martes, marzo 11, 2014

VII Travesía de montaña del Jurásico:



Entorno: Paraje natural Desfiladero de los Gaitanes-El Chorro
Pueblo de referencia: Ardales.

Cómo llegar: Si venimos desde Ardales hacia el Chorro, al llegar al puerto de las Atalayas, continuaremos recto hacia el parque Ardales, llevando a nuestra izquierda la orilla del embalse del Conde de Guadalhorce enmarcada entre los pinos que pueblan estas laderas. La carretera atraviesa un pequeño túnel excavado en arenisca, sobre el que se encuentra el restaurante El Mirador, a continuación dejamos a la derecha un pequeño tunelillo peatonal, a pie de carretera por donde comenzamos nuestra travesía, y  unos 200 m después pasamos por delante del restaurante El Kiosko, aparcando unos 100 m mas adelante. Concretamente junto al famoso Sillón del Rey esculpido en piedra. El restaurante El Kiosko suele estar abierto desde las 7.00 de la mañana por lo que se puede desayunar allí mismo o por supuesto tomar algo al final de la ruta.
Tipo de ruta lineal: Se requiere dejar coches en el final previsto de ruta
Distancia total: 20 Km

Dificultad por esfuerzo físico: Alta

Dificultad técnica (trepadas, canchales, etc…): Media (tan sólo se dan en un par de zonas puntuales, que apenas representan el 5% del recorrido). Si bien en el primer tramo de ascensión hasta el pico de La Cueva, la ladera tiene tramos muy empinados y resbaladizos, donde mas de uno/a tendrá que progresar a cuatro patas.

Zonas o pasos de riesgo: En algunos momentos se pasa cerca del borde de algunos tajos y desfiladeros, con algunas zonas de mucho vuelo, si bien casi siempre con la opción de retirarse tanto como uno estime oportuno. Cada uno pone sus propios límites.

Dificultad por orientación: Media/Alta pues hay tramos muy poco frecuentados donde el sendero desaparece.

Desnivel acumulado (sólo subida): 1.000 m

Tipo de calzado recomendado: Botas de trecking

Altura máxima: 663m balcón natural por encima de la ermita de Villaverde. Si bien no se asciende ninguna cumbre significativa, tan sólo el pico de La Cueva y la Mesa de Villaverde, las dos ascensiones suman unos 1.000 m de desnivel.

Bibliografía: El libro finalizado desde hace dos años, pero aún no publicado “El Chorro y Comarca del Guadalteba, guía del excursionista”.

A tener en cuenta:

1º) Para concertar la visita a la iglesia rupestre de Bobastro o cueva de Doña Trinidad Grunch en Ardales contactar con:

Isabel B. Ayuntamiento de Ardales
CENTRO DE INTERPRETACIÓN DE LA PREHISTORIA EN GUADALTEBA y CUEVA DE ARDALES
patrimonio@ardales.es
Avenida de Málaga, 1.  29550 - Ardales (Málaga)
Tel: 95 245 80 46

Actualmente el precio de la visita es de 3€ por personas, precio para niños, jubilados o precios de grupo: 2€/persona

2º) Aproximadamente en la mitad de esta travesía pasamos por la Venta la ermita de la Virgen de Villaverde donde tienen magníficos platos combinados a muy buen precio, además de tapas frías y refrescos a 1€ y tapas calientes y cervezas o aquarius a 1,50€ Actulamente la venta la lleva un chaval joven llamado José, móvil: 615014391

3º) Como en toda ruta lineal conviene dejar uno o varios coches de apoyo al final de la ruta, en nuestro caso fue un autobús que nos devolvió al inicio de ruta. En autocares Olmedo de Málaga siempre nos han dado muy buenos precios y servicios, para mas información:

Guillermo Olmedo 
Herederos de Francisco Olmedo Gutiérrez S.A.

C/ José Calderón, 114 - 29590 Campanillas (Málaga)

Teléfono 952433043  Fax 952433081


Participantes:

Desde Huelva: Teresa “Arwen de Rivendel” (Huelva)

Desde Cádiz: Manuel Limón “Premio Nobel de Senderismo”, Ana Dianez “La Arqueóloga”, Migue Becerra “El Maestro Jedi” y Paco Pérez Mariscal (Jerez).

Desde Sevilla: Ángel González “El Gladiador de Itálica”, Fernando Díaz Moran “El Guepardo de la Lagunilla Seca”, Estela Alvarez Herrera,

Desde Córdoba: Rafael García “El Califa” (Cabra, Córdoba), Mª Luisa “El Duendecillo de Sierra Horconera (Puente Genil, Córdoba) y Héctor “El caimán de Puente Genil”.

Desde Ronda y otras localidades del interior: Vicente Astete “El Llanero Solitario”, Isabel Terroba “El Corazón”, Isabel Mª Carrasco Sanchez, Jorge Castrillo Orellana “El Titán del Guadalevín”, Rafa Flores “El Mago Gandalf de la Serranía”, Pedro Aguayo “El Vietnamita del Valle del Genal”, Antonio Franciosco Gallego “La Locomotora de Alhaurín”, Macarena Romero “La Ninfa de la Laguna Dulce” (Campillos), Lourdes del Río López (Casarabonela), Juan Gómez González “El Coloso de Casarabonela”, Bartolome Ortega, Rosa Blanco “Rosa de la Comarca”, María Ortega “Hasta donde el corazón te lleve”, Gustavo Durán (Arriate), Juan González Carrasco “Gonza”, Fran “Batman returns” (Campillo), Don Fernando “El Diácono”, Rafa Márquez “El Aristóteles de la Senda”, Nieves Lobato “La Ninfa de la Torre Caleta”, José Jiménez Tirado, María “La Fisioterapeuta”, Paco Bastida “El Triatleta”, Sonia Castro Alcarazo, Herminia Carballo “La Centella de O Cebreiro”, Judit Mingorance y Ana Bastida (junior).

Desde Costa del Sol: Patricia López “La Chica que miraba las Estrellas”, Miguel Ángel Buitrago “El Hombre que sabía demasiado”, Doctor Leal, Fernando Jiménez “El Duque de Juanar”, Vicky “La Princesa Druida”, Juan Antonio Mena “El Elfo de la Malagueta”, Manuel Manzanares “El cartógrafo de su Majestad”, Carmen “Galadriel”, Marlem “La perla de Venezuela”, Juan Antonio Villalba “El Corsario de Sierra Almijara”, Fidel González Barrionuevo, Eduardo Campos Montañez “El padre Carras”, Ilse “La Gacela de la Selva Negra”, Eduardo Campos González “El Último Samurai”, Sancho Adam “Master Chef”, Andrés Alonso, Maria del Mar Castellon, Paco Jaime “El Marqué de Cáceres”, Javier Ruiz Reina, Romualdo “El Trovador de la Senda”, Mª Jesús Rider “La Duquesa de Baqueira Beret”,  Julio Andrés, y un servidor: Juan Ignacio Amador.

 Descripción de la ruta:

1ª parte: un paseo por el parque Ardales:

Este primer tramo coincide en parte con la ruta Nº 6 “Sendero del Gaitanejo” del libro (no publicado): El Chorro y Comarca del Guadalteba, guía del Excursionista.

