lunes, diciembre 07, 2009

Por los campos y cerros de la Axarquía (capítulo 1): Cerros de Totalán: Salazar-Varemo y Piedras Blancas (Zona Rincón de la Victoria-Totalán)

Cerros de Totalán: Salazar-Varemo y Piedras Blancas:
Tal y como nos explicaba Manuel Manzanares en la charla de introducción de la ruta: con este primer recorrido, iniciamos una serie de rutas de la media montaña de la Axarquia malagueña, incluyendo el Corredor verde Colmenar/Periana y la Dorsal Bética, esa gran desconocida para muchos excursionistas. Estos itinerarios nos harán descubrir la gran riqueza paisajistica de la Axarquia media con un paisaje lleno de contrastes e identidad propia.

A modo de introducción podríamos decir que La Axarquía o La Ajarquía (por error pronunciado, La Asharquía) es una región histórica andaluza constituida en una comarca que situada en la parte más oriental de la provincia de Málaga, abarcando prácticamente toda la costa del sol oriental hasta el paraje natural de los Acantilados de Maro y Cerro Gordo y hacia el interior llegando hasta el límite provincial con Granada. Su capital, y ciudad más importante, es Vélez-Málaga y a los residentes de la comarca se les denomina axárquicos. Limita: al norte con la Comarca de Alhama, al este con la de la Costa Tropical, al sur con el mar Mediterráneo, al oeste y noroeste con El Palo y el parque natural Montes de Málaga.

En la Axarquía se encuentran las sierras mas altas de la provincia de Málaga como son las Sierras de Tejeda y Almijara, cuya línea de cumbres hace de frontera natural entre Málaga y Granada, siendo su cumbre mas alta y techo interprovincial la mítica montaña de La Maroma (2.065 m) que junto con los colosos almijáricos ha acaparado la atención del 99% de los senderistas que visitan esta zona. Sin embargo, tal y como bien nos recuerda Manolo, esta nueva colección de rutas está dedicada a otros muchos cerros y sierras secundarias que quedando fuera de las dos anteriores, también poseen gran parte del encanto de esta comarca cuyos ríos y arroyos principales son: el río Vélez, Torrox, Algarrobo, Iznate, Seco, Totalán, Higuerón, Chillar, Almáchar, de la Cueva, Benamargosa, Sábar, Alcaucín, Bermuza, Rubite y Maro. Todos pertenecen a la cuenca mediterránea andaluza. El abastecimiento de agua se realiza a través del embalse de La Viñuela. Tal y como ya hemos comentado esta comarca alberga El Parque Natural de Sierra Tejeda, Amijara y Alhama y en su extremo litoral mas oriental el Paraje Natural de Los Acantilados de Maro y Cerro Gordo.

Para localizar el punto de inicio de esta ruta tipo tres en raya con los Cerros de Totalán: Salazar-Varemo y Piedras Blancas hay que tomar como referencia la autovía de la costa N-340 y tomando la salida de la Cala del Moral, que es la anterior a la del Rincón de la Victoria si venimos de Málaga (posterior si venimos de Motril), una vez tomada la salida de La Cala del Moral, no entramos en esta localidad, sino que avanzamos por el largo carril de incorporación a la autovía dirección Málaga y sin llegar a incorporarnos a ésta, tomamos a nuestra derecha para adentrarnos por la calle principal de una urbanización de nueva construcción hasta llegar en subida a una rotonda (150 m), donde dejamos nuestros vehículos sin dificultad. Desde esta rotonda son varias las calles que se pueden tomar, pero iniciando la caminata desde este mismo punto, echamos a andar por un carril todavía terrizo que comienza a unos 100 m de la rotonda dirección noroeste y que distinguiremos fácilmente por tratarse de una especie de paseo fluvial con sus farolas y banquitos de madera, y que discurre en paralelo a una cañada que viene a desembocar en una especie de lago artificial que nos encontramos al inicio de este carril terrizo (futuro paseo), desde el que seguramente se distribuirá el riego para todos los jardines de la urbanización que poco a poco va quedando a nuestra espalda, mientras seguimos avanzando.

Al llegar al final de este carril terrizo, el senderista debe mantener bien abierto los ojos y su instinto montañero, para ir ascendiendo las laderas que tenemos ante nosotros, a través de un pequeño senderito que se abre paso entre el matorral existente entre los distintos bancales que tenemos por encima de nosotros y sobre los que se encuentran dos carreteras de esa futura urbanización que la actual crisis inmobiliaria ha dejado a medio construir.

