martes, noviembre 30, 2010

Desde el castillo de la Estrella al Tajo del Molino-Torró (TEBA)

Distancia aprox. 9,5 km

Desnivel aprox. unos 100 m de ascensión y 240 m de descenso

Punto de encuentro y comienzo de ruta: 11.00 am en el Mirador de la calle Santiago, situado a la entrada de Teba, tal y como llegamos desde el cruce de la carretera Ardales-campillo,situado justamente al pie del Castillón de Teba, inmediatamente después de atravesar el puente sobre el embalse del Guadalteba.

Punto mas elevado: Cruce de senderos de la cara noreste de la Camorra 620 m m

Tiempo aprox. 4 horas, incluyendo la visita a la cueva de La Paloma.

Nivel dificultad: bajo. Sin embargo conviene aclarar que el paso por el Tajo del Molino-Torró, vamos caminando al pié de un angostos desfiladero, donde nos vamos a encontrar con un pequeño tramo de rocas resbaladizas, donde hay que vadear el arroyo del Molino, siendo recomendable llevar chanclas o bien cruzarlo descalzo, porque aunque hay zonas que el vado tiene poco mas de dos metros de ancho, a no ser que se pegue un gran salto, es casi inevitable meter al menos un pié en el agua. Pero despacito y con precaución puede ser un tamo muy divertido tanto para pequeños como para mayores.

Tipo suelo: Sendero y pista terriza la mayor parte del camino, excepto los últimos 500 m a través del desfiladero, sobre las rocas del lecho del río, pero por fuera del agua (en teoría).

Tipo de recorrido: lineal.

Mapas: 1037 II

Época recomendada: Cualquier época menos verano.

Fecha de realización: domingo 28 de noviembre de 2010, magnífico día en el que nos quedó una atmósfera cristalina y unos cielos azules que nos acompañaron todo el día, tras un sábado en que cayó tal cantidad de agua que algunos amigos que tenían pensado venir, se autodescartaron el día anterior, sin darse una oportunidad para ver como amanecía el día.

Participantes: 30 compañeros entre los que vinieron: desde Jerez (Cádiz): Miguel Becerra, “El Maestro Jedi”, su mujer Nieves, su hermano Carlos, su cuñada Mª del Mar, su sobrino Ignacio, desde Puente Genil (Córdoba): Mª Luisa “El Duendecillo de Sierra Horconera”, Héctor “El Caimán de Puente Genil” con sus dos princesas y una amiguita. Desde Ronda Herminia “La Meiga da Rías Baixas” con una vecina de Ronda, nueva socia de Pasos Largos. Y desde distintos puntos de la costa: Valentín “El David Coperffield de las cumbres”, Paco Jaime “El Sabio de Hortaleza”, Juan Antonio “El Señor de los Cahorros”, Silvia-Silvestre, Rosa “La Bailarina de Sierra Crestellina”, Ruslan “El Espartano”, Rusi, Vicky “La Botánica”, Juan Antonio Mena “El Elfo de la Malagueta”, Anita “La Sirenita del Guadalmina”, los míticos Juan Carlos “El Portador del Anillo”, Paqui “La Reina del Chocolate”, nada mas y nada menos que “El Alférez Don Jesús” y su chica: Isabel “La Sirenita del Hozgarganta”, Maria “La Ninfa del río Verdugo”, Nacho “El Diablillo de Timanfaya”, Juan Ignacio Amador “El Pequeño Saltamontes” y los debutantes: Jose, Noelia, Fernando, Eva y el pequeño Fernando que progresan adecuadamente como jóvenes reclutas del Comando Preston.

A tener en cuenta: 1. Desde el punto de encuentro, sólo los conductores, nos desplazaremos, cada uno en nuestro coche, para dejar el mayor número posible de vehículos junto al Tajo del Molino, final previsto de ruta. A menos de 10 minutos en coche desde Teba. 2. Como la mayoría de las rutas que discurren por esta comarca, están muy expuestas al sol, debido a la gran ausencia de bosques, por lo que se hace muy recomendable la gorra y gafas de sol. 3. Unas chanclas para vadear el arroyo serán de agradecer en el último tramo de la ruta en caso de necesidad. 4.Así como un frontal o linterna para visitar la Cueva de la Paloma si tenemos la suerte de encontrarla abierta, no obstante desde la verja se puede observar la mayor parte de la cavidad.

Teba se encuentra situado al oeste de la comarca de Antequera. Sus tierras las atraviesa el río Guadalteba que da origen al embalse de su nombre, integrado en el complejo hidrológico Guadalhorce-Guadalteba. De su paisaje, constituido principalmente por pequeñas lomas y ondulaciones cubiertas de cereal y olivar, destaca la sierra de Peñarrubia. El pueblo tiene una forma muy curiosa a modo de hélice de avión pues su estructura urbana se encuentra ramificada, asentándose entre los valles que forman los cerros de la Camorra, Camorrillo, San Cristóbal y el Castillo. Precisamente por la cara sur y este de la Camorra discurre la primera parte de nuestra ruta.

El pueblo de Teba, declarado conjunto histórico-artístico es de obligada visita, no sólo por la importancia de su castillo sino por tratarse de un continuo salpicar de palacetes y viviendas señoriales que dan gran realce a sus calles, de trazado típicamente andaluz. Igualmente destaca la Iglesia de la Santa Cruz Real (s.XVIII). Otro punto de interés es el antiguo convento de San Francisco (s. XV). Además, nos ofrece parajes declarados de interés natural como el desfiladero del Tajo del Molino-Torró, uno de los rincones mágicos de la provincia de Málaga, donde tenemos previsto finalizar nuestro recorrido, y la zona denominada "La Puente" que es idónea para la acampada y descubrir la naturaleza disfrutando del aire libre. También es lugar de referencia para los amantes del parapente y ala delta, que tienen su pista de despegue en el cerro San Cristobal, desde donde toman altura para sobrevolar con frecuencia sierras las del Castillo y del Carmen, así como La Camorra; También es lugar propicio para la práctica de la pesca, en el embalse del Guadalteba.

De la artesanía destacan los bordados y la elaboración de objetos de esparto y palma, como espuertas, canastas, escobas, útiles agrícolas... En cuanto a la gastronomía, podrá degustar los platos típicos como la Olla, la sopa jervía, la porra, el lavapuertas, el guiso de espárragos, quesos frescos de cabra ... Finalmente, podrá disfrutar de sus fiestas mayores, que se celebran los días 10, 11 y 12 de agosto, en honor a Santo Toribio, siendo las más importantes y concurridas.

Tal y como estaba previsto nos desplazamos con todos los vehículos de vacío hasta el escampado que hay cerca del puente. Gracias a la furgoneta de Juan Carlos “El Portador del Anillo” y Paqui “La Reina del Chocolate” pudimos regresar todos los conductores en un solo vehículo al mirador de la calle San Pedro donde ya nos esperaban el resto de compañeros. Aunque en un principio teníamos prevista la visita al castillo una vez finalizada la ruta, no quisimos dejarlo para mas tarde por lo que pudiera pasar y subimos por las rampas que nos llevaron al emblemático castillo de la Estrella, todo un símbolo de la comarca del Guadalteba.

Desde la magnífica atalaya donde se encuentra ubicado estuvimos disfrutando de las vistas, destacando las que tenemos al este sobre el conjunto de los embalses del Guadalhorce-Guadalteba con el fondo del monte Huma y las montañas y tajos que componen el paraje natural del Desfiladero de los Gaitanes, al norte a nuestros pies la localidad de Teba, asentada en gran parte sobre el cerro de La Camorra, al sur el valle del Guadalteba, donde se asentaron las tropas castellanas para el asedio al castillo, al oeste pequeñas sierras como Ortegícar o el Padrastro de cañete la Real y al noroeste el esbelto peñón de Algámitas junto a la redondeada Sierra del Terril, asomando por encima de Almargen, toda la línea de autogeneradores con los que de forma, creemos que abusiva, han invadido esta comarca y muchísimos campos de cultivo de cereal y tierras de labranza a nuestro alrededor. Todo ello bajo bajo la atmósfera cristalina y el cielo azul radiante, que se nos quedó tras un sábado de copiosas lluvias, que a penas nos había dejado salir de casa el día antes.

