viernes, diciembre 09, 2016

Igualeja-Parauta-Cartajima-Riscos-Júzcar

5ª Ruta homenaje a Valentín, Igualeja-Parauta-Cartajima-Riscos-Júzcar
Cómo llegar a Igualeja: Para llegar a Igualeja, hay que tomar el desvío de la carretera San Pedro-Ronda junto a la mítica venta “el Rincón Taurino” (actualmente conocida como La Ventilla). Aunque el apogeo de los cromatismos otoñales que se conoce como la “Primavera de cobre”, ya se había visto muy mermado tras las lluvias de las dos últimas semanas (en que nos habíamos visto obligado a suspender esta misma ruta), todavía se veían desde la carretera las copas amarillas y doradas de algunos castaños, que afortunadamente nos iban a regalar un buen número de rincones mágicos a nuestro paso.
Distancia aprox. 20 km
Desnivel aprox. de subida 1.000 m 
Dificultad: Alta (por el desnivel acumulado).
Punto más bajo de la ruta: 616 m (confluencia de los arroyos Algorma y Granados) Punto más elevado: 1.000 m (La Suerte de Macoria)
Cuándo es la época más recomendable para disfrutar de la PRIMAVERA DE COBRE en todo su esplendor: cada año puede variar según la abundancia y frecuencia de lluvias a partir de septiembre-octubre, pero normalmente entre el 12 y el 24 de noviembre suele ser la mejor época.
Para Cornicabrales como el de Lifa o el Mures, un par de semanas más tarde, es decir, sobre la primera semana de diciembre (o última de noviembre).
Fecha de realización: Martes 6 de diciembre de 2016
20 Participantes: Fali Molina "El Retorno de Elvis", Paqui "La Pacificadora", Doctor Leal, Juan Ignacio Amador, Paco "El Generoso", Joaquín Molina "El Quemasangre", Lena "La Amazona Bielorrusa", Pía, Marita "Mucha marcha", José Manuel Vázque "El Coleccionista de vv.gg.", Manuel Serrato "El Tuno de las cumbres", Dolores Villaseca "La Reina del Trivial Pursuit", Paco Jaime "El Presidente", Lena "La Amazona Bielorrusa", Salvador Gómez "El Ornitólogo", Arnaud Turnier "El Repostero de Versalles", M. Carmen López "La coleccionista de techos continentales", "Lo que queda de" Eduardo Ortuño, Ana Jiménez "la Sirenita", Mirta Zucoli "La Vida en colores", el Padre Carras" y un servidor: Juan Ignacio Amador, que firma esta crónica donde han colaborado generosamente con su excelente material fotográfico: Fali "El REtorno de Elvis" y Arnaud "El Repostero de Montpellier".
Bibliografía:
www.malaga.es (Diputación de Málaga)
http://www.igualeja.es/es/index.html
http://www.parauta.es/es/index.html 
http://www.cartajima.es/es/index.html
http://www.juzcar.es/es/index.html

