lunes, diciembre 29, 2014

Sierra de Gilena y del Becerrero (Sevilla)

Capítulo 4: Programa 8 bosques mágicos de Andalucía Sierra de Juárez / Sierra de Becerrero (Sevilla)
Entorno: Sierra de Juárez y del Becerrero (Al norte de Gilena y sur de Estepa, Sierra Sur de Sevilla).
Cómo llegar: si venimos de Antequera, dirección Sevilla por la A-92,  hay que salirse a la altura de La Roda de Andalucía, tomando la salida 123, coger dirección Pedrera, dejando este municipio a la izquierda y poco después coger a la derecha y entrar en Gilena por la calle principal, atravesándola y ya casi al final aparcar los coches en una especie de rellano.
Viniendo desde Sevilla el desvío está a la altura del km 97 de la A-92, justo después de Aguadulce, ya veremos el desvío hacia Gilena (salida 97), unos 8 km antes de llegar a Estepa.
Desde Ronda o Cádiz y otros puntos al el sur de Gilena, la mejor referencia  Campillos - Sierra de Yeguas - La Roda de Andalucia-Pedrera y Gilena.Tipo de ruta : circular Longitud: 18 km
Desnivel: 450 m
Dificultad: Media (por la distancia, pues salvo a excepción de una cuesta puntual, las pendientes son suaves y tendidas).
Tipo de caminos: sendas y veredas
Mapa y bibliografía: Biblioteca secreta de Don Manuel Manzanares “El Cartógrafo de su Majestad”
Fecha de realización: sábado 27 de diciembre de 2014, cielos despejados con bajas temperaturas al inicio de la mañana, que apenas llegaron a los 11ºC al mediodía y tendencia a nubes de transición al atardecer.
24 participantes:
Desde la provincia de Córdoba vinieron Rafa “El Califa” (desde Cabra ) y Héctor “El Caimán de Puente Genil”, Mª Luisa “El Duendecillo de sierra Horconera” y sus amigos Anabel PLaza y Javi Serrano: desde Puente Genil.
Desde Sevilla: Ilde “El Vendaval del Moncayo”, El Indomable Jaime y Juan Enrique “El Profeta de Nervión”. Desde distintos puntos de la provincia de Málaga: “Rosa de la Comarca”, “Guillermina” que aquel día debutaba con nosotros como nueva socia al igual que Jorge “El Titán del Guadalevín”, Herminia “La Centella de O Cebreiro”, Miguel Fortes “El Duque de la Viñuela”; Paco “El Generoso” que batió el record de la cesta de navidad mas grande jamás vista en una ruta de senderismo, Eduardo “El Último Samurai”, Paco Jaime “El Marqués de Cáceres”, Ilse “La gacela de la Selva Negra”, Juan Ignacio Amador “El Comandante” y nuestros anfitriones de lujo Manuel Manzanares “El cartógrafo de su majestad” y su mujer Carmen “Galadriel”, que una vez mas nos volvieron a sorprender con esta ruta de coleccionistra que superó ampliamente todas nuestras expectativas.
Las sierras de Juárez y la vecina sierra del Becerrero está cubierta de parajes de gran interés paisajístico prácticamente desconocidos en comparación con otras sierras y parques naturales mucho mas visitados, como suele ocurrir en otras zonas, a esta sierra se la conoce popularmente con el nombre del pueblo que se asienta a sus pies. En este caso, se la conoce localmente como sierra de Gilena. Aunque técnicamente son mas bien, dos sierrezuelas unidas coorespondiendo la mayor parte de la sierra de Juárez a Gilena y la sierra del Becerrero al t.m. de Estepa y en menor extensión a Lora de Estepa y Pedrera.
En ambas sierras se suceden bosques de pino carrasco y piñonero, restos de encinares y acebuchal; que albergan numerosas especies de animales y plantas. Está protegida por el Plan de Protección Especial del Medio Físico de la Provincia de Sevilla, como " Complejo Serrano de interés Ambiental", con sus 3.910 has es un referente en la comarca. 
El punto mas alto corresponde a la sierra del Becerrero con 846 msnm, un cerro alomado que se encuentra asaeteado por antenas de repetición y que debido a las bajas temperaturas invernales en la zona, suele amanecer nevado, mas de una mañana cada invierno, así como algunas montañas mas bajas de la zona, como el cerro donde se encuentra el castillo de Estepa.
La vegetación predominante es el bosque mediterráneo con encinas, acebuches, coscoja, cornicabra, madroños y pinos de repoblación pero lo que la hace un área relevante son sus especies rupícolas que se refugian en los cortados calizos entre los que destacan el "Rupicapnos africana" y "Narcissus fernandesii" en peligro de extinción. En cuanto a las especies de fauna destacan  por su variedad, las aves, teniendo como principales a las rapaces: Aguila Perdicera y Culebrera, Búho Real, Cernícalo Primilla y Halcón Peregrino y otras como Piquituerto, Collalba Negra, Pito Real, Vencejo Real, por citar algunas. En definitiva, una sierra de media o baja montaña, pero no por ello, menos interesante y que sorprenderá a muchos.
Desde el punto de encuentro ya corría con generosidad el Anis del MOno que había traido Paco Jaime "El Marques de Cáceres" 
Breve descripción de la ruta:
