viernes, febrero 29, 2008

La Maroma desde El Robledal

Jueves, 28 de febrero de 2008

La Maroma desde “El Cortijo del Robledal”:
A la costumbre iniciada unos años de subir una cumbre emblemática cada día de Andalucía, este año decidimos otorgarle el honor a “la Maroma”, techo de Sierra Tejeda, techo de la provincia de Málaga y techo de todo el suroeste de la península ibérica, pues no hay cumbre mas alta abarcando las provincias de Córdoba, Cádiz, Sevilla, Huelva ó Badajoz, incluyendo además todo el sur de Portugal desde Lisboa hasta el Cabo San Vicente. Como toda gran montaña, “La Maroma” tienes varias vías de acceso, cinco son las mas conocidas y de todas ellas, suele decirse que la mas bonita por la riqueza y variedad de su flora, como suele pasar en la mayoría de las laderas norte, siendo además el lugar donde mas nieve nos encontramos en épocas de nevada, además de resultar la vía de subida mas asequible es la que parte desde “El Cortijo del Robledal”.

A la hora señalada, llegamos a “La Alcaicería” los compañeros que aquella jornada decidimos acudir a la tradicional ascensión del día de Andalucía. Una vez finalizada la ronda de saludos y hecho un recuento general, volvimos a montarnos en los coches para completar los 5, 5 km. de pista que desde allí existen hasta “El Cortijo del Robledal” (1.100 m.), donde ahora sí, mochilas y bastones en ristre, nos hicimos la tradicional foto de comienzo de ruta, con el telón de fondo de los pinos que pueblan la zonas medias y bajas de las laderas de Sierra Tejeda. Por los que se esfumaron inmediatamente las siluetas de “Jon, El Huracán de Sheffield” haciendo honor a su nombre y su perra “Honey” a los que no volvimos a ver hasta la siguiente foto de grupo, en el punto geodésico.

Tras la impresionante bronca que un pastor le echó a “Chucky” por acosar sexualmente a unas ovejas que estaban pastando por detrás del cortijo, comenzamos a caminar bajo un intenso cielo azul, en pequeños grupos por el espectacular bosque de pinos resineros de repoblación, de impresionantes dimensiones que abundan en este primer tramo del recorrido, donde también nos encontramos con magníficos ejemplares de cedros y “abetos de Douglas”, traídos nada menos que del estado de Oregón, en la costa oeste americana, fruto de la idea de los técnicos que en su día estuvieron encargados de la repoblación de esta zona y que además de aportar un toque exótico, resultó ser un acierto, a tenor del magnífico porte que podemos apreciar, así como lo perfectamente integrados que han quedado en el paisaje con el paso de los años. Como bien apuntaba “Carlos Tapia” que aquel día hacía las veces de anfitrión, mientras José Antonio “Black Mountain” y Severo “El Artesano del GPS” se integraban al grupo.

Antes de darnos cuenta ya estábamos en el primer hito significativo del camino donde la pista por la que vamos caminando se desdobla, justamente en el km. 1 de ruta, a tan sólo 1.175 m., es decir, solo hemos ascendido 75 m. desde el inicio. De tal manera que si seguimos de frente nos dirigimos hacia “Los Barrancones” y desde allí regresaríamos por un itinerario distinto al “Cortijo del Robledal”, pero obviamente, tomamos el desvío a la izquierda, que como reza un cartelito de madera, es la ruta oficial para subir a “La Maroma”, caminando entre grandes pinos, algún que otro cedro y numerosos abetos de Douglas, que ya dejamos de ver cuando la pista se convierte en senda, poco antes de llegar al denominado “Collado 1” km. 2,5, situado a 1.310 m. donde aprovechamos para hacer la primera parada de reagrupación, mientras disfrutábamos de unas preciosas vistas sobre el “arroyo de Los Prestillejos” (ó de Los Barrancones) donde todas las cámaras se pusieron en funcionanmiento.