Tramo 1 de De Igualeja a Parauta por la Cuesta de la Tetona y el arroyo de Los Granados (PR.A-226):
En Igualeja nacieron bandoleros como: El Zamarra, El Zamarrila y Flores Arrocha. Y aquí decidimos comenzar esta 5ª ruta homenaje a Valentín García Vioque, el más grande y sabio senderista , montañero y naturalista que se haya conocido en la provincia de Málaga en mucho tiempo. Siendo el paraje del Nacimiento del Genal el lugar escogido para iniciar la ruta y hacernos la foto de familia. Sin duda uno de los parajes más atractivos y misteriosos de toda la comarca. Las sombras de los chopos y de las rocas, la fresca brisa que corre siempre por la cañada, el recelo y la incógnita que produce la boca de una cueva, se suman a la conciencia de que el agua que por ella sale es la madre de todo nuestro valle. En la antigüedad se divinizaba a los ríos y algo de esto puede haber aquí. No hay pareja de novios en Igualeja que no haga fotos de su boda junto a la cueva del nacimiento ¡Cuántas no habría en su día, colgadas en paredes de Alemania, Suiza, Francia, y en todos los rincones de España, donde quiera que viva una familia de Igualeja! Y, para celebrar cualquier gozo, lo frecuente es matar un chivo o un cordero y comérselo en buena compañía al fresquito, junto al agua recién nacida, en el área recreativa que hay justo por encima.
Como la mayoría de los pueblos del valle del río Genal, Igualeja se  encuentra encaramada a las faldas de los montes circundantes, sus calles tienen que salvar grandes desniveles. La fisonomía del casco urbano es muy similar en los dos únicos barrios que forman el pueblo, que a su vez están condicionados por el río Genal, en su margen derecho queda el barrio Alto, por donde comienza nuestra ruta  y en su margen izquierdo El Albaicín. A ambos lados de las calles estrechas y empinadas se levantan casas de piedra, encaladas, formando una trama típica de trazado laberíntico. Algunos compañeros aprovecharon  pena visitar la Iglesia de Santa Rosa (s. XVI).
La primera referencia histórica de este pueblo es del siglo XV. En esta época pertenecía a la ”cora” (provincia) de Takurunna, integrada en el reino nazarí de Granada. El nombre de Igualeja podría provenir del término árabe ”al-walay”, que significa “el recodo”, o bien del castellano “iguales”, que haría referencia al reparto igualitario realizado por los cristianos tras la expulsión de los moriscos en 1570. La economía igualejeña está basada en la agricultura del castaño, generando una producción cada mes de octubre (conocido popularmente como ”el mes de la castaña”) de unos 2 millones de kilos de castañas. Es importante la fabricación de chacinas y la extracción de mármol. En los últimos años está cobrando importancia el turismo rural.
LA ANÉCDOTA DEL PRINCIPIO DE LA JORNADA la protagonizó nuestro Presidente, Paco Jaime, que bajando los altos escalones, en frío del paraje del nacimiento, tuvo una micro rotura des gemelo izquierdo, mientras fuimos a Júzcar para dejar allí (final previsto de ruta)  el mayor número posible de coches posible, para volvernos en el "papamóvil" del Padre Carras. Aún así, comenzó la ruta con nosotros para ver si podía recuperarse conforme iba entrando en calor, al llegar a la iglesia, decidió abandonar, siendo en este caso el "Papamóvil" más oportuno que nunca, porque de este modo pudo regresar inmediatamente a Fuengirola, eso sí escuchando a lo largo del trayecto "Radio María".
Igualeja pueblo de verdes paisajes, castaños y pinares
Aquí no se echan de menos los del norte robledales,
pues tenemos un valle repletito de huertas y nogales,
aunque bancales están yermos cultivados de zarzales.

Al paso del Río Genal que baña tus tierras y umbrales
, no hay mayor placer que pasear por tus lindas calles,
saludando los abuelos que observan caer tímida la tarde
y recordando viejos tiempos más lejanos y saludables.

Cuando andamos por tus veredas se respira puro el aire
y se escuchan las chicharras susurrando en los trigales,
quien pudiera ser estrella para por la noche alumbrarte
sin dejar que se apagara tu nacimiento ni un solo instante.


Tus habitantes son honrados, buena gente y amigables
mas no te confundas con ellos que tienen uñas como sables,
sobre todo si les tocan a los que más quieren las madres
y aun siendo fieros como un león en el fondo son afables.


