miércoles, marzo 28, 2012

Frigiliana-Cómpeta, 2ª Travesía Sierra Almijara (Asociación Senderista Pasos Largos)

Entorno: Parque natural sierras Tejeda-Alhama yAlmijara, sector sierra Almijara occidental. “Almijara” es un vocablo árabe que significa “depósito”, aludiendo a la gran cantidad de agua que estas montañas han proporcionado siempre a sus habitantes.
“Almijar” significa vertiente o escurridero, y es el nombre árabe de lo que denominamos “pasero”, lugar orientado al Sol para secar las uvas y los higos.
La denominación de Sierra Almijara puede hacer referencia a estos términos.
Sus dos cumbres mas destacadas son la meseta del Navachica (1.832 m, cumbre de la Almijara), y el pico del Lucero ó Raspón de los (1.771), ambas incluidas dentro del término municipal de Cómpeta. Y debido a su proximidad al mar, estas montañas presumen de contar con el mayor desnivel altitudinal de toda la Península Ibérica, y de los mayores de Europa Occidental respecto a su inmediata caída sobre la orilla del mar.
Además de estas cumbres también existen profundos barrancos, en ocasiones muy encajonados, siendo los mas destacables de la vertiente malagueña: los ríos Patamalara, que aguas abajo se llamará río Torrox, el Chíllar y el Higuerón.
Pueblo de referencia: inicio en Frigiliana final en Cómpeta.
Cómo llegar a Frigiliana: Es casi lo mismo que decir cómo llegar a Nerja, para ello sólo tenemos que tomar la autovía de la costa A-7 que desde Málaga nos marca dirección Motril, Almería, siendo conveniente recordar que a pesar de tener hasta tres carriles en algunos tramos, está plagada de radares, ¡ojo especialmente con el sector Limonar-Pedregalejos-Rincón de la Victoria!. No pases de la velocidad señalada a laa entrada de cada uno de los túneles y muy especialmente en los dos túneles de Torrox, (radares de zona que miden la velocidad media). ¡Menos mal que es por nuestro bien!. El caso es que cuando llegamos a Nerja, última localidad costera del extremo oriental de la provincia de Málaga), tomaremos la primera salida que anuncia: Nerja-Frigiliana, se trata de una salida con rampa en ascenso que llega a una rotonda a la derecha de la cual se encuentra la gasolinera BP “Almijara” ideal como punto de encuentro para desayunar antes de la ruta.
Una vez en la mencionada rotonda, hacia la costa llegamos inmediatamente a Nerja y tomando la rotonda hacia la sierra llegamos en poco mas de cinco minutos a la entrada de la localidad de Frigiliana, donde conviene recordar que justo cuando estamos a punto de entrar en esta localidad nos encontramos con otra rotonda, donde la inercia tiende a hacernos creer que la mejor opción es seguir recto, pero esta opción nos adentraría en el laberinto de callejuelas del pueblo donde por lo general resulta complicado aparcar. Por lo que recomendamos rodear la rotonda, unos 220º, tomando el ramal de la izquierda que por una calle bastante amplia nos lleva directamente hasta la plaza del Ingenio, siendo recomendable aparcar el coche antes de llegar a la misma plaza.
Distancia aprox.  24,6 km
Desnivel acumulado de subida: 1.600 m
Punto de partida: Plaza del Ingenio de Frigiliana (293 m)
Punto mas elevado: Collado de Hornillos (1195 m)
Tiempo aprox. 9-10 horas
Nivel dificultad: Alto por el descenso acumulado
Tipo suelo: calizas transformadas en mármoles dolomíticos fragmentados intercalados con la típica arenilla tipo playa tan característica de estos parajes y otras sierras litorales. Respecto al tipo de camino en un porcentaje aproximado quedaría de la siguiente manera: 75% sendero, 20% pista y 5% rambla seca
Tipo de recorrido: lineal
Mapa Topográfico Sierra Almijara 1:25.000 (Miguel Ángel Torres Delgado)
Fecha de realización y meteorología: sábado,  14 de marzo de 2011, tras unas previsiones muy cambiantes en los días previos, finalmente el día se presentaba con cielos completamente cubiertos que dieron lugar a ligeras lloviznas intermitentes y lo que es peor, un tsunami de nubes que entró desde la costa, adentrándose a cámara lenta por los angostos valles de sierra Almijara hasta dejar todas las cumbres completamente cubiertas y limitándonos la visión a un radio que apenas superó los 100 m de distancia a la redonda a partir del mediodía, hasta prácticamente Venta Pradillos, relativamente cerca ya del final de la travesía en Cómpeta.