Una vez aparcados los vehículos en las inmediaciones del restaurante El KIOSKO, repartimos los mapas y nos acercamos hasta el histórico "Sillón del Rey"; 
conjunto formados por dos bancos, un sillón y una mesa todo hecho de piedra, donde el rey Alfonso XIII firmó la terminación de las obras del embalse Conde de Guadalhorce el 21 de mayo de 1921. Aquella mañana casi 93 años después, subida en el sillón nuestra compañera Patri iniciaba la charla de bienvenida, haciendo una introducción y recordando algunas normas a tener en cuenta a lo largo de la travesía, mientras su voz luchaba contra las rachas del viento de poniente para hacerse oír por todo el grupo. Mientras tanto, la "Casa del ingeniero" o "Casa del Conde", nos contemplaba desde la otra orilla del embalse bajo el cielo cristalino que lució durante todo el día de aquel sábado 8 de marzo de 2014, en aquellas primeras horas de mañana el viento de poniente era tan fuerte que se formaban pequeñas olas que venían a morir en la orilla en la que nos encontrábamos.

Aprovechando la ocasión de estar todos reunidos en tan histórico lugar nuestros guías tuvieron a bien dar unas pinceladas históricas recordando que las obras del “embalse Conde de Guadalhorce” se iniciaron en el otoño de 1914, siendo Presidente del Gobierno Don Eduardo Dato (Partido Conservaador), año en que también se lleva a cabo un referéndum, bajo sufragio universal masculino para ver si España entra en la 1ª Guerra Mundial o si se mantiene neutral, imponiéndose la opción de permanecer neutrales. Las obras del embalse fueron encargadas al sevillano Don Rafael Benjumea Burín, también conocido como “El Ingeniero Poeta”, un ingeniero enamorado de la Naturaleza que fue un pionero de la época a la hora de diseñar sus obras de ingeniería pensando en el medio ambiente. La obra fue de tal magnitud en su día que el Rey Alfonso XIII, impresionado por el resultado de las obras llevadas a cabo entre los embalses del Chorro, el Gaitanejo y La Encantada, le otorga el título de Conde del Guadalhorce. Y es que este embalse fue denominado, en un principio, Pantano del Chorro, pero en 1953 pasó a llamarse Embalse del Conde de Guadalhorce.
Cuando el embalse es inaugurado en 1921 estaba considerado como una obra colosal a nivel nacional, de hecho, durante muchos años fue el de mayor capacidad de España. En su construcción se usaron técnicas bastante novedosas para la época como emplear maquinaria eléctrica, embalses parciales para la obra, y el suministro de materiales a través de un ramal de ferrocarril entre El Chorro y la desaparecida estación de Gobantes, en medio de un paisaje de cerros y laderas casi desérticas que nada tiene que ver con el de los densos pinares que hoy nos encontramos en la zona.

Como no podía ser de otra manera también recordamos la importancia y el mérito que tuvo la construcción de la cercana presa del Conde del Guadalhorce, empelando hormigón ciclópeo cuyas caras exteriores se recubren de sillares de canteras, sus dimensiones son 75 m de alto y más de 50 de ancho en su base, el arco que forma mide 130 m y su capacidad actual es de 83 hm3, su longitud afecta a 12 km del río Turón que nace en la vertiente norte de la sierra de Ardales y después de atravesar los términos municipales de El Burgo y Ardales, viene a desaguar muy cerca de esta última localidad donde se comienza a formar la cola del embalse que encuentra su final en esta magnífica presa.   
Sus sillares son dignos de las mas extraordinarias obras de ingeniería de principios de siglo XX. De hecho el conjunto de farolas y barandillas sobre la presa está blasonado de escudos conmemorativos de la España Monárquica, aunque no sean precisamente estos tiempos, los mejores para sacar el tema a relucir, si bien conviene ser en todo momento, respetuosos con la historia, de hecho este paisaje está cargado de historia.Al otro lado de la presa de Gobantes se encuentra la Iglesia, que al igual que la del poblado de la Estación del Chorro, también fue utilizada como colegio.

Todo el perímetro del embalse del Conde del Guadalhorce, así como la sierra del Almorchón, el arroyo de Los Granaos y la Mesa de Villaverde por donde discurre nuestra ruta se encuentran dentro del término municipal de Ardales, a excepción del último kilómetro de ruta donde entramos en contacto con el embalse inferior de La Encantada y la zona de la Estación del Chorro que ya están englobados dentro de la esquinita noroccidental del término municipal de Álora.

Tal y como estaba previsto, iniciamos el paseo pasando por delante del Rte. El Kiosko hasta llegar a la entrada del túnel de unos 150 m de longitud, que a principios de S. XX excavaron los operarios de la presa a pico y pala como acceso mas directo y rápido para trasladarse desde el embalse del Chorro que dejamos momentáneamente a nuestra espalda, hasta el embalse del Gaitanejo, que nos encontramos a nuestros pies al salir del túnel. 
Enlazando poco después con el sendero del mismo nombre pero en vez de seguir en dirección al pico del Convento, tomamos la pista terriza a la derecha, como si fuésemos hacia el restaurante El Mirador, desviándonos poco mas tarde, otra vez a la derecha, asomándonos a los miradores naturales que nos brindan unas formidables vistas aéreas sobre los meandros del embalse del Gaitanejo;
encajonado entre sierra Parda a nuestra izquierda (NORTE) y la sierra del Almorchón a nuestra derecha (SUR), donde destacaba la ganchuda silueta del pico del Convento y al fondo, de frente al ESTE: la impresionante entrada del Desfiladero del Gaitanejo, los tajos ballesteros y por encima, la trapezoidal silueta con la base superior inclinada del Huma, la montaña mágica.
Un paisaje precioso, a penas a 500 m del inicio de ruta y para empezar la jornada con unas vistas grandiosas. Lástima que el sol de la mañana lo tuviésemos justo de frente.
Dirigiendo a continuación, nuestros pasos hacia la pista que lleva al mirador, simplemente la cruzamos para asomarnos a la vertiente OESTE, mas concretamente hacia otro mirador natural que nos muestra otras impresionantes vistas aéreas sobre el entorno del embalse del Conde del Guadalhorce a nuestros pies con la idílica “Casita del Conde” a nuestros pies. 
A nuestra izquierda al SUR, la interesante sierra de Alcaparaín a modo de gigantesco portaviones, con su cumbre sur “El Grajo o Valdivia” a la izquierda y su cumbre norte a modo de quilla gigante el “tajo de La Canana”. Siguiendo hacia el OESTE, podemos ver parte de la sierra de Las Nieves, el pico del Viento o Cancho de La Pepa, la cumbre del Almorchón Gutiérrez, sierra Ortegícar y mas a la derecha, la parte alta de esa impresionante falla que es el Castillón de Teba o Peñarrubia.
(Fotografía perteneciente al primer tramo del Jurásico 2011)
Una vez finalizada la charla sobre los distintos hitos geográficos que desde allí contemplábamos, y aprovechando la ocasión para que mas de uno hiciera algunas fotos aprovechando tan espectacular mirador, regresamos a la pista terriza llegando en unos instantes al mirador erróneamente catalogado como mirador del Desfiladero de Los Gaitanes. 
Pido disculpas a quien así haya etiquetado el panel paisajístico descriptivo que allí se encuentra, ya que en todo caso debería catalogarse como mirador del poblado de Los Embalses o de la presa del Conde del Guadalhorce que es lo que desde allí tenemos a nuestros pies en dirección OESTE. No obstante, las vistas hacia el NORTE, también son interesantes, aprovechando la ocasión para darle otra breve charla al grupo explicando el origen de la gran presa que desde allí contemplamos en dicha dirección. Y es que, las obras de los embalses de Guadalhorce y Guadalteba comenzaron en la primavera de 1966, semanas antes del mítico Mundial de Inglaterra, cuando la música de los BEATLES y BEACH BOYS era la última moda y sonaba por todas partes. 
La construcción de estas dos nuevas presas se llevaron a cabo para regular el agua de los ríos Guadalteba y Guadalhorce, que en época de crecidas tendían a desbordarse en la zona conocida como “Junta de ríos”, inundando gran parte del antiguo trazado la vía del tren y de la carretera  que pasaban por las desaparecidas localidades de Peñarrubia, que se encontraba a los pies del Castillón de Teba o Peñarrubia, actualmente bajo las aguas del embalse del Guadalteba por encima de la cual asoma la espadaña de la iglesia de Peñarrubia en años de sequía. Así como la barriada de Gobantes bajo las aguas del embalse del Guadalhorce, donde existía una estación de Ferrocarril, muy cerca de aquí. Por donde pasa el denominado sendero de Los Embalses.
(Fotografía perteneciente al primer tramo del Jurásico 2011)
 La presa de Guadalteba no comenzó a embalsar agua hasta octubre de 1971; siguiéndola la presa de Guadalhorce en junio de 1973. Al construir estas dos presas, se vieron también obligados a renovar la línea de ferrocarril y a construir tres tramos de carreteras que son las que hoy utilizamos para desplazarnos alrededor de los embalses y desde ellos, llegar a Campillos, Teba o el valle de Abdalajís. De manera que tanto un tramo de la línea de ferrocarril como varios tramos de carretera quedarían para siempre bajo el fondo de los embalses. Estas dos últimas presas, (Guadalhorce- Guadalteba) unen sus aguas para luego adherirse a las aguas ya reguladas del embalse Conde de Guadalhorce; las cuales se recogen en angosto pantano del Gaitanejo donde a su vez se encuentra la presa del mismo nombre que tiene el honor de ser a la primera central hidroeléctrica que se creó en España. Y ya mas debajo de la presa sus aguas se introducen en el espectacular Desfiladero de Los Gaitanes.
La explotación de los embalses del Guadalteba y especialmente del Guadalhorce está condicionada por la existencia de importantes aportes salinos al vaso del Guadalhorce; el más importante es el conocido, pero mal llamado, "Manantial de Meliones", que es uno de los puntos donde se genera más salinidad.