Tras el paseo y reportaje por sus alrededores, entramos en la torre del Alcázar, que además de hacer la función de centro de interpretación de la comarca. Visitable de jueves a domingo en horario de 10.00 a 15.00, alberga un pequeño museo bastante mas interesante de lo que podría parecer en un principio, por tratarse de la única parte del castillo que conserva toda su estructura. Complementándose la visita además con un didáctico documental, que en unos diez minutos nos resume de forma magistral los episodios mas destacados por los que pasó el castillo de la Estrella, que fue construido en el siglo X y ampliado en los siglos XII y XIII. En 1330 Alfonso XI conquisto este castillo tras un largo y penoso asedio, cediéndolo posteriormente a la orden de Santiago. A mediados del siglo XV pasó a manos de Juan Ramírez de Guzmán, cuyos descendientes recibirían en 1552 el título de Condes de Teba. Durante la Guerra de la Independencia fue ocupado por los franceses que precisamente fueron con sus cañonazos los autores de la mayoría de boquetes y roturas que hoy vemos en sus murallas. Realizándose una reforma en 1811.

Uno de los episodios más conocidos de su rica historia es el del caballero escocés Sir James Douglas, que se encontraba de paso en Sevilla en su viaje hacia las cruzadas de Tierra Santa y que fue convencido por el rey Alfonso XI, para que uniera sus fuerzas a esta otra cruzada que estaba teniendo lugar a orillas del río Guadalteba. Llegando con el corazón de su rey Bruce (el famoso héroe de la independencia escocesa que aparece en la película de Braveheart). Sir James Douglas acompañado de sus hombres abandonó la disciplina del frente castellano, persiguiendo una avanzadilla de hostigamiento en plena huida enviada por el Rey de Granada cayendo en una emboscada. Sin embargo, ofreció tanta resistencia que las tropas musulmanas tuvieron que emplearse a fondo, dejando un flanco libre que propicio la conquista del castillo de la Estrella.

La fortaleza se divide en dos recintos. El exterior se adapta al terreno, tiene barbacana al noreste y dispone de 18 torres, todas cuadradas excepto una circular situada al noreste y otra octogonal albarrana al norte. Dispone de tres puertas, la principal orientada al oeste, hacia Ronda, y las otras dos, más pequeñas, orientadas al norte Sevilla y noreste Granada.

Todo el conjunto del castillo se encuentra muy arruinado, principalmente por algunas personas del pueblos, amigos de lo ajeno, que lo han despojando concienzudamente de toda su valiosa sillería, de esquinazos, ventanales e incluso portalones usadas para embellecer o construir algunas casas del pueblo. Actualmente se encuentra en estado de ruina consolidada, y pueden apreciarse diversas obras de afianzamiento en el edificio principal del alcázar.

Descripción de la ruta:

Se trata de la denominada ruta Los Molinos que de un tiempo a esta parte se le ha intentado dar cierta publicidad por parte del Ayuntamiento de Teba, consciente del creciente interés de las rutas de senderismo, como un complemento mas al atractivo de su interesante término municipal. De hecho atraviesa el tajo del Molino, que sin duda alguna, lo consideramos como una de las joyas paisajística de la provincia.

En la misma entrada de Teba, tal y como llegamos desde Ardales por la MA-465, nos encontramos con unas terrazas con barandillas de hierro, conocidas como el Mirador de la calle Santiago, con magníficas vistas de los embalses que van a convertirse en el principal referente visual desde el inicio de ruta. Caminando unos 300 m junto a la carretera, dirección este, probablemente en sentido contrario al que hemos llegado, abandonamos la carretera por la primera pista de tierra que sale a nuestra izquierda, una cruz de cemento pintada de blanca se encuentra en el margen izquierdo, justo al inicio de esta pista por la que comenzamos a ascender suavemente.

A la izquierda llevamos en todo momento los tajos que flanquean la cara sur y este de La Camorra, mientras que a la derecha seguimos teniendo vistas hacia los embalses con algunos ramales del camino que se dirigen hacia casas cercanas junto a las que vamos pasando. Poco después de 1,5 km caminando por esta pista que discurre paralela a la base de La camorra, que en todo momento llevamos a la izquierda, mientras vamos caminando en dirección norte. Llegamos a un cruce de caminos, si seguimos de frente, haciéndose bastante mas pronunciada la ascensión unos 300 m mas allá pasaremos junto a las ruinas de un cortijo acabándose dicha pista poco después desde ese punto se puede acceder fácilmente a la cumbre de La Camorra (739 m). Girando a nuestra izquierda dirección oeste, no existe ningún camino o sendero claro, pero entre la pendiente relativamente suave y escalonada y algunos caminos de cabra llegaremos a la cumbre en poco mas de veinte minutos desde que abandonamos la vista, con la única dificultad de tratarse de un canchal que nos obliga a ir caminando las rocas a veces afiladas, pero que con precaución se realiza sin problemas. Desde su redondeada cumbre donde nos encontramos con una sencilla torre de repetición, tenemos unas privilegiadas vistas del entorno, pero para asomarnos al borde desde donde podemos apreciar una parte importante del núcleo urbano de Teba, tenemos que caminar unos 200 m en dirección oeste.

No obstante, llegados al mencionado cruce de caminos, nuestra ruta discurre por el ramal la derecha, dirección este, adentrándonos por tierras de cultivos. Sin embargo, este camino, lo abandonaremos unos 200 m después, girando a nuestra izquierda, dirección norte, vamos por una pista secundaria algo pedregosa pero perfectamente marcada, que discurre en paralelo a un barranquillo a nuestra izquierda en el que se han construido pequeñas presas para frenar la erosión de las aguas torrenciales, en la pendiente del valle que forman los cerros de la Majadilla de Antequera a nuestra derecha y las laderas de La Camorra, cada vez mas lejos a nuestra izquierda. El camino serpentea cómodamente en descenso, salpicado de tomillo, lavandas, matagallos, romero, pequeños bosquetes de encinas y algún que otro pino solitario. Precisamente junto a un gran pino solitario hicimos la parada táctica del almuerzo, pues aunque en teoría desde el inicio hasta aquí se tarda algo menos de dos horas, la interesante visita al castillo, que por otra parte fue un perfecto complemento para esta ruta, obviamente retrasó los tiempos de paso por los distintos hitos del camino según lo que teníamos estimado.

Reanudada la marcha tras el almuerzo, empezamos a girar dirección este, es decir a nuestra derecha, situándonos en paralelo al arroyo de la Venta, por una zona llana conocida por los lugareños con el curioso nombre de “Llano Espá”. A unos 500 m a nuestra izquierda al otro lado del arroyo que por aquí parece poco menos que un canal excavado en una zanja dejamos la cortijada de Gangarilla. Conforme vamos girando el cerro de La Solana que queda a nuestra derecha, nos vamos orientando hacia la entrada del desfiladero conocido como tajo del Molino, que recibe su nombre del impresionante molino de aceite (S. XVII), cuyas ruinas son testimonio fiel de la importancia que debió tener en su día. Encontrándose en la margen izquierda del arroyo de La Venta hacia cuya orilla pasamos como mejor pudimos, no siendo una cuestión fácil con todo el agua que había caído en la jornada anterior. Incluso los mas habilidosos del grupo en situaciones comprometidas tuvieron que estudiar detenidamente el vado, antes de apostar por el paso mas asequible. Formándose casi literalmente un puente humano de fuertes y voluntariosos brazos que hicieron posible que incluso los mayores menos hábiles y los mas pequeños, no sólo pasaran sin dificultad, sino que además se lo pasaron en grande. Situación que volvería a repetirse cuando unos 200 m aguas abajo, las impresionantes paredes bajo las que íbamos caminando, con algún que otro escalador colgado entre cueva y cueva. Nos obligaban por segunda vez a cambiar de orilla. Siendo varios los compañeros que incluso se llegaron a meter en el agua para colaborar con el paso de los pequeños de una orilla a otra destacando “El caimán de Puente Genil” que aún debe estar con los pies congelados, “Ruslan El Espartano” y “El Maestro Jedi” que incluso llegó a caer dos veces seguidas en un vado alternativo, que finalmente resultó ser un vado trampa, siendo afortunadamente el único hombre al agua de los 30 compañeros que salvamos el doble vado con ayuda de los senderistas de leyenda.

