domingo, noviembre 01, 2009

Carratraca-Sierra Blanquilla de Baños-Cerro Azulejo

Nueva ruta para coleccionistas preparada una vez mas de forma impecable por nuestro amigo y compañero de aventuras: Manuel Manzanares Morilla, también conocido como “El Tritón de la Chooera o el Cartógrafo de su Majestad” que llegó a congregar un total de 31 senderistas, entre los que había mas de 20 pasos largos, incluyendo socios recién llegados y un pequeño ramillete de compañeros de otras asociaciones como Alberto y Rosa de PRISMA, que acudía con sus dos hijos: Carlos y Alejandro, magníficos montañeros donde los haya y otros amigos candidatos a Pasos Largos que actualmente se están preparando las oposiciones como: Raquel, Maribi, Conchi, Mª José u Oscar de Úbeda, que previo reconocimiento médico en la consulta del Doctor Leal podrían ingresar muy pronto en las filas de Pasos Largos, como fichajes estrellas del mercado de Invierno.
El caso es que a la hora indicada allí estábamos todos congregados frente a la famosa fuente de Carratraca donde la gente de la zona llega con sus garrafas como parte de un ritual cotidiano. Entregados los mapas y la ficha de ruta y dada la bienvenida a todos los participantes en nombre de Pasos Largos, se dio la charla de introducción sobre el pueblo de Carratraca y la ruta en cuestión, que comenzaría y finalizaría en aquel mismo punto desde el que empezamos a caminar, remontando las empinadas calles del pueblo, ante la mirada atónita de los vecinos que contemplaban el desfile con curiosidad. Bajo un resplandeciente cielo azul y una calma chicha que hacía presagiar un día de calor, entramos en el jardín trasero de la Casa Señoríal de Trinidad Grund, actual sede del ayuntamiento, donde nos hicimos varias fotos de grupo, aprovechando tan magnífico marco de postal con la casa señorial y la colosal silueta del Grajo, Sierra Alcaparain, que nos ofrece su mas bella estampa vista desde Carratraca, como desafiándonos para una futura ruta, en su versión mas espectacular que es la que partiendo desde el puerto Málaga, sube por el arroyo del Conejo.
Con tan magnífico telón de fondo comenzamos a subir por la escalonada senda que en continuos zig-zags nos llevó en pocos minutos hasta la pequeña ermita de la Virgen de la Salud, patrona de Carratraca por delante de la cual pasamos al amparo del tupido bosque de pinos bajo el que caminábamos por una bien marcada senda, sobre un mullido suelo de arenas blanquecinas, que recordaban bastante a los senderos arenosos de Sierra Almijara y otras sierras litorales como la de Mijas-Benalmádena. En el caso de la Sierra Blanquilla de Carratraca, el llamativo fenómeno de estas arenas blanquecinas, sobre las que tan cómodamente íbamos caminando, ha servido denominar a esta zona de la sierra como “Los Arenalejos”, pasando cerca de unas antiguas minas de Hierro, hasta que llegamos al final del bosque de pinos delimitado por un perímetro totalmente rectilineo, como si en lugar de dejar atrás un pinar, hubiéramos dejado un huerto de almendros. Hasta aquí la ruta estaba resultando una gozada, ascensión suave con sombrita, bonitas vistas hacia el Grajo al principio y vistas hacia la peridotítica sierra de Aguas a continuación.
Pero al abandonar la protección que nos ofrecían los pinos y con el sol subiendo hacia su cenit, la cuestecilla que nos llevaría hasta el puerto Romero, ya comenzó a hacer mella en los compañeros menos acostumbrados a las largas caminatas que debutaban con nosotros en aquella jornada de calor intenso, mientras el pelotón se alargaba cada vez mas y mas, a pesar de las intermitentes paradas que con buen criterio fue realizando “El Cartógrafo de su Majestad”.
Lo que en circunstancias normales hubiera sido una agradable ruta de media montaña con un paisaje embellecido por las primeras lluvias del otoño, al no haber podido disfrutar todavía de una lluvias en condiciones, salvo aquel amago de borrasca de finales de septiembre. Nos encontramos con un auténtico secarral, en el que después de cada rampa, a pesar de no tener pendientes excesivamente fuerte, era casi inevitable echar mano a la bebida que cada uno llevaba. En la parada de reagrupamiento que se hizo cuando enlazamos con el GR.7, quien mas y quien menos ya había consumido mas de la mitad de su bebida y con la antena que corona el cerro Azulejo, que contemplábamos desde la distancia como una aguja roja y blonca, estaba claro que lo mas duro aún estaba por llegar. Cuando abandonamos el GR.7 a la altura de “Las Asperillas”, para dirigirnos hacia el Cerro Azulejo, que quedaba a nuestra izquierda, oeste, iniciamos una sucesión de toboganes, predominantemente en ascenso que con el calor cada vez mas intenso, fue haciendo mella en los compañeros/as que iban quedándose descolgados, a pesar de los ánimos que les íbamos dando y con las reservas de agua prácticamente agotadas llegamos a los pies de la rampa final del cerro Azulejos, donde se quedaron varios/as compañeros/as que con las reservas de agua bajo mínimos, por falta de previsión, la continua sucesión de toboganes (subidas y bajadas permanentes) y un sofocante calor llegaron fundidos.