(Fotografía perteneciente al primer tramo del Jurásico 2011)
 Aunque la mano del hombre normalmente tiende a estropear el medio ambiente la creación de los tres embalses que se encuentran en esta zona han contribuido poderosamente en la actualidad a llenar de vida todo el entorno. Los otros dos grandes embalses son el del Guadalteba y del Guadalhorce, cuyas aguas se unen en la presa Guadalhorce-Guadalteba, que es la que contemplamos desde este mirador, ambos embalses son compartidos por los términos municipales de Campillos, Antequera y en menor medida Teba.
 Abandonamos el mirador, atrochando un tramo de unos 100 m de ladera campo través, descendiendo en dirección OESTE, hasta enlazar con el final del sendero del Gaitanejo, por el que rápidamente llegamos al corto y ancho túnel que viene a salir a un costado del restaurante El KIOSKO, junto al cual volvíamos a pasar, completando un “nudo de corbata”, aprovechando la ocasión mas de uno de nosotros, para dejar los chaquetones gordos en el maletero de los coches. Por lo que de nuevo, estábamos en el punto de partida, después de completar este tramo a modo de introducción, que seguimos adornando un poco mas, llegando ahora hasta el restaurante EL MIRADOR, tomando como referencia el senderillo que sale a la derecha de laa máquina de refrescos que nos encontramos en su escalera de acceso. Unos 20 m mas allá este sendero enlaza con las escaleras que desde este restaurante desciende hasta la misma orilla del embalse a donde dirigimos nuestros pasos, para empezar a orillear, unos 2 km en dirección SUR, caminando en todo momento tan cerca del agua como la pendiente del terreno nos permitía y así teníamos previsto haberlo hecho hasta la zona de camping Nº1. 
Pero un servidor, que en ese momento, iba de guía, intuyendo que este adorno comenzaba a cobrarse su tiempo tal y como demostraba la lenta marcha de un grupo cada vez mas estirado, decidió acceder a la carretera del parque Ardales, viniendo a salir a la zona de acceso Nº3 del camping, para de esta forma avanzar mas rápido y en escasos minutos reagruparnos frente a la zona de acceso Nº1, frente a la cual se encuentra el sendero donde comenzaría la 2ª parte de esta travesía, donde tomaba el relevo como guía de cabeza nada menos que Don Manuel Manzanres “El Cartógrafo de su Majestad”.


2ª parte: ascensión al pico de la Cueva por el sendero escalonado de Los Camorriles (vertiente suroeste de la sierra del Almorchón)

Justo al otro lado de la carretera, frente a la entrada de la zona 1 del camping, tomamos un sendero que en zig-zagueante subida nos lleva en escasos minutos al cordal suroeste de la sierra del Almorchón, desde donde continúa en descenso hasta el puente de los “Siete ojos” de la carretera que va del puerto de las Atalayas hasta la estación del Chorro”. 
Al llegar a este primer collado, coincide en parte con la ruta Nº 9 “Del parque Ardales a la iglesia rupestre de Bobastro” del libro (no publicado): El Chorro y Comarca del Guadalteba, guía del Excursionista.

Desde este collado tomamos a la izquierda por el mismo cordal hacia arriba, encontrándonos a los pocos minutos con una sucesión de rudimentarios escalones tallados en la piedra, aunque muy desgastados por el paso del tiempo y la erosión alveolar que es muy poderosa en esta sierra del Almorchón o de la Pizarra, que junto con la Mesa de Villaverde atesora una de las mayores concentraciones de tafonis por metro cuadrado de todo el sur de Europa. Digamos que los tafonis son una denominación geológica que utilizamos para referirnos a esas formaciones cóncavas o huecos redondeado, de un tamaño que puede oscilar entre varios decímetros ó varios metros, tallada por la erosión en rocas cristalinas o arenisca, en climas secos o en algunas costas.  Los tafoni se pueden encontrar en todas las áreas del mundo, pero son más comunes en las zonas marítimas, lugares que han sido antiguos fondos marinos como la mayor parte del paraje natural del Desfiladero de Los Gaitanes, aún que también en las zonas áridas y en los desiertos.
Hay muchas explicaciones sobre el origen de los tafoni: erosión eólicia, también conocida como corrasión, debido a las sales, diferencias en la cohesión interna y en la permeabilidad de la rocas, duración del período seco entre varios períodos húmedos, etc.

