martes, julio 09, 2013

XVI Descenso Angosturas del Guadalmina, Monumento Natural

Localidad de referencia: Benahavís, hasta los primeros años del nuevo milenio, todavía recibía al visitante con la típica estampa de pueblo serrano, a pesar de su proximidad a la Costa. 
Sin embargo, de los últimos diez años para acá, concretamente desde el boom inmobiliario para acá la expansión de la construcción de hoteles, campos de golf y la abundancia de adosadas superpuestas amoldándose al desnivel de la hasta hace poco laderas pobladas de vegetación mediterránea y chalets de lujo, han engullido al encantador pueblo que hace poco conocimos, apareciendo hoy ante nosotros como una especie de urbanización de lujo, cuyo lema actual es “Rincón gastronómico de la Costa del Sol” por cuyos restaurantes han pasado personalidades de toda Europa y no pocas estrellas de Holliwood. En agosto de 2010 la primera dama estadounidense Michelle Obama, pasó una semana de vacaciones en el Hotel Villa Padierna, cercano a unas magníficas instalaciones deportivas, donde el Málaga ha realizado su stage de Pretemporada en los últimos años, y algún que otro equipo de la Bundesliga como el Borrussia de Dortmund ha realizado su concentración en su obligado parón invernal.
Al igual que ha pasado en las islas Canarias y Baleares, casa por casa, parcela por parcela el capital extranjero se ha adueñado de la mayor parte de su núcleo urbano y término municipal. En este caso capital alemán, que son literalmente los dueños de Benahavís. La parte positiva es que suele ser gente muy concienciada con la limpieza de su entorno y el cuidado del Medio Ambiente, si paseamos por cualquier calle de Benahavís nos parecerá estar en una calle de Suiza.
Cuenta la tradición que el nombre de esta localidad deriva de la voz árabe Ben, hijo en acepción original, y Avis o Havis, que fue el nombre de un árabe notable que reinó en el castillo de Montemayor, cuyo hijo tuvo la idea de construir una serie de defensas que, protegiendo el río Guadalmina a la salida de Las Angosturas, defendiese al mismo tiempo el flanco izquierdo del castillo, cuyas ruinas coronan hoy el emblemático cerro de Montemayor, siendo éste por tanto el primer núcleo de población; es decir, que la construcción del castillo de Montemayor fue anterior a la de Benahavís. Otra teoría dice que la palabra Benahavís deriva de "Ben Habix", los hijos del abisinio, por haberse establecido un cadí de aquella nacionalidad en estos contornos.
Afortunadamente, el 70% de la superficie de este término municipal ha sido calificada como ‘Complejo Serrano de Interés Ambiental’, una denominación que preserva todo ese suelo de excesos urbanísticos. Destacando los ríos Guadalmansa y Guadalmina, ambos nacen muy cerca de la divisoria de aguas donde se unen los términos municipales de Benahavís y Pujerra y descienden mas o menos en paralelo por la vertiente suroriental de Sierra Bermeja. Podríamos decir que la primera mitad del Guadalmina marca el límite entre Sierra Bermeja en su margen derecho (OESTE) y Sierra Palmitera en su vertiente izquierda (ESTE), recibiendo ambos numerosos tributarios que se abren pasos entre profundas barranqueras de peridotita.
Si bien, el descenso del Guadalmina, desde su nacimiento que ya hemos realizado en un par de ocasiones, nos sorprende con rincones de gran belleza, el lugar que sin duda alguna merece ser catalogado como Monumento natural, son precisamente Las Angosturas del Guadalmina, se trata de un desfiladero calizo que consta de 81 hectáreas, por donde discurre que ha ido formando el cauce del río a lo largo de Millones de años, habiendo labrado en sus paredes hoyas y pilones de distinta consideración. Sus vertientes se encuentran ocupados por una rica vegetación de carácter termófilo, típicamente mediterránea donde aparecen algarrobo, acebuche, lentisco, oxicedro, aladierno, combinado con la vegetación rupícola en las márgenes del río. En algunos enclaves de la garganta, abundan los helechos por la humedad del lugar.
