martes, enero 06, 2015

Castillo de la Estrella de Teba- tajo del Molino-Castillón de Peñarrubia

Entorno:  Sierra de La Camorra, tajo del Molino  y sierra de Peñarrubia
Localidad de referencia: Teba
Hora y punto de encuentro recomendado: a las 9.25 a los pies del Castillón de Peñarrubia, concretamente, justo después de cruzar el puente sobre el embalse del Guadalteba donde se encuentra el cruce hacia Teba (a la izquierda) , al llegar a la altura de ese cruce, (km 10 de la carretera A-357), reduciremos la velocidad y pondremos el intermitente a la derecha estacionando nuestros vehículos en un tramo de carrera antigua, que se encuentra, a escasos 200 m mas allá dirección Campillos, donde dejaremos uno o dos vehículos de enlace por ser el final previsto de ruta. 
Hora y punto de encuentro 2 e inicio de la visita al Castillo: 10.00 am Castillo de Teba (en la parte alta del pueblo). Sin lugar a dudas merece la pena disfrutar de la visita al Castillo, sumergiéndose en la historia del lugar, guiados por la mano experta de la encantadora Señorita Mayte “La Historiadora”. Para concertar visitas llamar previamente al teléfono: 952.74.80.20 o bien enviar fax al: 952.74.84.22.
La visita suele durar una hora por lo que si hay parte del grupo que ya conoce el Castillo o no desea realizar la visita, se les puede citar directamente en el castillo de la Estrella a las 11.00 desde donde se puede comenzar la ruta directamente. Si bien, es mejor, a la entrada del pueblo (dirección Ronda-Ardales), pues de lo contrario si dejamos los coches en el pequeño parking aledaño al castillo, para unas vehículos, le podemos hacer una faena a las siguientes visitas de ese día.
1ª Parte, La visita al Castillo de La Estrella (Teba): 
Sobre el denominado cerro del Castillo se encuentran los restos del Castillo de la Estrella, donde llegábamos al unísono con nuestra anfitriona la encantadora Señorita Mayte “La Historiadora” simpática, amable, culta y de trato exquisito. Ya quisieran monumentos de mucho mas renombre y fama contar con guías con tal encanto y profesionalidad. Entre algunos de los datos y curiosas anécdotas que nos contó, cabe recordar: que este castillo fue declarado Monumento Nacional de Interés Histórico-Artístico en 1931, siendo sin duda alguna el mejor exponente de la importancia histórica de la villa.

Se encuentra situado en el cerro del mismo nombre, a una altitud de unos 600 msnm, siendo un excelente otero desde el que se divisa una de las más amplias panorámicas no ya sólo del municipio, sino de gran parte de la Comarca del Guadalteba. La fortaleza, construida por los romanos y ampliada por los árabes, ocupa una superficie de 25.000 metros cuadrados y presenta dos recintos amurallados, siendo el segundo mas amplio en superficie amurallada de toda la provincia, después del de Vélez Málaga, que también se encuentra muy arruinado e igualmente ha sido despojado concienzudamente de toda su valiosa sillería, de esquinazos y ventanales. Actualmente el castillo de la Estrella se encuentra en estado de ruina consolidada, y pueden apreciarse diversas obras de afianzamiento en el edificio principal del alcázar, excepto una circular situada al noreste y otra octogonal albarrana al norte. Dispone de tres puertas, la principal orientada al oeste, hacia Ronda, y las otras dos, más pequeñas, orientadas al norte y noreste.
El exterior está reforzado por una barbacana, en su día llegó a contar con un total de 18 torres más una de planta octogonal. La mayoría de las cuales están en estado ruinoso o directamente desaparecidas, a excepción de los restos de su base. Milagrosamente la torre del homenaje a sobrevivido a los numerosos expolios sufridos de restos de muralla y castillos utilizados para la construcción de algunas casas del pueblo, o a los rotos que los franceses hicieron en sus muros para colocare los cañones apuntando al pueblo. 
A pesar el paso del tiempo la torre del homenaje de conserva en un estado razonablemente aceptable, hasta el punto de que la visita de reduce al contenido de la torre, en cuyo interior se reproducen de forma muy acertada, los distintos habitáculos de la misma; así como numerosas muestras de las armas, escudos, guerreros y caballeros entre moros y cristianos, que vivieron, amaron, lucharon y murieron defendiendo este Castillo, que durante el verano de 1330 fue el punto mas conflictivo de toda la Península Ibérica en lo referente a la numerosas guerras de Frontera entre el Reino de Castilla y León y el Reino Nazarí de Granada.
Los árabes que construyeron este castillo le llamaban Hisn Atiba. Si bien existen pruebas de que fueron los romanos los construyeron una primera fortaleza. En la actualidad presenta dos recintos amurallados. 
El exterior se adapta al terreno, tiene barbacana al noreste al existir un gran tajo por su cara sur, los muros de esa zona, eran mas bajos y estrechos, pues la orografía del terreno, ya se encargaba de hacer prácticamente infranqueable el asalto por ese lado.

