miércoles, diciembre 06, 2006

Ascensión a la Tiñosa

Los 19 compañeros de aventura, coronan con éxito "La Tiñosa", cielo de Córdoba, alcanzando el ecuador del Proyecto los 8 techos provinciales de Andalucía
Sábado 2 de diciembre de 2006
Proyecto los 8 techos provinciales de Andalucía,
Episodio IV, La Tiñosa (1.568 m.), Parque Nat. Sierras Subbéticas Cordobesas
Distancia aprox. 12 km.
Tiempo aprox. 5 horas, 30 minutos, mas las pausas (Ida y vuelta)
Dureza: Media/Alta
Desnivel: 762 m.
Tipo de camino: Carril, sendas de cabras, canchal y pequeñas zonas de prado en la cumbre.
Observaciones: Dado lo agreste del camino es altamente recomendable calzarse unas buenas botas, pantalón largo para las aulagas, sombrero y un mínimo de litro y medio de bebida por persona. Personas con problemas de rodillas tomen las debidas precauciones: pomadas, rodilleras, anti-inflamatorios, etc…Y para todo el mundo recomendable un bastón y si son dos mejor.
En los días previos:
Todos los medios de comunicación daban lluvia para el fin de semana, el día antes, viernes 1 dic., el pronóstico para el sábado en todos los periódicos aparecía con el mapa de Andalucía, cubierto de negros nubarrones, pero tras charlar con Reinaldo, que trabaja con varios satélites desde su centro de operaciones, me confirmó que las lluvias sólo estaban garantizadas en la zona sur de Córdoba, desde por la tarde, el resto del día, solo daban un 25% de posibilidades.
El viernes 1 de diciembre transcurre sin que ninguno de los amigos que nos habían confirmado su asistencia nos comunique lo contrario, sin embargo, a última hora por distintos motivos coyunturales se confirman varias bajas: Reinaldo y Manuela (Rota), Juan Carlos y Paqui (Campanillas, Málaga) y Carlitos (Fuengirola), que sin embargo me pone en contacto con una chica de la bota y un amigo que también se apunta a última hora. Pasadas ya las 23.00 pm. recibo la llamada de quien a la postre se convertiría en mi compañero de viaje, Manolo de Fuengirola, con quien nunca en mi vida había hablado antes y a quien el amigo “Parra” facilitó mi teléfono.
Sábado 2 de diciembre de 2006
8.00 am. Málaga capital, parada de autobuses frente a la comisaría de policía, al comienzo de la Av. De Andalucía, el camino hasta “Las Lagunillas” es tortuoso y no podemos demorar la salida ni un minuto, con los móviles abiertos, no hay problema para que se vayan enganchando a la caravana quienes vienen de camino, tal y como ocurre pocos minutos después (y es que en estas ocasiones es cuando mas se valora la función mas simple de un móvil).
9.00 am. La localidad de Rute nos recibe con el sol resplandeciente de aquella mañana otoñal reflejado en el deslumbrante blanco de sus casas, en contraste con el imponente telón de fondo de la piramidal Sierra de Rute, teñido de verde por magníficos bosques de pinos. En el bar “Puerta del Sol” a la hora prevista nos encontramos con mas amigos que han venido de Sevilla, Casabonela y Puentegenil, protocolo de presentaciones, un cafelio y una tostada rápida y zumbando que es gerundio.
9.30 Nos estamos aproximando a “Las Lagunillas” 820 m., pequeño pueblecito blanco situado en la vertiente sureste de la Sierra Horconera, que vamos viendo en todo su esplendor tal y como nos vamos acercando: al oeste tenemos la espectacular crestería de Sierra Alhucema con el pico Bermejo (1.474 m.) destacando por encima de su afilado perfil y al este Sierra Horconera presidida por la imponente mole de “La Tiñosa” (1.570 m.) con una cumbre en forma de media luna, que vista desde la distancia parece un gigantesco cráter, cuyos extremos serían: “La Cueva del Morrión” por un lado y la cumbre propiamente dicha por el otro.
Al igual que hace casi dos años, aparcamos al final de calle Toledo y una vez preparados, mochila y bastones en ristre, comenzamos a caminar bajo un cielo azul con una primera oleada de nubes avanzando lentamente hacia nosotros desde poniente. Desde la fértil llanura en la que está situado el pueblecito de “Las Lagunillas” (820 m.) vamos ascendiendo muy suavemente en dirección oeste-noroeste por un carril que se abre paso entre varias huertas y olivares, mientras el pueblo va quedando atrás con los ladridos de los perros y las miradas curiosas de los “lacuneneses” a nuestro paso. El grupo avanza compacto a uno y a otro lado va quedando algún cortijo como el de “Petronilo”. Mientras aprovecho para adelantarme unos metros y grabar el trepidante ritmo del grupo con la cámara de fotos en una mano y la de video en la otra.