En cuanto a fauna destaca una colonia de paloma bravía siendo por tanto cazadero frecuente de aves rapaces como el águila perdicera, búho real entre otras, o el halcón peregrino, como el que nos encontramos sobrevolando la zona, cuando estábamos llegando a la acequia y que aprovechan además estos riscos para asentarse en ellos. En cuanto a los mamíferos nos encontramos con ciervos, ginetas o ardillas, entre otros. Pero, sin duda alguna, el más emblemático es el muflón del Atlas, una especie que, a excepción de este enclave en Benahavís, sólo habita en el continente africano. En julio de 2012, cuando ya abandonamos la acequia para salvar el empedrado que nos separaba del lugar donde solemos dejar nuestros coches, nos sorprendió una hembra de ciervo de tamaño espectacular, que a grandes saltos salió huyendo del lugar, aunque el susto nos lo llevamos nosotros, pues prácticamente salió junto a nosotros y nadie se lo esperaba cuando ya estábamos a tiro de piedra del núcleo urbano, una prueba mas de laa enorme riqueza natural de su termino municipal.
La pena es que en pleno boom del afecto “Calleja & DECATHLON”, parajes naturales de fácil acceso, que se han puesto de moda de unos años a esta parte como las Angosturas del Guadalmina, corren el riego de “morir de éxito” como le está pasando actualmente, a los cada vez mas masificados cahorros del río Chíllar en Nerja, sobre todo en verano, por lo que os recomendamos visitarlos en primavera o si es en verano, entre semana o bien si solo disponéis del fin de semana, empezando bien tempranito, tal y como hicimos en esta última ocasión, aprovechando la ocasión para complementar la visita con los cahorros del cercano río castor, muy cerquita de Estepona, tal y como hicieron Manolo y Ana, aprovechando su viaje desde Cádiz capital, disfrutando de esa forma de una jornada muy completa.
Cómo llegar a Benahavís: Si venimos desde Málaga-Marbella por la autovía AP-7 (antigua N-340), poco después de dejar aatrás el túnel de San Pedro de Alcántara, tomaremos la salida que nos indica Benahavís a donde llegaremos en menos de 15 minutos por la A-6205 que conduce directamente al pueblo entre rotondas y campos de golf, donde no faltan vendedores ambulantes de pelotas. Si venimos desde Algeciras-Estepona, estaremos atentos a la salida hacia Benahavís, poco antes de llegar a san Pedro de Alcantara.
Ficha de ruta Descenso Angosturas del Guadalmina,Monumento Natural
Distancia aprox. 4 km (2 km ida + 2 km vuelta),
Tipo de recorrido: paralelo (ida por el río, vuelta por la acequia).
Desnivel aprox. 60 m.
Nivel dificultad técnica: medio-bajo
Tiempo aprox. Unas tres horas ida y  menos de una hora el regreso por la acequia, a lo que habría que añadir: pausas, comida, etc...
Tipo suelo: El mismo lecho del río es un terreno bastante rocoso, con zonas resbaladizas, que requiere de buen calzado para caminar, preferentemente botas de trecking o unos tenis fuertes y resistentes con suela que tenga bastante agarre. Imprescindible: Bote estanco para proteger comida, cámara, móvil, llaves, etc… botas de trecking y muy recomendable neopreno (porque después de una hora en el agua se empieza a pasar frío).
Fecha de realización: sábado 6 de julio de 2013
Participantes: Desde Cádiz capital vinieron: Don manuel Limón, su esposa Ana Diánez y desde Fuengirola: un servidor, Juan Ignacio Amador.
Breve descripción del recorrido:
Sin lugar a duda es una de las rutas acuáticas mas divertidas y agradecidas de toda la provincia de Málaga, por sus características mas que una ruta se podría calificar como un pequeño desafío de iniciación al barranquismo en un nivel muy básico, comparable a lo que sería un juego del tipo “Super Mario Bros” con sus distintas fases.
Primer tramo: La Poza de las Mozas, y el destrepe:
Antes de las 10.00 am estábamos ya tomando contacto con el agua en la Poza de Las Mozas, sin un alma, todo un lujo, hasta el punto que esa mañana la estrenamos nosotros. Si bien poco después, dejamos pasar a un par de grupitos pequeños y silenciosos. 