Poco después de abandonar el “Collado 1”, la senda nos da una pequeña tregua, con ligeros toboganes, para iniciar uno asfixiante aunque corta subida en zig-zag que nos lleva entre pinos resineros y silvestres, hacia un collado intermedio, donde pasamos entre dos rocas en el lugar que denominaban “Contadero” ya que el ganado se veía obligado a pasar de uno en uno. Y poco después se llega al “collado 2” pudiendo ver a nuestra espalda “La LLanura lacustre de Zafarraya” al noroeste y la “Hoya de Alhama” al nordeste. El siguiente tramo discurre próximo al cordal de una loma donde grandes lascas de pizarra que se ven salpicadas por el verde oscuro del matorral tapizante, al tiempo que tenemos hacia el este (a nuestra izquierda en el sentido de la ascensión), el barranco del “arroyo de la Solana del Esparto” y al oeste, es decir, a nuestra derecha, el barranco correspondiente al arroyo de Los Prestillejos, cuya cabecera está formada por impresionantes farallones rocosos que quedan muy próximos a la antecumbre que ya tenemos a la vista.

Cuando nos creemos que ya entramos en el reino de la planta tapizante, mientras vamos ganando altura por la loma pizarrosa, llegamos al denominado “Collado Rojo”, km. 4,3, situado a unos 1.600 m, que nos sitúa frente al último bosque de pinos., por el que caminamos a través de un ancho pasillo que se abre ante nosotros. Superado este último bosque de pinos empezamos a encontrarnos con pequeños ejemplares de arce y algunos tejos muy dispersos que antaño poblaron estas laderas en cantidad suficiente como para bautizar a esta sierra como “Sierra Tejeda”. Curiosamente nuestra especialista en botánica “Vicky” no los pudo reconocer hasta que Rafa Flores “El Gran Maestro Gandalf” le disipó sus dudas al respecto. A continuación nos aproximamos a uno de los tramos mas espectaculares del camino donde nos espera una sucesión de prolongados zig-zags que discurren junto a las paredes del precioso desfiladero del Salto del Caballo a nuestra izquierda y los impresionantes cortados de “Los tajos del Sol” en la vertiente contraria del “arroyo Prestillejos”. Hasta que por fín llegamos al “Collado Lobera” km. 5,3 situado a 1.830 m. donde hicimos la última parada de reagrupamiento, previa al ataque final a la cumbre. Muy próximo a la unión de sendas que nos lleva a la variante del manantial conocido como “La Tacita de Plata” que dejamos a nuestra izquierda. Allí estuvimos descansando varios minutos, hasta que unas oscuras nubes dignas de Mordor, procedentes del norte, comenzaron a inundarlo todo como por arte de magia. Señal inequívoca para reanudar la marcha hacia la cumbre, en la que tuvimos especial cuidado de que el grupo no quedara fragmentado, ya que por momentos la visibilidad se reducía no mas allá de los 15/20 m. alrededor, mientras íbamos caminando por esa bóveda gigantesca que es la cumbre de “La Maroma” a cuyo punto geodésico llegamos con las bajas ya anunciadas de un matrimonio argentino que renunció en el último tercio de subida y nuestra amiga Guille “La Chica de las botas rojas” que tuvo que abandonar cuando ya estaba en la antecumbre por molestias en la cadera, debido a una caída sufrida en los días previos. Volviéndonos a reagrupar todos alrededor del punto geodésico donde no faltaron las fotos de grupo con la bandera de Andalucía y demás “guiones de guerra de Pasos Largos”. Afortunadamente antes de abandonar la cumbre, el viento se aplacó y las nubes se abrieron lo suficiente como para plantearnos realizar el almuerzo allí mismo. Siendo el lugar escogido el curiosamente, poco conocido “Mirador de La Maroma” situado unos 100 m. al sur del punto geodésico, junto a la boca de la espectacular sima, de la que durante muchos años se extrajo nieve para abastecer de este preciado elemento a los pueblos de la zona antes de la existencia de los frigoríficos domésticos, con un rudimentario sistema de cubos, extraídos con la ayuda de una “maroma” de ahí el nombre de esta impresionante montaña. Y desde allí con el viento aplacado disfrutamos de unas magníficas vistas sobre “El Peñón Grande” ocultando casi totalmente a “Canillas del Aceituno”, “Salares” y “ Sedella” al otro lado del “Barranco de Los Almanchares” y mas al sureste “Canillas de Albaida”, “Competa” y “Archez”, que iban apareciendo y desapareciendo conforme el mar de nubes seguía pasando ante nosotros.