Al dejar atrás la 2ª y última carretera, que simplemente atravesamos, seguimos ascendiendo la ladera en la misma trayectoria aproximadamente norte, noroeste, llegando a un último bancal terrizo desde donde ya no hay lugar a dudas para seguir el cordal de cumbres de baja montaña que tenemos ante nosotros dirección norte-noreste, donde se alza el cerro Santo Pitar que presidirá esta ruta la mayor parte del tiempo, hasta que en unos 15 minutos de suave ascensión coronamos el modesto cerro Salazar (510 m) desde el que ya podemos ver la cercana localidad de Olías al noroeste y que posee la peculiaridad de tener ubicado el vértice geodésico casi dos metros por debajo de su punto mas elevado. Hasta aquí cabe destacar el intenso color azul del cercano mediterráneo a nuestra espalda, sobre cuya superficie brillan los rayos del sol con unas vistas privilegiadas de Málaga y su bahía a nuestra izquierda. Entre la capital y nosotros el Monte San Antón y siguiendo la misma trayectoria oeste al fondo la Sierra de las Nieves presidida por el Torrecilla, alzándose como Reina de la Serranía en la línea de horizonte hacia poniente.

Una vez coronado el cerro Salazar continuamos por su dócil crestería a través de un sendero terrizo perfectamente marcado por el que, en a penas media hora, se llega al cerro Vareno (503 m), de similar altura y que sólo requiere del esfuerzo de su repecho final, pues la crestería entre ambas cumbres es de suave perfil. Desde aquí ya dominamos perfectamente la localidad de Totalán y el cerro de Piedras Blancas, cuyo vértice geodésico cuesta distinguir entre los cercanos chalets con piscina que se encuentran a pocos metros de esta cumbre hacia la que dirigimos nuestros pasos manteniendo la misma trayectoria que hemos traído por el cordal hasta llegar a la pista que desciende a nuestra izquierda y que mas tarde nos llevará a Totalán. Teniendo en cuenta que volveríamos a este punto tras coronar el siguiente cerro algunos compañeros/as se quedaron aquí, para dosificar esfuerzos en el camino de vuelta y de camino quedarse al cuidado de aquellos otros que prefirieron prescindir de su mochila para cubrir el siguiente ramal de ruta mas ligeros de equipaje. Tal y como nos adelantaba Manolo el cerro de Piedras Blancas se encontraba a menos de 1,5 km pero 150 m mas alto, que en condiciones normales sería una mariconada, pero que con el perfil de toboganes sube y baja que íbamos acumulando, comenzó a hacerse mas duro conforme íbamos ascendiendo encajonados por lo que parecía una estrecha trocha de aguas horadadas por las aguas torrenciales hasta llegar a un collado donde mas de uno pensaba que ya estábamos en la cumbre tal y como íbamos llegando. Pero nada mas lejos de la realidad, se trataba de un collado trampa, tras el cual nos esperaba una nueva bajada y posterior subida final hasta el mencionado cerro de Piedras Blancas (673 m) al que llegamos no sin esfuerzo remontando una empinada pista que puso a prueba la capacidad pulmonar de cada uno de los compañeros que fueron llegando a su alto vértice geodésico, con unas vistas privilegiadas de Sierra Tejeda con la Maroma dominando el paisaje hacia el nordeste, la prolongación de Sierra Almijara hacia tierras granadinas y el cordal de la penibética con unas vistas muy nítidas del espectacular boquete de Zafarraya, la desconocida Torca, el pico Vilo y Sierra Camarolos formando completando el primer tercio del mítico Arco Calizo Central. Además de las vistas ya mencionadas y hacia levante Moclinejo, parte de Vélez Málaga, Algarrobo Costa y al norte el nido de águilas de Comares. Todo un lujo si no fuera por el daño que causó la plaga de filoxera a finales de s. XIX en estas tierras, que aún parecen no haberse recuperado a juzgar por el fuerte proceso de desertización en el que se encuentran en este momento. Pues aunque la mayor parte de las laderas de estos cerros parecen estar cubiertos de olivos, vides y almendros, al menos aquellos junto a los que fuimos pasando parecían estar muy lejos de estar cuidados y mantenidos en buen estado, salvo los huertos familiares que nos encontramos en los alrededores de los pueblecitos que se asientan en sus laderas. Y a simple vista, ni el mas mínimo indicio de pinos u otras especie de repoblación que aportaran un poquito de verde a este paisaje mas propio del espagueti western. Importante cuestión sería una buena política de reforestación para estos montes no ya sólo por la estética del paisaje y porque el bosque es vida, sino porque es una asignatura pendiente de esta comarca, repleta de arroyos, que aunque permanecen secos la mayor parte del año, cuando llegan las lluvias torrenciales han causado grandes destrozos todo lo que encontraban a su paso, especialmente en sus desembocaduras a la altura de la Cala del Moral, Rincón de la Victoria, Torrox Costa, etc… Pues al no haber prácticamente nada de masa forestal que frene o absorba el agua de la lluvia cuando cae por sus desérticas laderas sus arroyos se convierten en un torrente de agua imparable. Por lo que desde estas líneas sugiero a los ayuntamientos de la comarca, que tomen nota de la magnífica planificación que se llevó a la práctica en el parque natural de los Montes de Málaga para evitar las históricas inundaciones que tanto daño causaron en Málaga capital durante décadas y que a pequeña escala se sigue repitiendo en las calles y viviendas colindantes a los tramos finales de los arroyos que desembocan en las localidades costeras de la Axaraquía.