Este accidente se confunde a veces con los nidos de abeja, diferenciándose tanto en escala como en las condiciones de desarrollo: los taffoni tienen un volumen de unos pocos centímetros cúbicos hasta varios metros cúbicos, mientras que el panal de abeja es un conjunto de agujeros de orden centimétrico; y los taffoni parecen ser favorecidos por la presencia de humedad y sales, mientras que los nidos de abeja requieren una cierta predisposición estructural: la presencia de microfisuras en la roca, la distribución de minerales frágiles en grupos sobre los que forman los agujeros. A medida que crecen, los taffoni crean un microclima húmedo que favorece su crecimiento. Los nidos de abeja a su vez se convierten en nichos favorables para la instalación de micro-organismos (líquenes) que, a su vez, agravan la meteorización.

La etimología de la palabra tafoni es incierta, pero se acepta que es de origen mediterráneo. Puede derivar del griego taphos, «tumba», o del corso taffoni, que significa «ventana», o de tafonare, «perforar». Incluso en siciliano, el término tafoni significa «ventana». La primera publicación en la que se encuentra el término tafoni es de 1882. En Italia se puede encontrar tafoni en Cerdeña, por ejemplo, en la isla de La Maddalena, donde son creados por la erosión del viento y por la sal marina que disgrega la roca, y en otras regiones, en particular donde se encuentra piedra arenisca.

El caso es que mientras vas pasando junto a los tafonis, te da la impresión de que vas caminando sobre un gigantesco queso de gruller, si bien estas concavidades se quedan en eso, huecos que no llegan a formar galerías como cuevas, aunque algunos son tan pronunciados que parecen covachas o entradas a una cueva. 
Conforme vamos ascendiendo, nos encontramos con una especie de cañada a través de la cual podemos ganar altura de forma cómoda y zig-zagueante, a nuestra espalda, SUR, las vistas son cada vez mas amplias sobre el entorno del puerto de las Atalayas, Ardales a los pies de la sierra Alcaparaín con la cola del embalse del fondo del Guadalhorce al fondo. 
A nuestra derecha comenzamos a ganar vistas hacia la Mesa de Villaverde y a nuestra izquierda, OESTE, llega un momento que desde el sendero empedrado disfrutamos de unas perspectivas tan amplias como espectaculares de todo el embalse del Conde del Guadalhorce desde su cola hasta la presa del mismo nombre.

Antes de llegar a la parte mas alta, el sendero, aunque casi siempre muy tenue, discurre paralelo al cordal que en dirección norte nos lleva hasta el pico de la Cueva. 
Si bien, nosotros optamos por llegar hasta la plataforma cimera desde la cual fuimos caminando hasta el pico de la Cueva por el mismo cordal inmersos en una densa vegetación de palmitos, romero, lentisco y un denso bosque de pinos, cuyas ramas mas bajas fuimos esquivando hasta coronar el pico de la Cueva, cuya cumbre está compuesta por unos cuantos bloques de lajas de gran tamaño, bastante inestable, a modo de pódium rudimentario, donde tuvimos que ir subiendo por turnos. No obstante, la vista que desde allí se obtienen sobre el conjunto de los tres embalses bien merece la pena.

Una vez hechas las fotos de rigor regresamos sobre nuestros unos 200 m hasta enlazar con el inicio o final de un antiguo cortafuegos, que con el paso del tiempo ha sido colonizado por la vegetación mas característica de la zona, es decir: pinar de repoblación o pino carrasco, palmitos, romero, retama, matagallos, lentisco y gamones. 
No obstante, el corredor es lo suficientemente ancho, como para reorientarnos en dirección ESTE, siguiendo un difuminado sendero con la referencia de la inconfundible silueta del Monte Huma en lontananza;
el cortafuego pasa por un tobogán de suave bajada y subida encajonado entre pinar de repoblación, y mas tarde conforme vamos girando dirección SE, el embalse superior de la Encantada, sobre cuya lámina acuática brillaba el sol reflejándose como en un espejo sobre esa curiosa meseta, denominada Mesa de Villalverde. El perfil por esta zona es muy suave porque en todo momento vamos caminando por el alomado perfil de la meseta de cimera de la sierra del Almorchón, no tardamos en encontrarnos con un ramal de cortafuegos, en este caso mucho mas marcado al estar desbrozado de forma mas reciente, por donde vamos a desviarnos poco después, pero nosotros continuamos de frente hasta el final del ramal del cortafuego por el que veníamos caminando, disfrutando de un magnífico mirador natural sobre la Mesa de Villalverde, la ermita del mismo nombre y arroyo de Los Granaos a nuestros pies, así como parte de los tajos y pedreras del entorno de la Estación del Chorro.

Una vez hechas las fotos de rigor, regresamos sobre nuestros pasos, para seguir la caminata hasta el punto mas alto del cortafuegos mas desbrozado que desde allí parte en dirección norte hasta que llegamos a la parte más alta del mismo, desde donde se une a nuestra trayectoria, otro cortafuegos, que viene desde las proximidades del pico del Convento, que desde esta posición, tenemos a tiro de piedra a escasos 700 m de distancia. 
3ª parte: descenso desde el collado del Buitre hasta la ermita de Villaverde (zona central de la sierra del Almorchón)

El tramo que se describe a continuación coincide con la ruta Nº 10 “sierra del Almorchón” del libro (no publicado): El Chorro y Comarca del Guadalteba, guía del Excursionista.

Desde el collado del Buitre, parte alta del cortafuegos, por donde veníamos, bajo el cual hay un tafonis a modo de covacha, donde Valentín se hizo en su día una foto con Chuckie, descendemos a penas descendemos unos 20 m por este nuevo ramal de cortafuego, como si nos dirigiésemos hacia el pico del Convento (dirección NORTE), pero inmediatamente después tomamos un desdibujado senderillo de cabras donde enlazamos con la travesía del Jurásico 2010, que a partir de este punto realizamos en sentido inverso.

El sendero aparece y desaparece de forma intermitente, pero se sigue fácilmente a poco que se tenga un mínimo de experiencia en montaña, sirva de referencia el cableado del tendido eléctrico bajo el que discurre el sendero sobre todo al inicio y mas tarde acercándonos hacia el borde de los tajos del Almorchón desde el que disfrutamos de unas vistas alucinantes de los tajos que componen el impresionante Desfiladero de Los Gaitanes, cuya visión resulta mas amplia y cercana conforme nos vamos aproximándonos a ellos a cada paso que damos, atónitos ante la grandeza de un paisaje dolomítico digno de las mas espectaculares cordilleras de Europa. 
A la izquierda sus majestades los tajos del Estudiante o de Las Tres Cruces, a la derecha el imponente peñón del Cristo, por encima del tajo del Estudiante, la sempiterna silueta del monte Huma, que como techo del paraje preside la mayor parte de este itinerario grandioso. Por encima del Monte Huma, el espíritu de Valentín reencarnado en luna creciente parecía contemplarnos, siempre sabio y sonriente desde las alturas celestiales.

Aunque el sendero no pasa en ningún momento por lugares expuestos, a veces invita a acercarnos al borde de los tajos, con la consiguiente prudencia y precaución que ello requiere, pues en muchas ocasiones la caída es de mas de 200 m en vertical hasta el siguiente resalte. Lugares llenos de magia y espectacularidad, escenarios grandiosos dignos de películas como El Señor de Los Anillos.