Una vez en el escampado donde habíamos dejado todos los coches al principio de la mañana junto al puente, aquel que tenía los zapatos mojados tuvo la oportunidad de cambiarse y continuar hasta la cercana entrada de la Cueva de La Paloma que aunque nos la encontramos con la verja cerrada, al menos si pudimos ver la mayor parte de dicha cavidad que es realmente interesante. Finalizando aquí esta ruta que resultó tan interesante, como divertida con su toque de aventura.

No obstante, si hubiéramos decidido completar el trazado circular para regresar a Teba, situándonos bajo el puente que atraviesa el arroyo de la Venta, junto a las casas de la Tenería, donde nos encontramos con unos interesantes paneles sobre la avifauna, el tajo, el molino, la cueva de La paloma y demás elementos de interés del paisaje que tenemos ante nosotros. El camino continúa por la pista terriza que discurre en paralelo al arroyo por su margen derecho según el sentido de la corriente, es decir, por la orilla contraria a las casas de Las Tenerías. Inmediatamente despuésw el camino gira a la derecha, orientándose ya en dirección predominantemente oeste, noroeste caminando ya en dirección a Teba que junto con el castillo de la Estrella son el referente de este último tramo de la ruta, que discurre entre campos de olivos, almendros y cereales, relativamente cercano a la carretera que vamos a llevar a la derecha en todo momento,a excepción de un corto tramo a la altura del antiguo Molino Lucero, junto al cual ha surgido una pequeña barriada periférica de Teba, donde se encuentra una gasolinera y un cementerio de coche, junto al que pasamos, volviendo a atravesar poco después la carretera, que definitivamente volverá a quedar a nuestra derecha, siendo ya el último hito del camino el paso por el cortijo de Las Pilas, a partir del cual, las ascensión hacia Teba comienza a endurecerse un poco finalizando con un par de zig-zags de la pista terriza que nos devuelven al mirado de la calle Santiago.

lunes, noviembre 22, 2010

VI Travesía paisajística Valle del Genal

VI Travesía paisajística Valle del Genal

Sábado 20 de noviembre 2010

El lema: Entre los valles del Genal y Guadalmansa, el paisaje que nos rodea nunca cansa

Pujerra-Jubrique-Genalguacil

Recorrido: lineal de 22,1 km

Dificultad: Alta. La mayor dificultad estriba en las ascensiones de Pujerra al Jardón y de la Pasá del Monardilla a Benajarón. Utilizaremos carriles, vías de saca, cortafuegos y senderos.

Desniveles: Ascenso acumulado: 1.117 m. Descenso acumulado: 1.347 m

Máxima pendiente: 31,9 %. Mínima pendiente: -27,4 %

Altura mínima: puente sobre el río Monardilla 369 m.

Altura máxima: monte Jardón 1.158 m

Los guías: Rafa Flores “El mago Gandalf de la Serranía” coordinador de dicha travesía encabezando la marcha, Herminia Carballo “A Meiga da rías Baixas” de enlace y Salvador Moreno “Geyperman Salvador” como guía de cola compartiendo la función con José Antonio “Blackmountain”.

Participantes: alrededor de 50 entre los que estuvieron, además de los ya mencionados: Juan “El Coloso de Casarabonela”, Lourdes Del Río, Yoli “Como corre”, Isaac “El Pirata de la Pata de jamón”, Tatiana “Ginger”, El Indomable Jaime, Juan Luis España “Husvond”, Victoria Beltrán “La Princesa Druida”, Juan Antonio Mena “El Elfo de la Malagueta”, Andrés Noel González “El Gran Maestre”, Mónica, Ilse “La Gacela de la Selva Negra”, Salvadora Rivas, Agustín Flores, “La Gacela de Villamartín”, Magdalena Mayor “La Pimentonera de Águilas”, Remedios Gallego, Carlos Tapia “El Retratista de Atardeceres y Amaneceres”, José Antonio Luque “El Vigilante de la playa”, Paco Jaime “El Sabio de Hortaleza”, Maria Andrea Rivera “La Chilena”, “La Rosa de la Comarca”, Isidoro Olivares “El Ilusionista”, Salvador Herrador, Fernando Durán, Paco Domínguez “El Reportero de las Cumbres”, Teresa Rodríguez “La Doctora Cole”, Rafael Márquez “El Aristóteles de la Senda”, Miguel Becerra “El Maestro Jedi”, Reinaldo “El Senescal de la Bahía”, Manuela “La Dama de Hierro”, Severo “El Artesano del GPS”, Bernardo “El Curtidor de Ubrique”, Juan Carlos Bernal “El Motorista Fantasma”, Ana María Garcia “La Silenciosa”, Paco Leal “El Doctor Leal”, María Díez, “La Rosa de Manilva”, Juan Antonio “El Señor de los Cahorros”, Silvia Mérida, Carlitos “El Poeta Matemático”, etc…

1ª parte, de Pujerra a Jubrique (Variante de la Ruta 49 del Libro Valle del Renal guía del Excursionista en sentido inverso al descrito en la pág. 399)

Repartidos los mapas y dada la charla a la entrada de Pujerra iniciamos la caminata bajo un cielo completamente cubierto de nubes bajas a cuya altura no tardaríamos en llegar remontando las empinadas calles del pueblo que en breves minutos nos pusieron en la antigua vereda de Estepona, donde el grupo caminaba a buen ritmo por la pista cubierta por una gigantesca alfombra de hojarasca, erizos de los castaños y alguna que otra seta digna de ser fotografiada, entre monumentales troncos centenarios con los que nos hicimos la foto de grupo, para poco después tomar una variante que nos llevaría hasta la cooperativa de castañas, donde se hizo una breve parada de reagrupamiento para tomar un tentempié y de camino sacar los impermeables, pues empezaba a caer una lluvia fina que nos acompañaría la mayor parte de la jornada.

Poco a poco íbamos dejando atrás la zona de castaños, que tras las últimas lluvias y sobre todo después de varios días de viento ya se habían desprendido en gran medida de sus hojas, encinas y pinos comenzaban a ganar protagonismo conforme íbamos ascendiendo, por la divisoria de vertientes que daría vistas al Mediterráneo a nuestra izquierda y espectaculares vistas sobre el Valle del Genal a la derecha, que no pudimos ver, porque antes de ranos cuenta ya estábamos caminando completamente inmerso entre las nubes, con las cámaras bien guardadas sin ser utilizadas en un largo trecho del camino y comentando entre bromas, que la ruta pasaba a convertirse en paisajística intuitiva. Tras un par de duros repechos, al mas puro estilo tour de Francia coronamos el monte Jardón 1.158 m, donde nos hicimos la correspondiente foto de grupo en la que siempre faltan los reporteros de leyenda que se prestan a inmortalizar el momento. Por primera vez en todas las ediciones del valle del Genal realizadas hasta la fecha se coronaba una cumbre señera, pero paradójicamente estando mas altos que nunca no se veía un carajo.

Entre pinos, encinas, alcornoques, castaños, algarrobos y algún que otro roble disperso, proseguimos este paseo entre las nubes predominantemente en descenso alternándose con algunos llanos y pequeños repechos, mientras pasábamos por el puerto de la Fuente del Corsito, Sillada de Maria Antonia y por fin el descenso a Jubrique, donde por primera vez a lo largo de la jornada comenzábamos a disfrutar de amplias panorámicas, en este caso sobre el valle del río Monardilla, donde el dorado de los castaños se alternaba con los verdes de las encinas y alcornoques. Hasta Jubrique se había igualado prácticamente el tiempo empleado en la jornada preparatoria, sin embargo, el paron de casi una hora de almuerzo de Jubrique nos dejó congelado a mas de uno, que un día después estamos a base de frenadol y colacao calentito con miel.