Como punto de referencia para el inicio y final de esta ruta nos dirigimos a la salida del pueblo de Gilena, justo al inicio de la carretera A-353 que nos llevaría hasta Estepa. Pues bien en el margen izquierdo de la carretera se encuentra un curioso recinto vallado que alberga dos de los símbolos principales de esta localidad por una parte: la ermita de Nuestra Señora de la Salud (Patrona de Gilena) y por otra parte, un cuidado parquecito con su estanque, su bar y sus patitos, donde e encuentra el manantial que allí se conoce como “El Ojo”, fuente pública que suele dar muy buen agua, manteniendo un caudal regular todo el año. 
Este manantial está considerado como nacimiento del arroyo de Gilena, que en su curso de Este a Oeste atraviesa las calles por medio de zanjas y desagua en el Salado de Osuna. Alrededor de su nacimiento hay un parque de ocio con abundante vegetación autóctona. De las aguas del "Ojo de Gilena" se utilizaba su energía hidráulica para mover los molinos de harina que construyeron los árabes a lo largo de la ribera, que una vez reconquistada la zona por los cristianos, estas tierras pasan a la Orden Militar de Santiago, siendo muy codiciados los molinos y huertas de Gilena por los alcaldes y comendadores para sus mayorazgos. Aunque es en el siglo XVII cuando realmente se origina el núcleo de población que llega hasta nuestros días.
Volviendo a la descripción de la ruta, si nos ponemos frente a la fachada de la ermita, en cuya esquina nos encontramos con el tradicional buzón amarillo de correos, la ermita hace de cuña entre dos calles, una calle a su izquierda, que será por donde llegaremos, completando el trazado circular y otra a la derecha, que es la carretera propiamente dicha Gilena-Estepa A-353, por cuyo margen izquierdo iniciaremos los primeros 400 m de recorrido, feo inicio, pero en ocasiones  inevitable con la compañía del asfalto. No es caro peaje, pues dejaremos atrás la carretera en escasos 5 minutos, tan pronto, tomamos a la derecha el Camino del Caño, una pista terriza que discurre paralela a una cantera de áridos que llevamos a nuestra izquierda. Al principio la pista llanea y poco después comienza a ganar altura, estando atentos a un sendero que sale a nuestra izquierda y se adentra en el olivar, llegando en escasos minutos a un joven bosque de pinos de repoblación. 
Encontrándonos con un cruce de balizas con el membrete “Red de senderos de la Sierra de Gilena”, coincidiendo nuestra trayectoria con la baliza que indica “Mirador” y que a partir de aquí nos llevará en tendida ascensión, en dirección N-E, el sendero está muy bien marcado, la mayor parte del tiempo caminamos bajo la sombra de los pinos, a veces los zig-zags son tan cerrados que podemos atrochar ladera arriba, siempre con cuidado de no pisar los preciosos lirios morados y narcisos blancos (Narcicus Papyraceus) que se alternaban con los lirios en los márgenes del camino.
No tardamos en salir a una pista terriza, que viene a cruzarse en nuestra trayectria y que tomaremos durante un corto trecho a nuestra izquierda, pero la abandonamos tan pronto llegamos a una curva cerrada de derecha, para tomar un marcado sendero, que continúa ladera arriba, caminando de nuevo bajo la sombra de los pinos, manteniéndonos en paralelo a una pequeña cañada y encontrándonos de vez en cuando con algunas flechas rojas pintadas en alguna roca que coinciden con nuestra trayectoria.
Conforme vamos llegando a la parte alta de la loma el bosque se va despejando y los páramos con matorral bajo, típicos de cotos de caza menor, se alternan con pequeños bosquetes o pinos mas dispersos, llama la atención de rocas calizas dispersas por la loma y a veces amontonadas artificialmente, durante un buen rato, las antenas de repetición sobre el punto mas alto de la sierra de Becerrero, se nos antojarán relativamente cercanas a menos de dos kilómetros a nuestra derecha. 
No obstante, nuestro guía “El Cartógrafo de su Majestad” desaconsejó ampliar la ruta hasta este punto para evitar un tramo de 1 km y otro de ida por un tramo de pista asfaltada que le restaría encanto, sin que el entorno, superar en belleza a lo que aún nos quedaba por lo tanto, y siendo estos días tan escasos de horas de luz, fuimos a lo práctico.
Durante un corto trecho fuimos descendiendo hacia una cañada que llega hasta la cercana localidad de Estepa, si bien esta localidad no llega a verse en todo el recorrido. La localidad que sí podíamos contemplar desde este punto era, de nuevo, Gilena a nuestra izquierda, al S-O de nuestra posición. Tras la cañada, nueva ascensión, siempre de perfil suave, esta vez llegando hasta la parte alta de la Loma de Las Flores, donde nos encontramos con una curiosa torre metálica de vigilancia contra incendios.