En contraste con la verticalidad de los tajos que llevamos a la izquierda, el sendero se desvía unos 200 m mas allá, alejándose unos 50 m del borde de los mismos, volviendo a sumergirnos entre abundante pinar de repoblación cuyas ramas bajas vamos esquivando como mejor podemos, matorral de palmito, romero y lentisco principalmente hasta que venimos a salir a un dócil pradito a los pies del imponente peñón del Cristo, por cuya vertiente contraria discurre el Caminito del Rey.

Por estos lares, Vicente Astete “El Llanero Solitario” y rafa Flores “El Mago Gandalf de la Serranía” estuvieron fotografiando varias orquídeas presagio de la inminente llegada de la Primavera, mientras algún que otro buitre de los que anidan en el desfiladero de Los Gaitanes, sobrevolaba por encima nuestra.

Desde el mencionado pradito, ya tenemos a la vista la ermita de Villaverde a una distancia de poco mas de kilómetro y medio en línea recta, pero el descenso se hace lento hasta la ermita, ya que debido al accidentado terreno, la línea recta es lo mas lejano al trazado que nos vemos obligado a realizar, describiendo largos zig-zags para mitigar la sucesión de curvas de desnivel que vamos a tener que ir descendiendo, primero teniendo como referencia las torretas del tendido eléctrico y mas tarde dejando éstas a nuestra izquierda, descendiendo perpendicularmente hacia la derecha, teniendo como referencia la vivienda rupestre excavada en un gran tifoni existente unos 100 m ladera arriba desde la ermita.

Poco antes de llegar a esta casa cueva, antiguo refugio de pastores y del ganado, pasamos una angarilla tras la cual tenemos dos opciones: la mas fácil es girar aa laa izquierda y comenzar a descender hasta enlazar con una pista que pasa por la huerta que se encuentra por detrás de la ermita a la que llegamos sin mayores dificultades. 
La otra consiste en seguir rectos, pasando justo por delante de la casa cueva, pero esta opción tiene el inconveniente de que debido a un arroyo, con galería de zarzas a nuestra izquierda, que nos impide el descenso directo hacia la ermita, nos obliga a dar un rodeo pivotando alrededor de la ermita que en todo momento va quedando a nuestro costado izquierdo, hasta que por fin, la pendiente de la ladera es lo suficientemente dócil como para acceder a la ermita o mejor dicho, en este caso, a la venta La Ermita donde tal y como estaba previsto estuvimos almorzando.


4ª parte: de la ermita de Villaverde a la iglesia rupestre de Bobastro (zona central de la sierra del Almorchón)

Una vez finalizado el almuerzo, había que caminar un kilómetro en dirección SO, por la carretera paisajística que nos lleva hasta el desvío hacia Bobastro y Mesa de Villaverde. Pero antes de eso, algunos nos desviamos unos 50 m por esta misma carretera, como si fuésemos hacia la estación del Chorro, para situarnos sobre el puente de barandillas verdes que salva las aguas del arroyo de Los Granaos, que nos ofrece la mejor perspectiva de la ermita de Villaverde,  erigida en honor de la imagen de Nuestra Señora de Villaverde, y que constituye uno de los edificios civiles más importantes dentro del Paraje natural del Desfiladero de Los Gaitanes.

Ha sido objeto de sucesivas ampliaciones sobre la base de un templo primitivo mozárabe. Su situación al pie de la sierra del Almorchón o de La Pizarra, sobre un mogote rocoso, realza su silueta en un entorno perfectamente armónico con el precioso enclave paisajístico en el que se encuentra. 

La festividad de la Virgen, se celebra con una romería cada 8 de septiembre pero debido al gran número de personas que congregaba y la falta de espacio que hay en esta zona para que puedan aparcar muchos coches, en la actualidad la romería se ha trasladado al Parque Ardales.

Una vez completado el kilómetro que nos lleva hasta el desvío hacia Bobastro, seguimos unos 50 m mas, por el ramal de carretera que se ve a la derecha de la foto, en dirección al puerto de Las Atalayas donde un desvío nos indica, adentrándonos en un incipiente carril, de a penas 50 m que pasa junto a tres preciosos tafonis consecutivos, encontrándonos además con el correspondiente panel informativo donde se habla de los mismos y un segundo panel paisajístico, orientado al norte donde destaca el corredor del Sabucón encajonado entre el Huma a la izquierda y la Pedrera de los Castillejos a la derecha.

Poco después regresábamos sobre nuestros pasos, caminando a penas unos 40 m, por el ramal de carretera que nos indica hacia Bobastro y que abandonamos a la derecha de la misma, para hacer un pequeño adorno, pasando bajo el puente de la misma carretera, vadeando el arroyo un par de veces en escasa distancia. A partir de este puente volvemos a enlazar con la ruta Nº 9 “Del parque Ardales a la iglesia rupestre de Bobastro” del libro (no publicado): El Chorro y Comarca del Guadalteba, guía del Excursionista. Desde dicho puente, caminamos unos 200 m junto al arroyo de Los Granaos que nos acompaña a nuestra derecha, hasta que lo cruzamos y comenzamos la ascensión ladera arriba, caminando sobre un sendero angosto, pero perfectamente marcado incluso sobre la roca de arenisca al formar parte de un circuito utilizado con mucha frecuencia para bicicletas de descenso, como tuvimos oportunidad de comprobar mas arriba. 

A nuestra izquierda van quedando de nuevo espectaculares tafonis, el que aparece a la derecha de la imagen lo bautizamos el día que por allí pasamos con valentín (de amarillo) como "la tienda del indio". Estos tafonis, como ya hemos comentado son esculpidos por la acción erosiva del viento sobre la frágil roca de arenisca. A la derecha la carretera va a quedar muy cerca de nosotros durante unos instantes, pero de las bifurcaciones de sendero que nos encontramos de vez en cuando, siempre cogeremos la que se alejen de la misma, es decir la que nos lleven hacia la izquierda, siempre en sentido ascendente manteniéndonos lo mas cerca posible de la base de los pequeños tajos que nos vamos encontrando;
a veces con restos de antiguas viviendas ocupadas al menos desde tiempos de los mozárabes que vivían al amparo de la fortaleza superior, donde se refugiaban en épocas de asedio y también habitadas en tiempos mucho mas recientes, distinguiendo perfectamente un antiguo horno de leña en una de estas antiguas viviendas rupestres.  

Llega un momento que debemos escoger entre un sendero terrizo bastante dócil que sigue ascendiendo entre la abundante retama de esta zona o bien, tomar un sendero escalonado que va ganando altura sobre grandes rocas redondeadas a la izquierda que obviamente, resultan mucho mas seductoras para cualquier amante de la montaña   de hecho con las oportunas precauciones progresamos por ella de forma muy asequible hasta que unos tajos a laa derecha, nos invitan a continuar ganando altura por un derrumbadero de grandes bloques de piedras sin mayor peligro que la precaución de no doblarnos un tobillo, o pisar malamente alguna que se mueva mas de la cuenta.