Tras el descenso del cerro Piedras Blancas y reagrupados todos en el punto donde ya nos esperaban algunos compañeros iniciamos el largo y serpenteante descenso por la pista hasta el arroyo Totalán, que pasa bajo la localidad del mismo nombre, que ya teníamos a tiro de piedra y a la que llegamos tras remontar un desnivel de unos 100 m en a penas 200 m de empinadísimas rampas donde al bueno de nuestro compañero Miguel Alonso se le volvieron a agudizar sus tensiones musculares, Chema empezó a sentir fuertes dolores en la rodilla, incluso subiendo, su mujer también iba algo perjudicada y hasta a su perro boxer Moco le llegaba la lengua al suelo. Con lo que este corto tramo de ascensión entre el arroyo Totalán y el pueblo del mismo nombre se hizo durísimo para muchos compañeros/as que se llevaron una magnífica sorpresa al encontrarse con una fuente de agua fresca en la entrada del pueblo, que fuimos recorriendo entre sus casas encaladas y azulejos historiados, hasta acomodarnos en el bar, cuyos veladores parecían haber preparado para nosotros, pudiendo almorzar cómodamente repartidos en varias mesas, entre lo que cada cual llevaba en su mochila y las consumiciones varias de tapas, raciones, cervezas, cafelitos, etc…que se fueron pidiendo y que supieron a gloria, cómodamente sentados tras la larga caminata. Pero en ésta época del año, el sol cae con velocidad a partir del mediodía y nos podíamos demorar mas, así que el grupo se puso en marcha, a excepción de los tres compañeros mencionados, que prudentemente tuvieron a bien quedarse en Totalán, a la espera de que su amigo Antonio de Estepona, hiciera las veces de equipo de rescate una vez que llegásemos a los coches, pero todavía faltaba para eso…

Casi con pereza, una vez que se despertó nuestro amigo rafa sancho, desde aquel día conocido como la Marmota de Totalán, echamos a andar tras el almuerzo, abandonando las calles de Totalán por la zona del polideportivo donde Valentín aprovechó la ocasión para dejar boquiabiertos a los niños del pueblo, entre los que se puso a jugar al fútbol marcando un gol parecido al 2º de Maradona en el Argentina-Inglaterra de Mexico´86, la cerrada ovación que se escuchó desde fuera del polideportivo, nos hizo pensar que en Totalán nunca vieron nada igual y mientras Valentín se reincorporaba a la marcha del grupo, los chicos del pueblo que lo rodeaban alucinados entre la admiración y el asombro no paran de preguntarle en qué equipo jugaba. El descenso al arroyo Totalán lo iniciamos con la desafiante silueta del cerro Salazar frente a nosotros, a cuya cumbre debíamos ascender por 2ª vez aquella jornada. El descenso al arroyo Totalán lo realizamos por una pista asfaltada muy similar a la que baja de la plaza del Ingenio de Frigiliana al río Higuerón, pero en un tramo de descenso mucho mas largo, hasta que alcanzamos el ancho lecho del arroyo por el que caminamos unos 500 m. dirección sur, para abandonarlo por su margen izquierdo, tomando una pista que nos llevaría en una larga pero cómoda ascensión con distintos ramales de acceso a fincas privadas, pero siguiendo siempre por la pista principal, hasta que llegamos a un cruce en forma de “T”, donde ya no se toma ni a derecha ni a izquierda, sino que abandonamos la pista, ascendiendo por la misma trayectoria, dirección este, por la que remontamos una empinada rampa por el perímetro de un campo de almendros testigo de aquel esfuerzo que requería de disciplina espartana para no desfallecer en el intento de alcanzar por 2ª vez a la cumbre del cerro Salazar, que esta vez si nos pareció durísimo, a excepción de los senderistas de Leyenda entre los que se encontraban la comitiva de los compañeros de Ronda formada por Don Fernando el Diácono, Rafamar-El Aristóteles de la Senda, Paco Domínguez-El Reportero de las Cumbres, Erminia-La Gacela de las Rías Baixas y el jovencísimo Javi, que no por casualidad recibirán el prestigioso galardón de senderistas del año otorgado por el Ayunatmiento de Ronda el próximo 21 de diciembre.

