carril que se adentraba en el bosque de pinos por cuyo perímetro exterior caminamos a la ida y a la vuelta. A la finalización del recorrido ya en el aparcamiento del albergue, la satisfacción fue una vez mas la nota predominante y para endulzar la despedida de tan agradecida ruta, que mejor que hacerlo con el bizcocho que nos tenía preparado “El Maestro Gandalf de la Serranía” a modo de sorpresa.
Con el “Chullo” ya van dos de los ocho techos provinciales que nos hemos propuesto para la presente temporada.
Crónica: Juan Ignacio Amador
Fotos: Juani y Carlos Tapia
Translíbica 2006, 3ª Edición: Sean Brown, "El Canadiense Errante" primer miembro del COMANDO PRESTON en finalizar la prueba completa.


La Translíbica es sin duda alguna una de las travesías montañeras mas duras que se realizan en la mitad sur peninsular durante dos días de intensísima marcha. Desde el 2004, en que tuvo lugar su primera edición, se ha convertido en el pistoletazo de salida, con el que la Asociación Senderista PASOSLARGOS inaugura oficialmente cada temporada. Esta actividad de carácter montañero que se realiza cresteando todas las cumbres de la Sierra de Libar, de ahí su nombre, discurre en su mayor parte por un terreno calizo bastante karstificado, repleto de rocas afiladas como cuchillos con algunos tramos de mucho vuelo y junto a grietas profundísimas, su temible perfil en diente de sierra es digno de respeto, solo apto para montañeros de gran experiencia, con una excelente condición física. Aunque no es competitiva la dureza de esta prueba ya es legendaria, convirtiéndola en un auténtico desafío para cada participante. En las dos ediciones anteriores, ya hubo numerosos abandonos en la primera jornada, el segundo día, suele convertirse en el día del K.O. La Sierra de Libar abarca desde los términos municipales de Montejaque hasta Cortes de la Frontera, pasando por los de Benaoján, Jimera de Libar, e incluso Villaluenga del Rosario, ya que está situada en el extremo mas oriental del parque natural Sierra de Grazalema, a caballo entre las provincias de Málaga y Cádiz donde se mezclan los aires del Atlántico con los del Mediterráneo, al pié de esta sierra tenemos el Valle del Guadiaro al este, Los Llanos del Republicano al oeste, Los Llanos de Libar entre las líneas de cumbres paralelas, al sur algunas cumbres como El Hacho de Gaucín o Gibraltar con el azul del Mediterráneo por encima del P.N. de Los Alcornocales, al Norte el Hacho de Montejaque, Lagarín y Las Grajas y desde sus cumbres, la Sierra del Pinar, y las zonas mas elevadas de la Sierra de Las Nieves, Tejeda, Almijara e incluso Sierra Nevada.


Hasta la fecha el COMANDO PRESTON ha enviado en cada edición a dos representantes que cada año han ido mejorando lo anterior, aunque en ninguna de las dos primeras habíamos conseguido finalizarla. A constinuación, nuestro querido amigo Reinaldo nos narra, un resumen del desarrollo de esta tercera e histórica edición. Hasta la fecha la que tenía el perfil mas duro, ya que cada año se propone un trazado fiferente.




A partir de las 7:00 am. fuimos llegando al punto de encuentro, el
bar Palma en Benaoján, los 14 participantes de la III Translíbica. José María “Toro”, Paco Cantero, Carlos Guerrero, Juanma, Paco Vidal, Jon, Sean, Juan de Casarabonela, Francis, Phillip, Arias, Fali, Juanlu y Reinaldos. Tras colocar las mochilas de vivac en el coche de apoyo, tomarnos un café y despedirnos de José Manuel Dorado y Parra que se habían acercado a darnos ánimos, nos dirigimos a la plaza, desde donde se dio oficialmente la salida de la prueba. (08:00 horas)

Comenzamos dirigiéndonos por la espalda de Benaoján a la Sierra de Juan Diego, para ello pasamos por Cruces Blancas, lugar donde los benaojanos han dejado sus exvotos en forma de cruces pintadas con cal. El sendero tiene un gran desnivel por lo que vamos ganando altura muy rápidamente. Tras cruzar un par de vallas y pasar por el paraje de Cueva Bermeja, tomamos dirección suroeste hacia El Ventana; desde aquí, la pendiente se hace mas suave, aunque no dejamos de ganar altura. Tenemos vistas a la Sierra de Montalate y Hacho, últimos objetivos de la Translíbica de este año, que confiamos en poder subir al día siguiente. A las 10:00 estábamos en la cumbre del pico La Ventana (1,296 m).