Desde el final de la parte alta de la pedrera-derrumbadero, vemos a nuestra derecha el dócil sendero que comentábamos anteriormente que utilizan los chavales para bicicletas de descenso, pero no podemos acceder al mismo porque seguimos teniendo un talud a nuestra derecha de unos 4 o 5 m de altura, por lo que continuamos de frente, dirección SUR, adentrándonos en un enmarañado bosquete de pinos, donde de forma intuitiva y perpendicular comenzamos a descender desviándonos ligeramente a la derecha, aprovechando algunas pequeñas cañadas que se forman por aquí para ir descendiendo a través de ellas, hasta enlazar con el mencionado sendero, que siguiendo siempre en sentido ascendente y dirección SUR, un kilómetro mas allá nos lleva directamente hasta la carretera que sube a la Mesa de Villalverde, concretamente a la zona llana, donde por el otro lado de la carretera viene a unirse la pista que llega desde Ardales, por lo que a partir de este momento y hasta el final del recorrido vamos a caminar sobre el trazado del GR.E-7 en su etapa Ardales-Estación del Chorro, que al mismo tiempo coincide con la etapa Nº21 del GR-249 Gran Senda de Málaga (la ruta de las Tres Culturas).
A penas a 200 m de allí, carretera arriba, justo frente a la entrada del recinto vallaado que protege el entorno de la iglesia Rupestre de Bobastro, ya nos estaba esperando puntualmente nuestro guía Gerardo, que se adaptó perfectamente a las limitaciones horarias del grupo para poder llegar a la Estación del Chorro según el horario previsto, acortando el número de paradas a lo largo del recorrido que se suele realizar dentro del recinto, pero sin dejarse atrás ninguno de los aspectos mas interesantes tanto históricos como arqueológicos informándonos entre otras cosas de que:

Desde la fortaleza de Bobastro, Omar, inicia una etapa de conquista de un territorio propio, capturando una serie de plazas fuertes como son: Awta, Comares, Mijas, Archidona, Casabermeja y Fuengirola. Se establece así, el territorio base de Omar Ibhn Hafsun, estableciendo así una zona de influencia en torno al mismo, mediante alianzas con otros rebeldes.

Omar aprovecha una tregua con el emir para levantar en armas a toda la Serranía, atrayéndose a toda la población y las fortalezas de la zona. Así mismo fortifica aún mas Bobastro, convirtiéndola en una fortaleza inexpugnable, rodeando la zona de castillos cercanos. De hecho llega a dominar mas de 30 castillos entre toda la Serranía y la línea de costa.

Desde este nido de águilas que era la inaccesible fortaleza de Bobastro, situada no lejos de los llanos de Antequera, Omar Ibn Hafsun tiene fácil acceso a las campiñas del Guadalquivir y a la Vega de Granada, de modo que durante medio siglo tuvo en jaque a los emires al-Mundhir y Abd Allah. Los próximos años se van a convertir en una partida de ajedrez entre Omar Ibhn Hafsún y el emir de Córdoba, entre alianzas con otros rebeldes, sobornos y falsas treguas y pactos con el propio emir de Córdoba, llega un momento en que domina gran parte de la actual Andalucía desde los límites con Murcia hasta Algeciras. Una época de apogeo empañada por episodios negros como la masacre que produjo en Baena ó el engaño a los habitantes de la ciudad de Priego.

En unos años el poder central andalusí llegaría a sentir la clara amenaza que suponía el alzamiento de Omar, hasta el punto de que los emires fueron incapaces de mantener el orden en estas tierras ubicadas entre Ronda y Antequera. Las dificultades para la recaudación de los tributos fueron pronto insalvables, pero lo que en un principio se considero como una inaceptable insolencia y en un desafío, pronto se convertiría en desafío hasta el punto de que incluso la propia ciudad de Córdoba se sentiría amenazada por los rebeldes.

En el año 889 ibn Hafsun como muestra de desprecio y desafío al Califato de Córdoba decidió convertirse al cristianismo, lo que de algún modo supuso el principio del fin de su revuelta. De manera que aquel hombre que llegó a ser tan poderosos y que gobernaba en las coras de Rayya, Elvira y Jaén, y que era señor de poblaciones como Archidona, Baeza, Úbeda, Priego y Écija empezaría a ver como muchos de sus partidarios, muladíes sinceros a las creencias islámicas, le abandonaban y quienes no lo hicieron comenzaron a recelar y desconfiar de él, pasando en poco tiempo de ser visto como un héroe a ser visto como un villano y traidor entre su propia gente. No hay que olvidar la enorme importancia que se le ha dado a lo largo de la historia a la religión, que en muchos casos ha sido el motivo y la excusa principal para emprender muchas guerras e infinidad de conflictos bélicos. Omar, sin embargo, falleció cuando corría el año 917 sin haber sido vencido por sus enemigos.

A partir del año 891, el emirato de Córdoba comienza a recuperar terreno, comenzando por el castillo de Polley (Aguilar de la Frontera) o la propia Écija, de la que Omar se ve obligado a huir en burro, según cronistas de la época. Poco después caerá Estepa y ya en 903 la ciudad de Jaen. Antiguos aliados como los bereberes Jali de Cañete la Real, lo abandonan, sometiéndose éstos, al emir de Córdoba.

Tuvieron que pasar diez años de la muerte de Omar Ibn Hafsun para que Abd al-Rahman III fuera capaz de conquistar Bobastro a sus hijos, que seguían encabezando la rebeldía. Sería ahora, tras tomar la ciudad-fortaleza de Bobastro, cuando el emir se proclamaría califa de al-Andalus. Se dice que fue enterrado en Bobastro, de acuerdo con los ritos cristianos. Pero cuando la ciudad fue tomada por Abd al-Rahman III el cuerpo del rebelde sería desenterrado y trasladado a Córdoba donde sus restos fueron objeto de exposición a la chusma y escarnio de su memoria, crucificando su cuerpo ya cadavérico en las cercanías de la Mezquita hasta que, una crecida del Guadalquivir, se lo llevó río abajo.
La iglesia rupestre de Bobastro, mas que tratarse de una construcción propiamente dicha, se puede considerar casi como una escultura, por estar excavada sobre un promontorio de arenisca de 18 x 9 metros, dentro de una planta basilical, con tres naves longitudinales dedicadas a los fieles, los religiosos y los altares. Destacan en su construcción los grandes contrafuertes (innecesarios en una obra tallada), los arcos de herradura de la única pared conservada y la cabecera con tres ábsides, el central con forma de arco de herradura y los laterales cuadrangulares. También destaca el transepto, destinado a los ritos mistéricos propios de la liturgia mozárabe, y las cancelas que separan las diversas naves y ábsides. 
Todo ello tuvo que producir en su tiempo una sensación clara de compartimentación del conjunto, en el que sobresale igualmente la jerarquización de los espacios, que se adaptan al propio desnivel del terreno que desde la cabecera del templo va descendiendo hasta sus pies. Debajo de la basílica se intentó construir una especie de cripta, solo labrada en la roca en una fase inicial, en la que posiblemente descansarían en su momento los restos de Omar Ibn Hafsun. Cuenta también el edificio, con una interesante tribuna, situada en la planta superior, a un nivel más elevado (más cerca del Reino Celeste), labrada también en la roca y decorada con bellos arcos de herradura por los que en su día entraba la luz en la sala.

El montículo de arenisca presenta una cripta a los piés de la iglesia y bajo la cabecera, el inicio de una puerta o pasillo que nunca se culminó. Las obras pudieron inciarse a finales del s. IX, en torno al año 890.