Desde esta loma, volvimos a descender esta vez de forma mas pronunciada y zigzagueante, viniendo a salir a la altura de una curiosa cada de piedra, junto a la carretera Ginela-Estepa A-353, entre los kilómetros 4 y 5, tomando la carretera a nuestra derecha y caminando por ella unos 200 m dirección Estepa, dejándola para adentrarnos por una pista terriza, mediante la cual comenzamos  adentrarnos en la sierra de Juárez. La pista discurre por el perímetro del bosque, de manera que la mayor parte del mismo lo llevamos a nuestra izquierda y a la derecha queda una ancha vaguada salpicada de retamas, unos 300 m mas allá de donde la pista terriza se convierte en vereda, decidimos almorzar en una zona soleada junto a unas retamas en el margen del camino.
Después del almuerzo con dulces navideños, bebidas a gogó y hasta gominolas de postre, continuamos la caminata con perfil prácticamente llano, asando junto a algunos pinos de grandes dimensiones, y después de atravesar una pequeña cañada, afrontamos el tramo de subida mas pronunciado de toda la ruta se trata de la Loma de Los Colchones, a caballo entre la linde de Estepa cuyo término municipal queda a nuestra derecha y el de Gilena que va quedando a nuestra izquierda, entre villancicos risas y bromas se fue demorando la cola del grupo hasta reagruparnos en una zona llana, previa al mirador de la Acebuchosa, emblemático enclave de la ruta, que da vistas hacia la localidad de Gilena a nuestros pies, allí nos encontramos con varias balizas de la red de senderos de la sierra de Gilena, pero nosotros nos desviamos a nuestra derecha, pasando junto a una antigua era de grandes dimensiones y continuando el sendero ladera arriba, que en suave perfil zigzagueante nos lleva hasta la cumbre de la Acebuchosa propiamente dicha, unas barandillas de madera hacen las veces de balconada con vistas a la campiña sevillana donde podemos contemplar al norte la localidad de El Rubio y al oeste las localidades de Aguadulce y parte de Osuna. Junto a estas barandillas de maadera nos encontramos con un elaborado poste, donde se ha colocado una buena colección de tablillas que en las correspondientes direcciones, lo mismo nos señala: Veleta a 172 km dirección ESTE, que cataratas de Iguazú 18.753 Km dirección suroeste o Noruega 6.124 km al norte.
La elaborada colección de tablillas bien merecen la foto de rigor, así como los restos del refugio de piedra que nos encontramos unos metros mas arriba, tras el cual se encuentra la base cuadrangular de cemento del desaparecido vértice geodésico (que tal vez haya sido derribado por un rayo o tal vez por algunos vándalos). 
Allí nos hicimos otra foto de grupo, esta cumbre tiene la peculiaridad de estar colonizada por el bosque de pinos que es el gran protagonista de la ruta, por lo que las mejores vistas del entorno las obtenemos hacia el norte y el oeste desde las mencionadas barandillas. Y hacia el sur desde el mirador de la Acebuchosa, al que regresamos en escasos minutos, esta vez descendiendo a través de un sendero, parcialmente cubierto por un curioso sistema de peldaños de madera, reforzados con una alambrada (imaginamos que para frenar su deterioro).
De regreso al mirador de la Acebuchosa, la inevitable foto de grupo con Gilena allí abajo, casi a tiro de piedra y Pedrera, algo mas alejada en la misma trayectoria. 
Podríamos haber tomado la pista terriza, conocida como el camino de Los Corralones, que en menos de un kilómetro de descenso rectilíneo, nos hubiera llevado directo a Gilena, pero como la ruta era de perfil suave y aún quedaba luz suficiente. Seguimos con el plan previsto, de regresar sobre nuestros pasos a la Loma de Los Colchones, desviándonos poco después hacia la derecha, dirección N-E, es decir, casi en sentido contrario a Gilena, adentrándonos de nuevo en el denso pinar de la sierra de Juárez, por donde los rayos de sol de la tarde se filtraban entre las copas de los pinos, regalándonos curiosos juegos de luces y sombra, que alternado con el color claro de las abundantes rocas dispersas en los márgenes del sendero, de caprichoso trazado zig-zagueante, nos recordaba a ese otro pinar con mucho encanto, donde se encuentra el camping de Villanueva del Trabuco entre las sierra Gorda y la sierra de San Jorge. 
En dirección, N-E, caminamos cerca de kilómetro y medio, girando casi 160º a la derecha, comenzando a caminar en dirección SUR, casi en línea recta con el mismo tipo de paisaje, pero de perfil descendente, hasta llegar al lugar donde unas barandillas de madera, marcan el perímetro del bosque de pinos y comienza el olivar, que rodea a la localidad de Gilena, donde llegamos bajo la luz de la tarde con la silueta de la crestería de la sierra del Torreón al sur de nuestra trayectoria, hasta ponernos a la altura de las casas de Gilena, entrando por la calle que nos llevaría de nuevo hasta el Manantial del Ojo, junto a la cercana ermita de Nuestra Señora de la Salud.