24 participantes: Desde Huelva vino Teresa “La doctora Quinn”. Desde distintos puntos de la provincia de Cádiz: Manuela, Reinaldo, Jose Antonio Montenegro y Juanlukita. Desde Sevilla: Ildefonso, Ignacio, Joaquina y Manolo. Desde Ronda: Salvador Moreno. Desde Casarabonela: Juan Gómez. Y desde distintos puntos de la costa del Sol: Juan Antonio Villalba, Silvia Merida, Miguel Angel Buitrago, Patricia Lopez, Eduardo Campos, Jacobo, Ilse Bullerdieck, Paco Leal, Juan Antonio Mena, Pepe Guerrero, Valentín García Vioque, un “NO SOCIO” cuyo nombre no recuerdo y un servidor: Juan Ignacio Amador.
Resumen del recorrido: FRIGILIANA (293msnm)-sendero del cerro El Fuerte-sendero Calera Tres Huevos(850msnm)-tramo de carril de Venta Cebollera(600msnm)-collado de Paez Blanca hasta mas allá de la balsa próxima a la base del cerro Cisne-zona baja de la cresta de los Civiles(1095msnm)-Cortijo del Daire(830msnm)-Collado de Hornillos(1195msnm)-ventas de Cándido-Pradillos y María Guerrero por el sendero de los Arrieros hasta Cómpeta(638msnm)
Inicio por las calles de Frigiliana y los pasajes de su historia:
Una vez finalizada la charla introductoria de nuestro coordinador, guía y anfitrión Juan Antonio Villalba, mas conocido como “El Corsario de Sierra Almijara”, frente a la antigua fábrica del Ingenio iniciamos la caminata adentrándonos en el mágico casco urbano de Frigiliana por la calle Hernando el Darra, calle de la Amargura y calle Chorrera, entre encaladas fachadas que parecen competir en belleza con sus macetas pulcramente cuidadas, callejuelas recoletas de empedradas rampas y escalones y doce murales cerámicos repartidos por el casco antiguo que a cada paso que damos nos van narrando pasajes de su historia, sobre todo de los acontecimientos que se desencadenan a partir de 1567, cuando se produce la publicación de la Real Pragmática de Felipe II, auspiciada por el inquisidor Pedro de Deza, en virtud de la cual se prohibía a los moriscos llevar armas, hablar y escribir en su lengua, usar sus propios vestidos y practicar sus costumbres, obligándoseles a entregar todos sus libros. Ésta Real Pragmática encendió los ánimos entre los moriscos de las Alpujarras, estallando la rebelión en la taha de la Poqueria la Navidad de 1568. La rebelión se extendió como un reguero de polvora a todo el Reino de Granada, llegando a Bentomiz en abril de 1569 alimentada por algunos instigadores como el morisco Almueden que, acompañado del sedellano Andres el Xorairán y el capitán Abén Audalla, llegan a Canillas de Aceituno con el pretexto de tratar la libertad de la esposa del Almueden, cautiva de un cristiano viejo.
Alentados por la idea de que recibirían la ayuda prometida tanto del cabecilla de la insurrección alpujarreña, como la procedente de África, la práctica totalidad de la Axarquía y Montes de Málaga se encaminaron a las cumbres de "El Fuerte". El 11 de junio de 1569, al mando de 6000 hombres, D. Luis de Zuñiga y Requesens, desencadena la ofensiva que daría finalmente la victoria cristiana en la conocida como "batalla del peñón de Frigiliana".

En el año 1600 se editaba la obra "HISTORIA DE LA REBELIÓN Y CASTIGO DE LOS MORISCOS DEL REINO DE GRANADA" de Luis del Marmón Carvajal, obra que goza de un gran prestigio en el género. Su autor, como militar enrolado en el ejército imperial, fue testigo de los acontecimientos surgidos de la campaña contra los moriscos del reino de Granada.