A su vez esta iglesia estaba adosada a un monasterio del que se conservan paredes y sillares, así como elementos excavados que demuestran la existencia de una construcción en torno a un patio central, seguramente el claustro, donde se ubicó el gran aljibe, que se llenaría con toda probabilidad con el agua de lluvia recogida a través de los tejados. A su alrededor una serie de estancias donde se alojarían los monjes y pequeños almacenes ó silos para cereales, profundos y rectangulares que erróneamente se han identificado como tumbas. Muy probablemente este monasterio habría sido construido antes de la llegada de Omar ibn Hafsun a estos parajes, continuando una tradición eremítica que se remontaba a tiempos antiguos. El conjunto monástico estaba fortificado y de las bases de sus murallas y torres se conservan todavía vestigios muy interesantes.

Gerardo hizo mucho hincapié en que el interés de esta iglesia mozárabe de Bobastro radica en que, hasta el momento, es la única muestra arquitectónica que puede definirse como puramente mozárabe, puesto que se trata de un templo levantado por la comunidad cristiana durante el dominio musulmán y en territorio califal.

El templo está perfectamente orientado hacia oriente, tiene una longitud de unos 17 metros por algo más de 10 metros de ancho. Estas dimensiones puede parecer exiguas, pero tratándose de una construcción que fue realizada horadando la roca tiene un valor inestimable.

En efecto, al rodearla por el oeste, la forma natural de la piedra se va transformado en un conjunto de muros, arcos de herradura y pilastras talladas en la roca, de forma que el gran peñón que vemos desde el sur se convierte en su cara norte en los restos muy definidos de una iglesia de tres naves formando un conjunto monolítico excavado en la roca, sobre la que también se ha tallado un amplio patio en el que se conserva un aljibe y restos de otras edificaciones de servicio.

Finalizada la última explicación sobre la iglesia, el mismo Gerardo se ofreció para hacernos la foto de grupo con numerosas cámaras que le fueron entregadas. 
5ª parte: de la iglesia rupestre de Bobastro hasta la Estación del Chorro (Mesa de Villaverde, sector oriental de la sierra del Almorchón)

Este tramo que se describe a continuación sale de las dos rutas que se describen en dicha guía, concretamente en la ruta Nº8: Mesa de Villaverde; De la iglesia rupestre de Bobastro al Mirador de la Encantada y la ruta Nº 10: De la barriada del Chorro a la Mesa de Villaverde.

Para evitar regresar a la carretera y vernos obligado a caminar por la misma un kilómetro, Gerardo, con buen criterio y generosidad nos autorizó para continuar ladera arriba por el roquedal que hay al este del templo, llegando en unos en unos instantes instante al pinar que hay ladera arriba, donde zig-zagueando un poco sobre la ladera se alcanza rápidamente la carretera, habiéndonos ahorrado un buen trecho por la misma, que tan sólo tenemos que cruzar, para volver a atrochar ladera arriba, viniendo a salir directamente a la parte alta de la Mesa de Villaverde donde nos encontramos con el curiosísimo embalse superior de la encantada, que fuimos rodeando por la izquierda, caminando sobre la pista de hormigón que marca su perímetro, el viento era intenso y se levantaban pequeñas olas sobre la superficie, pero al mismo tiempo esto propició durante toda la jornada unos cielos cristalinos que nos permitían volver a disfrutar con nuevas perspectivas de gran parte del conjunto de los tajos iluminados por el sol de la tarde de oeste a este: tajos ballesteros, peñón del Cristo, tajo del Estudiante, monte Huma, Pedrera de los Castillejos, el picudo cerro de Los Hornos y mas hacia el este gran parte del arco calizo desde El Torcal hasta La Maroma, pasando por la peña negra y el Chamizo Alto.
Corría el año 1970, cuando de construye sobre el río Guadalhorce el salto denominado Tajo de la Encantada, consistente en la central hidroeléctrica reversible mas grandes de España, concretamente de 360 MW de las denominadas de ciclo puro, es decir, que el mismo volumen que se bombea desde el embalse inferior o contraembalse al embalse superior es el que posteriormente recorre el camino inverso produciendo energía, ya que el embalse superior no recibe más aportación que la suministrada por el bombeo. Durante las noches, cuando la energía es menos costosa, esas turbinas se convierten en motores de impulsión y el agua del vaso inferior se bombea al superior. Al día siguiente, el proceso vuelve a empezar desaguando el agua bombeada. El negocio está en la diferencia de precio de la electricidad diurna y nocturna.

En el situado en la cota inferior existen varias turbinas generadoras de electricidad que funcionan con la presión del agua que proviene del vaso superior. Presa de Villaverde o contraembalse de la Encantada, que estábamos rodeando en aquel momento hasta que una valle nos cortó el paso para completar el rodeo que estábamos realizando por el borde del mismo. No obstante, desde este mismo punto ladera abajo, es decir, hacia la izquierda del mismo, accedimos a través de un terraplen bastante asequible a la pista terriza por donde discurre el GR.E-7 y gran senda de Málaga, que nos devolvería durante un corto trecho hasta la pista de cemento que rodea el embalse que definitivamente abandonamos por un sendero a la izquierda, que después de describir varios zig-zags inicia un pronunciado descenso en dirección NE;
llevando a nuestra derecha la Cañada del Lobo y a nuestra izquierda al principio la gran torreta de hormigón que hace de vaso comunicante entre la presa inferior y superior a través de la gran tubería que sube por el tajo de la Encantada, siempre a nuestra izquierda y mas abajo, con algunos tajos plagados de tafonis, que nos hacen sentir como si estuviésemos caminando junto a rocas de un fondo marino, como sin duda lo fue todo este terreno en tiempos del Jurásico. 
A todo esto el paisaje de los tajos anteriormente mencionado a nuestros pies es sencillamente grandioso, hasta que la pendiente, poco antes de llegar abajo comienza a suavizarse, llegando dócilmente a las inmediaciones de la presa inferior del embalse de la Encantaada, donde nos reagrupamos todos antes de completar el último kilómetro.

Una vez reagrupados todos, atravesamos el puente-presa de la Encantada con el impresionante telón de fondo de los tajos y desfiladeros que iluminados por los rayos de la última hora de la tarde iban adquiriendo a veces un tono anaranjado que fue tiñendo tan majestuoso paisaje hasta las inmediaciones de la Estación del Chorro, donde incluso llegamos unos 10 minutos antes que el autobús que inmediatamente nos llevó al inicio de la travesía, donde nos despedimos entre fraternales saludos con la sensación compartida de haber disfrutado de otra jornada muy intensa de gran belleza paisajística.

Muchísimas gracias a todos los participantes por vuestra magnífica colaboración. Y gracias a ti Valentín, siempre presente en nuestros corazones, por estar siempre ahí, empujándonos cuando la pendiente se hace mas dura y el terreno masa dificultoso

¿Quién fue Omar Ibn Hafsun?:

Aunque son numerosas las localidades malagueñas que se atribuyen el lugar de nacimiento de Omar Ibhn Hafun, entre el alto valle del Genal en la Serranía de Ronda y algunas localidades de la Axarquía, parece ser que su padre Hafs, que era un muladí de islamización reciente, descendiendo por vía paterna de un conde visigodo llamado Alfonso. Se traslada desde la serranía de Ronda hasta la localidad de Awta (actual Riogordo), donde edifica una iglesia en sus propiedades, a pesar de ser musulmán. Concretamente cerca del actual cortijo de Auta, donde parece ser que nació Omar, clásico punto de partida para la ascensión al tajo Gómer.