Sus murallas pertenecen a la época almohade (Siglos XII- XIII), aunque la llamada Torre del Homenaje (actual museo) es de época cristiana.

A mitad de la visita resulta muy interesante el audiovisual que la Señorita Mayte, nos puso en la pequeña pero muy coqueta sala de proyecciones, antiguas bodegas y granero del castillo, donde tras un breve repaso cronológico de la historia del lugar desde la Prehistoria, nos ilustra ampliamente sobre la mítica batalla de Teba, que tuvo lugar en agosto de 1330.

En ella se enfrentaron un ejército 10.000 cristianos, compuestos por una coalición de castellanos, leoneses, aragoneses y portugueses comandados por el rey castellano Alfonso XI, que consigue convencer al mítico Caballero escocés Sir James Douglas, que acompañado de otros Siete caballeros y 30 escuderos, formaban una especie de cuerpo de élite medieval, que en su camino hacia Tierra Santa, hicieron escala en el puerto de Sevilla, donde por aquel entonces se encontraba la Corte. Aprovechando la ocasión Alfonso XI para persuadirlo y finalmente convencerlo, de que se unieran a ellos en nuestra particular cruzada, contra los castillos de la frontera granadina que por aquel entonces  eran los de Cañete La Real, Teba, Ardales y Turón. Lejos de atemorizarse el emir nazarí Muhammed IV de Granada envía 8.000 jinetes benimerines, comandados por el veterano general Benimerín Ozmín. Con lo que el tablero de Ajedrez se presentaba con la población musulmana de Teba defendiendo su castillo, principal objeto de este enfrentamiento, el ejército cristiano en las orillas del río Guadalteba y a escasos kilómetros de la retaguardia el veterano general Benimerín Ozmín.  hostigando a las tropas castellanas con sus 8.000 jinetes benimerines en un campamento cercano al castillo de Turón.

Cuentan las crónicas de la época que su majestad Alfonso XI era un Rey muy belicoso, esta campaña se enmarca dentro de la Cruzada contra el infiel que, a instancias del rey Alfonso IV de Aragón se llevaba a cabo desde 1329. En consonancia con estas circunstancias, en el bando nazarí se hicieron aún más patentes, si cabe, las influencias norteafricanas y, así, amplios contingentes benimerines, llegaron a tener un papel muy importante en el desarrollo bélico. En los años precedentes a la batalla de Teba, todo el sector occidental de la frontera granadina fue objeto de acometidas constantes que tuvieron hitos importantes en las tomas de plazas tan significativas como Olvera, Pruna o Torre Alháquime.

Con las primeras luces del alba del 7 de agosto del año de nuestro Señor de 1330, comenzaba el asedio. Una semana mas tarde se presentaría el principal escollo al que debían hacer frente las tropas cristianas; la llegada desde Granada del temido general Ozmín. Éste, con su real plantado en el cercano castillo de Turón se dedicó, desde el preciso momento de su llegada, a hostigar reiteradamente a las tropas comandadas por Alfonso XI, las cuales tuvieron sensibles pérdidas y sufrieron una general desmoralización. Las escaramuzas granadinas siguieron durante varios días sin que los cristianos pudieran entrar en confrontación directa contra sus enemigos, tal como deseaban.
El objetivo del general Ozmín consistía en esperar la oportunidad para asaltar el campamento cristiano, dividiendo su ejército en dos. No obstante Alfonso XI fue consciente de la estrategia y decidió dejar en el campamento una buena parte del ejército con multitud de prevenciones materiales.

El momento clave de esta batalla se produjo cuando en una de las incursiones de las tropas musulmanas, cae un caballero escocés y siendo en aquel preciso instante cuando el mítico caballero escocés Sir James Douglas, acompañado de seis caballeros mas y un contingente de caballeros castellanos, parte en persecución de los jinetes benimerines, para vengar la muerte de su compañero. Antes de darse cuenta estaban rodeados, se trataba de la famosa táctica bereber conocida como "torna e fuye" en la que los que huyen terminan envolviendo y masacrando a los perseguidores. Y en clara  inferioridad numérica, montan una defensa en círculo para presentar una ferrea resistencia llevándose por delante a un gran número de baja en las líneas enemigas, siendo necesaria la llegada de mas jinetes benimerines, que se ven obligados a abandonar el hostigamiento al campamento cristiano, que se lanza en tropel a la conquista del castillo de Teba.