El caso es que Frigiliana pasó de ser el último emplazamiento de los herederos de Al Andalus a ser la primera Villa con reconocimiento Real de la Axarquía. Su bellísimo casco histórico nos da muchas pistas de lo que ha sido y en la actualidad es el último reducto de Europa en el que se produce la miel de caña. El entramado de calles de Frigiliana es la mejor metáfora de su naturaleza: te lía, te va liando hasta dejarte encantado y hechizado justificando totalmente nuestro desplazamiento a este pueblo con mucho encanto, sin duda alguna uno de los mas bonitos no ya solo de Málaga, sino de Andalucía y de toda España tanto por su fisionomía como por su entorno.

1ª parte de Frigiliana-cerro El Fuerte y prolongación hasta venta Cebollera:
La primera de las tres ascensiones mas significativas de aquella jornada sería todo un clásico del perímetro sur de sierra Almijara como es el sendero que nos lleva desde Frigiliana al cerro El Fuerte (1.005 m).

Introduciéndonos en su casco histórico por C/ Hernando El Darra, al llegar a una bifurcación tomamos por el ramal de la izquierda, siempre en subida por una calle escalonada que desemboca en la C/ Chorrera por la que iremos dejando atrás las últimas casas de Frigiliana por su parte mas alta. 
En tan sólo unos minutos dejaremos a nuestra derecha la alberca superior de Lízar donde desemboca la acequia del mismo nombre, y después de subir un pequeño tramo de escaleras que vemos al fondo, junto a una casa con palmera, el sendero, perfectamente balizado hasta la cumbre, gira a la izquierda, manteniendo a partir de aquí una trayectoria predominantemente noroeste de forma muy directa hacia la cumbre. 
A poco que estemos atentos veremos a nuestra izquierda los restos de una vieja calera semioculta entre algunos de los pinos que de forma muy dispersa o en pequeños bosquetes se encuentran repartidos a lo largo de esta corta pero intensa ascensión que nos pone a prueba con sus pendientes mas duras en el primer kilómetro de los cuatro que nos conducen a su cumbre.
Poco después de dejar atrás  la alberca superior de Lízar, tenemos un primer balcón natural a la derecha del senderos que da vistas al valle del río Higuerón con la mítica alberca del Pozo Batán allí abajo y mas allá la sierra de Enmedio donde ya podemos comenzar a disfrutar de las vistas sobre el Lucero o Raspón de Los Moriscos y Lucerillo, junto con el cerro Cisne al norte ó el alto de La Garza, al noreste por encima del cual asoma el imponente tajo del Almendrón y el afilado colmillo del Almendrillo, ya en el margen izquierdo del valle del Chíllar y a su derecha, el alto del Cielo. 
Mas adelante llegaremos a un segundo mirador, que también se encuentra a la derecha del sendero y que por estar mas alto amplia nuestra perspectiva incluyendo vistas sobre la parte alta de La Cadena, Piedra Sillada y la meseta del Navachica. Conforme seguimos ascendiendo entre abundante matorral de esparto, jara, aulagas, romero o el boj, que siendo un arbusto mas propio de latitudes mas norteñas es una de las grandes señas de identidad de sierra Almijara desde el punto de vista botánico, la pendiente no solo se suaviza, sino que además nos brinda algunos tramos prácticamente llanos e incluso con suaves descensos.
Conforme nos vamos acercando a la cumbre, comienzan a desaparecer los pequeños bosquetes de pino que ponen una nota de color en algunas zonas del sendero, dando paso a un paisaje de desolada belleza con siluetas de árboles cadavéricos, con troncos y ramas retorcidas de forma siniestra, que junto a restos de troncos caídos e incluso piedras tiznadas son fiel testimonio de los numerosos incendios que por desgracia han arrasado esta sierra a lo largo de la historia reciente. 
Justo donde el sendero describe una curva de 90º a la izquierda cambiando la dirección noroeste que traíamos por la dirección suroeste que nos llevaría hasta su cumbre que prácticamente ya quedaba a tiro de piedra, para tomar una desdibujada vereda de cabras a la derecha bautizada como “sendero de la calera de los Tres Huevos”.
El sendero de La calera de los Tres Huevos rodea el perímetro de los tajos que flanquean la cara norte del cerro del Fuerte de una manera inverosímil hasta el punto de que a simple vista parece increíble que podamos avanzar faldeando al pié de estos tajos, casi siempre al filo de empinadísimas torrenteras, por un terreno muy poco estable lleno de terruños que se desprenden fácilmente bajos nuestros pies.