En un tiempo record, llegamos a “El Cortijo Alto de Torres”, frente al cual hacemos la primera parada del día para reagruparnos sobre una era, mientras nos deleitamos con el agreste paisaje que tenemos a ambos lados: al oeste el agreste y afilado perfil de Sierra Alhucema y al este Sierra Horconera, con la cumbre de la Tiñosa, tapada por el pico de “El Morrión”. Y nosotros a sus pies, en una zona de amplias praderas donde las cabras, sin inmutarse de nuestra presencia, estaban a sus anchas disfrutando de la verde hierva propiciada por las últimas lluvias, entre algunas que otras encinas y quejigos. Y fue precisamente en aquel instante cuando a punto de hacer las dos fotos obligadas en ese lugar, aparecieron por el camino: Magda “la Sirena de Aguilas” y “El Indomable” Jaime, ambos venían de Sevilla, al llegar a “Las Lagunillas” no sabían si aún no habíamos llegado, ó si ya habíamos salido, pero ante la duda decidieron incrementar el ritmo, para darnos alcance en la mencionada era donde nos encontrábamos. Ahora sí estábamos todos y nada mas terminar la sesión de fotos, reanudamos la marcha.
Nada mas salir de las inmediaciones del “Cortijo Alto de Torres” se cruza el arroyo de “Cañatiendas” (casi siempre seco, excepto en época de abundantes lluvias). A partir de aquí ya no vamos por carril, se avanza en dirección norte por una senda que pasa junto a varias encinas, quejigos, un olivar abandonado y una pequeña hilera de chopos que nos ofrecieron preciosos cromatismos otoñales al igual que algunas higueras silvestres que también han crecido a la orilla del arroyo que baja del Puerto Mahina y que cruzamos sin dificultad para situarnos frente a las ruinas del Cortijo de Cañatienda. Se puede decir que hasta aquí la ruta no es mas que un paseo ideal incluso para venir con niños, pero a partir de aquí comienza la subida de verdad. Las ruinas de este Cortijo están situadas justo al pie de “La Tiñosa” circunstancia que aprovechamos para hacer una segunda pausa y dar algunos consejos sobre las distintas alternativas que existen, recordándole al personal que en caso de a alguien se le atragantaran las rampas, se tomaran la subida con calma, ya que a las empinadas laderas, hay que añadir la cantidad de piedra suelta, que dificulta la marcha.
Con el cielo ya casi cubierto por el frente de nubes que se cernía sobre nosotros, iniciamos la ascensión con el mismo ritmo trepidante que habíamos traído hasta aquí y cuando terminé de grabar la toma de avance del grupo para afrontar las primeras rampas, me di cuenta de la enorme ventaja que me llevaban quienes me precedían. En principio todo el grupo ascendió por una marcada senda de cabras que no vimos la vez anterior y que de forma zig-zagueante nos condujo hasta el inicio de una empinadísima pedrera por donde subieron de forma espectacular: “El Zorro” y su hermano “Orzo Wei” Javi, seguidos muy de cerca por Juan Antonio “El Elfo de la Malagueta”, Ivan “El Pricipe Nazarita”, Sean “El Canadiense Errante”, Ruth “La Pucelana de los pantalones licra”, Hector “El Caimán de Puentegenil”, Manolo (de Fuengirola) “El Jardinero Fiel”, Miguel “El Hombre que sabía demasiado”, Manolo “Supersónico” haciendo honor a su apodo y el “Indomable” Jaime, con la misma fuerza y la garra con la que siempre le recuerdo desde mi infancia.
Simultáneamente cuando ya nos íbamos acercando al comienzo de la pedrera les recordé a los compañeros que tenía mas cerca de mí, que la mejor opción era desviarnos hacia la derecha para buscar el bosquete de encinas al que llegamos rápidamente, caminando en paralelo por un farallón rocoso, hasta colocarnos justo en frente del pequeño tramo de trepada que superamos fácilmente, tras una breve pausa para recuperar el resuello. Mientras nuestros compañeros iban subiendo por la empinada pedrera dando tres pasos para adelante y dos para atrás, nosotros nos adentrábamos en un empinado canchal de suelo aparentemente firme con grandes rocas resbaladizas y matorrales de aulagas que pinchaban como alambres, además de alguna que otra piedra suelta, para añadirle mas emoción a la subida, hasta que por fin llegamos al siguiente collado un saliente rocoso al que poco a poco fuimos llegando: Patricia “La Reportera de Chef Chauen”, Magda “La Pimentonera de Aguilas”, “La Rosa de Casarabonela”, Fernando y Ana “Los Duques de Juanar”, Encarni “Buque insignia de la Bota Viajera”, Paco “el único malagueño acreditado que ha hecho el Camino de Santiago desde su tierra” y un servidor. A partir de este saliente rocoso, la subida se suaviza bastante y conforme vamos ganando altura, el terreno pedregoso va siendo sustituido por pequeños tramos de hierba mullida que los pies agradecen bastante.