Una vez reanudada la marcha decidimos regresar por una senda paralela a la que traíamos en el camino de ida, de manera que fuimos caminando dirección sureste, hasta situarnos sobre la misma cornisa del siempre espectacular “Tajo Volaero” donde una compañera de “Saskia” del equipo de “Las Super Nenas” no hizo honor a su nombre y comenzó a caminar a cuatro patas, con la cara cada vez mas blanca. Hasta que Carlos Tapia “El retratista de atardeceres” y anfitrión de la ruta tuvo que renunciar a su pasión de caminar al filo de los precipicios y fue a socorrerla, devolviéndola en unos instantes a la tranquilidad de la senda por la que ascendimos (ahora ya en bajada), a los que se le unieron “Saskia Walschburger” y Rafa Ríos “El Hombre que balizaba los caminos”., que por cierto no se trajo su video cámara para grabar esta ruta siempre hermosa y espectacular donde las haya. Una vez superados los momentos de tensión el grupo siguió caminando sobre el filo del “Tajo Volaero” hacia “Los Tajos del Morrón”, hasta finalmente desviarnos a la izquierda para recuperar el alomado cordal de Sierra Tejeda y descender hacia el idílico paraje donde se encuentra situado el manantial conocido como”La Tacita de Plata”, donde volvimos a reagruparnos, retomando poco después la marcha por una preciosa senda que nos lleva por uno de los parajes mas bellos y menos conocidos de Sierra Tejeda, desde “La Tacita de Plata” hasta la confluencia con el “Collado Lobera”. Desde aquí hasta el “Cortijo del Robledal” regresamos por el mismo camino que habíamos traído en la subida, completando otra de esas memorables jornadas montañeras que nos encargamos de inmortalizar con fotografías para la posteridad.

domingo, febrero 24, 2008

17 de Julio de 2007
Visita a La Fraga de Catasós, “Monumento natural” (Lalín, PONTEVEDRA):

A unos 4 km. de la ciudad de Lalín, ubicada al nordeste de la provincia de Pontevedra, prácticamente en el corazón de Galicia, tomando la N-525, dirección Ourense, al final de una larga recta se encuentra la entrada de una pista de tierra que en pocos metros nos sitúa frente al cartelón de entrada a “La Fraga de Catasós”. Ojo al no encontrarse dicho cartelón a pie de carretera podemos pasarnos fácilmente de largo, pero yendo despacio lo encontraremos sin dificultad.

Aunque la palabra “fraga” se usa poco en el resto de España, existe en nuestro diccionario y dentro de sus distintas acepciones en Galicia se la usa con relativa frecuencia para referirse a un bosque, en particular la suelen usar para referirse a un bosque. Incluso usan nombres específicos para calificar a los “bosques de robles”, que en gallego se denominan “carballeiras”, que a su vez deriva de “carballo” , o sea, roble. Otra palabra que usan para referirse a una zona de bosques es la denominación gallega de “deveda” (dehesa), por ejemplo la famosa “Devesa de Nogueira”,(corazón Do Courel, Lugo). En este caso la diferencia entre “fraga” y “devesa” estaría en que la “fraga” se refiere a un bosque abierto, mas salvaje, mientras que en una “devesa” el bosque se ha dividido en distintas parcelas acotadas por muretes de piedra e incluso se usa parcialmente para la ganadería o/y el ganado en pequeñas parcelas.