domingo, diciembre 07, 2014

Ruta circular: Illora-Sierra de Madrid

Pueblo de referencia: Íllora (Comarca del Poniente Granadino) 

Entorno: Sierra de Madrid, a cuyos pies se asienta la localidad de Íllora .
Hora y punto de encuentro 1: a las 8,30 horas en la Venta de Riofrio para desayunar,los que vengan desayunados a las 9,00 horas. Una vez reunidos, nos dirigiremos – con nuestros vehículos - al punto de inicio de ruta.
Inicio de ruta (segundo punto de encuentro): a las 10.00 horas en los aparcamientos de la gasolinera GALP (logo color naranja) que está a la derecha , al poco de salir de Illora en dirección a Alcalá La Real.

Como llegar a Illora: La referencia es la autovía A-92, tal y como vamos dirección Granada, unos 15 km después de dejar atrás la localidad Loja, nos saldremos de la autovia en la salida 206 - Villanueva de Mesia. Llegaremos a este municipio en 2,5 kms. Lo atravesamos y cogemos dirección Tocón. Llegamos a Tocón en 5,5 km para continuar otros 6 kms hasta Alomartes (pueblo de referencia si quisiéramos subir a la sierra Parapanda). Atravesamos este pueblo y en 5 kms, nos llevará hasta Illora. Atravesamos toda la localidad por su calle principal, siempre dirección Alcalá La Real y a 200 m. de la salida del pueblo nos encontramos a la derecha una gasolinera GALP, que tiene una amplia plataforma de aparcamiento, pero si por casualidad no hubiera sitió, unos 50 m mas allá en el mismo margen de la carretera existe una amplia. Desde que abandonamos la A-92, son estrechas carreteras comarcales pero presentan buen firme en el asfalto.