Nuestro siguiente objetivo es la Sierra del Palo, aunque antes hay que bajar al Puerto de Panduro. El ritmo de marcha es muy bueno, de hecho vamos por delante del horario previsto. Pasamos por Pilón Largo y nos reagrupamos en el Llano de los Cigarrones. Aquí cogemos la vereda de los Vinateros visitando Cueva Terriza y enlazando con la vereda de Cufría, que nos lleva a Puerto España, desde donde disfrutamos de una gran panorámica de la sierra de Mojón Alto, una de las zonas mas duras que nos espera al día siguiente. Paramos en el Pilón de La Zahibe, donde tenemos la primera provisión de agua prevista, para continuar hasta lo alto del cercano Tunio (1.330 m) al que llegamos a las 13:00. Hacemos una breve parada para tomar algo y ya con vistas al Palo, solo nos queda bajar al Llano de la Nieve y subir hasta su vértice geodésico, (1.399 m) cosa que hacemos a las 14:00. Llevamos 6 horas andando y el ánimo es muy bueno entre los 14 participantes, como vamos muy bien de tiempo, aprovechamos para comer y descansar algo. Desde el Palo bajamos, cruzando la Linde de los Tres Términos, hacia el Puerto del Gastor, donde tenemos nuestro segundo aprovisionamiento de agua. (15:45)

Tras una siesta improvisada siesta en la que se escucharón sonoros ronquidos. Comenzamos a enfilar la ultima parte del día que es la que se hace un poco mas larga, un continuo sube y baja por la cuerda de Sierra Blanquilla, coronando desde el primer cerro que nos encontramos hasta el último, el Peñón de las Arenitas, pasando por supuesto por el Martín Gil (1.394 m), máxima altura de esta sierra que coronamos a las 16:45. Ya solo nos queda bajar desde el Puerto de las Arenitas hasta donde nos espera el coche de apoyo, pero debido a que el carril se encuentra cortado con una cancela, no pueden acceder hasta el punto de encuentro, por lo que decidimos bajar hasta el Puerto de Libar y buscar un sitio donde pasar la noche. A las 18:30 horas estamos en la zona de vivac tras recorrer unos 17 Km. aproximadamente.




Aproximadamente a las 3 de la mañana José María Toro y Paco Cantero se ven obligados a abandonarnos por motivos laborales. Los dos forman parte del plan INFOCA y tienen que acudir a sofocar un incendio que se ha declarado en la Sierra de Ojén.
Con las primeras luces del amanecer hay quien aprovecha para afeitarse y hasta comerse un par de donuts frente al imponente Peñón de Libar que ya espera desafiante.
Tras desayunar y ponernos en marcha, nos dirigimos hacia nuestro primer objetivo, que a primera vista parece infranqueable, pero que una vez a sus pies, se descubre una canal, que nos sube muy cerca de la cumbre, aunque el último tramo hay que hacerlo saltando y trepando por grandes bloques de piedra sobre los que hay que ir manteniendo el equilibrio por el borde de enormes paredes verticales. A las 09:00 estábamos en la cumbre (1.225 m).

La vertiginosa bajada es muy dura y exigente teniendo que usar las manos en muchos tramos la hacemos en dirección a Las Mesas Altas, que rodeamos por su ladera este, buscando Las Mesas Bajas, a la que llegamos a las 12:00. A pesar de que el terreno es bastante mas duro que el del primer día, el ritmo es mucho mayor y constante, mi GPS llega a marcarme velocidades de 4,8 km/h en subida. Esto hace que el grupo comience a cortarse en algunos momentos.

A las 12:40 llegamos al Puerto del Correo, primer punto de aprovisionamiento de agua del día. El compañero Fali decide retirarse, por lo que tras despedirnos, los 11 senderistas restantes continuamos en busca de la cañada de Las Colmenas. A las 14:00 coronamos un cerro del Macizo de Libar que se caracteriza por tener unas rocas anarajandas en su cumbre (1.245 m). Volvemos a bajar y tras pasar por el Pilancón de Los Llanos nos toca subir a Mojón Alto (1.292 m), son las 15:00 horas y casi sin pausa reanudamos la marcha, comenzando la bajada hacia el carril para encontrarnos con el coche de apoyo, lo hacemos a las 16:15, momento que aprovechamos para además de rellenar las cantimploras, comer y descansar un poco. Aquí es Juanlu quien nos abandona.