 
No obstante, de repisa en repisa, pasando sobre alguna que otra aulaga convertida en aliada, junto con algún tronco caído que nos sirve de improvisado puente para salvar algún tramo de fuerte pendiente y taludes caídos que nos sirven de improvisados escalones sobre los que seguimos avanzando casi siempre en descenso, mientras vamos rodeando la cara norte del cerro del Fuerte, de vez en cuando alguna flecha pintada de amarillo sobre la roca nos recuerda que vamos por el buen camino, con la caída hacia el valle del Higuerón y todo el paisaje anteriormente descrito siempre a nuestra derecha, mientras que a nuestra izquierda llevamos la base de los tajos que estamos rodeando hasta salir a una loma por la que definitivamente vamos a dejar atrás la cónica silueta del último espolón de la cara norte del cerro El Fuerte mostrando un aspecto muy alpino, mientras que frente a nosotros en dirección norte comienzan a presidir el paisaje los imponente cerro del Lucero y del cerro Cisne en cuya dirección vamos a caminar ahora.


Pero antes, una pausa en el camino, donde nuestro querido y admirado amigo Pepe Guerrero “El Maestro geobotánico” dio una charla muy didáctica sobre el funcionamiento de una calera, presuntamente la de “Los Tres Huevos”, frente a la cual nos recordó algo así como que:
Estos tradicionales hornos de cal de sierra Almijara al igual que el de otras muchas sierras de Andalucía y otras zonas de España,  se construían excavando un pozo circular que, en parte, aprovechaba el desnivel del terreno ó un talud que le diera estabilidad,  situándose cerca de una zona donde hubiera muchas piedras calizas. Solían tener unos tres o cuatro metros de profundidad y una capacidad de tres o cuatro metros cúbicos. En el interior del pozo se formaba un poyete que se utilizaba como base para apoyar la piedra que se iba a cocer.
Antes de nada había que armar el horno. Una vez que se extraía la piedra, se procedía a su clasificación y colocación en hileras. A continuación el calero y su ayudante “armaban” el horno, que consistía en llenarlo de piedra, una tarea que requería sabiduría y destreza. Una vez lleno, la parte externa de la piedra se recubría con una capa de barro.
Después había que mantener el fuego encendido durante al menos tres días y tres noches, procurando que siempre mantuviera la misma fuerza que la piedra requería, alcanzándose a veces temperaturas de hasta 1.000ºC. Pasado este tiempo, la piedra ya estaba quemada y había que dejar que se enfriase durante un par de días más. Los caleros solían ser supersticiosos y no dejaban que una mujer con la regla se acercase al horno mientras estaba quemando, porque creía que traería mala suerte.
Y por último se procedía a la reata. Una vez sacada, se metía en los serones que el calero había colocado sobre sus animales de carga y se distribuía al por menor por los pueblos mas cercanos y sus alrededores.
Aunque este trabajo artesano ha sido sustituido por los hornos industriales, no deberíamos olvidar que, durante generaciones, el oficio del calero dio trabajo y sustento a muchos vecinos del pueblo, dejando una huella indeleble en nuestra cultura popular, como así lo atestigua la pervivencia de numerosos motes y apellidos relacionados con esta actividad, como por ejemplo el de “Calero”. Y desde estas líneas hacemos un llamamiento no sólo para respetar tan valioso testimonio en nuestras sierras, sino para reconstruir en la medida de lo posible las ruinas de estas construcciones o cortijos y ventas que en su día tuvieron gran importancia en nuestras sierras y que ahora que hay tanto paro, bien podrían formar parte de los talleres de empleo de los ayuntamientos correspondientes, para recuperar su patrimonio histórico que además de homenajear a quienes lo trabajaron y habitaron en su día, podrían servir ahora como alojamientos rurales, centros de interpretación o en el caso de los mas inaccesibles como refugios de montaña.
2ª parte, de venta Cebollera al cortijo del Daire:
Volviendo a la descripción de la ruta, poco después de la “calera de Los Tres Huevos” llegamos venimos a salir a un camino que desemboca en un punto intermedio de la camino terrizo que faldeando la vertiente sur de sierra Almijara comunica Frigiliana con Cómpeta, quedando a nuestra izquierda el ramal que baja a la aldea del Acebuchal, pero nosotros tomamos la pista a la derecha, dirección norte, pasando junto al desgastado y muy arrugado cartelón de Venta Cebollera o de Jaro, sobre el que ya apenas se puede leer el texto dedicado a las antiguas ventas de la sierra y estos caminos de arrieros tan cargados de historia.