Como íbamos diciendo, desde el paraje del Nacimiento con el agradable sonido del agua, comenzamos la caminata bajo un cielo azul radiante, que comenzaría a cubrirse de nubes conforme avanzaba la jornada. La primera casa grande que vemos a la derecha es un edificio con un muelle para carga y descarga, en cuya pared un rótulo dice “Cooperativa de las castañas” , y es que los bosques de castaños , muy escasos de Andalucía, necesita unas condiciones climáticas muy especiales que afortunadamente han encontrado un hábitat perfecto en el Valle del Genal, donde muchos pueblos vieron mermada su economía, cuando la famosa plaga de la Filoxera arruinó tantos pueblos de Málaga que vivían en gran medida de sus viñas, allá por el año 1877. Hasta esa fecha los jóvenes castaños que habían traído en su día de Galicía, tan sólo ocupaban pequeñas parcelas de algunos pueblos de la zona del Havaral, pero viendo que sus frutos se vendían muy bien y que aquellos árboles, incluso comenzaba a repoblar de forma natural muchos rincones del valle, creciendo sanos y fuertes sin mayor mantenimientos que las tradicionales lluvias del Valle del Genal y el frescor de su temperatura habitual; las grandes extensiones de bancales que en su día habían estado cubiertas de viñas, comenzaron a ser sustituidas por castaños. Cambiando desde entonces no solamente el paisaje, sino su principal fuente de ingresos.
Nada mas pasar por delante de la iglesia, tomamos la primera  calle a la derecha, cruzando el Genal por un curioso tramo soterrado y continuando por la calle Canal que a través de sinuosos tramos escalonados nos lleva hasta la salida de Igualeja, para tomar  la calle de “La Tetona”, también conocida como Cuesta de la Tetona que coincide con el inicio del sendero PR-A 226, y que nos deja en la loma donde se encuentran las torretas de alta tensión correspondientes al ciclópeo tendido eléctrico Francia-Marruecos. A partir de aquí, la pista vuelve a tornarse en sendero y a veces está tan cubierto de hojarasca que cuesta seguirlo. Pasaremos junto antiguas albercas y casitas donde los serranos guardan los aperos del trabajo y almacenan sus castañas en época de recolección, tampoco será raro encontrarnos con rudimentarias escaleras de madera apolladas en los troncos de los castaños; justo por debajo de una escorrentería , cercana a un pozo vemos una curiosa piedra rectangular de medio metro de altura y con una cruz tallada en la superficie, que marca el lugar donde discutieron dos cuñados, matando uno al otro con un hocino; el que quedó con vida murió años después en la cárcel.

Más adelante, justo después de que el sendero salve un par de pequeñas barranqueras, comienza a descender por una loma trazando varios zigzags, que nos conducen a un pequeño huerto y una chopera, que delatan la presencia del Arroyo de Los Granados, que no presentaba mucha profundidad, apenas 5 cm, en algunas zonas, en otras algo más profundo, que había que ir sorteando de la mejor manera posible a lo largo de unos 5-6 m de ancho y que se pasaba más o menos bien con botas de goretex (en mi caso pude salvar la bota izquierda, pero la derecha la metí hasta la mitad y siguiendo con media bota derecha mojada todo el día, no he podido evitar el resfriado).
 Tras el vado, remontamos una de las rampas más duras de este itinerario, donde el camino está flanqueado por altas encinas y alcornoques. Una vez que la pendiente se suaviza y volvemos a recuperar el resuello, nos recreamos con las cornicabras, zumaque, madroños, matorral de cantueso, que flanquean el camino, a cuyos lados, los castaños vuelven a recuperar protagonismo. 
Poco antes de llegar a Parauta, hicimos una breve pausa para dar algunas pinceladas del pueblo al que estábamos a punto de llegar: Parauta, tiene la peculiaridad de ser uno de los cuatro pueblos que existen en toda España con el certificado AENOR, que le otorga la denominación de “pueblo ecológico” y es que además de ser modélico, toda su producción está enfocada hacia los cultivos ecológicos y los pequeños rebaños de cabras y ovejas que aún podemos encontrarnos por sus alrededores, y que pastando a la antigua usanza nos hace recordar tiempos de nuestra niñez. Su término municipal es tan amplio como diverso abarcando gran parte de la zona occidental del parque natural sierra de las Nieves con sus montes calizos y sus bosques de pinsapos,  como el de la ladera norte del Alcojona (o cerro Alcor), parajes paradisíacos como el “Cambullón de Vélez”, esto lo tienen muy a gala tal y como refleja el azulejo que podemos ver junto al ayuntamiento y por otra parte caben destacar sus bosques de castaños, encinas y alcornoques que colaboran en gran medida con la magia  que envuelve a esta parte del alto Genal.