A pesar de que el cansancio se nota cada vez mas, no hay mas remedio que ponerse de nuevo en marcha pues aun nos queda la Sierra de Montalate y lo que resultaría ser la parte más dura de la translíbica 2006, el Canchillo del Almendral y las dos cumbres del Hacho. Así que a las 16:45 nos ponemos de nuevo en marcha por el carril, recorriendo 1,5 km, hasta encontrarnos con la vereda que nos llevaría hasta la Cumbre de Montalate (1,120 m), son las 17:45 y el ritmo de marcha sigue siendo muy fuerte, somos conscientes de que si no es así no seremos capaces de coronar las 3 cumbres que nos quedan.

Son las 18:30, Bajamos hacia el Puerto del Canchillo salvo, pero ahora son "Phillipe" y Jon "El Huracán de Sheffield", los que tras advertencia de Carlos Guerrero sobre la dureza del tramo final deciden abandonar, quedándose con la miel en los labios. Según entrevista con Jon el día después nos comentaba que en aquellos momentos: tenían la sensación de caminar sobre cristales a cada paso que dan.

Sin casi apenas despedirnos comenzamos la subida al Canchillo (1.023 m). La subida resulta peligrosa, pues a los pasos de escalada y saltos por grandes bloques, hay que añadir el cansancio, tanto mental como el acumulado en nuestras piernas. A las 18:25 estamos en la cumbre. La bajada es aun mas dura y nuestras rodillas se resienten, pero estamos confiados en que lo vamos a conseguir. Bajamos hacia el Puerto de la Canta y es aquí donde Francis decide también dejarnos con las suelas de las botas casi destrozadas y la planta de los pies en carne viva.


Son las 19:00 pm. y comenzamos a subir a la cumbre del Hacho I (1.063 m), al igual que la anterior y su gemela el Hacho II son subidas muy exigentes con tramos de escalada y con unas bajadas muy complicadas y duras, la coronamos a las 19:30 horas y continuando por la cuerda intentando no perder mucha altura, llegamos al Hacho II a las 19:45. Los gritos de los siete Juan, Paco Vidal, Carlos, Juanma, Arias, Sean y Reinaldos, creo que se pudieron escuchar hasta en Benaoján. Ya serán recordados para la posteridad como "LOS 7 MAGNÍFICOS" que han dejado su nombre inscrito con letras de oro para los anales de esta prueba épica y que son: Juanma, Arias "Alias Frodo Bolsón", Reinaldo "El Senescal de la Bahía", Sean "El Canadiense Errante", Carlos Guerrero "El Mariscal de la Translíbica" (mas eufórico que núnca), Juan "El Coloso de Casarabonela" y la gran revelación en esta histórica edición, Paco "El Guardian del Sur". Ya solo nos quedaba bajar hacia el carril que rodeando la Sierra del Hacho nos deja en Montejaque y una vez aquí ya de noche, bajar hasta Benaoján para recoger los coches, 21:00 horas.

Los kilómetros recorridos este 2º día fueron 27.