El fracaso de los intentos nazaríes por recuperar las posiciones de hostigamiento y el hecho de una enfermedad sobrevenida al general Ozmín que le obligan a ser trasladado a la alcazaba de Málaga, donde muere días mas tarde, desembocarían el día 30 de agosto en la caída definitiva de la plaza fuerte de Teba y su paso a manos castellanas. Sólo unos meses después, el 19 de febrero de 1331, se firmaría la Paz de Teba por la que los monarcas castellano, aragonés y nazarí se comprometían a una tregua de cuatro años y a la entrega de parias al rey castellano por parte del emir granadino.

La razón por la que el caballero Sir James Douglas iba camino de Tierra Santa, era porque estaba  comisionado por el rey libertador de Escocia Robert I, el cual había logrado la independencia de Inglaterra antes de morir de lepra, para llevar su corazón embalsamado a Tierra Santa. Cuentan las leyendas escocesas que sir James lanzó el corazón de su rey, que transportaba colgado de su cuello dentro de una especie de cono metálico, a modo de arma arrojadiza contra los musulmanes que lo habían emboscado cuando estaba a punto de morir, cumpliendo así el deseo del rey de luchar contra los infieles. Como recuerdo de este suceso, se levantó un monumento en la localidad, la cual está hermanada con la ciudad escocesa de Melrose.

Y cada primer fin de semana de agosto se celebra en la localidad de Teba un bonito homenaje de tan histórico acontecimiento, donde cada año acude una nutrida comitiva de la localidad escocesa de Melrose, encabezada por los mismísimos descendientes del héroe escocés Sir James Douglas, debidamente apoyada por la nutrida colonia de escoceses que habitan de forma permanente en distintas localidades de la Costa del Sol y que desde las primeras ediciones de este curioso evento, acuden fieles a esta cita que os animamos a conocer a todos los lectores de esta crónica.
FICHA DE RUTA:
Cómo llegar al inicio de ruta (castillo de La Estrella en Teba ojo, no confundir con el Castillón de Peñarrubia, también conocido como Castillón de Teba):
Desde la carretera Ardales-Campillos, o también desde la carretera Ronda-Ardales, se encuentran los accesos mas directos para llegar hasta la localidad de Teba por la MA-6405, que será nuestro inicio de ruta.
Distancia a recorrer: ruta completa hasta el Castillón y descenso, unos 14 km
Desnivel a superar: Desnivel aprox. unos 350 m de ascensión y 440 m de descenso.
Punto de partida: 632 m Castillo de La Estrella (Teba)
Punto mas bajo: 350 m arroyo de La Venta (final de recorrido para la versión familiar, mitad de recorrido para la versión extendida).
Punto mas elevado: 729 m Castillón de Teba (1 km antes del final del recorrido).
Tipo de ruta: Lineal
Tipo de caminos: Senda, pista terriza, lapiaz por la parte alta de la Sierra del Peñarrubia y lecho del río en el punto donde hay que vadear el arroyo de La Venta.
Mapa:  Iberpix(sector Teba del IGN-1037)
Fecha de realización y meteorología:Sábado 3 de enero 2015,  cielos despejados y temperatura máxima de 17ºC, con una leve brisa, que resultó muy agradable mientras recorríamos la loma de la sierra de Peñarrubia.
Principales escollos: Aunque en nuestro caso no hubo problemas, si ha llovido abundantemente en los días previos, resultará prácticamente realizar los dos vados por el arroyo de la Venta sin meterse en el agua, por lo que resulta recomendable, llevar chanclas de velcro y muda de calzado, calcetines y pantalón por si acaso.
Aunque el tránsito por la sierra de Peñarrubia es relativamente dócil hasta la cumbre del Castillón, la bajada por el imponente tobogán de su cara oeste, presenta una fuerte pendiente con abundante piedrecillas sueltas, no apta para personas no acostumbradas a caminar por terrenos muy escarpados.
25 Participantes: Desde Córdoba vinieron: Héctor “L Caimán de Puente genil” y Maria Luisa “El Duendecillo de Sierra Horconera”. Desde Cabra: Rafa “El Califa”.
Desde distintos puntos de la Costa del Sol: José Andrés Alonso, María del Mar Castellón “La Chica de la camisa a cuadros”, José Manuel Vázquez, Marita Cruzado, Paloma Rodríguez, Jesús Fernández, Marlem “La Perla de Venezuela”, Irving, Javier Reyes “El Hombre tranquilo”, Paco “El Generoso”, Miguel Fortes “El Duque de La Viñuela”, Paco Jaime “El Marqués de Cáceres”, el Doctor Leal, El Comandante y nuestros flamantes fichajes de invierno: Marivi Aragón y Mariano Navarro.
Y aún NO SOCIOS, pero en negociaciones avanzadas para pronto serlo:
Desde Cádiz capital: Manuel Limón “Premio Nobel de Senderismo” y Ana Dianez “La Arqueóloga”.
Desde Utrera (Sevilla): el mítico Antonio Giraldez y su aprendiz de Padawyn: Andrés.
Y desde la Costa del Sol: Ruslan “El Espartano” y Rafa Castle “El Rey de las fotos panorámicas”.
Alicientes principales: de entrada la visita al Castillo y su entorno bien merecen el desplazamiento a la localidad de Teba, aasí como un paseo por sus calles si se dispone de tiempo.
Y en lo referente al entorno natural, los imponentes tajos de la cara ESTE del cerro de La Camorra, el tajo del Molino y el Castillón de Peñarrubia.