En breves minutos nos reagrupamos por los compañeros que de forma heróica habían subido por la pedrera, sin duda el camino mas directo, pero también el mas duro, agazapados en una pared rocosa, nos esperaban ya con las prendas de abrigo colocadas y con los gorritos de lana. El contraste entre la temperatura corpórea tras el esfuerzo realizado era bestial respecto a la temperatura que hacía en la antecumbre, bajo un cielo plomizo amenazante de lluvia y un viento cada vez mas fuerte. De tal modo que llegamos a la cumbre lo antes posible para hacernos la foto de rigor y dejar nuestra dedicatoria en uno de los blogs que hay dentro de una gran caja metálica en la misma cumbre, donde por cierto ya no había ni rastro de la pequeña encina que plantamos en su día en honor a nuestro desaparecido compañero Antonio Cañero, “Cañe”, tan sólo estaban las piedrecitas que habían colocado alrededor Isi y Francis.
Sin mas dilación iniciamos el regreso, para llegar lo antes posible a “La Cueva del Morrión”, una gran oquedad rocosa, usada a modo de refugio natural para el ganado caprino, que en esta ocasión nos sirvió para protegernos del frío, ofreciéndonos el mejor lugar posible de todo el itinerario para disfrutar de un buen almuerzo montañero con unas panorámicas impresionantes. Una vez terminado el almuerzo en el que no faltaron las bromas y el buen humor, iniciamos el temido descenso.


El descenso de “La Tiñosa” es con diferencia, lo mas duro de este itinerario, con el Pantano de Iznajar en el horizonte sur, los que fueron cabras en la vida anterior bajaron por la pedrera, mientras que el resto lo hicieron por la cañada paralela al camino teóricamente oficial, por el que bajé junto a Paco que me fue contando un sin fin de anécdotas de su impresionante caminata en solitario desde Málaga capital hasta Santiago, toda una odisea, que escuché con gran atención mientras iba estudiando cada paso que daba para no resbalarme o intentar frenarme en los inevitables saltos para no machacar las rodillas, hasta que por fin llegamos a las ruinas del “Cortijo de Cañatienda” donde ya nos esperaba todo el grupo desde hacía un buen rato, con la satisfacción de que el 100% del grupo cumpliera el objetivo y con la suerte de que no nos lloviera a pesar de que el cielo estaba cada vez mas oscuro.
En un tiempo record regresamos a “Las Lagunillas”, a pesar de alguna que otra pausa para hacer alguna foto en el camino de vuelta, especialmente en el redil de cabritas pequeñas que existe junto al “Cortijo Alto de Torres” y que parece una guardería. Un imán imposible de esquivar para los que crecimos viendo “HEIDI”.
Como íbamos muy bien de tiempo, una vez en “Las Lagunillas” los 19 compañeros de aventura decidimos continuar en caravana hasta la Plaza principal de Rute, donde aparcamos sin dificultad, para poder disfrutar de los tenderetes que tenían montado en una feria de productos típicos, donde Iván y Magda, hicieron una compra maestra de buenos quesos y mejores chorizos. Fernando, Ana y los amigos que venían de Sevilla tenían que marcharse antes, quedándonos el resto algún ratillo mas refugiándonos en una cafetería para refugiarnos de la lluvia, mientras degustamos un magnífico chocolate, que fue verdaderamente reconfortante. Tras el chocolate calentito, regreso rápido para los coches, y despedida relámpago, porque la intensidad de la lluvia iba en aumento.
Ya era noche cerrada cuando salíamos de Rute y entre la lluvia y la poca visibilidad, en vez de dirigirnos hacia “Encinas Reales”, algunos nos fuimos directos hacia el pantano de Iznajar que atravesamos cruzando dos puentes bajo una lluvia torrencial, para salir unos 30 km. después a la A-92 cerca de Archidona, la intensa lluvia que caía, nos acompañó hasta que llegamos a la costa, teniendo que reducir de forma ostensible la velocidad en algunos momentos, debido a la fuerza de la lluvia en algunos momentos.
Y una vez mas con el magnífico sabor de boca que dejan las grandes jornadas montañeras, regresamos con la satisfacción de haber conquistado el 4º objetivo de nuestro proyecto “Las 8 cumbres provinciales de Andalucía”.
Crónica y fotos: Juan Ignacio Amador

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