Tal y como vamos llegando a la localidad de Íllora, nos llama la atención ver en el centro del pueblo,  una gran peña de cumbre llana done se encuentran las ruinas de su antiguo castillo, aunque de él apenas se conservan algunos restos de las murallas, si bien se observaba una grúa allí arriba, con la que imaginamos se estará trabajando para su restauración. ¡Ojalá todos los pueblos con patrimonio histórico en ruinas, ya fuera de castillos o antiguas cortijadas en enclaves mágicos que perfectamente se podrían restaurar como alojamientos rurales, siguieran este ejemplo. Dicho castillo data del periodo califal (siglos IX-X) y está estructurado en tres recintos: la villa, la alcazaba y el arrabal.
Cuenta las lenguas antiguas, que en junio de 1319, cuando los infantes Pedro y Juan de castilla se dirigían a devastar la Vega de Granada, se apoderaron de la villa de Íllora y de su arrabal y si se hubieran quedado otro día, según afirma la Crónica de Alfonso XI, también habrían tomado su castillo, pero cegado por su fanatismo y exceso de confianza el infante Pedro no quiso permanecer más tiempo allí, pues su voluntad era asediar nada menos que Granada y tenerla cercada “hasta que la ganasen, o morir en el intento”, según consta en la Gran Crónica del mismo Rey,  muriendo poco después ambos infantes  en el Desastyre de la Vega de Granada, acaecido el día 25 de junio de 1319.

Asociadas a ese castillo, existen una serie de torres vigías, entre las que destaca la torre Brácana. En la cercana localidad de Tocón, existe otra torre de la misma época, en este caso de una alquería, que hacía las veces de pequeño castillete rural.Todas ellas de época nazarí.

Íllora cuenta con otro monumento histórico-artístico (catalogado como Bien de Interés Cultural desde 1980), la iglesia de Nuestra Señora e la Encarnación, proyectada por Diego de Siloé,  constructor de la mismísima catedral de Granada, en el S. XVI con la intervención de su discípulo Juan de Mesa y Diego de Pesquera entre otros maestros.

Recorrido: Circular
Dificultad: Media
Desnivel aprox: 650 m.
Longitud aprox: 17,500 kms
Tipo de camino: Senda , veredas y antiguos caminos forestales.
Alicientes principales: La llegada a la cumbre por un denso bosque de pinos que nos acompañará durante todo el descenos, los tajos del Sol a escasos metros al sur del vértice geodésico y las magníficas vistas hacia la línea de cumbres de Sierra Nevada, la sierra de Huétor, Sierra Elvira y la Vega de Granada hacia el ESTE y hacia el SUROESTE la omnipresente vertiente NE de la sierra Parapanda.  
Fecha de realización: Sábado 6 de Diciembre de 2014, cielos despejados y temperaturas bajas que a penas superaron los 10ºC al mediodía en la zona alta de la Sierra.

 Mapa: Procedente de los Archivos Secretos de Don Manuel manzanares "El Cartógrafo de su Majestad"




17 participantes: Manolo y Carmen, que una vez mas hicieron una magnífica labor como guía, con la curiosidad de que en varios tramos del sendero, Carmen fue la guía de cabeza, controlando muy bien todos los puntos claves.

Desde Cabra Córdoba: vino “Rafa “El Califa” y desde Granada: Manolo “Supersónico”. El reso de copañeros de la Costa del Sol, entre los que se encontraban: Paco Jaime “El Florentino Pérez del Senderismo Andaluz”, Paco Castillo “El Generoso”, Paco Leal “Doctor Leal”, Paqui y Rafael, Eduardo Campos “Padre Carras”, Ilse “La Gacela de la Selva Negra”, Ana Serrano “La Venus de Bottichelli”, Pepe Guerrero “El Maestro Geobotánico”, Luciana “La Garza de Montevideo”, Marlen “La Perla de Venezuela”,el debutante Eduardo Ortuño y un servidor: Juan Ignacio Amador.

Breve descripción del recorrido:

Tomando como punto de partida la mencionada gasolinera GALP, nos pusimos a caminar por el margen izquierdo de la carretera en dirección Íllora, para atravesar la carretera unos 100 m mas allá de la gasolinera y adentrarnos por el perímetro izquierdo de un sembrado, avanzando en fila india lo mas cerca posible de la valla, encaminando nuestros pasos hacia el pié de la sierra. Al llegar a la altura de una pista forestal, la tomamos a la derecha (dirección NORTE), de manera que durante todo el primer tramo del recorrido vamos a ir dejando la parte alta de la sierra a nuestra izquierda y vamos a ir pasando junto a distintas fincas, mientras los perros que la guardan (detrás de sus correspondientes vallas) nos van ladrando a nuestro paso.