2ª Parte, Del Castillo de La Estrella (Teba) al tajo del Molino Torró:
Una vez realizada la visita merece la pena recrearse con el entorno del castillo y las preciosas vistas que podemnos contemplar desde esta atalaya, para a rengón seguido descender hacia la entrada/salida de Teba, que fue por donde anteriormente habíamos llegado con nuestros vehículos a través de la carretera MA-6405. 
Allí podemos estacionar nuestros vehículos cerca de nos encontramos con un mirador con barandillas de hierro, conocido como el Mirador de la calle Santiago, con magníficas vistas de los embalses que van a convertirse en el principal referente visual desde el inicio de ruta en dirección ESTE. Iniciamos la caminata con la debida prudencia, por el margen izquierdo de la MA-6405, llevando en todo momento a nuestra derecha (SUR) el cauce bajo del valle del Guadalteba con sus olivares y campos de cereal y de frente hacia el ESTE, la cola del embalse del mismo nombre con el telón de fondo de la sierra de Huma y la silueta de las sierras que componen el entorno del Chorro, vistas a lo largo de esta ruta desde su vertiente ESTE, que serán nuestro telón de fondo gran parte de este itinerario, mientras vamos dejando atrás el peculiar casco urbano de Teba presidido por el castillo de la Estrella que acabamos de visitar. A unos 400 m a la izquierda de la carretera, nos encontramos con la localmente denominada Cruz de los Caídos (de Teba), en memoria a los vecinos de Teba que fueron fusilados en ese mismo lugar durante el primer año de la Guerra Civil.