El origen del nombre de Parauta hay que situarlo en la época musulmana, época que también ha dejado como herencia el trazado sinuoso de sus calles.
En cuanto al nacimiento del municipio como tal, apenas si existe documentación al respecto. Pero hay un aspecto en el que coinciden la mayoría de los historiadores y es sobre el nacimiento del caudillo Omar Ben Hafsun en el término. Éste era hijo de un noble visigodo y nació en una antigua alquería, llamada Torrichuela o Torrecilla (que en la actualidad pertenece al término de Pujerra). Hay que tener en cuenta que los muladíes descendían de los cristianos que habitaban la zona antes de la revolución musulmana. Los historiadores datan en el año 854 el nacimiento de Omar Ben Hafsun, que pasó a la historia por encabezar una rebelión contra los notables cordobeses, arrastrando tras de sí a media Andalucía. Este movimiento permitió el nacimiento del reino independiente del Califato de Cordoba, dominado por los Omeyas. El reinado de Ben Hafsun duró hasta su muerte, acaecida en la fortaleza de Bobastro en el año 917, donde fue enterrado, ya convertido al catolicismo con el nombre de Samuel, para mayor provación y desafíoi hacia Califato, pero esa ya es otra historia.
La población del municipio mermó mucho tras la rebelión de los moriscos, siendo repoblado, al igual que en otros pueblos de la provincia, por cristianos viejos procedentes, en su mayoría, de Cádiz y Sevilla.
Una vez finaliza la charla sobre Parauta, retomamos la marcha por el camino que nos lleva sin margen de error hacia Parauta, dejando a nuestra izquierda la monumental encina del Vallecillo incluida en el inventario de árboles singulares de Andalucía, pero poco después se llega a una bifurcación, ambos ramales nos llevan a las calles del pueblo, si tomamos el ramal de la derecha nos lleva hasta la entrada del pueblo y desde allí tomaremos a la izquierda, para atravesar su casco urbano (que era mi intención inicial), pero en el último momento, decidí por el ramal de la izquierda, que tan sólo recorre dos pequeñas calles y rápidamente nos conduce hacia el viejo camino de Cartajima (por aquello de ganar un poco de tiempo, sobre todo porque el paso por los pueblos y más si se pasa por delante de los bares, tiende a ralentizar el ritmo del grupo.
Tramo 2 de Parauta a Cartajima por el Vado del Molino Real (PR.A-222):
 Salimos de Parauta tomando como referencia el PR-A 222; Camino de Cartajima, disfrutando de un precioso telón, a nuestra derecha la Cruz del Padre Ventura, que corona un modesto cerro de 942 msnm marca la dirección NORTE, al NOROESTE la imponente Cancha Armola preside todo el Havaral cual gigantesca mole caliza, con el piramidal cerro Melhacer a su izquierda, el emblemático cortijo de las Aguzaderas, y Cartajima a los pies de los Riscos de su mismo nombre, regalándonos una de las más bellas estampas de esta ruta, que no por casualidad fue escogida portada del magnífico libro "Valle del Genal, guía del excursionista" (Autor Rafa Flores, Edit. La Serranía), imprescindible en cualquier biblioteca senderista/montañera que se precie.
Desde la distancia, aún podíamos divisar las cumbres mas enigmáticas cumbres de la misteriosa Sierra del Oreganal, con el cerro Redondo y el Jarastepar, como punto más alto, al OESTE oeste a lo largo de nuestro itinerario, conforme vamos descendiendo por la denominada cuesta del Manzano, donde no faltaron abundantes bolas rojas tanto en los madroños como en el suelo, en el punto perfecto de madurez para comer y disfrutar como hicimos no pocos compañeros, durante la distendida charla de bajada hasta los dos vados, primero el de la confluencia de los arroyos Algorma y Granados, donde no quedaba otra opción que descalzarse o hacer funambulismo sobre un tronco resbaladizo, y unos 50 m más adelante el vado del arroyo Nacimiento,  que ya llevaba mucho menos agua y era más estrecho hasta el punto que te daba la opción de pasar de un salto de una orilla a otra o bien, pasar sobre algunas piedras de buen tamaño que sobresalían por encima del agua.