2ª parte, de Jubrique a Genalguacil (Variante de la Ruta 50 del Libro Valle del Renal guía del Excursionista en sentido inverso al descrito en la pág. 405, tomando como referencia el PR. A-241)

Sobre el mapa el trecho que nos restaba entre Jubrique y Genalguacil, a penas llegaba a una tercera parte de lo que ya habíamos recorrido entre Pujerra y Jubrique. Sin embargo, aunque el chirimiri no nos daba tregua, las nubes se elevaron lo suficiente para permitirnos disfrutar de la espectacular paleta de colores que envuelve al valle del río Monardilla en esta época del año y desde las inmediaciones del puente de madera que uno a uno fuimos cruzando, no hubo cámara que quedara sin desenfundar para inmortalizar el bellísimo paisaje en el que estábamos inmersos, rodeados de helechos rocas y muros de piedra cubiertos de musgo, como si estuviéramos en el norte, la hierba resplandecía por todas partes y los amarillos y dorados de chopos y castaños, contrastaban con el verde de encinas, alcornoques, olivos, almendros y una gran variedad de árboles que disfrutan de un microclima perfecto en este valle mágico por donde comenzábamos a ganar altura camino de Genalguacil por el PR. A-241, hasta que a la altura de una casa, después de que el sendero se haya convertido en pista, abandonamos la misma, por otro ramal de sendero, señalizado por unas flechas blancas, que un extranjero afincado en esta zona, se ha dedicado a señalizar.

Entre muretes de piedra, fuimos ascendiendo en zig-zag hasta llegar a un mágico bosque castaños, que a diferencia del de Pujerra, aún se encontraba en su esplendor, de hecho, la mayoría de castaños aún tenían hojas verdes y amarillas, que entre las intermitentes neblinas, hicieron las delicias de todos los amantes de las fotografía, disfrutando de las últimas vistas de Jubrique, ya muy por debajo de nosotros, rodeados de castaños y setas de todo tipo entre las que ni siquiera faltó, la famosa seta roja de los gnomos. Hasta mas allá del puerto del Zorro, la ruta entre castaños se convirtió en un auténtico espectáculo visual, iniciando ya el descenso hacia Genalguacil, encinas centenarias de un porte impresionante, se convertían en las grandes protagonistas del último tramo de esta travesía, donde rojos zumaques encendidos, parecían hacernos un pasillo de honor hasta entrar en las calles de Genalguacial, donde llegamos a la hora prevista. Disfrutando de sus fuentes y escultura conforme atravesábamos esta singular localidad. Así como de un inolvidable atardecer donde a modo de recompensa por todo lo que no pudimos ver en el primer tramo de la travesía, la meteorología nos regaló un paisaje espectacular, donde los rayos del sol se filtraban entre unas nubes cortadas, contemplando unas luces y sombras, que multiplicaban los colores del paisaje, en constante cambio tal y como las nubes se iban moviendo en lo que fue el mejor colofón para aquella jornada, por otra parte genuinamente otoñal al 100%.

viernes, noviembre 19, 2010

Ascensión a Peñalara, el techo de Madrid

La Chica que miraba a las Estrellas y el Hombr que sabía demasiados escribieron:

Hola compis: el viernes pasado tuvimos que ir a Madrid por trabajo, y aprovechamos el sábado para subir al Peñalara, os mando algunas fotos y una breve crónica. Espero que os guste. Besos!

Patri y Miguel

Ruta circular desde el Puerto de Los Cotos con ascensión a Peñalara y descenso por las lagunas de los Pájaros y la Laguna Grande de Peñalara.

Partimos desde el pueblo de Rascafría por carretera hasta el aparcamiento del Puerto de Cotos, son las ocho y media de la mañana y solo nos encontramos con algunos montañeros que se preparan para subir al techo del Parque Natural.

El puerto se encuentra por encima de un mar de nubes que cubre todo el territorio que nuestros ojos alcanzan a ver, en un día muy claro y soleado. Ya vemos las cumbres nevadas cuando comenzamos a subir por la pista. La ascensión la hacemos por la vía más común y transitada, por un camino en buen estado y bien señalizado, que en 5,4 Km. y con unos 600 metros de desnivel nos pondrá en la cumbre en apenas dos horas.

Pasamos por el Mirador de la Gitana donde hay una rueda de orientación con los nombres de las principales cumbres de la zona. Dejamos el mirador a nuestra derecha continuando por la pista en continuo ascenso, haciendo zig zags hasta llegar a la cota de 2.100 m. donde la acumulación de nieve se hace patente. Corre bastante viento y hay algunas zonas heladas, ya sabemos que tendremos que usar los crampones en la cara norte. La parte final de la ascensión al Peñalara es bastante suave, ya que el mayor desnivel lo hemos superado al principio.

Ya en la cumbre hacemos las obligadas fotos rodeados de un inmenso mar de nubes en todas direcciones, que no nos deja ver el valle de Lozoya ni el territorio de Segovia, pero por otra parte conforma un paisaje mágico y blanco solo roto por las cumbres más altas. Al oeste, Siete Picos, Montón de Trigo y La Mujer Muerta. Hacia el sur, Cabezas de Hierro y Cuerda Larga, e incluso se podía divisar las cumbres más altas de la Sierra de Gredos, como Almanzor.

Continuamos nuestra travesía, ya que el frío aprieta y no podemos permanecer mucho tiempo parados. Seguimos por la cuerda hacia el Norte por la cresta que une Peñalara con el cerro de los Claveles. El terreno está helado y conociendo la caída que hay a la derecha, nos vamos dirigiendo a la zona de la izquierda de la cresta que por una parte es menos peligrosa pero por otra parte, el hielo está más duro porque el viento incide sobre esa cara. Ya equipados con crampones y piolets vamos cruzando la cara norte del macizo descendiendo poco a poco hasta que ya divisamos la Laguna de Los Pájaros, parcialmente congeladas sus aguas. Esta laguna es un lugar en el que gusta pararse, observar el paisaje y respirar.

Después del descanso las huellas en la nieve nos guían por el camino que va rodeando el macizo de Peñalara hacia el Sur, un entorno lleno de pequeñas lagunas y que muestran el origen glaciar de esta sierra. Llegaremos por un terreno fácil y con nieve blanda hasta la Laguna de los Claveles y un poco más abajo nos encontramos con una zona llena de pequeños arroyos que se atraviesan fácilmente. Ya divisamos desde aquí la Laguna Grande de Peñalara, donde se concentran decenas de personas. La laguna está acordonada, una decisión tomada por la erosión que causaban tantísimas personas pisando el terreno terriblemente frágil.

Desde la laguna, el camino de bajada no tiene ninguna dificultad e incluso se han instalado algunas pasarelas de madera para evitar el pisoteo en zonas delicadas. Hay que apelar a la responsabilidad de todos y advertir que no está permitido salirse de los senderos, para evitar la erosión de los suelos.

Al llegar al Puerto de Cotos, son las 16:30 h. y entonces nos damos cuenta de la verdadera magnitud de los visitantes que se acercan a este paraje, el aparcamiento está lleno, no solo de coches sino también de autobuses, y las praderas se han convertido en un merendero improvisado, donde los niños ruedan en la hierba y los mayores degustan manjares campestres.

Igualeja-Parauta-Cartajima-Júzcar, por los castañares del Havaral

Igualeja-Parauta-Cartajima-Júzcar, por los castañares del Havaral

Distancia aprox. 14 km. Desnivel aprox. 500 m de ascensión y unos 400 m de descenso. Punto mas bajo de la ruta: Ruinas del Molino Real, 610 m Punto mas elevado: Cartajima, 864 m Tiempo aprox. Unas 6 horas Nivel dificultad: medio/bajo Tipo suelo: sendero y pista forestal. Tipo de recorrido: Lineal. Mapa: Igualeja (1.065 I) Fecha: Sábado, 6 de noviembre de 2010

Participantes: desde Jerez llegaron Miguel Becerra “El Maestro Jedi” y su mujer Nieves, desde Cádiz: Carlos “El Rey de la Risa”, desde La Línea “Juan Lukita”, desde Sevilla: Cristina “La Princesa de Itálica” y Auro “La Perla del Arahal”, desde distintos puntos de la Costa del Sol: “La Rosa de Manilva”, Rusi, su pequeño espartano, María La Chilena, Paco Jaime “El Sabio de Hortaleza” y su mujer Rosa, Jos “El Coloso del Pico Capilla”, Inma, Antonio “El Titán del Plaza de Armas”, Roción “La Ninfa del Castaño Santo”, Silvia “Silvestre”, Valentin “El David Coperfield de las cumbres”, María “Sentido y Sensibilidad”, Juan Antonio “El Señor de los Cahorros”, María “La Ninfa del río Verdugo”, Nacho “El Diablo de Timanfaya”, Mateo y Juani un servidor. Y como estrella invitada: ¡nada mas y nada menos!, que Juan Luis Muñoz “El Hombre que susurraba al oido de los pájaros” con su mujer y sus tres hijos, completando un total de 26 compañeros de ruta, mas un matrimonio que se nos unió en el primer tramo del recorrido entre Igualeja y Parauta.