Crónica: Reinaldo
Fotos Reinaldo, Jon y Sean

sábado, octubre 28, 2006

Ascensión al Peñón de Algámitas y Terril

(Los 8 techos de Andalucía, Episodio 1)
Sábado 16 de septiembre de 2006
Ascensión al Peñón de Algámitas, el “centinela de la campiña" y Cerro del Terril "el gigante abandonado"
, techo de SEVILLA
Peñón de Algámitas y Cerro del Terril, no podéis negar que sois dos montañas sevillanas, que distintas y que cercanas, la primera: altiva, desafiante y orgullosa, la segunda aún mas grande, pero sencilla, serena y callada. Que grande me parecéis cuando salgo de Sevilla camino de Málaga y os contemplo imponentes en el horizonte desde la altura de “Paradas”, que pequeño me hacéis sentirme cuando estoy a vuestros pies. Peñón de Algámitas y Cerro del Terril: dos caras de una misma momeada, tan distintas y tan cercanas: Sevilla y Triana, Esperanza Marinera y Macarena de Amor, feriantes y capillitas, Giralda y Torre del Oro, Sevilla y Betis, el eterno dilema, el antagonismo sevillano.
Ascensión al Peñón de Algámitas, el “centinela de la campiña” (1.128 m)
9:45 Complejo Rural “El Peñón” (ladera norte), magnífico complejo para disfrutar del turismo rural en todas sus modalidades, incluyendo la posibilidad de camping, mas una variada oferta para la práctica de deportes al aire libre, desde paseos a caballos, hasta tiro con arco, paredes de escalada, una gran piscina circular, oficina de información y gran restaurante panorámico que también hace las veces de recepción, donde además podemos comer muy bien, abundante y barato. Magnífico ejemplo de aprovechamiento de los recursos naturales, que además de crear puestos de trabajo, ayuda a promocionar el turismo en la zona, al mismo tiempo que se encarga del cuidado y el buen mantenimiento de gran parte del Peñón, al que cuidan como una joya. Todo lo contrario que Pruna con el Cerro del Cerril, del que ya hablaremos mas tarde.
A la hora prevista nos dábamos cita: “los Reyes de la bahía” Reinaldo y Manuela desde Rota, Francisca “Paca” desde Villamartín, Rafa Flores “El Maestro Gandalf de la Serranía” y Carlos Tapia “el aprendiz de mago” desde Ronda, “Orzo Wei” Javi desde Almargen, desde Montreal, Sean, “El Canadiense Herrante” y desde la “Costa del Sol” Patricia, Miguel, Iván, Juan Antonio, Carlitos y Juani.
Si bien estaba prevista realizar la ascensión, por el mismo lugar donde ya se realizó en abril de 2004, cara este-sureste, justo cuando nos íbamos a echara andar, uno de los guardas del complejo, nos sugirió la posibilidad de subir por la cara “norte-noroeste”, siguiendo las indicaciones del “SL 4” uno de los pequeños “senderos lineales” que se han creado para promocionar la práctica del senderismo alrededor del peñón. Dicho y hecho, justo frente a la caseta de información partía la senda por la que nos íbamos abriendo paso, entre un original conjunto de cabañas, perfectamente equipadas, cada una con el nombre de alguno de los pueblecitos de la zona.

A la sombra del bosque de encinas, que antaño cubría por completo todas sus laderas, al igual que las del Cerro del Terril, íbamos ganando altura casi sin darnos cuenta. La primera valla, ya la habíamos dejado atrás hacía un buen rato, hasta que girando siempre en permanente ascenso, alrededor de la cumbre, ahora ya por la cara noroeste y recién dejadas atrás las últimas encinas, llegamos a la segunda valla, que teóricamente teníamos que atravesar. Pero justo antes de la misma, partía una clarísima senda que invitaba a probar fortuna ya que en buena lógica siguiendo su trayectoria nos llevaría hasta la cumbre en poco tiempo. Y con gran decisión comenzamos el ataque directo, hacia donde en buena lógica debía estar la cumbre, a pesar de lo bien marcada que estaba la senda, no tardaron en aparecer, los primeros tramos de paredes rocosas, donde era imprescindible utilizar las manos, al principio las paredes eran de 2 o 3 m. pero siempre había alguna grieta donde apoyar pies y manos, con los bastones estorbándome y riéndome me daba la risa mientras escuchaba rezar a Carlitos y al mismo tiempo me imaginaba lo que me estaría diciendo y en lo que se estaría cagando algún amigo que estuvo a punto de venir y que al final no vino. Detrás de cada pared, siempre pensábamos que ya nos esperaba la cumbre, pero siempre nos encontrábamos con otro escalón mas alto, hasta que al final, parte del grupo tiró hacia la derecha y el resto continuamos en línea recta, llegando al mismo tiempo a la cima de dos agujas rocosas con bastante vuelo alrededor. Las vistas eran tan impresionantes como la sensación de vértigo, sin darnos cuenta, nos habíamos situado en la 2ª y 3ª torre mas altas de las tres que coronan esta preciosa cumbre y que no se aprecian en todo su esplendor hasta que uno está arriba del todo porque la perspectiva desde abajo engaña.
Si en ese momento hubiera habido alguien en la torre mas alta, (cumbre de Algámitas), podríamos haber mantenido perfectamente una conversación porque tan sólo nos separaban unos 30 m. en línea recta, pero una vertiginosa pared separa a la 2ª y a la 3ª torre de la 1ª. Inmediatamente nos dimos cuenta de que la senda por la que habíamos llegado allí eran la que utilizaban los escaladores, para practicar por las distintas vías de escalada que teníamos a nuestros pies. Ahora tocaba bajar y llegar al lugar donde abandonamos el “SL-4” justo antes de la valla. Y claro, subir unos con gran agilidad y otros con mayor o menor torpeza subimos hasta donde sea, pero en los terrenos escarpados o difícil es bajar. Sin embargo, que fácil parece todo cuando se va con gente de la experiencia montañera y de la calidad humana de Reinaldo, Rafa Flores, Sean, Juan Antonio ó Javi, que en los tramos mas comprometidos nos fueron guiando en cada paso convirtiendo en fácil lo difícil y llenando de risas los momentos de tensión, hasta que antes de darnos cuenta ya estábamos atravesando la valla y siguiendo la trayectoria del “SL-4” con cuyas balizas nos volvimos a encontrar.
Aquel tramo por el que no pudimos llegar a la cumbre, podría verse como una ascensión frustrada desde un punto de vista técnico. Sin embargo, para nosotros supuso un pequeño desafío que afrontamos con un gran espíritu de aventura disfrutando de cada metro de ascensión y de la verticalidad que nos rodeaba por todas partes cuando coronamos las dos torres.