Con las últimas luces del día iniciamos el descenso para alcanzar la carretera superior de la urbanización ya prácticamente de noche. No siendo posible encontrar los recónditos senderos por el que habíamos acortado las trochas al comienzo del día, nos vimos obligados a seguir el caprichoso trazado en largas curvas de esta carretera, hasta alcanzar la pista terriza, que tras pasar junto al lago artificial nos llevó de vuelta a la rotonda donde teníamos estacionados nuetros vehículos a eso de las 19,10 pm, siendo ya de noche cerrada en esta época del año. Pero despidiéndonos con muy buen sabor de boca de esta nueva aventura que cerrito a cerrito nos puso a prueba tras tener que superar unos 1.000 m de desnivel en un recorrido que superó los 21 km, aún lejos de los 30 km que tuvieron que recorrer Manolo y Carmen de una sola tacada, tras rectificaciones varias, hasta dejar pulida esta ruta pionera de la que hasta ahora no existía la mas mínima referencia en internet.

Entre los 36 senderistas que participamos en esta ruta entre compañeros de Pasos largos y GRUME, además de los ya mencionados estaban: Ruben el Cowboy, Felix-The Reader, Maribel-La Sirenita del río Cebollón, Coti-La Sílfide de Alcaparaín, Eduardo-El Profeta del tajo Gómer, El Padre Carras, Paco-El Sabio de Ortaleza, Ilse la Teutone, Gisella, Cristina, el León Bonsai, Chuckie, Dana y otros/as compañeros de aventura que mi frágil memoria no me alcanza en este momento.

A Totalán podemos llegar desde La Cala del Moral por la N-340 ó bien desde el cruce de Olías, bajando desde la Cuesta de la Reina por la desviación de Venta Galwey, dista 7 Km y está ubicado sobre una quebrada de la parte oriental de los Montes, a 291 m de altitud. Por la carretera de El Palo, la distancia desde la capital es de 22 Km. Sus cerros más destacados son Vareno (510 m), Vareno (503 m) y Piedras Blancas (673 m).

Cruzan las tierras del municipio los arroyos Totalán, que da nombre al pueblo, y el Cao. El primero desemboca en La Cala del Moral y, en tramos, sirve de carretera, lo que puede resultar muy peligroso al tratarse de un arroyo formado por torrentes que terminan en ramblas que suelen arrasar cuanto hallan en su camino.

La vid es uno de los cultivos principales del pueblo, de la que se obtiene un vino de excelente calidad. En las tierras del término se produce el almendro y el olivar, este último en menor escala, algunos cítricos. Es reducida la ganaderia, destacando la caprina. La mayoría de los vecinos trabajan en la capital y en la Costa.

PASAJES DE LA HISTORIA:
Apenas si existen datos históricos sobre Totalán. La iglesia que data del siglo XVI según consta en una placa que existe en la fachada principal, parece indicar que el núcleo urbano debió surgir en su entorno, posiblemente con gentes que huían de la costa del peligro casi permanente de los ataques piratas. Incide en lo anterior el tipo de construcción que impera en el pueblo, como el edificio de la iglesia, sencillo, sin grandes pretensiones. También debieron resentirse las plantaciones de vides del término ante los estragos causados por la plaga de filoxera de finales del siglo XIX, cuyo primer brote se dio en el cercano Moclinejo.