En esta zona se encontraba el desaparecido despoblado de Benahazín, que fue uno de los muchas aldeas moriscas que se vieron obligados a capitular con los Reyes Católicos, allá por el año 1485, cuando fue conquistada la ciudad de Ronda y la mayor parte de su serranía. Las ruinas del antiguo Molino Real, son los últimos vestigios etnográficos que quedan en esta bonita zona de riberas, donde predominan las choperas y las zarzas, el sonido del agua que fluye cristalina y un un intenso olor a hojas en descomposición caídas sobre el lecho de los  arroyos que pronto abandonamos para iniciar la pronunciada ascensión hacia Cartajima que con sus 864 msnm es el pueblo más alto de la Serranía de Ronda. 
Conforme nos vamos acercando a Cartajima, las fuertes pendientes en zig-zag del inicio de la ascensión se van suavizando y los castaños comienzan a ser cada vez más frecuentes, destacando el Castaño Arenas de más de 300 años, según la placa informativa que nos encontramos junto a su base, a la derecha del camino, unos 250 m antes de entrar en la calle Ancha de Cartajima, en cuya entrada hicimos la obligada parada de reagrupamiento, donde una baliza indica "Parautas" (erróneamente en plural) 1 hora y 15 minutos, que se nos antoja, demasiado rápido, pues las dos horas como mínimo, no hay quien te la quite andando a un ritmo normal y sin hacer muchas pausas. Mientras esperábamos al resto de compañeros, las temperaturas comenzaron a bajar hasta el punto de volver a echar manos de las segundas capas; los negros nubarrones hacían pensar que la lluvia sería inevitable, pero por fortuna los pronósticos de que no llovería se cumplieron felizmente.
Una vez que llegó la cola del grupo reanudamos la marcha por la calle Ancha, con el telón de fondo de los riscos, por encima de los cuales caminaríamos dos horas más tarde. Cartajima tiene muy a gala contar en su término municipal con el paraje de Los Riscos, si bien el sendero de "Las Eras" que recorreríamos horas después se encuentra dentro del  t.m. de Júzcar. Cartajima cuenta con un casco urbano pequeño formado por calles estrechas y sinuosas, con sus pasadizos y sus callejones ciegos, con casas poco elevadas y esplendorosas, de fachadas blancas, construidas muchas de ellas con piedra, madera e incluso barro a la antigua usanza. En contraste con el trazado eminentemente árabe de muchas calles del pueblo, comprobamos la posterior influencia castellana con la gran cantidad de fachadas de estilo dieciochesco que hay en torno a la iglesia, que fue construida en el siglo XVI con varias restauraciones destacando las que se llevaron a cabo en  1940 y 2009.En su interior destaca su artesonado de madera, su estructura y por supuesto sus imágenes talladas en madera policromada.
Durante la Guerra de la Independencia, Cartajima se distinguió en la lucha contra las tropas napoleónicas, especialmente el guerrillero Andrés García, que cuenta entre sus hazañas con el atentado contra el gobernador de Ronda, que murió cuando paseaba con su escolta por al Tajo. En 1814 Cartajima fue nombrada villa por Fernando VII Esta situación de esplendor la mereció la denominación del ” Cádiz el Chico “.
“C a n t o   a  C a r t a j i m a"
Ojos verdes castaño, Tienes, Cádiz la chica.
El poeta Espronceda grita. Con esos tus cañones de antaño.
Perdí la cobardía para enamorarme. Del manto riscoso de tu faldilla,
Y por ella poder a la encina bajarme. Para besar tus estrechos labios, Cartajima.
Presumirte por las siete villas. Con los gritos que en mi pecho se enjaulan,
Para merecer que eres la maravilla. Desde el bajo de Alpandeire al alto de Parauta.
Tramo 3: Cartajima-Júzcar por el (PR. A-224)
Poco después de salir de Cartajima en dirección Sur llegamos a una bifurcación: el ramal de la izquierda coincide con el camino Ronda Estepona por el que llegamos a Pujerra y que coincidió con nuestra travesía otoñal 2014. Siendo en esta ocasión, nuestro ramal a seguir, el de la derecha que coincide con la antigua vereda Cartajima-Júzcar (PR. A-224), que nos lleva por un zigzagueante descenso entre castaño, con el espectacular telón de fondo de los grises Riscos, siempre a nuestra derecha, por encima del tramo de carretera que une Cartajima con Júzcar y que durante un corto trecho queda situada a nuestra misma altura, aunque poco a poco vamos descendiendo hasta llegar al vado del arroyo Blanco generalmente seco, que por primera 