Retomando de nuevo el “SL-4” en su permanente rodeo a la cumbre del Peñón, comenzamos a tener una grandiosa panorámica del Cerro del Terril en todo su esplendor, dirección sur, hasta que por fin, muy cerca ya de la cima, la senda por la que íbamos se une, a la misma por la que ya habíamos subido un par de años antes, justo en una especie de pradera que se forma en la antecumbre, pasando junto a un par de neveros (uno tapado y otro abierto) justo antes de llegar a la privilegiada balconada que se encuentra casi al mismo nivel de la cumbre. Sin embargo, a pesar de lo fácil que se llega a este lugar tan próximo al final, una vez mas la cumbre se muestra desafiante y te obliga a descender unos metros, para comenzar el último ataque por un roquedo que impone bastante respeto al tener que trepar por tramos de mucho vuelo. Llegados a ese punto, la montaña dicta sus normas y el sentido común tiene que imponerse para que uno no intente llegar mas lejos de sus posibilidades. Siendo finalmente los que coronaron la cumbre: Reinaldo, Manuela, Rafa Flores, Juan Antonio, Sean y Javi que con gran admiración y sana envidia fueron contemplados por el resto del grupo.
Una vez hechas las fotos de rigor sobre la cumbre, el grupo de los héroes descendía por la parte opuesta de la cumbre a la que habían subido, desapareciendo de nuestra vista, para volvernos a reagrupar en la base de la antecumbre donde enlazaban las dos sendas que rodean la montaña hasta completar el círculo que ahora pretendíamos cerrar, para volver al punto de partida situado en el “Área Recreativa del Peñón”, sin embargo en un determinado momento, abandonamos sin darnos cuenta la difuminada senda original, tomando otra en principio muy bien trazada y paralela a la anterior, pero que poco a poco se iba alejando de la misma. A modo de ejemplo podría decirse que si se tratara de una pista de atletismo, la senda buena sería “la calle interior”, es decir la que iba mas pegadas a los farallones rocosos, mientras que nosotros nos fuimos colocando poco a poco, paso a paso, en “la calle exterior”, cada vez mas enmarañados entre matorrales y canchales, que a penas nos daban tregua, aunque de vez en cuando tuvimos el privilegio de contemplar de cerca bonitos ejemplar de “cornicabras” aún verdes, que mostraban orgullosas su frutos en forma de cuerno (de ahí su nombre). Y tanto nos abrimos de la senda buena que incluso llegamos a tocar la carretera, retomando rápidamente, la ladera, para enlazar finalmente con la senda buena, prácticamente en la misma entrada del Área Recreativa, donde grandes jarras de cervezas y refrescos corrieron por doquier, justo antes del almuerzo, mientras algunos nos dábamos un inolvidable baño en su magnífica piscina.
Fue precisamente en aquella hora de pausa que pasamos en el “Complejo Rural del Peñón” cuando apareció nuestra amiga “Rosa” de Casarabonela, quien habiendo llegado mas tarde que nosotros se aventuró a seguirnos por el mismo camino por el que habíamos realizado el primer intento de ascensión, viéndose obligada a retroceder sobre sus pasos, dadas las dificultades para su perra “Paca”. Paradojas del destino, mientras Rosa se incorporaba al grupo, Javi se tenía que marchar regresar a Almargen para no dejar a la abuela mas tiempo sola y con disciplina espartana, pero con la satisfacción de haber disfrutado bastante, se despidió de nosotros con la intención de repetir tan pronto como pudiera. Mientras compartíamos la mesa a la sombra de las encinas, en estas reuniones que se suelen convertir en improvisadas asambleas montañeras, les hice saber a los compañeros mi intención de coronar el techo de las 8 provincias andaluzas esta temporada y hubo hasta quien propuso tomarse la uvas en la cumbre del “Torrecilla”…¿quién sabe lo que nos permitirán las circunstancias?.
Subida al techo de Sevilla, Cerro del Terril, “El Gigante abandonado” (1.129 m)
Para subir a este gran cerro abovedado que con sus 1.129 m, es el techo de la provincia de Sevilla, conviene tomar como punto de referencia la “Ermita de la Concepción” donde todo el pueblo de Pruna acude en romería cada año el primer domingo de mayo. Sin embargo, tampoco podemos pasar por alto el lamentable estado de suciedad y abandono en el que se encontraba la casa de hermandad, ubicada junto a la ermita y sus alrededores, una verdadera pena que deja muy a las claras la despreocupación que tiene el ayuntamiento de Pruna por conservar su patrimonio, hecho que se confirmó aún mas, cuando investigamos una senda que subía por la ladera que hay justo enfrente de la ermita, al otro lado de la carretera, encontrándose llena de botellas de vidrio, quien sabe si fue otra botella de cristal como aquellas la que provocara en su día el gran incendio que arrasó el Cerro del Terril.