Después de tres curvas de horquilla que dibuja la pista, llegamos a un cruce en forma de “Y” tomando nosotros el ramal de la derecha que nos va a llevar hacia las ruinas de la venta Cebollera, cerca de la cual nos encontramos con otra bifurcación, volviendo a tomar el ramal de la derecha anunciado como: Ruta del Acebuchal-Puerto Blanquillo”, 
(este puerto Blanquillo, es en realidad el collado Blanquilla, que no hay que confundir con el puerto Blanquillo que se encuentra en la pista que va de Canillas de Albaida a Salares) siguiendo los cartelones de chapa que nos anuncian: “puerta verde Torrox-Frigiliana”  (como podéis ver en la foto, bajo estas líneas).
Y que resulta ser el arenoso lecho de un arroyo transformado en una cómoda vereda por la que poco a poco comenzamos a ganar altura hasta llegar al collado Blanquilla, 
Donde hicimos una parada táctica de reagrupamiento ante la imponente silueta del cerro Cisne frente a nosotros, al este de nuestra posición. 
Precisamente, unos metros mas adelante, aprovechamos la ocasión para hacer la foto de grupo con tan privilegiado telón de fondo, aprovechando una curva del camino desde donde también teníamos una privilegiada panorámica hacia el cerro Lucero.
El relajante descenso que describe la pista terriza que va del collado Blanquilla, hacia la base del cerro Cisne te hace sentir insignificante ante la tremenda mole que tenemos ante nosotros unas veces de frente y otras a nuestra derecha, según las curvas del camino, al igual que el Lucero o Raspón de los Moriscos al norte, a veces frente a nosotros, a veces a nuestra izquierda, al igual que los tajos del cerro de las Tres Cruces por cuya base pasa nuestro camino. 
Posiblemente tres de las montañas mas espectaculares no ya sólo de sierra Almijara, sino de toda Andalucía. Pero desgraciadamente para nosotros la manta de nubes que cubrieron todo el cielo de la Axarquía durante aquella jornada comenzó a descender, comenzando a tapar poco a poco las cumbres de los colosos que nos rodeaban, bajando cada vez mas y mas hasta llegar a nuestra  altura de tal manera que en menos de una hora, nuestra visión se limitaría progresivamente hasta no superar los 100 m a la redonda en algunos momentos del recorrido, privándonos de poder disfrutar de esos bellos y agrestes paisajes de montaña tan característicos de esta sierra y su prolongación hacia sierra Tejeda.

No obstante, mientras esto sucedía, pudimos recrearnos con el mágico entorno de la cabecera del río Higuerón, que es uno de esos lugares donde te sientes observado por los Dioses de las montañas o por los espíritus de quienes trabajaron, lucharon a muerte por defender sus vidas, amaron y murieron al pie de estos caminos como el amigo Simón, mas conocido como “El héroe de la legión en la batalla de Nador”, hijo de un pastor de Sierra Almijara ó Sierra de Los Verdiales, como le llamaban los antiguos, vecino del Acebuchal Alto, cuyo retrato podemos ver en una fotografía en blanco y negro plastificada, detrás de una cruz de hierro que junto a un rosario se encuentra en un rudimentaria hornacina de cemento a la izquierda del camino, justo después de cruzar el vado del arroyo del Mármol.
Si bien los capítulos mas dramáticos que tuvieron lugar en sierra Almijara se vivieron durante la rebelión morisca y de una forma especialmente dura y cruenta durante la postguerra postguerra en los años 40 y primeros 50, viviéndose capítulos que en no pocas ocasiones superaron en crueldad a la guerra. Fueron los años del hambre, , de las cartillas de racionamiento y del odio contenido entre familias.
Durante la guerra (tras la ocupación nacional de febrero de 1937) y primeros años de la postguerra, a las madres, hermanas y mujeres de los milicianos y de los maquis huidos y escondidos en las sierras de Tejeda y Almijara se les cortaba todo el cabello a las mujeres para que así quedara claro, públicamente, que uno de sus hijos, hermano o marido era un «izquierdista», un «rojo marxista» enfrentado al bando nacional de Franco.
La detención y fusilamiento de maquis por parte de tropas nacionales, Regulares, de la Guardia Civil y otras fuerzas militares fue continua a lo largo de los años cuarenta y cincuenta. Algunas viudas de los milicianos encarcelados y fusilados empezaron a recibir una pequeña paga mensual por parte del Gobierno Nacional. También fueron varios los guardias civiles muertos o heridos por la resistencia de milicianos y maquis escondidos en la sierra.