La Cruz, está situada al inicio de una pista hormigonada que entre sendas hileras de pitas y chumberas comienza a ganar altura rápidamente, pero la pendiente se suaviza poco después, mientras vamos dejando a izquierda varias casitas con sus parcelas correspondientes, principalmente cultivadas de olivos y almendros que nos van acompañando a uno y otro lado. Por este tremo del recorrido el principal aliciente son los magníficos tajos de tonos anaranjados del cerro que llevamos a nuestra izquierda, conocido localmente como sierra de La Camorra, en cuya falda oeste se asienta la población de Teba, con su peculiar estructura urbana a modo de élice de avión asentada entre las vaguadas que forman la unión de los cuatro cerro que la rodean, que además del de la Camorra, son los cerros de San Cristóbal, del Camorrillo y del Castillo, siendo los dos primeros, los favoritos para los amantes del parapente que junto con la localidad de Valle de Abdalajís, tienen en Teba a una de sus principales localidades de referencia, por las magníficas condiciones de vientos ascendentes que se dan en estos cerros y que también le gusta a provechar a los buitres que frecuentan esta zona y la cerca sierra del Padrastro de Cañete La Real.
A pesar de la modesta altitud de esta sierra (723 msnm) los tajos de su vertiente ESTE, que van quedando a nuestra izquierda, presentan paredes superiores a los 150 m de caída vertical, invitando a realizar una futura ruta por esta olvidada sierra, a penas conocida, mas allá de los propios habitantes de Teba. Debido a su naturaleza puramente caliza y su gran exposición a los vientos, a penas crecen en ella esparragueras, palmitos, algunos matorrales típicamente mediterráneos  y el omnipresente esparto, que desde antaño utilizaban sus vecinos para la confección de distintos enseres, palmitos y matorral mediterráneo diverso.
Cuando llevamos caminando aproximadamente un kilómetro y medio, por esta pista que discurre paralela a la base de La Camorra, tras una suave ascensión, llegamos a un cruce de caminos, de manera que si seguimos de frente superando una pronunciada ascensión pasaremos junto a las ruinas de un cortijo que vienen a coincidir con el final de esta pista, a unos 300 m de distancia del mencionado cruce. Desde las inmediaciones de ese cortijo en ruinas se puede acceder fácilmente a la cumbre de La Camorra (739 m) tal y como hicimos Valentín y yo el primer día que exploramos esta zona, girando a nuestra izquierda dirección oeste, no existe ningún camino o sendero claro, pero entre la pendiente relativamente suave y escalonada y algunos caminos de cabra llegamos a la cumbre en poco mas de veinte minutos desde que abandonamos la pista, con la única dificultad de tratarse de un canchal. En su redondeada cumbre nos encontramos con una sencilla torre de repetición desde donde tenemos unas privilegiadas vistas del entorno en dirección este, norte y sur. Si bien para poder apreciar una parte importante del núcleo urbano de Teba, tenemos que caminar unos 200 m en dirección oeste. Ya que en esta dirección la cumbre adopta una forma de meseta redondeada. 
No obstante, llegados al mencionado cruce de caminos, nuestra ruta discurre por el ramal de pista que sale a la derecha, la pendiente se torna descendente en dirección ESTE, y que pasa junto antiguas tierras de labranza. Y unos 200 m mas allá llegamos a una nueva bifurcación, siendo nuestro camino a seguir el ramal de la izquierda. Se trata de una pista secundaria algo pedregosa pero perfectamente marcada, que discurre en paralelo a una vaguada que queda a nuestra izquierda en la que se han construido pequeñas presas para frenar la erosión de las aguas torrenciales. 
Esta vaguada se ha formado fruto de la unión del final de la caída de los cerros de las Majadillas de Antequera a nuestra derecha y las laderas de La Camorra, cada vez mas lejos a nuestra izquierda. El camino serpentea cómodamente en descenso, salpicado de tomillo, lavanda, matagallo, romero, pequeños bosquetes de encinas y algún que otro pino solitario como el que nos vamos a encontrar justo al final de la bajada, solitario pero bello paraje donde también se percibe el espíritu de Valentín entre piruetas y risas.
A partir del pino solitario, empezamos a girar dirección ESTE, es decir a nuestra derecha, en caso de dudas, recientemente se ha señalizado el recorrido con rudimentarias flechas de pintura azul. Pero desde el pino solitario, ya no hay margen de error, pues a escasos 100 m al norte del mismo, se encuentra el modesto arroyo de la Venta, que por aquí discurre como una modesta acequia flanqueada por una línea de cañaverales que delata su presencia y junto a la cual iremos caminando en paralelo, llevándola en todo momento a nuestra izquierda, por una zona llana conocida por los lugareños con el curioso nombre de “Llano Espá”. 
Al otro lado del arroyo, unos  500 m al norte se encuentra la cortijada de Gangarilla. Conforme vamos girando el cerro de La Solana que queda a nuestra derecha, nos vamos orientando hacia la entrada del desfiladero conocido como tajo del Molino Torró, cuyas paredes con betas anaranjadas fruto de la presencia del mineral de hierro nos harán sentir cada vez mas pequeño conforme nos acercamos a su base.