Encontrándose dicha ermita a 4 km de Pruna en dirección a Algámitas, puede ser este, un buen lugar para dejar el coche si pretendemos subir al “Cerro del Terril” para continuar andando por la carretera en dirección Algámitas, hasta encontrar a unos 800 m. dos marcadas sendas que se dirigen hacia un collado próximo que nos sirve como primer hito de referencia para la ascensión al “Terril” a donde llegamos sin ningún problema todo el grupo de forma compacta, atravesando una zona de matorral y restos de un bosque de encinas, que no resultó tan enmarañada como alguien nos había comentado. La subida desde la carretera al collado, no tiene mas de 100 m. de desnivel, y en circunstancias normales no ofrece ninguna dificultad, pero al haber escogido la senda que ascendía de forma directa y sin rodeos, después de la subida al Peñón y en plena digestión, con el sol del medio día a mí me dejó bastante tocado.
Nada mas sobrepasar este primer collado que nos sitúa en el cordal de la sierra, nos encontramos con un primer pluviómetro y a partir de aquí el camino hasta la cumbre no ofrece ninguna dificultad, ya que se trata de una subida muy tendida que en todo momento nos da la opción de hacerla cresteando o faldeando (por la ladera sur) que nos ofrece en todo momento una panorámica preciosa con Pruna, Olvera y El Gastor en la falda norte del Lagarín y Las Grajas e incluso el pueblo de Zahara de la Sierra con la impresionante crestería del Pinar al fondo coronada por el Torreón y el San Cristóbal, e incluso distinguiendo perfectamente las blancas siluetas calizas del Reloj y el Simancón.
No sin esfuerzo y tras sufrir una gran pájara que me hizo perder varios minutos de retraso con la cola del grupo, conseguí conseguir llegar hasta ellos en la antecumbre, donde al igual que en varias ocasiones, a lo largo de toda la jornada, el grupo se había parado para una reagrupación solidaria con quienes no andábamos tan sobrados de fuerzas, mientras yo pensaba: “¡quien me ha visto y quien me ve!”. La antecumbre del Terril, nos muestra su imagen mas desoladora, monte totalmente arrasado por las llamas y mil cadáveres de encinas jóvenes que no tuvieron tiempo de disfrutar de la plenitud de sus antepasados, como un pequeño canto a la esperanza en medio de este terreno apocalíptico,
nos sorprende la fuerza con la que vuelven a crecer pequeños brotes de encinas, como volviendo a desafiar el destino y luchando por volver a repoblar todo el monte con el gran bosque de encinas que durante siglos caracterizó a la Sierra del Tablón, antes de padecer el abandono y el olvido por parte del ayuntamiento de Pruna, que ni siquiera se hay molestado en homologar un sendero “P.R.” para facilitar el acceso y la subida al Cerro del Cerril, desde cuya cumbre las vistas son sencillamente impresionantes, hasta el punto de llenarnos a todos de una gran satisfacción por las tremendas
panorámicas que teníamos 360º a nuestro alrededor, al sur el paisaje descrito en el párrafo anterior: al este Almargen y Tebas con el Castillo de la Estrella, El Huma, El Pico Capilla, Camarolos, Tejeda y Almijara entre la bruma y mucho mas cercanas el Torcal y el Camorro Alto, imponente “El Peñón de Algámitas” en cuya cumbre habíamos estado horas antes y un poquito a su derecha, formando un tres en raya: Algámitas, El Saucejo y Osuna ya mas lejos en la distancia. Y al oeste el Peñón de Zaframagón, el gran cerro tras el cual se esconde Morón y una amplia extensión que no sólo llega hasta los
balcones del Aljarafe sevillano, sino mas allá, puesto que en los días claros el Cerril y el peñón de Algámitas se contemplan desde las proximidades del “Algarrobo” por la carretera que va a Aracena, a mas de 150 km de distancia, una auténtica bestialidad, pero que tampoco es de extrañar si tenemos en cuenta que la mayor parte de la provincia de Sevilla, son llanuras y pequeños cerros ondulados, a excepción de las sierras norte y sur.
Y con la satisfacción compartida de haber disfrutado de una fantástica jornada de montaña con la que inaugurábamos la temporada, nos despedíamos hasta el próximo encuentro.
Crónica: Juan Ignacio Amador
Fotos: Reinaldo, Manuela, Rafa Flores y Juani