El lugar es idílico al pie del tajo de Los Novios, que debe este popular apelativo a una curiosa leyenda en la que se asegura que el agua se tragó allí a una joven. Según la misma tradición oral, su novio, cegado por amor, intentó rescatarla y también desapareció. Se trata del lugar donde entramos en contacto por primera vez con las aguas del Guadalmina, la tentación de quedarnos allí un rato saltando desde distintas alturas era grande. 
Pero sabedores de que no tardarían en llegar mas grupos, realizamos el destrepe por el tobogán de la izquierda.
Segundo tramo: Pasillos y pozas:
El siguiente tramo se caracteriza por la sucesión de grandes bloques de mármol y conglomerados entre los que vamos caminando con el agua por los tobillos, a veces a media cintura, por el pecho en sus alargadas pozas donde abundan las ranas, los peces (cachuelos, en especial), las culebras de agua y los galápagos. Viéndonos obligados también a nadar, sin hacer pie, en sus pasillos mas encajonados, habitados por palomas bravías que anidan en oquedades y cornisas, así como avifauna de ribera entre la que no faltó el huidizo mirlo acuático y la lavandera cascadeña, encontrándonos con un volantón, que pusimos a buen recaudo, con la esperanza de que la madre, que ya sobrevolaba el lugar, consiguiera sacarlo de allí con éxito, cosa que creímos sería factible, pues a pesar de la apariencia del pajarillo, consiguió volar mas de 7 m seguidos, aunque de momento en horizontal.
Nadar por las tranquilas aaguas del Guadalmina donde alternan las pozas con pasillos encajonados donde la profundidad nos obliga a nadar es una auténtica gozada, toda una terapia para los sentidos.
No obstante, en ningún momento debemos bajar la guardia a la hora de pisar sobre rocas mojadas, especialmente en los tramos poco profundos, donde el estancamiento del agua en verano, favorece la proliferación de algas y el predominio del resbaladizo verdín, si bien en esta jornada de 6 de julio de 2013, aún se mantenía con un caudal mas propio de la primavera que del verano. 
Tercer tramo: “La Cueva”:
Si de por sí Las Angosturas ya es un Monumento Natural en si mismo, el tramo de la cueva sería, algo así como su "Capilla Sixtina". A la que llegamos, después de dejar atras, la poza de “Las Higueras” encontrándonos con el mágico enclave conocido como “La Cueva”. Sin duda alguna el lugar mas emblemático del recorrido, que en realidad no es una cueva propiamente dicha, lo que ocurre, es que el desfiladero llega a estrecharse tanto sobre nuestras cabezas, que nos da la impresión de estar en una cueva, hasta el punto que mientras vamos nadando, pasamos bajo un sistema de estalactitas, formado a partir de las tobas calcáreas que ha ido originando la acción del agua durante milenios sobre los mármoles dolomíticos que nos rodean por todas partes. De hecho algunas de las zonas mas estrechas ya han quedado taponadas por rocas que rodando ladera abajo, se han quedado atrapadas entre pared y pared, formando una especie de túnel, que con el paso de los años, podría transformar este auténtico santuario natural en una cueva literalmente hablando.
Una experiencia mágica para la mayoría de mortales no acostumbrados a la espeleología y donde la belleza del paraje se multiplica por cada rayo de sol que se filtra desde arriba, regalándonos un auténtico caleidoscopio de color y sensaciones por cada brazada que vamos dando por las aguas que según los rayos de sol nos encontramos con muchas tonalidades de verde que van desde el verde claro al mas oscuro pasando por el esmeralda. 
Cuarto tramo: El pequeño rapel de “La Presa”:
Unos 300 m, mas allá de la salida de “La Cueva”, después de pasar varias pozas de gran belleza unas mas encajonadas entre grandes bloques de mármoles y otras muy alargadas donde el cauce del río se abre mas, recuperando de nuevo, contacto visual con la carretera que va de Benahavís a la costa y que discurre paralela al cañón. 