Tan pronto como lleguemos al interior del Desfiladero debemos buscar el lugar mas propicio para vadearlo, pues de mantenernos en este margen del arroyo, el terreno se torna cada vez mas agreste y escarpado, siendo la orilla de enfrente la mas dócil para seguir adentrándonos en este pequeño, pero precioso desfiladero de apenas 1 km de longitud.
El desfiladero se formó durante la emersión de los fondos marinos calizos que tuvieron lugar durante el jurásico, por lo que se calcula que el 80% de la formación de este canal se debe a que hizo de desagüe del antiguo Mar de Tethis, para encauzar sus aguas hacia la actual ubicación en el Mediterráneo. Mientras que el 20% restante se debe al modesto arroyo de la Venta, que discurre a través de él propiciando el actual fenómeno de la karstificación que han propiciado la abundancia de cuevas y cavidades en este cañón. Desde el punto de vista antropológico, la mas importante de ellas es la cueva de Las Palomas, por los restos de artilugios prehistóricos que se han encontrado en ellas, si bien no tenemos noticias de pinturas halladas en su interior, actualmente en fase de estudio.
Aunque el río suele discurrir incomprensiblemente contaminado, parece ser que por culpa de una nave ganadera de cerdos que existe cerca de su nacimiento, la flora y fauna que habita en su interior es de gran interés. Pueden verse grandes rapaces como el buitre leonado, alimoches además de rapaces nocturnas así como murciélagos que habitan en las cuevas. Sobre todo destaca la presencia de las cabras montensas que se acercan al desfiladero en épocas de estío para beber. Como flora encontramos palmitos, romeros, esparragueras, acebuches, orquídeas en primavera y agujas de la viuda en verano.
El tajo recibe su nombre del gran molino de aceite (S. XVII), cuyas ruinas son  testigo fiel de la importancia que debió tener en su día. Encontrándose en la margen izquierda del arroyo de La Venta hacia cuya orilla tendremos que cruzar como mejor podamos. Hasta este molino llegaba el agua conducida por una acequia que discurría paralela al sendero por el que caminamos junto a la base de la pared ESTE del desfiladero. Cuando el agua caís sobre la maquinaria del molino propiciaba el movimiento de las turbinas que permitían moler el grano. La presencia de ruedas de molino constata este hecho así como el origen de su nombre.
Unos 200 m mas allá de las ruinas del molino, las paredes del tajo, volverán a obligarnos a vadearlo por segunda vez, es decir, debemos cruzar hacia su orilla derecha, coincidiendo en este caso el sentido de la corriente, con el sentido de nuestra marcha, aguas abajo. 
Como hacía varias semanas que no llovía copiosamente, no tuvimos muchos problemas en pasar a la orilla contraria. Cabe mencionar en este apartado, que las autoridades no hayan tomado cartas en el asunto, para prohibir terminantemente la contaminación de este arroyo, que a la altura del desfiladero, alcanza la categoría de Santuario Natural, profanado por el mal olor, que a veces nos llega de sus aguas contaminadas (sobre todo cuando va muy mermado de caudal).
Una vez que cruzamos todos al otro lado, aprovechando la agradable temperatura bajo el cálido sol de la mañana para tomarnos un refrigerio mientras disfrutábamos de la belleza del entorno y de la pericia de unos escaladores que estaban abriendo una vía por la pared de enfrente. 
Finalizado el refrigerio, salimos a la carretera que tomamos a nuestra izquierda, dirección ESTE, atravesando el puente sobre el arroyo, donde nos hicimos una nueva foto de grupo a petición de nuestro fotógrafo Rafa Castle, llegando inmediatamente después a una explanada desde donde parte una pista que serpentea en suave ascenso unos 300 m ladera arriba, mas arriba el camino se encuentra flanqueado por unas barandillas de madera que nos acompañan hasta la parte superior de la estructura metálica que han instalado de forma permanente, a modo de escalera de caracol de planta cuadrangular, a base de andamiajes, por los que podemos descender hasta la entrada de la cueva de Las Palomas. Entrada que se encuentra custodiada por unas rejas de hierro con su correspondiente candado.
Se trata de una galería tipo túnel de apenas 30 m de longitud, de hecho desde la entrada podemos contemplar la mayor parte de su interior, iluminado por la luz que entra desde el otro lado de la galería que da justo al interior del desfiladero.
3ª Parte, De la Cueva de Las Palomas al Castillón de Peñarrubia y descenso por el gran tobogán.
Una vez visitada la entrada de la cueva de Las Palomas, nos situamos de nuevo, arriba de la plataforma metálica, y tomamos el inicio del tenue sendero que salía a la izquierda poco antes de llegar a la mencionada estructura metálica.  
Durante los primeros metros, llevamos a nuestra derecha, las mencionadas barandillas de madera y unos 20 m a nuestra izquierda, la caída hacia el desfiladero, pero el sendero no pasa por ninguna zona expuesta, ni resulta peligroso en ningún momento, de hecho aunque vamos ganando altura la mayor parte del tiempo resulta lo suficientemente tendido y escalonado para progresar sin dificultad, sin embargo conforme vamos avanzando, el sendero se hace cada vez mas tenue y difícil de seguir, por lo que nuestra referencia será a partir de ahora ir ganando altura en todo momento, tendiendo a girar a nuestra derecha para ir alcanzando la loma de la sierra de Peñarrubia, de manera que si al principio llevábamos el desfiladero a nuestra izquierda, poco a poco irá quedando a nuestra espalda.