No sé si sería por la falta de entrenamiento tras mas de 3 semanas de reposo por mis problemas de rodilla, que a penas me permitían estar de pié el jueves previo a la ruta (48 horas antes), el calor sofocante, la dureza de la rampa con mas de un 30% de desnivel, el suelo resbaladizo a lo largo de toda la subida con bastantes piedrecillas sueltas, el hecho de empezar a subir el último sabiendo que todos mis compañeros habían llegado arriba ó ver el contraste entre lo justito de fuerzas que iba yo y la velocidad y agilidad de piernas de Manolo que se quedó conmigo para animarme en la ascensión…Pero no recuerdo haber sufrido tanto en una ascensión, ni siquiera en La Maroma, el Torrecilla, el tajo Gómer o el Lucero, como en este cerro, que casi pasaría desapercibido en cualquier mapa topográfico, al llegar arriba, recuerdo que se me acercaron Valentín “El Héroe del Puerto de la Refriega” y “El Padre Carras” casi para darme la extremaunción. Me senté a la sombra que proyectaba el cilindro de hormigón del vértice geodésico, sobre el que me apoyé mientras me bebía casi de un trago mas de media botella del té verde del Mercadona, que me supo a gloria mientras recuperaba el aliento. Mientras disfrutaba de unas vistas preciosas sobre la Mesa de Villaverde, el Monte Huma, Capilla, tajos Ballesteros y hasta la sierra Chimenea y el Torcal al norte. Mientras que al oeste, tal y como nos había adelantado Manolo, teníamos unas bonitas vistas parciales del embalse del Conde del Guadalhorce, parte del Guadalteba, el emblemático Castillón de Teba o Peñarrubia y mas al noroeste el castillo de la Estrella, coronando el cerro sobre cuya ladera se asienta la localidad de Teba que veíamos parcialmente a ambos lados del cerro, en la misma dirección frente a frente como dos figuras de ajedrez enfrentadas, se podían distinguir perfectamente los dos techos provinciales de Sevilla, el Peñón de Algámitas y el Terril de Pruna. Recuperadas en parte las fuerzas y el aliento, me acerqué a los chaparros, bajo cuya sombra disfrutaban de la comida el resto de mis compañeros, justo a tiempo para escuchar las dos poesías de Carlitos, que aprovechando la presencia de nuestro compañero el Gran translíbico Jon Webster, mas conocido como “El Huracán de Sheffield” le quiso dedicar el poema “if” de Rudyard Kipling, que recito primero en inglés (con dos cojones) para asombro de todos y a continuación tradujo en español quedando algo así:
Si guardas en tu puesto la cabeza tranquila,
cuando todo a tu lado es cabeza perdida.
Si tienes en ti mismo una fe que te niegan
y no desprecias nunca las dudas que ellos tengan.
Si esperas en tu puesto, sin fatiga en la espera.
Si engañado, no engañas.
Si no buscas más odio, que el odio que te tengan.
Si eres bueno, y no finges ser mejor de lo que eres.
Si al hablar no exageras, lo que sabes y quieres.
Si sueñas y los sueños no te hacen su esclavo.
Si piensas y rechazas lo que piensas en vano.
Si alcanzas el TRIUNFO ó llega tu DERROTA,
y a los dos impostores les tratas de igual forma.
Si logras que se sepa la verdad que has hablado,
a pesar del sofisma del Orbe encanallado.
Si vuelves al comienzo de la obra perdida,
aunque esta obra sea la de toda tu vida.
Si arriesgas de un golpe y lleno de alegría,
tus ganancias de siempre a la suerte de un día,
y pierdes, y te lanzas de nuevo a la pelea,
sin decir nada a nadie lo que eres, ni lo que eras.
Si logras que los nervios y el corazón te asistan,
aún después de su fuga, en tu cuerpo en fatiga,
y se agarren contigo, cuando no quede nada,
porque tú lo deseas, lo quieres y mandas.
Si hablas con el pueblo, y guardas la virtud.
Si marchas junto a Reyes, con tu paso y tu luz.
Si nadie que te hiera, llega a hacerte la herida.
Si todos te reclaman, y ninguno te precisa.
Si llenas el minuto inolvidable y cierto,
de sesenta segundos, que te llevan al cielo.
TODO lo de esta Tierra será de tu dominio,
Y mucho más aún ...