Una vez que dejamos el mayor número posibles de coche en Júzcar, final previsto de ruta, nos desplazamos hasta Igualeja una vez mas, como punto de partida de esta mágica travesía por el Havaral que ya se ha convertido en una clásica otoñal del calendario prestoniano. Igualeja cuna de bandoleros como: El Zamarra, El Zamarrila ó el sanguinario Flores Arrocha. El mágico paraje del Nacimiento siempre fue buen lugar para iniciar la ruta y genuino telón de fondo para la foto de grupo, ó grupos en plural, pues casi siempre se suele coincidir con algún grupo que llega o que parte desde este mágico rincón de la Serranía y mucho mas cuando el maravilloso fenómeno de la “Primavera de Cobre” se encuentra en su máximo esplendor.

De Igualeja a Parauta por el PR A-226

A través de la calle principal, pasábamos junto a la iglesia, para iniciar la ascensión por las empinadas calles de Igualeja que entre encaladas casas e inverosímiles revueltas nos lleva por la Cuesta de la Tetona. Comenzando aquí el PR. A-226 que nos lleva a Parauta. La explosión de colores otoñales ya es latente desde el principio, mas aún si a los verdes, dorados, ocres y amarillos de los castaños con sus multiples gamas y variantes según la luz del sol, unimos a la paleta de color, los rojos y anaranjados zumaques flanqueando el camino, encinas, alcornoques, algarrobos, olivos y almendros, que entre otros han colaborado ha enriqcer esta maravillosa paleta de colores, que además de embellecer la comarca del Valle del Genal son la principal fuente de riqueza de los pueblos que alberga.

Tal y como dejando atrás Igualeja y nos damos media vuelta tenemos una auténtica postal de esta localidad, con las imágenes de sus casas encaladas perfectamente integradas entre los dorados bosques de castaños por los que ya vamos caminando, llegando poco después, al alto de la Loma, donde como de costumbre realizamos la 1ª parada de reagrupamiento, al tiempo que animábamos a los mas pequeños motivándolos cual retransmisión al mas puro estilo Tour de Francia. A partir de este alto, ya en bajada, la pista se convierte en senda, mientras vamos pisando hojarasca y algún que otro erizo de los castaños, sumergiéndonos ahora en un caleidoscopio de luces, sombras y colores otoñales con rincones dignos del Señor de los Anillos, que bien podrían haber grabado aquí mas de una escena con música de fondo de Enya. Poco después dejamos a nuestra izquierda un pequeño hito de cemento, conmemorativo de un crimen que tuvo allí lugar por la disputa de unas lindes y antes de darnos cuenta llegamos al arroyo de los Granaos. Desde donde iniciamos el segundo y último tramo de ascensión que va de Igualeja a Parauta, las tres primeras rampas se hacen algo duras, pero paulatinamente la ascensión se va suavizando, hasta que comenzamos a llanear disfrutando de una panorámica espectacular del Cancha Almola y el piramidal cerro Malhacer a su izquierda, dirección noroeste, y pasando junto a espectaculares castaños centenarios, que quedan a nuestra derecha y una gran encina a la izquierda catalogada como árbol singular de Andalucía.

El caserío de Parauta donde hicimos una parada táctica de tapas y cervecitas, se recuesta en una ladera bastante inclinada y presenta una estructura netamente morisca; todas su calles, sin excepción, son absolutamente irregulares. Se divide en lo que podría llamarse dos barrios, muy conectados entre sí por la zona en que se encuentra la plaza. En el barrio que mira más al norte se encuentra la iglesia, una de las más antiguas de la comarca.

Si bien los pueblos del Genal con sus encaladas casas, su idílico entorno y sus azulejos historiados, incluso en ocasiones con los escudos heráldicos de las familias que habitan sus casas, convierten a cada localidad en un auténtico museo . Parauta, además, tiene la peculiaridad de ser uno de los únicos cuatro pueblos que existen en toda España con el certificado AENOR, que le otorga la denominación de “pueblo ecológico” y es que además de ser modélico, toda su producción está enfocada hacia los cultivos ecológicos y los pequeños rebaños de cabras y ovejas que aún podemos encontrarnos por sus alrededores pastando a la antigua usanza nos hace remontarnos a tiempos pretéritos, por desgracia cada día menos frecuente. Su término municipal es tan amplio como diverso abarcando gran parte de la zona occidental del parque natural sierra de las Nieves con sus montes calizos y sus bosques de pinsapos, como el de la ladera norte del Alcojona, parajes paradisíacos como el “Cambullón de Vélez” y numerosos tramos de bosques de castaño, encinas y alcornoques del alto Genal.

De Parauta a Cartajima por el PR. A-222

Abandonaremos la localidad de Parauta tomando el PR. A-222 por el camino del Molino Real, comenzando un prolongado descenso, mientras íbamos disfrutando de preciosas vistas de Cartajima con su emblemático torcal al fondo, enmarcado entre las ramas de los castaños y encinas que flanquean el camino, salpicado aquí y allá por madroños cuyas dulces bolas rojas volvieron a ser degustadas por pequeños y mayores. En todo momento, el Cancha Armola, junto al piramidal cerro Malhacer, presiden el horizonte al noroeste, son los grandes centinelas del alto Genal. Al final del descenso nos esperaba el vado del arroyo del Nacimiento, pasando junto antiguas cortijadas, construidas sobre los vestigios del desaparecido pueblo de Benahazín, que fue uno de los muchos pueblecitos moriscos que se vieron obligados a capitular con los Reyes Católicos, allá por el año 1485, cuando fue conquistada la ciudad de Ronda y la mayor parte de su serranía.

Después de dejar atrás el vado del arroyo del Nacimiento entre un frondoso túnel de vegetación y varias zonas de umbría, llegamos a un soleado prado que nos pareció el lugar ideal para disfrutar del almuerzo de hermandad, tras el cual y a toque de corneta, para que nos pillara el toro con las horas que quedaban de sol iniciamos la ascensión mas larga y dura de la jornada, que nos llevaó hasta los 864 m sobre el nivel del mar donde se encuentra ubicado el ayuntamiento de Cartajima, a donde llegó en primera posición el inagotable Valentín "El David Coperfield de las cumbres", que como viejo zorro dejó que atacara primero el "Gran Miguel Becerra", saltando a su rueda "el Comandante", para darles caza mas tarde a media subida y coronar en solitario seguido a pocos segundos por el siempre imprevisible "Diablo de Timanfaya" tras una memorable ascensión en la que fué de menos a mas. Pero el cansancio de algunas compañeras tras la subida y la prudencia para no frenar el ritmo del grupo le llevaron a tomar la decisión de quedarse allí hasta que la fuésemos a recoger con los coches junto a los tres niños que también venían con nosotros y que también daban por muy buena la ruta, llegando hasta Cartajima. Cuyas calles atravesó el grupo al grito de “¡Espartanos, preparaos para la Gloria!”. Este genuino pueblo serrano se encuentra enclavado en la empinada ladera donde confluyen los roquedos calizos de la Sierra del Oreganal y las pizarras que bordean la corriente del Genal. La zona rocosa al norte de la población es un complejo kárstico de enorme belleza que se conoce como “Los Riscos de Júzcar y Cartajima”, dignos de ser visitados con acompañamiento de paisanos que conozcan los mejores rincones y las cuevas más interesantes. ¡Por cierto!, que Juan Luis Muñoz nos informó de que si finalmente se lleva a cabo el proyecto de autovía entre Ronda y la costa, Los Riscos de Júzcar y Cartajima podrían ser los grandes sacrificados, al quedar destrozado gran parte de este ecosistema, que ahora mas que nunca está en peligro de extinción. Por lo que desde estas líneas lanzamos un “SOS Riscos de Júzcar y Cartajima”.