vez vi con un cauce permanente de agua, si bien de modesta envergadura, salvándolo sin mayores dificultades, para comenzar con la ascensión que en pronunciada pendiente nos conduce a través de un bonito bosque de encinas, unos 400 m más allá del arroyo Blanco, a mediación y a la derecha de una de las rampas mas empinadas de este tramo, observamos los restos de una profunda calera, cuyo interior está cubierto de zarzas.
Más arriba los castaños vuelven a recuperar el protagonismo en el paisaje, ofreciéndonos unas vistas preciosas hacia Pujerra, pueblo que presume de albergar el mayor número de castaños centenarios por metro cuadrado de toda la comarca. No tardamos en llegar a la carretera que une Cartajima con Júzcar, por la que caminaremos a la izquierda (dirección SUR), apenas unos 200 m, hasta cruzar al otro lado, para tomar un carril que durante un trecho, discurre paralelo a la misma, separándose paulatinamente de ella, en dirección NORTE-NOROESTE.
Tramo 4: Riscos de Júzcar y Cartajima (Sendero de Las Eras)
El peaje a pagar para visitar el paraje de Los Riscos son los 2 km de pista flanqueada por castaños y encinas, el primer tramo es muy tendido, pero el segundo es cada vez mas empinado, encontrándose este último asfaltada, para evitar el deterioro de la misma con los surcos y cárcavas que suelen provocar las lluvias torrenciales, encontrándose actualmente (diciembre 2016) en muy buen estado, para llegar con cualquier tipo de turismo, a través de este carril, al llano de "Las Eras", donde poco a poco fue llegando el estirado grupo con un acumulado de 900 m de desnivel de ascensión a estas alturas de la ruta, siendo las 15.00 pm, cuando cruzamos la angarilla de la izquierda (teórico final de recorrido) y nos pusimos a comer alrededor de la segunda era que allí se encuentra, ante la atenta mirada del "Cíclope" (también conocido como "El tajo del Colchón" de fácil localización por su gran tamaño y característica forma pirámide, ligeramente inclinada hacia la izquierda.

La poco frecuentada sierra del Oreganal es testigo de la lucha cromática entre el cobre y el amarillo de los castaños y la plata de la caliza. Cartajima y Júzcar comparten Los Riscos, un gran torcal joven de origen sedimentario, formado por rocas calizas (rocas calcáreas compuesta básicamente de carbonato cálcico) que presentan un aspecto ruiniforme debido a la erosión  producida por los agentes meteorológicos a lo largo de cientos de miles de años, desarrollando formas evocadoras y estimulantes para la imaginación del caminante, tal y como pudieron comprobar todos los participantes de esta preciosa ruta.
Se articula en tres callejones principales con infinidad de pequeños desfiladeros, simas, grietas y curiosísimas formaciones imitativas que merecen el calificativo de esculturas. De entre ellas, la más emblemática es El Águila, roca con forma de rapaz oteando el horizonte que es el símbolo del paraje.
A lo largo de nuestro recorrido nos encontramos con numerosos vestigios de actividad humana, como unas rústicas construcciones de piedra seca, antiguas majadas y corrales camufladas en las rocas del entorno y un buen número de eras, que justifican el nombre del "Sendero de Las Eras" (catalogado como SL-A176).
El paraje de Los Riscos se encuentran dentro del sector SUR, SURESTE de la Sierra del Oreganal que alcanza los 1.427 m en el pico Jarastepar, delimitando esta sierra al norte con la Meseta de Ronda, al este con el valle del Genal, al sur con Sierra Bermeja y al oeste con el Valle del Guadiaro.
Entre la fauna existente al igual que en el Torcal de Antequera, son las aves las que aglutinan el mayor número de especies, siendo las más fáciles de ver: jilgueros, estorninos, abubillas, collalbas negras, roqueros solitarios, águilas perdiceras y buitres leonados.