martes, octubre 24, 2006

Domingo 22 de octubre de 2006

Subida al Monte Palomas por la Senda de Abarcuza ó “Jabarcuza”
(Extremo oriental Sierra de Mijas)

Aquel día teníamos previsto haber subido al teleférico que va desde Arroyo de la Miel al Cerro Calamorro, pero el día amaneció con todas las cumbres cubiertas en la Sierra de Mijas y no era plan de pagar el viaje para no ver nada. Así que decidimos dar un paseo por la senda de Jabarcuza, sin duda alguna una de las mas bonitas de esta sierra litoral. Para ello nos dirigimos hasta Alhaurín de la Torre y después de dejar atrás varias rotondas con fuentes, entre espectaculares mansiones, en los dominios del “Capitán Espada” (también conocido como “La Ardilla del Pinsapar”), llegamos a la venta “El Alemán” desde donde ya tomamos la calle que se dirige al pie de la Sierra, dejando el coche, en un pequeño solar que tenemos a la izquierda,(hito1, km 0, situado a unos 190 m. de altitud sobre el nivel del mar), mientras por la derecha vemos como baja el cauce del Arroyo Zambrano, casi siempre seco y que nos acompañará durante toda la ruta, hasta el “Puerto del Canuto”.

Los primeros 300 m. de este agradable paseo discurren por una senda recta y en paralelo a un olivar desde donde se puede disfrutar de una bonita perspectiva de la cara norte del Cerro Jabalcuzar. En pocos minutos nos encontramos ya rodeados de pinos y no tardamos en atravesar el arroyo, para situarnos, nada mas subir una corta pero empinada rampa, en la única planicie relativamente amplia de toda la ruta, donde nos encontramos con los restos de un par de rediles (hito 2, km. 1,5 a 280 m.de altitud). . Donde María y Luz Marina comentaron en el camino de vuelta, que aquel era un lugar ideal para quedarse con los niños, mientras los “locos de las montañas” seguíamos subiendo para hacer cumbre.

Pero es precisamente a partir de ahí donde comienza lo mas bonito de esta ruta que se abre paso por este barranco flanqueado por las paredes de la cara noroeste del Cerro Jabalcuzar y la cara sur de los Tomillares y Las Chorreras, un lugar lleno de encanto por donde discurre el Arroyo Zambrano que baja desde el Puerto del Canuto a través de un hermoso bosque de pinos, salpicado de palmitos, coscojas, esparragueras y algún que otro acebuche. A dos km de la salida y a unos 345 m. de altitud llegamos a una gran roca de mas de 4 m. de altura (hito 3), sin duda desprendida de una de las paredes que nos flanquean. La senda rodea esta gran roca que se interpone en nuestro camino y fue precisamente aquí, donde los niños, es decir: Fernando, Estela y Nacho, comenzaron a subir cada vez mas deprisa, hasta el punto de dejar definitivamente atrás a María y Luz Marina.