De Cartajima a Júcar por el PR A-224

El cartel señala, tiempo aproximado 1 hora (supuestamente para el senderista medio), pero quien puso una hora jamás se imaginó que Valentín con sus 76 años y su legión de seguidores completaran este trazado entre ambos pueblos en menos de media hora, haciendo una auténtica contrareloj. Aunque me imagino que en su descenso a tumba abierta hacia el arroyo Blanco, tampoco tendrían mucho tiempo de detenerse para recrearse con el genuino paisaje de los riscos enmarcados por los dorados castaños y chopos amarilleando al fondo de la cañada. Poco antes del descenso al arroyo Blanco, cuyo cauce suele estar generalmente seco, los castaños dan paso a una mayor presencia de encinas y ya no son erizos lo que nos encontramos en el suelo, sino bellotas. Cambiando también la tonalidad del paisaje, que vuelve a presentarse grandioso ante nosotros, cuando nos estemos acercando al pequeño tramo de la carretera MA 518, junto a la cual caminaremos unos 200 m, abandonándola poco antes de entrar en Júzcar por una pista que sale a la derecha y que a media bajada en un ramal, también a la derecha nos lleva hasta uno de los mayores castaños del valle del Genal, este último descenso nos lleva hasta la calle principal que atraviesa el pueblo de Júzcar, donde recuperamos los coches después de tomarnos el refrigerio correspondiente de final de ruta en el mítico bar Torrichelli.

lunes, noviembre 01, 2010

Ascensión al Almendrón, 1.507 m (P.Nat. Sierra Tejeda,Alhama y Almijara, sector Sierra Almijara)

Ruta: Ascensión al Almendrón por la Comatocha y Tajos del Sol por el Nido del Buitre (P.Nat. Sierra Tejeda,Alhama y Almijara, sector Sierra Almijara)

Punto de encuentro recomendado: parking cuevas de Nerja

Cómo llegar al punto de encuentro: Teniendo como referencia la localidad de Nerja, a la que se llega por la autovía de la costa (N-340), tenemos dos opciones, o bien tomando la salida de Nerja, atravesando dicha localidad por la carretera principal hasta las cuevas siguiendo las indicaciones- Ó bien la forma mas rápida que consiste en pasar de largo, dejando a un lado la salida de Nerja, atravesamos el túnel del Capistrano e inmeditamente después tomamos la salida 295 (Maro), pasamos dos rotondas y después tomamos el desvío que nos lleva directamente a las cuevas de Nerja.

Distancia aprox. 18 km aprox. (desde el Pinarillo)

Desnivel aprox. 1.300 m aprox.

Punto de partida: Área Recreativa Fuente del Esparto (km 0, 525 m)

Punto mas elevado: Almendrón (1.507 m)

Tiempo aprox. Unas 7-8 horas.

Fecha: Sábado, 30 de octubre de 2010, pronóstico de lluvia por Andalucía occidental y riesgos de precipitaciones a partir de media tarde por la zona de la Axarquía. Que afortunadamente quedó en una ligera llovizna al inicio de la ascensión y cielos cubiertos con un ambiente fresco que ayudó a mitigar el esfuerzo.

Participantes: Un grupo de 20 compañeros entre los que se encontraban: Valentín el Inagotable Himalayista, que junto con El Doctor Leal y el Padre Carras pusieron un ritmo infernal en los tramos de subida llegando a coronar con éxito la mismísima cumbre del Almendrón desafiando el vértigo y pasos espeluznantes con gran pericia en los delicados metros finales que también consiguieron superar: El Hombre que sabía demasiado, la Chica que miraba a las Estrellas, El Gran Maestre, Ruben- el Cowboy, Kostas-el Pirata Chipriota, Carlos Mayorga el Multiaventuras y Juanlukitas Skywalker gracias al cual tenemos las fotos de tan privilegiado momento de gloria. El resto del grupo llegamos todos al último tramo de crestería que no es poco, quedándonos a menos de 50 m de distancia a la cumbre, pero casi a la misma altura: María la de la Sonrisa Cautivadora, Silvia-Silvestre, Juan Antonio-El Señor de los Cahorros, Paco Bejar el Curandero, Ilse-la Gacela de la Selva Negra, Isa-Caperucita Rosa, Héctor el Caimán de Puente Genil, Mª Luisa- el Duendecillo de Sierra Horconera, y Juan Ignacio Amador, un servidor que tuvo el privilegio de estar allí para dejar constancia de la que fue una de las mejores rutas que he hecho en mi vida, con un excelente grupo de amigos.

Nivel dificultad: Alto. Tanto por el desnivel a superar, como por la peligrosidad de algunos tramos muy expuestos en los últimos metros de cumbre del Almendrón donde cada cual debe poner su propio límite. Sin embargo, al techo de los tajos del Sol, podemos llegar sin problemas manteniéndonos a una distancia prudencial del abismo.

Tipo suelo: 15% pista forestal al principio y al final, 70% sendero casi siempre muy cerrado por el matorral, atravesando varias pedreras y zonas rocosas con bastante canchal en las zonas de crestería y 15% sobre el lecho seco del Barranco de Cazadores.

Agua: El único punto de agua es a la salida en la fuente del esparto.

Tipo de recorrido: Circular.

Mapa: Maro (1.055 III)

A tener en cuenta: Según la época del año en la que nos encontremos, dependiendo de las horas de luz solar y lo sobrados que se vayamos de fuerza al llegar a los Tajos del Sol, se puede continuar hasta los Altos de la Mina y ya desde allí la cumbre del Navachica queda a tiro de piedra, desde donde se realizaría el descenso tradicional por el Barranco del Rey de Cazadores. Incrementando la ruta en mas de 10 horas de duración, probablemente mas de 1.700 m de desnivel acumulado y elevando bastante el grado de dureza y dificultad (mejor no quedar con nadie para cenar esa noche).

Recomendación: Preferentemente sólo para personas federadas con experiencia en rutas de nivel alto. Pues además de buena forma física, se necesita tener destreza en terrenos y pasos complicados no aptos para personas con vértigo.

Para esta ruta deberíamos llevar un mínimo de 3 ó 4 litros por persona dosificándolos muy bien en caso de escoger la versión extendida. Además de llevar en el maletero del coche una neverita con bebida extra, para salir muy bien hidratados antes de echar a andar y encontrarnos bebida al regresar a los coches, pues lo mas seguro es que la mayoría agotemos las últimas reservas de bebida mucho antes de finalizar la ruta.

No olvides tu linterna (con las pilas nuevas), silbato y chubasquero (que nunca deben faltar en algún rincón de la mochila), además de protección solar si tenemos previsión de día soleado, lo cual sin duda endurecerá la ruta.

Alicientes principales: Esta es una de las ascensiones mas espectaculares no ya sólo de Sierra Almijara, sino de toda Andalucía por la impresionante sensación alpina con caídas espeluznantes a ambos lados de la crestería, especialmente hacia el oeste, con una caída de mas de 300 m en vertical hacia el cortijo del Imán. Sin olvidarnos de las abruptas paredes que encajonan el mítico Barranco de Cazadores cuyas paredes recorre el sendero de forma inverosímil.

Breve descripción de la ruta:

Debido al mal estado en que se encuentra el carril de acceso al parque desde las cuevas de Nerja, no nos atrevimos a llegar mas allá del área recreativa del Pinarillo, donde dejamos aparcados todos nuestros vehículos, a excepción del Padre Carras, que nos volvió a sorprender a todos pasando como una exhalación con las cuatro ruedas en el aire, cubriendo los 2 km que le faltaban para llegar a la Fuente del Esparto en poco mas de 1 min. 15 segundos, dejando el coche directamente estacionado tras hacer un trompo a ras, mientras el pobre Valentín vomitaba el desayuno.