200 m mas allá de La Cruz de Nador el camino se bifurca, encontrándonos con un cartelón que nos señala a la derecha, en claro descenso hacia el río Higerón: ”Verdera del puerto de los Umbrales” y a la izquierda en ligero ascenso: “Puerta Verde: Torrox-Frigiliana-Sierra Almijara” por donde debemos continuar, hasta que ya relativamente cerca de la base del cerro Cisne, unos 400 m después de dicha bifurcación a la altura de un segundo cartelón que reza “Puerta Verde: Torrox-Frigiliana, sierra Almijara”, abandonamos nuestro camino por un angosto sendero, semi oculto por el matorral de aulaga y romero que tras superar un desnivel cercano a los 200 m, nos llevaría a la zona baja de la cresta de Los Civiles (1.095 m).
Donde fuimos engullidos por el mar de nubes en el que estaríamos inmersos hasta mas allá del collado de Los Hornillos . Una vez en la parte baja de la cresta de los Civiles, 
con sus característicos crestones a modo de grotescos colmillos de apariencia volcánica, pasando en nuestro descenso junto a las ruinas del cortijo del Mirlo,
  poco antes de desembocar en la pista que va de Frigiliana a Cómpeta, a la que llegamos tras cruzar el vado del arroyo del Mirlo, donde cuatro años atrás fuera bautizado Eduardo Campos Montañez como “El Padre Carras”. Aguas abajo el arroyo del Mirlo, al unirse con el Majadilla, formará el barranco Moreno, para convertirse finalmente en el río Patamalara.
Una vez en la pista tomamos a la derecha, dirección oeste, noroeste llegando instantes después al cortijo del Daire, punto de partida de la versión mas especular para coronar el Lucero o Raspón de los Moriscos.
3ª parte, del cortijo del Daire a Cómpeta por el collado de Los Hornillos y venta Pradillos:
Una vez en las ruinas del cortijo del Daire, seguimos caminando por la pista en dirección Cómpeta, hasta que unos 200 m después llegamos a una curva del camino por donde bajan las aguas del arroyo Majadilla, lugar en el que abandonaremos la pista para ascender por lo que en algunos mapas aparece como Loma del Daire en paralelo al arroyo Majadillas, se trata de un empinado camino a caballo entre un cortafuegos y una torrentera que a juzgar por la cantidad de piedras parece una escombrera, el caso es que hay que superar la pendiente mas fuerte de toda la jornada, de esas que te hacen difícil mantener cualquier conversación con el compañero mas próximo.
Al llegar a un corto tramo llano, aparece a nuestra izquierda un angosto sendero, semi oculto entre el abundante matorral de aulaga y romero que a veces puede superar la altura de nuestro hombro y hay que tener cuidado para que no se nos meta alguna rama por los ojos, porque las aguas torrenciales han excavado una especie de cárcava sobre el angosto sendero y a veces parece que vamos por una estrecha zanja, quedando de esa manera muy alto el matorral que tenemos a ambos lados. Zig-zag tras zig-zag vamos ganando altura hasta llegar a una bifurcación que a su derecha nos llevaría hacia el collado del Daire,  continuando hasta el Lucero. Sin embargo, nosotros tomaremos el ramal de la izquierda que continúa ascendiendo entre cadavéricos troncos de pino que sumergidos en la niebla aportaban a la ruta un ambiente de misterio. 
Superado el collado de Los Hornillos (1195m), punto mas alto de nuestra travesía, paramos a almorzar junto al sendero con la tranquilidad de haber dejado atrás las tres subidas mas significativas de la jornada y yendo casi una hora y media por delante del horario previsto, ya que la niebla predominante no daba pié a la contemplación del paisaje, pero sí favorecía el incremento del ritmo dada que la temperatura se mantuvo muy fresca toda la jornada, mitigando el esfuerzo realizado.