Poco a poco vamos ganando altura, a veces la pendiente se hace mas fuerte, pero se alterna con tramos mas suaves y algunos mas llanitos que nos dan una tregua, mientras nos vamos recreando con las vistas hacia nuestra derecha (ESTE), de Sierra Nevada que aquel día lucía un blanco magnífico, por encima de Sierra Elvira. A ambos lados de nuestro camino grandes parcelas de almendro y olivar, donde nos encontramos a una persona vareando que nos confirmó, que el pueblo que veíamos relativamente cercano en dirección NE, era Puerto López, con su antigua torre vigía, vestigios de la ocupación musulmana.

A la altura del cortijo de La Fábrica, abandonamos la pista por la que vamos, a nuestra izquierda, remontando un empinado tramo de ladera por un tenue sendero que se abre paso entre el amplio manto de esparto que predomina en ese tramo de la sierra. 
Nos situamos en la parte alta de una loma y avanzamos abriéndonos paso por una bosquete de coscojas y encinas, buscando el terreno mas propicio para descender hasta las ruinas de un cortijo, donde nos encontramos con una tablilla que nos indica la “Fuente Grande”, que renunciamos a visitar por sugerencia de manolo y Carmen, ya que en su opinión no merecía la pena, por no coincidir su estado actual, con lo que sugiere su denominación.


En estas ruinas hicimos una breve parada de fotos boys and girls. Y desde aquí tomamos otra pista secundaria que nos permitía seguir rodeando la sierra, llevando a partir de aquí dirección predominantemente OESTE, SO, encontrándonos con una curiosa señal de  tráfico de “contramano” en el margen izquierdo del camino por el que avanzábamos entre un cerrado pasillo de encinas y coscojas. Encontrándonos mas tarde con otra tablilla indicativa que nos señalaba la “Fuente de La Roza” en la dirección que llevábamos y a la que llegábamos minutos mas tarde, situada junto a una finca, donde un olvidado manzano repleto de sus todavía frescos frutos sobre el suelo y en las ramas, invitaba a entrar para hacer una pequeña recolección, que llevaron a cabo varios compañeros para repartir instantes después con el resto del grupo que nos habíamos quedado junto al camino a reponer agua en la Fuente de La Roza.


A partir de esta zona disfrutamos de una magnífica panorámica de la vertiente NE de la sorprendentemente cercana sierra Parapanda, de aspecto magnífico, a la que habíamos subido el año anterior. 
Continuamos por la pista que traemos y comenzamos a ganar altura, virando en dirección ESTE, el bosque originario de encinas, se alterna con fincas donde destacan algunos frutales como los manzanos, cerezos y almendros, con olivares y tierras de labor cultivadas de cereal con sus primeros brotes verdes, que bañados por el sol de la mañana, añadían al paisaje un intenso color verde en la paleta de colores, en perfecta armonía con el cristalino cielo azul de aquella fría mañana, preludio del cercano invierno. 
Mientras avanzamos la pendiente sigue aumentando progresivamente y pequeños tajos calizos en el margen izquierdo del camino delataban que ya nos vamos acercando a la zona de cumbre propiamente dicha.
En la parte alta de esta pista dejamos a nuestra derecha un campo de cereal cuyo suave perfil contrasta con las dos cumbres que se encuentran mas allá y que coronan la parte alta de la sierra de Madrid, siendo la mas alta la de la derecha, casi totalmente cubierta por un denso bosque de pinos por el que pronto llegamos a la cumbre. 
Pero antes dejamos a nuestra izquierda dos grandes y modernas cortijadas, en la primera unos preciosos caballos de color marrón nos regalaron una preciosa estampa típicamente andaluza y en la segunda un rebaño de cabras se paseaba a sus anchas alrededor de una lujosa y gran cortijada.