Tal y como estaba previsto, tras el almuerzo iniciamos el idílico senderito de "Las Eras"
por su teórico final, coincidiendo en este caso con el sentido de las agujas del reloj, dejando a nuestra izquierda el Cíclope, (también conocido como tajo del Colchón),  situado a la altura del “Portichuelo”  por donde el sendero traspone hacia la denominada Cañá Grande, donde ya comenzamos a disfrutar del espectacular paisaje kárstico de la Sierra del Oreganal en todo su esplendor, pasando junto a dos eras que están muy próximas. Cada recodo de este precioso sendero nos regala una preciosa imagen de postal, conforme abandonamos la dirección Noroeste, girando a nuestra derecha para reorientarnos dirección Este, empezamos a ganar altura, llegando a la cota más alta de este itinerario (1.000 msnm), con el peculiar nombre de La Suerte de Macoria, donde estuvimos intentando interpretar las esculturas surrealistas que nos rodeaban por doquier siendo "El Jabalí" y "El Dragón" las que más certeramente fueron bautizadas por una inspirada Mari Carmen López "la coleccionista de techos Continentales". Si trasladásemos este itinerario a la esfera de un reloj clásico, podríamos decir, que hemos empezado a las 6 y "la Suerte de Macoria" (punto mas elevado del recorrido) coincide con las 12; predominando la primera parte del recorrido vistas hacia el interior de la Sierra del Oreganal concretamente hacia la zona de la "Cañá Grande", y a partir de ahora volvemos a retornar a las "6" comenzando a tener vistas de la sierra de Las Nieves y parte del Havaral.




El siguiente hito del recorrido es El Águila, emblemática formación imitativa donde las haya y símbolo de este precioso paraje de Los Riscos, otra destacable formación es el Camello, bajo el cual se encuentra "El Cocodrilo" y unos 30 m atrás hemos dejado a nuestra espalda, sobre un farallón rocoso una formación que bautizamos como "El Chotacabras" cual pájaro tumbado a ras de suelo como si se estuviera camuflando.
Tras la obligada foto de grupo en "El Águila", continuamos por el pedregoso sendero, alcanzando un collado, a partir del cual iniciamos el descenso definitivo, por un prolongado y escalonado tramo de rocas que conviene tomarse con tranquilidad, por lo fácil que resulta resbalar y por la espectacular belleza de las formaciones kársticas que seguimos teniendo a nuestro alrededor, a la derecha, seguimos teniendo curiosísimas formaciones que continúan desafiando nuestra imaginación y a nuestra izquierda, comienzan a aparecer Pujerra, con sus casitas blancas rodeada de castaños y más abajo a la derecha, en el sentido de nuestra trayectoria Júzcar con sus casitas azules.

El final del escalonado descenso nos conduce a una pista secundaria que discurre paralela a un olivar que coincide con la teórica 2ª era, en el sentido que sugería el antiguo panel informativo (actualmente en pésimas condiciones), a partir de aquí el itinerario continúa por un tramo de unos 400 m de pista terriza que discurre por el perímetro de Los Riscos, que ahora vamos dejando a nuestra derecha, mientras que a nuestra izquierda llevamos una finca de almendros y olivos, entre los que se encuentran las ruinas de un cortijo.