Con dos hermanos menores Ayyub y Chafar, Omar se nos retrata como un joven pendenciero que en una riña mata a un vecino, huyendo por consejo de su padre a las ruinas de un antiguo castillo, que mas tarde se encarga de reformar, sobre la Mesa de Villaverde. Pero una vez que se asienta la calma, comienza a protagonizar junto a sus seguidores, saqueos a los campesinos de la zona, hasta caer en mano del gobernador de Raya (Málaga), que tras azotarlo severamente lo deja en libertad.

Nuestro protagonista busca probar fortuna en África, cruzando el estrecho como polizón llegando a trabajar en una sastrería. Pero al poco tiempo regresa a la península, concretamente en el 880 d.C., coincidiendo con una revuelta general de varias zonas de Al-Andalus, organizada principalmente por muladíes, enfrentados al estado cordobés, que los tenía machacados a base de impuestos, sin tenerse en cuenta antiguos pactos que existían con la población cristiana.

Omar, con cuarenta hombres que le proporciona su tío, se dirige a Bobastro, fortificándolo aún mas y al que se le van uniendo personajes de dudosa reputación, con los que comienza a dar golpes de mano, incluyendo el robo de una tienda perteneciente al gobernador de la cora de Rayya, consiguiendo hacerse con plazas como Álora o Ardales, que se mantendrán leales hasta su muerte.

Esta primera etapa considerada de “bandolerismo”, (por emplear un término coloquial) finaliza en el año 883, cuando el emir Muhammad I, alarmado por la situación, envía a uno de sus generales a pacificar los montes de Algeciras y de regreso Bobastro. Omar Ibhn Hafsun, se entrega sin derramarse una gota de sangre y marcha hacia Córdoba junto al general Haschim, dejando una pequeña guarnición en Bobastro.

Omar se incorpora al servicio de la guardia de Muhammed I, participandoen una aceifa por tierras del norte, contra Álava, llegando a destacar junto a Pancorbo. A su regreso a Córdoba tiene un altercado con el prefecto de la ciudad que al parecer lo tenía marginado, junto a los hombres que lo acompañaban, dándoles peor comida y alojamiento que al resto de la guardia. Por consejo del General Haschim, sale de Córdoba, regresando a Bobastro, donde sorprende a la guarnición, quedándose con la concubina del oficial que se había quedado al mando.

Desde la fortaleza de Bobastro, Omar, inicia una etapa de conquista de un territorio propio, capturando una serie de plazas fuertes como son: Awta, Comares, Mijas, Archidona, Casabermeja y Fuengirola. Se establece así, el territorio base de Omar Ibhn Hafsun, estableciendo así una zona de influencia en torno al mismo, mediante alianzas con otros rebeldes.

Omar aprovecha una tregua con el emir para levantar en armas a toda la Serranía, atrayéndose a toda la población y las fortalezas de la zona. Así mismo fortifica aún mas Bobastro, convirtiéndola en una fortaleza inexpugnable, rodeando la zona de castillos cercanos. De hecho llega a dominar mas de 30 castillos entre toda la Serranía y la línea de costa.

Desde este nido de águilas que era la inaccesible fortaleza de Bobastro, situada no lejos de los llanos de Antequera, Omar Ibn Hafsun tiene fácil acceso a las campiñas del Guadalquivir y a la Vega de Granada, de modo que durante medio siglo tuvo en jaque a los emires al-Mundhir y Abd Allah. Los próximos años se van a convertir en una partida de ajedrez entre Omar Ibhn Hafsún y el emir de Córdoba, entre alianzas con otros rebeldes, sobornos y falsas treguas y pactos con el propio emir de Córdoba, llega un momento en que domina gran parte de la actual Andalucía desde los límites con Murcia hasta Algeciras. Una época de apogeo empañada por episodios negros como la masacre que produjo en Baena ó el engaño a los habitantes de la ciudad de Priego.

En unos años el poder central andalusí llegaría a sentir la clara amenaza que suponía el alzamiento de Omar, hasta el punto de que los emires fueron incapaces de mantener el orden en estas tierras ubicadas entre Ronda y Antequera. Las dificultades para la recaudación de los tributos fueron pronto insalvables, pero lo que en un principio se considero como una inaceptable insolencia y en un desafío, pronto se convertiría en desafío hasta el punto de que incluso la propia ciudad de Córdoba se sentiría amenazada por los rebeldes.

En el año 889 ibn Hafsun como muestra de desprecio y desafío al Califato de Córdoba decidió convertirse al cristianismo, lo que de algún modo supuso el principio del fin de su revuelta. De manera que aquel hombre que llegó a ser tan poderosos y que gobernaba en las coras de Rayya, Elvira y Jaén, y que era señor de poblaciones como Archidona, Baeza, Úbeda, Priego y Écija empezaría a ver como muchos de sus partidarios, muladíes sinceros a las creencias islámicas, le abandonaban y quienes no lo hicieron comenzaron a recelar y desconfiar de él, pasando en poco tiempo de ser visto como un héroe a ser visto como un villano y traidor entre su propia gente. No hay que olvidar la enorme importancia que se le ha dado a lo largo de la historia a la religión, que en muchos casos ha sido el motivo y la excusa principal para emprender muchas guerras e infinidad de conflictos bélicos. Omar, sin embargo, falleció cuando corría el año 917 sin haber sido vencido por sus enemigos.

A partir del año 891, el emirato de Córdoba comienza a recuperar terreno, comenzando por el castillo de Polley (Aguilar de la Frontera) o la propia Écija, de la que Omar se ve obligado a huir en burro, según cronistas de la época. Poco después caerá Estepa y ya en 903 la ciudad de Jaen. Antiguos aliados como los bereberes Jali de Cañete la Real, lo abandonan, sometiéndose éstos, al emir de Córdoba.

Tuvieron que pasar diez años de la muerte de Omar Ibn Hafsun para que Abd al-Rahman III fuera capaz de conquistar Bobastro a sus hijos, que seguían encabezando la rebeldía. Sería ahora, tras tomar la ciudad-fortaleza de Bobastro, cuando el emir se proclamaría califa de al-Andalus. Se dice que fue enterrado en Bobastro, de acuerdo con los ritos cristianos. Pero cuando la ciudad fue tomada por Abd al-Rahman III el cuerpo del rebelde sería desenterrado y trasladado a Córdoba donde sus restos fueron objeto de exposición a la chusma y escarnio de su memoria, crucificando su cuerpo ya cadavérico en las cercanías de la Mezquita hasta que, una crecida del Guadalquivir, se lo llevó río abajo.

3 comentarios :

  1. Simplemente espectacular!!!!!!!!!!!!!!!
    ¿cuándo publicas el libro? Estoy deseando hacerme con el.

    Un abrazo y felicidades.

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  2. Fernando (Guepardo de la Lagunilla)12:32 a. m.

    Magnifica descripcion de la ruta.

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  3. Anónimo4:42 p. m.

    Hola,
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