Dado el alarmante proceso de desertización que está sufriendo la península actualmente agravado por sucesivos años de sequía, sería impensable encontrarse, bosques prácticamente mágicos al pie de una carretera nacional, como en este caso. Pero una vez mas, tenemos que darle gracias a Dios, de que al menos, en el norte de la península, sigan existiendo, bosques encantados como esta “Fraga de Catasós” que no por casualidad ha sido catalogada como “Monumento Natural”. A pesar de sus reducidas dimensiones, tan sólo 4,5 Ha., es la mas representativas de todas las “carballeiras” que a modo de oasis aparecen en medio de las praderas y tierras de labor del “Deza”.

Su monumentalidad reside en el porte de sus castaños. Hasta treinta metros de altura, de los mas altos de Europa, y diámetros que rondan en algunos casos los 5 metros. Hasta el punto que en la actualidad se está estudiando un proyecto de clonación de estos árboles por su especial resistencia para repoblar otras zonas.
El sendero que nos encontramos dentro de la fraga enlaza con el pazo de Quiroga, en el cual se inspiró Emilia Pardo Bazán para la novela “Los Pazos de Ulloa”. A groso modo podríamos decir que el pazo gallego, es lo que en Euskadi denominaríamos caserío ó en Andalucía un cortijo, sin embargo, la mayoría de los pazos estaban concebidos mas como auténticos palacios rurales, que como grandes casas enfocadas casi exclusivamente a la actividad de la actividad agrícola y ganadera del territorio que abarcaban, como en el caso de los cortijos o caseríos.

Del amplio catálogo de posibilidades de las que pude disfrutar aquel largo verano de 2007 en Galicia, esta opción aparentemente remota e insignificante, me hizo comprobar una vez mas que la grandeza de un lugar, al igual que las personas, no tiene nada que ver con su tamaño ó con su fama, sino con la esencia que tienen en su interior. En este sentido, no me cabe duda que “La Fraga de Catasós” es un bosque mágico digno de cuentos de hadas.

martes, febrero 19, 2008

Ríos Verdugo y Oitavén (al sur de la provincia de Pontevedra)

Ríos Verdugo y Oitavén a su paso por Soutomaior y Ponte Caldelas hasta su desembocadura en Ponte Sampaio, (Pontevedra)

En Galicia, las tierra de los mil ríos y mil valles, muchos son los que desembocan en las frías aguas del Atlántico y mas aún los que se convierten en tributarios aportando sus aguas al cauce de algún río mas importante. De todos ellos el indiscutible rey es el río Miño, pero dada la cantidad de imponentes presas que nos encontramos en distintos puntos de su recorrido. Para los amantes de las rutas acuáticas es preferible explorar otros ríos y arroyos, que si bien en muchos casos no aparecen mencionados en mapas ó guías turísticas al uso, están llenos de evocadores rincones que transmiten paz, magia y belleza.

Cada una de las grandes rías gallegas cuenta con uno ó varios ríos que desembocan en ellas. En los últimos kilómetros de estos ríos el nivel de su cauce es tan bajito que con las espectaculares subidas y bajadas que tienen lugar cada día, hacen que el paisaje y el caudal de estos ríos cambien espectacularmente, según la hora del día. Esto da lugar a una fauna y a una flora muy peculiar, amén de un espectacular paisaje cambiante. Por suerte, para mí, el río Verdugo, pasa por Soutomaior, que durante los últimos años ha sido mi segundo hogar, concretamente en el verano de 2007, quiso el destino que pasara allí mas de dos meses y ya que no todos los días podía permitirme una escapada a las provincias vecinas, para seguir explorando los recónditos parajes de la Galicia profunda. Fue un auténtico privilegio contar con el río Verdugo como pista de entrenamiento para mis marchas senderistas e incluso mis momentos de aventuras, nadando y saltando desde sus puentes colgantes ó de piedra. E incluso haciendo mis pinitos con la piragua, aguas arriba ó aguas abajo.