Después nos recitó otra de su propia cosecha sobre un antiguo desengaño amoroso de su época universitaria, que igualmente fue aplaudida por todos los presentes. Finalizando nuestra efímera estancia en la cumbre con las fotos de rigor, iniciamos el descenso para reagruparnos con los compañeros que habían renunciado a la ascensión. Los menos por la misma empinadísima rampa de ascensión y los mas escogimos la dócil senda que por la vertiente opuesta te lleva al inicio o final de una pista que tras rodear el cerro a media ladera nos devolvió al punto de reencuentro desde donde en dirección este, sureste iniciamos el camino de regreso para volver a enlazar con el GR-7, desde donde regresamos sobre nuestros pasos, hasta poco antes de llegar al Puerto Romero, desviándonos a la derecha, para descender paralelos por a una alambrada que quedaba a nuestra derecha, hasta el fondo de un arroyo seco, tras el que tuvimos que superar una corta pero durísima rampa por una finca de almendros, hasta llegar a una zona llana, para asombro de los dueños de la finca que nos increparon por entrar en su finca, pero que rápidamente se callaron al comprobar que nos manteníamos por la linde y nos dirigíamos directamente hacia el cercano bosque de pinos al que llegamos, donde la mayoría no duraron en sentarse o tumbarse sobre el mullido suelo completamente cubierto de hojas secas de pino, que a mas de uno/a sentó de maravilla.
Ya estábamos prácticamente en el último tramo de la ruta y para no repetir el mismo camino de ida, tal y como estaba previsto “El Cartógrafo de su Majestad” nos llevó por una cómoda pero preciosa senda, casi secreta, entre los claros y oscuros de aquel paisaje misterioso, caminando sobre las arenas blanquecinas, con algún paso aéreo al borde de pequeños barrancos que aportaron su toque de emoción y una espectacular paleta de tonalidades verdes sobre las copas de los pinos iluminadas por la privilegiada luz del atardecer que nos acompañó hasta la entrada en Carratraca por la zona del cementerio desde donde fuimos atravesando las calles del pueblo hasta el bar “El punto”, situado junto a la famosa fuente del inicio de ruta. Disfrutando de una magnífica reunión de hermandad sendérica, donde saciamos nuestra sed a base de refrescos y grandes jarras de cervezas que nos sentaron de maravilla entre risas, bromas, efemérides, próximas rutas y propuestas, entrega de fichas para hacerse socios de Pasos Largos a Oscar y Mª José y hasta con la confesión pública de Carlitos arrodillado a los pies del Padre Carras, que jarra de San Miguel en mano fue perdonándole sus pecados.
Otros compañeros no mencionados que participaron en esta ruta fueron: Patri “La Chica que miraba a las Estrellas”, Migue “El Hombre que sabía demasiado”, La Rosa de la Comarca , Maribel “La Sirenita del río Cebollón”, José Antonio “El Vigilante de la Playa”, José Antonio “Blackmountain”, Valentín “El Héroe del Puerto de la Refriega”, , Antonio Vera “El Centinela de Alcaparaín”, Paco Jaime “El Sabio de Hortaleza”, Juan Moreno “El Porteño”, Noel “El Gran Maestre”, Raquel “The eye in the sky” y su novio “El guardabosques”, Juan Gallego, José Cabrera y un matrimonio que debutaron en aquella calurosa jornada como socios de Pasos Largos.
¿Sabías que… Carratraca está situada frente a la gran mole del Grajo, Sierra de Alcaparaínde, y está asentada sobre la falda de la Sierra Blanquilla, de la que emana su famoso manantial. El pueblo, aunque de origen árabe creció sobre todo a partir de comienzos del siglo XIX debido a la existencia de sus aguas sulfurosas de cuyas propiedades curativas ya dieron noticia los romanos. A principio del S. XIX, Fernando VII ordenó la construcción de una gran fonda junto al balneario para alojarse allí con su séquito y poder tomar las aguas; y así fue como nació el hostal del Príncipe. Una compleja edificación que sigue siendo el hospedaje utilizado por los visitantes. Posteriormente a mediados del siglo XIX se construyó un precioso balneario, de estilo neoclásico, frecuentado por muchas personas para el tratamiento de diversas dolencias.
En el casco urbano destaca poderosamente el conjunto arquitectónico formado por la antigua casa de Doña Trinidad Grund, convertida hoy en Ayuntamiento. La iglesia de Ntra. Sra. de la Salud es otro de los edificios de interés arquitectónico. Otros lugares de interés fuera del casco urbano son las cuevas del Duende, el abrigo de Alcaparaín, así como las simas Gorda y la de los Murciélagos.
Sus vecinos han sabido mantener sus tradiciones artesanas, podrá contemplar bellas piezas que se realizan con esparto, tallas de madera y obras pictóricas. Son platos autóctonos el jarrete a la campera, los callos y el chivo a la pastoril que podréis degustar en la mítica casa Pepa que no dejará de poneros platos encima de la mesa hasta que estéis a punto de reventar... Finalmente, hay que destacar la fiesta del embrujo de la Luna Mora que bajo la luz de 12.000 velas, iluminan el pueblo la noche de cada 9 de septiembre con actuaciones que tienen lugar en la plaza de toros.