Finalizado el almuerzo continuamos caminando entre las nubes, vislumbrando de vez en cuando alguna loma cercana, entre los majestuosos troncos de pino junto a los que íbamos pasando, con pequeños toboganes donde se alternaban pequeñas subidas y bajadas, que sin ser excesivamente duras requerían un pequeño esfuerzo extra después de los 1.500 m de ascensión que ya llevábamos acumulados a esas alturas de la travesía. En una distancia de 400 m por dos veces dejamos a nuestra derecha dos ramales de sendero que señalizados con flechas negras que se dirigen hacia Puerto Blanquillo, unos 400 m al norte de nuestra posición, mientras que durante un corto tramo nuestra ruta coincide con el trazado del GR.242 Sierra Tejeda y Almijara.¡Ojo!, no confundir este puerto Blanquillo, con el otro puerto Blanquillo, que para diferenciarlo aparece en algunos mapas como collado Blanquilla, que ya dejamos muy atrás en el 2º tramo de la ruta cuando dábamos vistas al cerro Cisne.
Tal y como íbamos diciendo, al pasar por ambos cruces de sendero, continuamos por el ramal de la izquierda, señalizado con flecha roja, que nos llevaría en dirección predominantemente oeste, suroeste, pasando por las ruinas de tres ventas míticas como fueron en su día:
La venta de Cándido, (sobre estas lineas) junto a la que nos encontramos los restos de una calera:
La venta Pradillos o de los Tejerillos, que a juzgar por el tamaño del caserón y su gran era debió gozar de gran importancia en su día.
La venta de María Guerrero, habiendo dejado poco antes a nuestra derecha el cerro Verde y el cónico cerro Atalaya que no pudimos ver por el predominio de la nubosidad a nuestro alrededor.
Y en predominante descenso fuimos a salir a la pista que conecta gran parte del perímetro suroeste de sierra Almijara, mas concretamente el tramo que va desde Cómpeta a Frigiliana, pasando cerca de la casa de la Mina, de las ruinas del cortijo del Daire que ya habían quedado muy atrás o de la aldea del Acebuchal. Tomando nosotros el ramal que en dirección suroeste desciende hacia Cómpeta, por la ruta que a la entrada del pueblo, mas concretamente por encima de su campo de fútbol, nos encontramos anunciada como sendero de la casa de la Mina,
también conocido como camino de los Arrieros, otras de las profesiones que se ejercían en esta sierra eran las de los resineros, cuyos restos de vasijas podemos encontrarnos junto a cualquier sendero tanto de la vertiente malagueña como de la granadina, donde llego a haber pueblos como Fornes, donde gran parte de sus habitantes vivían precisamente de la recolección de resina. El caso es que por este camino histórico llegamos a Cómpeta, cuyo nombre procede de la palabra latina “compita orum ”, que significa “encrucijada de caminos”, siendo en su día el camino mas importante el mismo por donde finalizamos nuestra travesía en su prolongación hacia el puerto de Cómpeta por donde los arrieros se adentraban en tierras granadinas, precisamente cerca del mencionado puerto se encuentra la cueva del Puerto de Cómpeta con restos arqueológicos de la época del Neolítico.
Corría el siglo XIII cuando tribus bereberes del grupo Masmuda se instalaron en estas tierras y crearon la alquería de Cómpeta; desde el punto de vista histórico esta población se hizo famosa por la Rebelión de los Moriscos del año 1569, que al mando de Martín Alcacín (que se otorgó el título de Rey de Bentomiz) se extendió por toda la Alta Axarquía; terminaron refugiándose en el Fuerte de Frigiliana, donde fueron derrotados y expulsados por el ejército del Comendador Mayor de Castilla; 254 cristianos procedentes la mayoría de Puente Genil, y otros de Baena, Lucena, Lora, Estepa y Sevilla repoblaron esta zona, la mayoría de ellos labradores, salvo un zapatero.
La Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción en la cual finalizamos oficialmente nuestra travesía es el principal monumento del este Cómpeta, habiendo sido quemada y parcialmente destruida por los moriscos, siendo restaurada años después, aunque la actual torre se construyó entre los años 1893 y 1935.
El cultivo de la vid ha sido durante siglos la principal fuente de riqueza, gozando actualmente el vino de Cómpeta de fama internacional. Complementado con los olivares, almendrales, higuerales, la explotación ganadera, minas de calcopirita y canteras de mármol. Por último decir que finalizamos la ruta con más de una hora de antelación respecto al horario previsto, pero con muy buenas sensaciones y tiempo sobrado para recrearnos con las recoletas calles de Cómpeta y darnos un pequeño homenaje en el café bar El Despacho de Fernán, cerca de la plaza de la Iglesia de Nuestra Señora de la Ascensión, cuya belleza también estuvimos admirando.