De regreso a la plazoleta donde comienza el sendero de Las Eras, tan sólo nos quedaba regresar sobre nuestros pasos, a través del antiguo camino Ronda-Júzcar, que pasa junto al cartelón de las aves de la serranía disfrutando de un precioso atardecer de tonalidades anaranjadas sobre las cumbres que teníamos al sur abarcando desde Sierra Bermeja hasta Los Alcornocales, pasando junto a un rebaño de cabra custodiadas por su pastor que a nuestro buen amigo Paco "El Generoso" tanto recuerdos debió traerle de su infancia. Y disfrutando de los colores del atardecer fuimos completando el último kilómetro de nuestra ruta hasta Júzcar en distendida charla y plácido paseo, no sin antes visitar el histórico castaño y fuente de La Ampaina, reagrupándonos todos minutos más tarde en el popular bar Torricheli.
Posiblemente el origen de Júzcar sea anterior a la época árabe. Con la conquista cristiana, los asentamientos que existían dispersos por el municipio se despoblaron y se reunieron en el asentamiento actual. En 1505 se levanta la primitiva Iglesia.
El edificio más destacado es la iglesia parroquial de Santa Catalina, obra del siglo XVI que a lo largo de su historia ha experimentado transformaciones y diversas reformas.
El municipio ofrece al visitante lugares de interés como sus castañares, las ruinas de la Real Fábrica de Hojalata San Miguel, la Sima del Diablo, un tramo de ribera del río Genal y Los Molinos en el Rio de "Las Suas" . Los antiguos despoblados del Moclón, Alcudia, Benamayón, Xenae(casarones),.... y el impresionante Torcal de los Riscos (compartido con Cartajima).
La historia reciente de Júzcar cambió cuando la productora Sony Picture, escogió a Júzcar como primer pueblo pitufo del mundo, para promocionar su película "Los Pitufos 3D".
 Para la promoción pintaron de azul los 175 inmuebles del Júzcar, incluidos el Ayuntamiento, la Iglesia y el cementerio; la idea, en principio, tenía fecha de caducidad pero visto lo bien que les fue representando al pueblo pitufo, ratificaron en referéndum dejar el pueblo de Júzcar pintado de azul en lugar de devolverle el blanco, su color original. Las paredes de Júzcar están salpicadas de dibujos de los pitufos; y en la plaza del pueblo, en la que se encuentra la iglesia, se ha instalado una especie de mercado en el que se vende todo tipo de merchandising de los pitufos, y una pequeña barra donde se sirven cervezas y refrescos.
Júzcar organiza actividades pitufas para los niños los fines de semana, convirtiendo su visita en algo muy divertido. Paseando por Júzcar, nos encontramos “La cueva de Gargamel”, un pequeño bar al que le habían cambiado el nombre, y lo había rebautizado con el nombre del malo de la peli. Como no podía ser de otra manera los parques infantiles están adornados con figuras y dibujos de los pitufos, hasta la histórica fuente junto al tricentenario castaño de Ampaina la han restaurado para la ocasión con color azul pitufo y techada cual seta de gnomos. 
La mayor parte de los habitantes de Júzcar se han concienciado tanto del beneficio que ha supuesto el incremento de visitantes para disfrutar de tan peculiar estampa en un paraje tan idílico que hasta las más remotas casitas de apero en medio de castañares perdidos están pintadas de color azul pitufo.
A nuestro amigo Valentín García Vioque (guía de montaña)
Van Valentín, amigo grande, insigne,
ya amigo bueno van para cuatro años;
van ya cuatro años y no te olvidamos,
te queremos, amigo. A sangre y fuego
va tu memoria sobre nuestros labios.
El Otoño se viste de amarillo,
grises y lluvia por el Castañar;
Tú vas unido hermano siempre en vilo
sobre nuestra conciencia: Eternidad.
Al verte por la ruta de Igualeja
que a Parauta seguías con pie firme,
me parece mentira tu caída,
el suelo raso que vio tu derrumbe.
¿Dónde fuiste a parar, explorador,
rey de las rutas, Séneca del bosque?
¿A dónde ha ido a parar tu corazón?
¿Por qué llanuras andas, por qué montes?
Ya tu duelo ha mermado en mi garganta;
ya te escribo sereno, dulce y firme.
Recuerdo tu voz sabia, tus consejos
en la brisa tenue por los árboles.


¿De dónde sacabas tanto arrojo,
fuerza y coraje vueltos en ternura,
ternura de aquel niño que tú eras,
grande y chiquito vueltos en un Todo?
Mi amigo Juani pide que te verse
en unos pocos trazos torpemente,
¿Qué más decir de tí, joven hermano?
¿Qué más, qué más Ulises de los prados?
Eres el pionero de las cumbres;
eres la luminaria del sendero;
eres el prócer de ríos y arroyuelos,
eres niño-gigante de alma errante.
El duelo ya pasó (no quieres llantos).
Tu sueño azul va por los riachuelos,
por los bosques, los montes y los prados;
Arrullando tu silueta en el roquedo
canta mi verso como canta el pájaro.
V. García Vioque, guía de montaña,
en esta travesía del Genal
tus amigos van gemelos con tu alma,
tus amigos recordando tus hazañas,
tu coraje, tu estoicismo, tu bondad

Carlitos Torres Pastor "El poeta de las cumbres"