Como comentábamos anteriormente en cada ría vienen a desembocar varios ríos de mayor ó menos caudal donde se mezclan las aguas dulces con las saladas, dando lugar a una curiosísima fauna y vegetación, uno de los resultados es la pesca del mejor marisco del mundo. El río mas importante que viene a desembocar en la ría de Vigo y mas concretamente al fondo de la “Ensenada de San Simón” es el río Verdugo, que oficialmente funde sus aguas dulces con las saladas de la ría a la altura del puente medieval del “Pontesampaio” que une esta pedanía que curiosamente pertenece a Pontevedra capital con la localidad de Arcade, que al mismo tiempo pertenece al término municipal (allí denominados “cocello”) de Soutomaior, que abarca todo el cauce bajo del mismo.

Incluyendo una bonita sucesión de puentes medievales, colgantes y hasta un rudimentario paso hecho a base de bloques de piedra en la zona de los molinos correspondientes al tramo existente entre el “puente colgante” donde unen sus aguas el Oitavén y el Verdugo hasta la aldea de Aranza, a la que se llega remontando el cauce del río Octavén por una senda olvidada, que comunicaba los molinos junto al río y que en gran medida ha sido invadida por la maleza obligándonos a realizar un tramo de mas de 50 m. a nado.

En cada una de las localidades por las que van pasando estos dos ríos hermanos: Verdugo y Oitavén, existen playas fuviales que en perfecta armonía con el entorno que las rodea se convierten en parajes idílicos donde se funden ocio y naturaleza. Dada la belleza de este río no es de extrañar que a lo largo de su cauce nos encontremos con varios “P.R. G-“ ó que por ejemplo a la altura de Soutomaior confluyan el “G.R. G-58” (Sendeiro das Greas) con el “G.R. G-94” (Rural de Galicia). Caminando por las orillas de su cauce bajo es fácil encontrarnos con alguna especie propia de lagunas como la garza real, marinas como el cormorán y por supuesto las típicas de rivera como el martín pescador, lavanderas, mirlos acuáticos y demás. Además de cuervos y alguna que otra rapaz. Río arriba abundan las truchas y los cotos de pesca en el cauce bajo estás se mezclan con grandes bancos de barbos y anguilas según la época ó el nivel de la marea.

Si bien en estas latitudes la vegetación de rivera no cuenta con el colorido de nuestras adelfas y rododendros del sur. Se compensa con la exuberancia de los enormes helechos que flanquean todos los cursos acuáticos tierra adentro, salpicado de juncos, cañaverales, zarzas y mil florecillas silvestres que le aportan distintos tonos de color según la época del año. En cuanto a la vegetación la nota negativa prácticamente en toda Galicia ha sido la mala gestión de una política de repoblación con el uso indiscriminado del eucalipto para la industria del papel, que ha propiciado el empobrecimiento de muchos terrenos y la perdida de bosques autóctonos de robles y castaños tan característicos de Galicia y por desgracia hoy en día amenazados por los eucaliptos. Lo positivo es que a pesar de la disminución de las lluvias en los últimos años, sigue lloviendo lo suficiente como para tapizar de verde muchas de las zonas que se han visto afectadas por las oleadas de incendios en los últimos veranos.

Entre las muchas anécdotas vividas en mis numerosas marchas a lo largo de los ríos Verdugo y Oitavén el pasado verano 2007, me vienen ahora a la mente: la caída al agua, que sufrí al echar a correr para colocarme en una foto, mientras el disparador automático estaba en plena cuenta atrás. Ó el acuerdo al que llegué con los monitores de un campamento cercano patrocinado por la Xunta para echarle una mano con los chavales, como un monitor mas el día que tenían la actividad de canoa, a cambio de poder utilizar una de vez en cuando remontando ó descendiendo el río, disfrutando de inolvidables paseos.

domingo, febrero 17, 2008

Homenaje en La Vereda de La Estrella







Homenaje en La Vereda de La Estrella:

Hay momentos en la vida que uno jamás puede olvidar por mucho tiempo que pase. Y pienso que de los homenajes que le pueden dar a cualquier persona en la vida, los mejores siempre son aquellos que han sido posible gracias al cariño y la colaboración de las personas que lo han hecho posible para darte, en este caso una gran sorpresa, haciendo realidad uno de mis grandes sueños como senderista. La entrega de un magnífico "GPS".

lunes, febrero 11, 2008

Sábado 9 de febrero de 2008

Del puente de hierro de Monda a Ojén por la crestería de Sierra Canucha (o de Los Cuchillos):

Largo tiempo llevaba demorada la realización de esta ruta prácticamente inédita. Seguramente eclipsada por la proximidad de “La Concha”, “La Cruz de Juanar” y otras rutas mas asequibles que parten del Refugio de Juanar, además de por la poca información que existía de la misma hasta la fecha. Sin embargo, todo llega. A la hora prevista fuimos llegando al punto de encuentro en la explanada del aparcamiento frente al nuevo ayuntamiento de Ojén, donde nos dimos cita los 15 compañeros que aquel día nos disponíamos a hacer historia llevando a cabo esta inexplorada travesía. Y allí dejamos algunos coches para irnos con el resto por la carretera que se dirige a Coín-Monda, dejando a nuestra izquierda la entrada hacia el Refugio de Juanar, el pinar de Los Llanos de Puzla y al final de la recta (siempre dirección Monda), tras una curva, abandonamos la carretera por una pista asfaltada que sale a la derecha, donde ya nos encontramos una balizas correspondientes al GR.- 243 Sierra de Las Nieves y otras rutas para bicicletas aprovechando el trazado de las pistas forestales que unen los pueblos de esta zona sur del parque.

Una vez sacadas las mochilas y bastones de los coches, puestos los cuentakilómetros a cero y conectados los GPS, iniciamos la caminata, por la pista asfaltada que sigue por la izquierda (la de la derecha se dirige a una cantera próxima), hasta llegar al mítico “puente de hierro” por encima del cual pasa la carretera Coín-Marbella salvando el cauce del Arroyo Seco, que por desgracia, hace honor a su nombre. Sin embargo, si nos olvidamos del sonido de los coches que de vez en cuando pasan por arriba, el paraje tiene mucho encanto. De hecho fue el lugar escogido para hacernos las fotos de inicio de ruta, donde José Antonio “Black Mountain” desenfundó su cámara por primera vez. Continuando en paralelo al cauce del Arroyo Seco, hasta llegar a otro cruce de caminos unos 500 m. después del puente, con varios ramales, siendo nuestra opción, la única que no estaba señalizada y que es la que sale a la izquierda. Empezando aquí la ascensión por una vieja pista forestal que va ganando altura rápidamente, de manera que a nuestra izquierda va quedando el cauce del Arroyo Cañada Canucha que nos separa de algunas huertas donde los almendros en flor aportaban el único tono de luz y color a una mañana que se presentaba muy oscura, con negros nubarrones y fuertes rachas de viento que invitaban a seguir abrigados. Sin prisa pero sin pausa fuimos ganando altura entre redondeadas lomas pobladas de matorral mediterráneo, hasta llegar a “La Fuente de la Palma” (620 m.) donde hicimos la primera parada de reagrupamiento y de camino aprovechábamos para beber con generosidad de sus frescas aguas, sin gastar todavía ni una gota del líquido elemento que cada uno llevaba en sus mochilas. Continuando siempre por el carril que asciende suavemente en prolongados zig-zags “Los Duques de Juanar”, grandes conocedores de estas tierras, que son sus dominios, detectaron el comienzo de una senda a la derecha, pero al quedarse invadido por la vegetación a los pocos metros del comienzo, decidimos continuar por la pista llegando hasta el final de la misma. Donde hicimos la segunda parada de reagrupamiento, mientras colocábamos dos hitos de piedra a modo de entrada para la ruta que estábamos a punto de iniciar y echábamos mano del avituallamiento, aprovechando una tregua del frío viento que soplaba en la sierra, aquella desapacible mañana de febrero 2008.