Unos metros mas allá la pista se transforma en vereda, al principio de la cual nos encontramos con un 4x4 y el deleznable remolque donde llevan hacinados a los pobres perros de la cacería, cuyos tiros habíamos estado escuchando relativamente cercanos toda la mañana, aunque afortunadamente no llegamos a encontrarnos con ningún cazador. 
Nos adentramos en un precioso pinar y sin dejar de perder altura dejamos a la derecha las ruinas de un antiguo cortijo, poco después llegamos a una preciosa balconada natural, donde aprovechamos para hacer algunas fotos con la sierra Parapanda al fondo y de allí en escasos 10 minutos alcanzamos la cumbre, poco después de pasar, junto a un interesante “aprisco”, que es esa especie de corralón o refugio improvisado, con un rudimentario murete de piedras resguardado junto a un gran roquedal que le sirve de abrigo.

La ascensión es continua por un lapiaz cada vez mas accidentado, sin llegar a ser excesivamente dificultoso en ningún momento, ni obligarnos a pasar por ninguna zona expuesta, mas allá del típico tropezón con alguna roca que sobresale del suelo. 
En la ligeramente inclinada y pequeña planicie donde se encuentra el vértice geodésico (1.258 m), llaman la atención unas tablas colocadas como las que aparecen en las películas del oeste para amarrar a los caballos. Y el la vertiginosa caída de la que debemos tener cuidado, a dos metros escasos, al sur del vértice geodésico, conocido como “Los Tajos del Sol”, privilegiado mirador hacia la sierra Parapanda y toda la vertiente sur de la Sierra de Madrid.

Aprovechando la ausencia de viento y la belleza del lugar, disfrutamos del almuerzo montañero a escasos 20 m al ESTE del vértice geodésico, bajo el agradable sol del mediodía, que en aquellas latitudes del Poniente Granadino, a penas calentaba, a pesar de los numerosos vasitos de vino y otras delicias, con las que una vez mas nos obsequió Paco “El Geneoso”, que el pobre, aunque lo hace con mucho gusto ya casi lo ha convertido en una obligación, además por si fuera poco, antes de empezar a comer, una botellita de vino dulce y ya a media comida, saca la de vino tinto y la vuelve a repartir ente todos, vasitos de plástico incluido, ¡que tío mas grande!.
Una vez finalizado el almuerzo, la baja temperatura invitaba a ponerse en movimiento. Había dos alternativas: la de regresar sobre nuestros pasos hasta la mencionada balconada natural en la zona de precumbre, donde enlazaríamos con la senda que pasa a los pies de los tajos del Sol y mas tarde nos lleva a través del denso bosque de pinos de la cara sur o bien, la segunda opción que fue la que llevamos a cabo, tomando directamente dirección SE-SUR, volviendo a disfrutar de unas vistas cada vez mas limpias hacia Sierra Nevada al ESTE, por encima de Sierra Elvira con la localidad de Pinos Puente a los pies y a la derecha de esta peculiar sierra, parte de Granada capital presidiendo su ampliavega; así como la sierra de Huétor al NORESTE donde destacaba la inconfundible silueta del peñón de La Mata con la bonita localidad de Cogollos vegas a sus pies cual portal de Belén. 
Hasta que definitivamente viramos dirección SUR, adentrándonos de lleno en el bosque de pinos, descendiendo un trecho de unos 200 mde longitud, ladera abajo, zig-zaguendo campo través sin mas referencia que el sentido de la orientación, hasta enlazar con el mencionado sendero, habiendo dejado ya los tajos del Sol a nuestra derecha y descendiendo por este mágico bosque que nos acompañó prácticamente hasta el pié de la sierra, viniendo a salir a un camino vecinal a la altura de la Fuente de Madrid, de cristalinas aguas que mas de uno aprovechamos para probar, realmente buena y fresca, posiblemente mejor que la de mas prestigiosa marca de cualquier supermercado

Desde allí, en escasos minutos enlazamos con el inicio del primer tramo que habíamos realizado por la mañana, regresando sobre nuestros pasos hasta la mencionada gasolinera, junto a la cual teníamos estacionados nuestros vehículos y desde donde nos desplazamos en caravana hasta un bar de Villanuevaa de Mesía a sugerencia de nuestros anfitriones, donde Rafael y Paqui por un lado y mas tarde Pepe Guerrero, tuvieron a bien invitarnos a la copa de despedida.