5 comentarios :

  1. Qué bueno volver a ver tus crónicas y fotos, Juani...significa que volvés a las montañas...espero que tus rodillas sigan bien, pero cuidate,si?
    Lindísima ruta y lindo grupo....como siempre.
    Gracias por compartir.

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  2. Muchas gracias Mónica, la verdad es que teniendo en cuenta que el jueves a penas podía caminar sin que me dolieran las rodillas y el sábado hacer la ruta completa, tan sólo puede tener una explicación en el don que Dios le ha dado al magnífico fisioterapeuta y traumatólogo al que fuí el viernes.
    Ya te contaré la historia.
    Un beso
    Juani

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  3. O sea que parece que las rodillas siguen mejorando. Espero verte en la Sierra de Loja (si es que los dos podemos). En las fotos no se nota tanto el calor y se ve lo espléndidos que son los pasisajes

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  4. Estimado Juani, como siempre, fue un placer y honor de pasar el día andando y en su compañía, hasta la próxima y que sea pronto

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  5. Querido amigo Jon, el placer es mutuo. Te recuerdo que el sábado 14-N, Sean va a hacer la ruta que tengo prevista hacer por el Valle del Genal y que va a ser muy pareceida a la travesía oficial de rafa Flores el sábado anterior 7-N, así que si no puedes ir a la travesía oficial de este sáb. 7-N estás invitado con Sean, conmigo y algunos amigos de Sevilla como el Serpa Carmona el sábado 14-N

    Estimado Padre Carras, tras su bendición del pasado sábado, la recuperación parece milagrosa.
    Un abrazo y Ave maría Purísima.
    Juani

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