sábado, abril 02, 2011

Del cerro Rebolo al Sillón del REy

Zona de los Embalses del Guadalhorce-Guadalteba y Conde del Guadalhorce.

Pueblos de referencia: Ardales-Campillos

Distancia aprox. 8 km.

Desnivel aprox. 220 m

Punto de partida: km 2,5 carretera El Chorro-Campillos

Punto mas elevado: cresta del cerro Rebolo 480 m

Tiempo aprox. Unas 4 horas

Nivel dificultad: medio/bajo

Fecha de realización: sábado 02 de abril de 2011, cielos nubosos todo el día con una luz demasiado gris para la fotografía paisajística.

Participantes: 22 amigos entre los que se encontraban 8 niños, todos disfrutamos de un agradable paseo que a pesar de su aparente docilidad no estuvo carente de algún tramo algo aéreo, amén de los espectaculares paisajes que se obtienen desde el cerro Rebolo de los trea embalses, especialmente de los del Guadalteba y Guadalhorce por su proximidad.

Tipo suelo: pista terriza, campo través y carretera de los embalses.

Tipo de recorrido: Lineal.

Mapa: Pantano del Chorro (1.038-I)

Descripción de la ruta: Una vez en el inicio de ruta (km 2,5 de la carretera MA-451 El Chorro-Campillos) comenzamos la caminata en suave descenso, dirección norte, noreste, para pasar muy cerca del cortijo del Rebolo, que toma su nombre del redondeado cerro por cuyas laderas primero y su cresta después discurre la primera parte de esta ruta. Las vistas sobre el embalse del Guadalhorce son espectaculares con Sierra Llana al fondo y el monte Huma detrás, considerada una montaña mágica por la energía positiva que transmite y que con sus 1.191 m constituye la máxima altura del paraje natural del Desfiladero de los Gaitanes.

Poco después de pasar junto al mencionado cortijo el camino gira a la derecha dirección sur, manteniéndose en un suave perfil casi llano con las aguas del embalse de Guadalhorce a nuestra izquierda, a la altura del cortijo del Chopo, la pista gira a la derecha y comenzamos a ascender dejando a la derecha este cortijo y muy pronto el camino se convierte en sendero. Cuando el sendero se pierde, empieza un pequeño tramo aventurero campo través de corta pero intensa ascensión entre pinares hasta alcanzar la crestería por donde nos facilita la progresión los restos de un antiguo cortafuegos..

Por lo que en casi todo momento avanzamos sin dificultad por la cresta en dirección sur, desde el mirador de los Tres Embalses, dando vistas a las dos vertientes del cerro, aunque hay algunos tramos con rocas, que nos obligaron a rodear algún pequeño saliente. No obstante, todo el grupo progresó sin mayor dificultad deleitándose con unas vistas de ensueño sobre los embalses y su entorno a caballo entre las montañas del paraje natural del Desfiladero de los Gaitanes a la izquierda y la campiña de Teba a la derecha, junto con su sierra y el emblemático Castillón de Peñarrubia, hasta que descendimos al nivel del puente de la presa Guadalhorce-Guadalteba, que atravesaremos hasta pasar por delante de los cuidados jardines pertenecientes a las oficinas de la Confederación Hidrográfica del sur, girando aquí a nuestra derecha.

Se trata del epicentro de la red de carreteras de los embalses teóricamente sólo para operarios y frecuentada los fines de semana por excursionistas, amantes de la pesca, la escalada y el parapente que también se práctica por la zona. Tan pronto como dejamos atrás la presa Guadalhorce-Guadalteba, nos encaminaremos hacia la histórica presa de Gobantes, inaugurada oficialmente en el año 1921 por el Rey Alfonso XIII, se trata de una obra que en su día fue faraónica, dirigida por Don Rafael Benjumea Burín y que supuso un antes y un después para el desarrollo industrial de Málaga capital y la comarca del Guadalteba. Aún quedan vestigios de aquel histórico evento como el sillón del Rey donde tampoco faltó la foto de grupo, la heráldica del escudo español sobre las farolas, la monumental presa de gobantes con sus bloques de sillería ó la idílica Casa del Conde con el nivel de las aguas del embalse hasta arriba de las escalerillas del cenador, cuya vista nos acompañó en este último tramo del paseo completando unos 8 km hasta que llegamos al Restaurante El Mirador, donde ya habíamos dejado una paella encargada por la mañana para la mitad del grupo, optando el resto por otros de los magníficos platos que también se preparan en esta mítica venta.

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