Poco antes de llegar a la Fuente del Esparto (525 m, km 0), ya distinguíamos el polar rojo modelo Spiderman de Valentín, conviene aclarar que poco antes de llegar a la fuente del Esparto, donde la imponente silueta de la Maceta preside el horizonte norte, que la pista describe una cerrada curva donde atraviesa el barranco de la Coladilla, por lo que aquí giramos a la izquierda siguiendo el carril y poco después en un cruce de sendas tomamos el de la derecha, pues el ramal de la izquierda nos lleva a la fuente del Esparto propiamente dicha y si siguiéramos por esa pista iniciaríamos un largo descenso hacia el Alto Chíllar, pero esa no es nuestra ruta. La otra opción es continuar por el lecho del barranco de la Coladilla hacia arriba, que después de unirse con el del Pino, ya pasa a llamarse barranco de Cazadores por donde nosotros realizamos el descenso, aunque la mayoría de los que escogen esta ruta lo hacen en sentido inverso.

No obstante, tal y como íbamos diciendo, nosotros escogimos la pista que sale a la derecha, poco antes de llegar a la Fuente del Esparto, donde no obstante, dos compañeros se desviaron brevemente a coger agua. El pronóstico daba lluvia a partir de media tarde, pero ante la ambigüedad de los términos: media, tarde y Andalucía occidental, la ilusión de quienes allí estábamos era mucho mayor que la fuerza del agua que nos pudiera caer, a pesar de que el cielo estaba cada vez mas oscuro y siniestro. Allí estábamos nosotros afrontando el primer tramo de ascensión por el denominado camino de la Comatocha que es la loma por la que va subiendo, con las primeras vistas al fondo del Almendrón y Almendrillo, todavía muy lejanos. De hecho la llamativa silueta de La Maceta, que vemos mucho mas alta por su proximidad a nosotros, sigue siendo la que preside el paisaje en este primer tramo de ascensión. Éste cerro de imponente aspecto y que en cualquier otra sierra sería una cumbre emblemática, es uno de los grandes colosos de sierra Almijara, que queda casi perdido en el anonimato, de esta sierra que siempre ha sido y será mi santuario montañero.

Unos metros antes de finalizar el carril (680 m, km 1,5) debemos estar muy atentos porque sale a nuestra izquierda un sendero desde donde vamos a mantener una dirección predominantemente norte, noreste hasta los tajos del Sol, de momento este sendero nos lleva hasta la Meseta de la Puerta, que podemos comenzar a intuir al final de la loma donde unos pinos recortan la línea del horizonte y al mismo tiempo empezamos a vislumbrar los lugares por donde va a discurrir nuestra ruta, pués a la derecha de la pequeña meseta, distinguimos la parte alta del Almendrillo o Torre del Almendrón, detrás del Almendrón a la derecha. Echando la vista atrás va quedando cada vez mas abajo la pista por la que hemos llegado desde el Pinarillo y su cercano helipuerto con la correspondiente balsa contra incendios y el barranco de la Coladilla, junto al que discurre el carril de acceso al parque con toda esa zona tapizada por el verde de los pinos, con el Mediterráneo ya al fondo, que veíamos plateado en este día plomizo y el alto del Cielo al sureste. Se trata de una subida muy progresiva, que con la prolongación de zig-zags y el ambiente fresco se nos hizo muy cómoda. De hecho antes de darnos cuenta ya estábamos en un primer collado que da vistas al valle del Chíllar, Frigiliana, Mediterráneo, etc…(880 m, km 2,4). La senda sigue ascendiendo y pronto se llega a un tramo de sendero que ha quedado sepultado bajo una pequeña torrentera muy escalonada, por donde subiremos sin ninguna dificultad para recuperar el sendero unos metros mas arriba. Poco después, llegamos al collado de la Terriza, (1.120 m, km 3,2), con las primeras vistas al barranco de Cazadores. Estamos al filo de los imponentes tajos de la Soledad, la caída hacia la derecha es sencillamente impresionante. Por si alguien no lo tuviera todavía claro a partir de este punto, todo el mundo tomará conciencia de que estamos ante una ruta grandiosa y esto no ha hecho mas que empezar. Por cierto, que aquí se hizo una parada de reagrupamiento que aprovechamos para ponernos el chubasquero, pues lo que hasta ese momento eran gotas, pasó a convertirse en una ligera llovizna que por suerte no duró mas de media hora y que con todo el desnivel que estábamos salvando casi era de agradecer, lástima que una gota mal limpiada sobre el objetivo de mi cámara me dejara marcada casi todas las fotos de aquella jornada con una especie de nubecilla borrosa. Desde este collado con vistas al barranco de cazadores se pueden observar algunos tramos del sendero que ascienden al Navachica, los que comunicaban entre sí las antiguas minas y retazos de la variante que lo comunican con la base del Almendrón por donde realizaríamos el descenso. A nuestra derecha, dirección este, podemos distinguir La Maceta (1.325 m) y un poco mas a su derecha el alto del Cielo (1.501 m).

El siguiente tramo de ascensión, el sendero continua serpenteando entre matorral bajo, pero con una pendiente ligeramente mas suave para llevarnos a una estrecha meseta conocida como La Puerta (1.275 m, km, 3,7), de a penas 50 m de ancho poblada de varios pinos aislados que por su ubicación en esta especia de altiplano son un buen referente visual tanto a la ida como a la vuelta de este itinerario. Si nos asomamos a cada uno de sus lados tenemos espectaculares caídas hacia el barranco de Cazadores a nuestra derecha, este, y los llanos del Cortijo del Imán, junto al valle del Chíllar a nuestra izquierda, oeste, donde podemos distinguir fácilmente de izquierda a derecha: El Cisne, el Lucero, El Cuervo, la cadena, Piedra Sillada y el Almendrón con el Almendrillo ó Torre del Almendrón por delante. Merece la pena detenerse en el punto donde finaliza la meseta y comenzamos el descenso pues las vistas del Almendrillo a tiro de piedra y por detrás la imponente silueta del Almendrón hacia donde vamos a dirigir nuestros pasos nos deja la imagen de portada del famoso libro “Disfrutar caminando por el parque natural Sierra Tejeda y Almijara” de dos grandes Maestros de estas sierras como son: Jesús Cuartero Zueco y Cayetano Casado Bolívar, al igual que el topógrafo Miguel Ángel Torres Delgado, autor de los mapas topográficos de Sierra Almijara y Sierra Tejeda, que también utilizó esta imagen de portada con el Almendrillo por delante del Almendrón que resulta un espectáculo para la vista desde la Meseta de La Puerta un lugar digno de mención por las magníficas vistas y perspectivas de Sierra Almijara que podemos disfrutar desde este enclave al que además se llega sin ninguna dificultad.

Tras abandonar la meseta iniciamos un tramo de suave descenso con algún zig-zag que momentáneamente nos pone en dirección sur, pero tras un par de requiebros ya nos encaminamos hacia la cara este de la base del Almendrillo (1.250 m. km 4,2), de tal manera que su cumbre queda a nuestra izquierda y la caida hacíale barranco de cazadores a nuestra derecha. Lástima que desde esta posición no podemos ya perdemos de vista sus espectaculares paredes de la vertiente suroeste, que nos hacen pensar en una especie de Naranjo de Bulnes o pico Urriellu almijárico. Una vez que superamos el Almendrillo finaliza el tramo de descenso y comenzamos una progresiva ascensión, que atraviesa algunas pedreras procedentes de la cumbre del Almendrón, que visto desde nuestra posición parece una especie de dinosaurio gigante con unas betas anaranjadas que no se le parece en nada a la típica silueta que de él tenemos desde el sur y oeste. Además el sendero va atravesando un bosquete de pequeñas encinas que se aleja aún mas de la típica imagen del gigantesco peñón inhóspito. Poco a poco vamos superando el Almendrón, cuya cumbre hemos ido dejando a nuestra izquierda, a pesar del terreno tan pedregoso el sendero está marcado casi siempre por puntos verdes e hitos de piedra, poco antes de llegar al ramal de sendero por el que bajaremos al barranco de Cazadores (1.380 m, km5), que quedaría a la derecha, abandonamos nuestra senda hacia la izquierda o lo que es lo mismo dirigiendo nuestros pasos a la divisoria de aguas, hay mucha piedra suelta pero la ladera tiene un perfil escalonado donde pudimos progresar sin dificultad. Las vistas aquí vuelven a ser grandiosas con todo el Valle del Chíllar ante nosotros y a nuestros pies el cortijo del Imán.