Antes de llegar arriba del todo de la loma, hicimos la parada del almuerzo, con la inconfundible silueta de la torre del homenaje del Castillo de la Estrella a poniente, cuya trayectoria era sobrevolada por un grupo de parapentistas, que nos regalaban una curiosa imagen, bajo el cálido sol del mediodía y el cielo azul radiante del que todos disfrutamos aquella jornada de principio a fin.
Finalizado el almuerzo, retomamos la marcha, siempre caminando hacia el ESTE, sin mas referencia que la parte alta de la alomada divisoria de aguas de la sierra de Peñarrubia, buscando el paso mas propicio por el accidentado canchal, recordando la frase de caminante no hay caminos, se hace camino al andar. Hasta que comenzamos a tener vistas hacia el SUR (a la derecha en el sentido de nuestra marcha): recreándonos con  bonitas vistas del cauce bajo del Guadalteba y  la cola del embalse, en cuya orilla destacan las casas del cortijo del Tendero, la casa del Cauce o el cortijo del Mayorazgo entre otros (en la imagen de arriba).
La parte alta de la sierra de Peñarrubia, presenta un accidentado terreno de lapiaz por donde iremos avanzando en todo momento, dirección ESTE, negociando cada paso, para intentar caminar la mayor parte del tiempo sobre los pequeños tramos de hierba o tierra no cubierta por el incómodo pedregal, que en cualquier caso es relativamente dócil en comparación con otros lapiaces mucho mas agrestes por los que ya hemos caminado.
Durante la mayor parte de nuestro tránsito sobre el cordal de la alomada sierra de Peñarrubia, vamos dejando a nuestra espalda (OESTE): el castillo de la Estrella de Teba, a la derecha del cual asoman los dos techos de la provincia de Sevilla el peñón de Algámitas y la alomada sierra del Terril, y a nuestra izquierda (NORTE): la localidad Campillos con su característico silo, sus lagunas y mas alejada a la derecha la gran Laguna de Fuente de Piedra, junto con el pueblo que le da nombre, mientras que de frente hacia el ESTE, la sierra del Valle de Abdalajís, coronada por el pico Capilla y mas alejada a su izquierda la sierra Chimenea, serán nuestro referente en el horizonte, que veremos a la izquierda de la alomada vertiente OESTE del Castillón que ya podemos intuir cada vez mas cercano.
Desde que abandonamos el desfiladero casi toda la ruta discurre por un terreno de lapiaces poco desarrollados, haciendo recomendable un buen par de botas de trecking. A lo largo del recorrido nos vamos encontrando con acebuches, aulagas, gamones, lirios, retamas, etc… Poco después de dejar a nuestra derecha la cañada de Gonzalo Gil, descendemos hacia un olivar al que llegamos después de pasar junto a un manantial que han hormigonado para reconducir su caudal.
Para continuar hacia la cumbre del Castillón debemos progresar en paralelo a la parte alta de la del olivar, es decir, por lo que sería el equivalente al pie de monte, de los farallones rocosos del cerro que llevaremos a nuestra derecha, quedando a nuestra izquierda la masa principal del olivar, intentando no pisar los terrenos de labranza.
Llegados a este punto, podemos decantarnos entre dos opciones, la primera, tal y como hizo Paco Jaime, protagonizando la gran escapada en solitario de la jornada, desviándonos a nuestra derecha, ladera arriba, prácticamente campo través, en dirección SUR,  hasta alcanzar un terreno mas propicio para avanzar sobre loma de la vertiente OESTE del Castillón, a partir de la cual retomaremos dirección ESTE, obteniendo vistas sobre el embalse del Guadalhorce, viniendo a salir a unos 200 m del vértice geodésico del Castillón de Peñarrubia, del que ya sólo nos separa un desarrollado lapiaz, muy característicos de las zonas calizas superando sus gradas escalonadas y pequeños callejones colonizados en gran medidas por los líquenes.
O bien la segunda opción, que consiste en llegar al final del extremo ESTE, de la parte alta del olivar, desde donde parte un tenue sendero de cabras, que poco a poco va ganando altura superando un bancal tras otro, sirva de referencia un bosque de pinos que vamos a dejar a nuestra izquierda y los abundantes majuelos que crecen por la vertiente norte del Castillón, por la que poco a poco vamos ganando altura en lo que sería el equivalente a la puerta de atrás del Castillón tal y como lo vemos de frente cuando venimos por la carretera de Ardales. Unos estratos superpuestos de forma horizontal conocidos como pilas de bollos, de la misma naturaleza y formados en la misma etapa geológica del Torcal de Antequera, nos avisan que ya estamos muy próximos a la zona de cumbres, orientando ahora nuestros pasos en dirección S,S-E, sin mas obstáculos que el pequeño laberinto de bloques de piedra a modo de torcas o callejones colonizados por pequeñas encinas y coscojas, que nos acompañan hasta que de repente nos encontramos ante el vértice geodésico del emblemático Castillón de Peñarrubia, situado junto a una pequeña plataforma de paneles solares vigilados por videocámara, y los vestigios arqueológicos de una antigua torre vigía, que formaba parte del antiguo castillo que durante siglos presidió esta histórica atalaya en tiempos de ocupación musulmana. Pasado