Una vez reiniciada la marcha estrenamos la entrada con los hitos de piedra recién colocados, pasando en unos instantes de la seguridad del carril por el que habíamos ascendido, a caminar casi manteniendo el equilibrio al filo de unos espectaculares cortados que teníamos a nuestra izquierda, donde demostraron su sangre fría: Mariana Raverta, La Chica que miraba a las Estrellas y Rubén “El Bucanero de Puerto Marina”. Dominando Los Llanos de Puzla a nuestros pies, las canteras de la zona con la Sierra Alpujata al Este y a nuestra espalda dirección norte Monda con su castillo asomando por encima de lo que ya llevábamos recorrido y al fondo Sierra Prieta y Cabrilla con Casarabonela y Alozaina a sus piés, e incluso Pizarra, Alora, Coín y Alhaurín el Grande. A vista de pájaro continuamos caminando no sin precaución, soportando de vez en cuando algún inesperado golpe de viento y salvando alguna las bocas de lo que parecían simas que desembocaban en el mismo desfiladero a modo de pozos infernales. Cuyas entradas fueron exploradas por nuestra experta en alpinismo, “Mari Luz Pies de Gato” que en esos terrenos verticales se desenvuelve como pez en el agua. Siempre teníamos la opción de caminar un poco mas apartados del filo a costa de abrirnos paso entre la vegetación por lo que parecía el inicio de una abandonada senda que iba apareciendo y desapareciendo cada pocos metros, hasta que por fin enlazamos con lo que sin duda debía ser la senda cuyo inicio habíamos dejado a la derecha poco después de pasar junto a “La Fuente de La Palma”. El caso es que a partir de aquí, fuimos ganando altura rápidamente por esta senda muy bien marcada, que ante todo pronóstico ya no nos abandonaría hasta el final del recorrido, reagrupándonos minutos después en un collado muy próximo a lo que en los mapas topográficos viene señalado como “El Alto de La Canucha” (1.066 m.).

A partir de este collado la ruta discurre por la vertiente que da al río Verde con la zona de Albornoque y el carril que se adentra en la Sierra de Las Nieves a nuestros pies, al noroeste los colosos que de La Sierra de Las Nieves coronada por El Torrecilla, toda ella envuelta en las nubes que allí iban encayando, y hacia el suroeste la prolongación de Sierra Canucha, por donde la senda nos llevaba muy cerca de la cresta hasta tal punto que rápidamente nos animamos en retomar la cresta y mientras se pudo fuimos caminando por la misma un trecho, hasta que la espesa vegetación de matorral y mas adelante lo abrupto de su afilado perfil conocido como de “Los Cuchillos” nos obligó a retomar la senda, que vuelve a perder altura, conforme el perfil de la crestería gana en verticalidad. Mientras tanto “El Hombre que sabía demasiado” volvía a deleitarnos con sus reflexiones filosóficas, así como Severo, “El Artesano del GPS” con sus didácticas explicaciones. Sin dejar de elogiar la belleza del paisaje entre los compañeros mas próximos, quedando totalmente confirmada cuando llegamos a un primer bosquete de pinsapos, que dada la cantidad de retoños existentes nos hace albergar esperanzas de que esté en proceso de expansión, hasta tal punto de que una vez superada la sucesión de toboganes que caracteriza el perfil de esta preciosa y casi desconocida senda unos cien metros antes de llegar a la encina solitaria cercana al “Pico Castillejo”, los pequeños pinsapos nos obligaron a abandonar la senda en varias ocasiones, porque está tan poco transitada que la han invadido completamente.