A partir de la “gran roca” (hito 3) la cómoda senda de tierra y hojarasca, que nos ha llevado hasta aquí, comienza a verse invadida de piedras y guijarros al tiempo que la pendiente parece ir en aumento progresivo a cada paso que damos. Siendo muy recomendable tomarse con calma este tramo del camino, donde una mirada atrás nos compensa de todo el esfuerzo que llevamos realizando, disfrutando de una privilegiada vista sobre Alhaurín de La Torre, parte del Valle del Guadalhorce y a nuestros pies todo el tramo del barranco que ya hemos dejado atrás, y a cada paso que damos las vistas se van ampliadando hasta que por fín llegamos a una pequeña planicie muy próxima al “Puerto del Canuto” (hito 4, km. 3 a unos 500 m. de altitud). En este lugar aprovechamos para descansar un buen rato, mientras los niños disfrutaban del “aquarius y cacahuetes” y José Miguel, daba buena cuenta de su bota de vino. Pero los minutos iban pasando y las féminas seguían sin dar señales de vida a pesar de dejarnos la voz en el intento y hasta una incursión montaña abajo.

Visto lo cual y dada la proximidad a la cumbre del “Monte Palomas” decidimos continuar con los niños correteando por delante. Al llegar al “Puerto del Canuto” cogimos la senda de la izquierda es decir la que tomaba dirección “este”, ya que aquí nos encontramos en una encrucijada donde es fácil despistarse:
1º) Hacia el Sur la senda que viene desde Torremolinos
2º) Hacia el Oeste la que va hacia el “Mirador del Lobo”, “Puerto de las Ovejas” o “Cerro Calamorro”
3º) Hacia el Norte la que traíamos nosotros desde Alhaurín el Grande (Senda Jabarcuza)
4º) Hacia el Este las Cumbres del Cerro Jabarcuza y Monte Palomas cuyo punto geodésico,(hito 5, km. 3,5, situado a 599 m.) coronaron los niños con asombrosa facilidad. Disfrutando de fantásticas vistas sobre Torremolinos, Málaga capital, con su bahía y su hoya hasta donde las nubes nos permitieron.

Tanto en la subida como en la bajada de este último tramo entre el “Puerto del Canuto” y la cumbre del “Monte Palomas”, nos paramos a contemplar las grandes zonas que se habían acotado en su día para el ganado hoy totalmente desaparecido de estos montes, allí permanecían como testigos mudos aquellos grandes corralones formados por pequeños muros de piedra en el “Llano de los Pajaritos” donde no hace tanto tiempo al igual que en todas las sierras de nuestra geografía, el ganado que lo ocupaba, cumplía una importantísima misión manteniendo limpio los montes de una forma tan tradicional y tan sana como era el pastoreo, así como otras labores agrícolas que se desarrollaban en el campo y que colaboraban en gran medida a la buena conservación, al mantenimiento y a la limpieza de los montes en una perfecta simbiosis entre hombre y naturaleaza.

Y es que, aunque obviamente el progreso ha traído cosas muy buenas, también ha traído otras muy malas que están deteriorando la naturaleza a marchas forzadas, por mas que nuestros corruptos políticos hablen de “desarrollo sostenido” algo que suena tan bonito en teoría, como tan falso en la práctica. Y como testigo mudo el “Calamorro” que en principio era nuestro objetivo para aquel día y que en aquellos momentos estaba parcialmente cubierto, por cierto, monte que dicho sea de paso están expoliando de forma salvaje e indiscriminada en su ladera sur donde las urbanizaciones que están construyendo ya están por encima del nivel de la autovía, algo impensable hasta hace poco. Eso sí, sin duda, hasta que la naturaleza diga aquí estoy yo y la montaña termine por destrozar todo lo que han construido sobre el terreno que le han robado, pagando como siempre, justos por pecadores.

Al llegar al “Puerto del Canuto” nos reagrupamos todos, iniciando el camino de vuelta cómodamente en poco mas de media hora, disfrutando de maravillosas vistas sobre Alhaurín de la Torre, entre grandes farallones rocosos y bajo la sombra de los pinos.

Crónica y fotos: Juan Ignacio Amador