y futuro unidos en esta singular cumbre con frecuencia sobrevolada por numerosos buitres, desde donde nos estuvimos recreando de la privilegiada panorámica que desde aquí podemos contemplar hacia el ESTE: sobre el conjunto de los embalses del Guadalhorce, Guadalteba y Conde del Guadalhorce con el inconfundible telón de fondo hacia el ESTE de: la peña de Los Enamorados de Antequera, Sierra Chimena, el Torcal, Pico Capilla, Huma, sierra de La Pizarra o del Almorchón con el ganchudo pico del Convento, la sierra de Aguas entre Álora y Carratraca; hacia el SUR: la sierra de Alcaparain con Ardales a sus pies y mas a la derecha las sierras Prieta, cabrilla y de Las Nieves, hacia el OESTE: la propia loma del Castillón nos  priva de las vistas qque en cualquier caso son lasa mismas que hemos ido teniendo a nuestra espalda a lo largo de la travesía por la sierra y al NORTE destaca la cercana localidad de Campillos, con sus lagunas, así como la Laguna de Fuente de Piedra y mas a la derecha, las sierras Subbéticas Cordobesas. Pocas cumbres de tan sólo 729 m. sobre el nivel del mar dan tanto de sí.
Una de las curiosidades de este cerro es que a sus pies se encuentra el embalse del Guadalteba, bajo cuyas aguas quedó sumergida la localidad de Peñarrubia a escasos 200 m de las naves que vemos allí abajo y que pertenecen al consorcio del Guadalteba, de ahí que de forma romántica a esta montaña se la conozca como Castillón de Peñarrubia, la mayoría de sus habitantes se trasladaron a la localidad de Santa Rosalía, muy cercana a Campanillas. 
El Castillón de Peñarrubia, se caracteriza por su gran falla, donde podemos distinguir un gran tajo cortado por su cara ESTE que coincide con la máxima elevación de la sierra de Pelñarrubia (725 msnm) quedando su cumbre dentro del término municipal de Campillos. Su localización geográfica pertenece al dominio Subbético de las Zonas Externas de la Cordillera Bética, y corresponde con el fondo de un primitivo mar del periodo Jurásico (hace de 145 millones de años)
Está compuesto por rocas calizas anaranjadas, blancas y grises dispuestas en estratos o capas de diferentes espesores. En la base de la sierra aparace un canchal calizo por acumulación de rocas desprendidas. El contenido fósil de las rocas ha permitido conocer su edad, unos 145 millones de años de antigüedad (Jurásico). El Castillón de Peñarrubia está constituido por estratos o capas de calizas inclinadas unos 30º al suroeste, dando un relieve en cuesta. En su cara Este está cortado a pico por una impresionante falla. Presenta deformaciones y fenómenos tectónicos: Aunque los estratos se disponen originalmente en forma horizontal, es raro que permanezcan así mucho tiempo. La corteza terrestre se encuentra sometida a fuerzas y deformaciones propias de un planeta dináminco que se mantiene en reajuste permanente.
La corteza terrestre está formada por placas tectónicas que se separan en ciertos puntos y se acercan en otros. En zonas donde las placas se acercan y chocan se producen deformaciones en los materiales. La actividad de la corteza terrestre deforma los materiales que se encuentran en ella, plegándolos y facturándolos.Las rocas calizas del Pico del Castillón  se formaron a partir del sedimento acumulado en el fondo de un primitivo mar llamado Mar de Thetys. Los esfuerzos horizontales arruganron las rocas sedimentarias, que emergieron del mar dando lugar a pliegues y estratos inclinados como los que hoy podemos contemplar. Después de la etapa de compresión entre las placas, que dieron lugar a la formación de las montañas de la comarca del Guadaltebaa y su entorno, vino una fase de distensión y reajuste. Esta estapa de distensión provocó fracturas (fallas y diaclasas) en materiales rígidos como los que componenla gran falla del Castillón de Peñarrubia.
Tal y como teníamos previsto, para el descenso, retornamos sobre nuestros pasos unos 200 m en dirección NORTE, tendiendo hacia la derecha, es decir, dirección ESTE, en busca de la parte alta de la plataforma por la que a modo de tobogán gigante realizamos un descenso que al principio, parece relativamente suave, pero que se va haciendo progresivamente mas empinado y técnico hasta el punto que en algunos tramos la abundante piedrecilla suelta y lo vertical de la pendiente nos obliga a poner el culo en el suelo, cuando tenemos ante nosotros algún gran escalón, siempre con el freno de mano puesto y los cinco sentidos puestos para no resbalar ladera abajo. 
Si bien, no se pasa por ningún lugar expuesto, ni excesivamente peligroso mas allá de un prolongado resbalón, esta bajada pondrá a prueba nuestra pericia en descensos por zonas accidentadas. Y si bien, visto desde abajo, parece relativamente fácil y asequible, el descenso se hace mucho mas largo de lo que podríamos creer a primera vista, pudiendo catalogar este descenso, sin temor a equivocarnos, en uno de los mas técnicos y entretenidos de toda la provincia de Málaga. De hecho tardamos en llegar a los coches que teníamos aparcados en la base casi una hora desde la cumbre, llegando ya con las últimas luces de la tarde al final de una jornada, que felizmente superó las expectativas de la mayoría de los participantes por la riqueza y variedad de alicientes del itinerario.

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