LLegamos a una pequeña presa, con una pared de unos 4 m de altura, donde en los últimos años solía haber siempre una cuerda instalada. Pero este año la habían quitado, por lo que echamos mano de la cuerda que siempre solemos llevar para estos casos, donde nuestro amigo Manolo nos hizo una demostración de cómo se realiza un rapel a pelo, ¡vamos a la antigua usanza!, con una facilidad casi insultante. 
Mientras que Ana y yo, optábamos por el comodín del tobogán que existe a la izquierda de la presa y que cuando el río no baja muy cargado de agua, se puede realizar sin el menor problema. 
Quinto tramo: El Gran pasillo de la vieja tubería:
Una vez que dejamos la presa la presa a nuestra espalda, encaramos los  últimos 200 metros del cañón o desfiladero, encontrándonos con un árbol que ha debido caer desde arriba y que ha quedado encajonado, mitad dentro, mitad fuera del agua, haciendo un poco incómoda la progresión. De hecho conviene apoyarse en alguna rama, para poder seguir nadando entre encajonadas paredes;
resulta especialmente relajante pasar estos tramos nadando de espalda, mientras nos recreamos con las paredes que vamos dejando atrás y el cielo allí arriba entre la frondosa vegetación que con frecuencia nos envuelve.
Encontrándonos pronto con los restos de la vieja tubería oxidada, que comenzamos a llevar unos 4 m por encima del nivel del agua. Mientras nos vamos recreando con el placer de nadar entre las paredes de mármol tapizadas aquí y allá por exóticas especies vegetales de ribera donde no faltan pequeños helechos de donde parecen brotar pequeños chorritos que caen sobre la superficie del Guadalmina, cual himnóticas hileras, que se repiten en distintos puntos de nuestro recorrido, sobre todo en los pasillos donde nos vemos obligados a nadar, pues mientras mas se encajona el río, la profundidad tiende a ser mayor. 
Tras las últimas curvas que describe el cañón, el cauce se abre dando lugar al inevitable ensanche, donde la abundancia de la arena ha favorecido algo parecido a una playa fluvial, muy visitada los fines de semana, donde curiosamente tan solo nos encontramos con un par de personas mayores y un niño pequeño. Desde aquí la mayoría de la gente, suele subir el terraplén que tenemos a la derecha, para acceder a la cercana carretera y regresar caminando hasta Benahavís. Sin embargo, resulta mucho mas reconfortante y menos peligroso, el regreso por la acequia.
Sexto tramo, El regreso por la Acequia:
Finalizado el cañón la opción que sin duda nos parece mas interesante consiste en continuar unos 200 m río abajo, hasta llegar a los restos de una antigua pista que sube suavemente por la vertiente izquierda, por la que caminaremos a penas unos 300 m, salvando unos 50 m de desnivel, hasta que enlazamos con la acequia, que suele bajar con abundante agua fresca y cristalina. 
Momento que tradicionalmente aprovechamos para almorzar bajo la sombra del alcornoque o algarrobo que allí se encuentra, mientras comprobamos el improvisado ecosistema que se ha formado en la acequia donde al igual que en el río Guadalmina, no faltan ranas, pececillos y alguna que otra culebra de agua, junto con abundantes cigarras y libélulas, al fin y al cabo las mismas aguas son.
 El camino de regreso se convierte en una relajante e improvisada sesión se spa-hidroterapia, mientras nos recreamos con nuevas perspectivas de las angosturas que ahora vemos desde arriba llevándolas todo el tiempo a nuestra izquierda. 
Llegando a la localidad de Benahavís sin ninguna dificultad, a través de un frondoso túnel de vegetación, algún que otro pasillo rocoso y una pequeña torrentera que la acequia salva a través de un pequeño acueducto, rodeados en todo momento por: algarrobos, alcornoques, encinas, pinos, higueras y abundantes matas de tomillo y hierba buena, que nos irán aportando sombras y fragancias, en una improvisada sesión de hidroterapia y aromaterápia a partes iguales.
Arriba aparece una de las flores mas características de Las Angosturas del Guadalmina:  "Alfileres" (Nombre científico: Trachelium caeruleum)
Otra que núnca falñta en la acequia es la Centaura Mayor "Centaurium erythraea".

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