Poco a poco nos fuimos reagrupando junto a la encina solitaria y tal como fueron llegando los compañeros empezamos a realizar el primer tramo de trepada donde Guille y Celia dieron una magistral lección de alpinismo, mientras el resto terminábamos de toma apuntes en el pradito previo a la cumbre que ya tenían localizados “Los Duques de Juanar”. Disfrutando de una magnífico almuerzo montañero, con preciosas vistas sobre “La Fulaneja”, “El Lastonar”, “La Cruz de Juanar” y otras cumbres que divisábamos en dirección sur hacia donde mirábamos, mientras el cielo seguía cubierto por negros nubarrones, exceptuando unos minutos que resultaron mágicos, donde los únicos rayos de sol en muchos kilómetros a la redonda se posaban sobre nosotros, justo en el instante en que Carlitos nos deleitaba con tres poesías de Juan Ramón Jiménez dedicadas a Federico García Lorca. Y tras el recital de poesía y las magníficas viandas montañeras, dejamos allí mismo las mochilas, para superar los pocos metros que nos faltaban para llegar a la cumbre del “Pico Castillejo” que con sus 1.238 m. es el techo de Sierra Canucha y nos brinda las mejores perspectiva de la crestería de los cuchillos una de las mas bellas y desconocidas por las que hemos transitado en mucho tiempo.
Una vez hecha la foto de rigor, descendimos sobre nuestros pasos hasta la encina solitaria y desde allí, en dirección sureste recorrimos los aprox. 700 m. de estrecha senda entre espeso matorral, hasta enlazar con la famosa senda de José Lima, técnicamente conocida como (P.R. A-278 Juanar-El Pozuelo) justo en el “Puerto del Pozuelo”, donde continuamos la dirección predominantemente suroeste que describe esta ruta en la mayor parte de su itinerario, pasando por un nuevo bosquete de pinsapos conocido como el “Rodar de Pinsapos” tras el cual se despejo la tarde, quedando al noroeste unas preciosas vistas del Torrecilla, Abanto, Alcojona y mucho mas próximos a nosotros, al oeste, La Fulaneja y el Cerro de la Zaina. Y bajo un cielo azul llegamos a la encrucijada de caminos donde tienes la opción de tomar la dirección este para descender hasta el “Refugio de Juanar” o continuar dirección sur hacia el “Valle de Los Dinosaurios” como era nuestra intención. Pero faltando ya menos de dos horas para la puesta de sol y con “Carlitos” nerviosísimo, (en plan “Rainman”) ante la idea de perderse el partido de “La sexta”. Nos decantamos finalmente pr descender directamente hasta el “Refugio de Juanar” que aún no conocían algunosde los compañeros que venían.

Una vez allí, llegamos en un santiamén a la encrucijada del camino de Juanar, con el PR. A-167 Ojén-Istán, donde realizamos la parada de la merienda, para descender de forma compacta hasta Ojén, por este precioso itinerario que pasa junto al picudo Cerro Nicolás y que discurre por una arenosa senda paralela al Arroyo de Almadán cuyo cauce está rodeado de típica vegetación mediterranea. Poco antes de llegar al túnel de 150 m. Darío El Magnífico me explicaba cómo los chavales de Ojén organizaban los simulacros de combates con rifles de asalto y bolitas diabólicas, justo en el mismo por lugar por el que íbamos pasando. Una vez en el mítico “Cortijo del Cerezal” nos hicimos las últimas fotos del día y minutos después llegábamos a Ojén con su iluminación nocturna recién conectada y la melodiosa voz de “La Hechicera du Sao Paulo” cantando “La Chica de Ipanema”.

El rescate de los coches en el punto de inicio, nos impidió demorarnos en nuestra tradicional cervecita de final de ruta, no obstante, volvió a cumplirse la tradición, con la sensación compartida de haber vivido otra de esas jornadas inolvidables, con el aliciente añadido de haber sido pioneros, seguramente de esta versión extendida de la Crestería de Sierra Canucha, prácticamente desde las afueras de Monda hasta el corazón de Ojén.








Para mas información:http://www.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=92369 Otros datos de interés:Distancia recorrida: 18,77 kilómetros Altitud min: 331 metros, max: 1.233 metrosDesnivel acum. subiendo: 1.407 metros, bajando: 1.520 metrosGrado de dificultad: Muy difícilFinaliza en el punto de partida (circular): NoCoordenadas: 493