Nos encontramos al pie de la cara norte del Almendrón, hasta ese día creíamos que la ascensión hasta su cumbre era una leyenda urbana, pero para nuestra sorpresa una vez que nos pusimos a caminar por el caos de roca cercano cercano a la divisoria de aguas de su cara norte, comprobamos para nuestra sorpresa que existe una precaria senda que incluso para los que llevamos mal el tema del vértigo, una vez superada una delicada repisa que da al valle del Chíllar podemos llegar sin a penas dificultad casi a la misma altura de la cumbre del Almendrón (1.507 m, km 7) que coronó en primera posición el inagotable Valentín.. De hecho todos llegamos a la plataforma cimera, que en este caso es una arista, donde hay pequeños pasillos y terracitas donde uno se puede encontrar bastante seguro. A excepción de los últimos metros con dos salientes bastante delicados que consiguieron superar diez de los veinte compañeros. A buen seguro que de haberse habilitado un paso con cadenas tipo paso de Mahoma en el Aneto, prácticamente habríamos hecho cumbre todos los compañeros, que no obstante, estábamos en un pañuelo. Para regresar sobre nuestros pasos “El Señor de los Cahorros y un servidor” le dimos buen uso a la cuerda salvadora que trajo el precavido Caimán de Puente Genil, que la trajo mas por solidaridad con los compañeros que la pudieran necesitar que por él mismo pues legendaria es su destreza por los riscos.

Tal y como íbamos diciendo, regresando sobre nuestros pasos manteniéndonos a una distancia paralela a la misma, discurre el sendero por el que llegamos hasta collado del Nido del Buitre (1.544 m, km 8), si bien es cierto que una vez en la cumbre del Almendrón las vistas son prácticamente las mismas con el aliciente de subir a continuación los tajos del Sol (1.685 m, km 8,7) que coronamos sin dificultad manteniéndonos en todo momento a una distancia prudencial del filo de sus tajos, a los que no obstante, no pudimos evitar asomarnos en mas de una ocasión para comprobar la impresionante caída hacia el valle del Chíllar. De no haber sido porque la amenaza de lluvia seguía presente en cada momento, el grupo hubiera estado dispuesto a afrontar la subida hasta los Altos de la Mina (1.700 m), ya próximos al collado de la Ventosilla, para hacer cumbre en el Navachica (1.828 m), pero al ver que esta mítica montaña comenzaba a desaparecer bajo un nuevo frente de nubes, lo tomamos como una señal para regresar sobre nuestros pasos, haciendo el almuerzo al resguardo de los mismos tajos del Sol prácticamente al filo del abismo pero sirviéndonosle parapeto respecto al viento de poniente.

Una vez reemprendida la marcha, en pocos minutos ya habíamos enlazado con el ramal de sendero que desde la base del Almendrón nos lleva hasta el barranco de cazadores en una sucesión de cómodos zig-zags. Temiendo un largo descenso recuerdo que al llegar al barranco de Cazadores mucho antes de lo que me imaginaba pensé: “¡coño, que bien y que pronto, le dijo la tonta al tonto!”. Claro que al comprobar por el altímetro que aún estábamos por encima de los 1.000 m, me dí cuenta de que el tonto era yo, ¡cuñaaaaaaaaaaaaaaaaaaaao! Pués no tarde en comprobar que el camino por el barranco de Cazadores del que tantas veces había oído hablar es una auténtica montaña rusa, donde el camino por el mismo lecho del río se intercala con largos tramos de sendero, que a veces discurren a gran altura del cauce, pasando cerca de antiguas boca minas como la de la Furia que vemos al pié de un imponente salto que de llevar agua sería una cascada de mas de 25 m, la mina del Tajo, que no puede tener un nombre mas apropiado pués se encuentra justo en la mitad de un tajo, al que llega un vertiginoso sendero por la vertiente izquierda del barranco, que es la opuesta a la nuestra. Mientras que nosotros vamos caminando extasiados por la grandiosidad de las paredes que nos encajonan hasta hacernos sentir como pulgas. Tampoco faltan barranqueras como una junto a la cual se inicia el último tramo de descenso hacia el lecho del río que ya no abandonamos hasta llegar a la pista que va de la Fuente del Esparto al Pinarillo. Hay que advertir que a la espera de que Medio Ambiente, Junta de Andalucía, Ayuntamiento de Nerja o quien corresponda, un tramo de mas de 30 m del sendero que baja al cauce paralelo a la barranquera ha quedado muy erosionado debido a las inundaciones de septiembre de 2007 y está muy resbaladizo e incluso peligroso, sobre todo para bajar, hasta el punto que mas de uno tuvimos que poner culo en tierra, agarrándonos a peñascos y matorrales para no salir disparados ladera abajo, diciendo aquello de “Andalucía imparable!”.

Poco antes de llegar al carril de la Fuente del Esparto aún tuvimos tiempos de recrearnos con las casas cueva que tan abundantes son en esta zona, mientras nuestro guía Valentín nos explicaba como era la forma de vida allí dentro haciendo una perfecta recreación en plan CSI. Antes de llegar al área recreativa del Pinarillo el último aliciente de la jornada fue volver a ver al Padre carra con las cuatro ruedas del micra rojo en el aire por cada cambio de rasante, llegando el primero al punto de encuentro para nuestra penúltima copa en la estación de servicio 24 horas que hay justo en la salida de autovía Nerja-Frigiliana.

Pero eso fué después de superar el Paris-Dakar de 6 km de pista en muy mal estado que separa al parking de las cuevas de Nerja del área recreativa del Pinarillo que ya habían padecido nuestros coches por la mañana en sentido contrario. Por donde me gustaría traer a los políticos responsables del mantenimiento del parque para que me explicarán si es normal el pésimo estado de este carril de acceso hasta un punto de partida de rutas tan importante como el área recreativa del Pinarillo ó si también es normal que aún no hayan reparado los tramos dañados de sendero, algunos de los cuales han desaparecido desde septiembre 2007. Después se presumirá en las páginas webs de medio ambiente de la Junta y de los Ayuntamientos locales de las excelencias que nos depara el parque y su fantástica red de sendero. Sin embargo, todavía no recuerdo haber leído alguna advertencia sobre el pésimo estado de sus caminos de acceso, solo aptos para 4x4, o del estado de abandono en el que se encuentran muchos senderos como el del cortijo del Imán en el Alto Chíllar y su prolongación hacia la fábrica del Imán y el Cuervo, algunos tramos básicos del Barranco de Cazadores, por no hablar del sendero del Barranco de la Alfaja, el sendero que va de Piedra Sillada al puerto de la Ventosilla y desciende hacia las casas de la Monticana ya por la vertiente granadina casi invadidos por las aulagas y otros matorrales de espino. Es verdad que en la mayoría de las rutas nos encontramos algún panel informativo al inicio, pero una vez que te adentras en el parque lo único que te encuentras con un poco de suerte es alguna baliza de madera y esporádicas señalizaciones en la vertiente granadina, pero la Malagueña a fecha de hoy sigue estando muy dejada de la mano de Dios, ¡vamos que ya no queda ni el monumento de la cabra que presidía el Pinarillo!. Señores políticos por favor, dense una vuelta por cualquier parque natural del norte y podrán comprobar como estamos a años luz del cuidado, mantenimiento y señalización de senderos y áreas recreativas, amén de una mayor conciencia ecológica y por supuesto acorde a estos tiempos en los que tanto se fomenta el respeto al medio ambiente y el senderismo esta en pleno auge, aunque de momento ustedes parecen tener condenados nuestros senderos al olvido y la desidia.