martes, septiembre 26, 2017

Arroyo de La Ventilla (Arriate)

Inicio de ruta: Como la ruta es circular, podemos elegir cualquiera de sus dos extremos tradicionales, es decir: bien en Arriate, por ejemplo en la explanada junto al Polideportivo Municipal, donde se hace la feria , el zoco...
O bien, como fue nuestro caso, en el Puente de la Ventilla, ramal de la antigua carretera, a 200 m escasos de la entrada del cortijo “Bodega de Los Aguilares”
Cómo llegar al inicio de ruta:
Si decidimos comenzar desde Arriate, sólo es cuestión de llegar a esta localidad a escasos 5 km al noreste de Ronda y dirigirnos hacia el puente que se encuentra dentro del casco urbano y que salva las aguas del arroyo de La Ventilla, a escasos metros de allí, ya podemos tomar el sendero que nos adentra en este precioso bosque de galería.
O bien, como solemos hacer tradicionalmente, empezando desde el Puente de la Ventilla. Si venimos desde Ronda, dirección Cuevas del Becerro (A-367), a unos 5 km de Ronda,
Localidad de referencia: Arriatre 
Tipo de recorrido: Circular
Distancia aproximada: 10,5 km
Duración: 4 h (en plan tranquilo)
Dificultad: Baja
Desnivel acumulado: 150 m de ascenso y otros tantos de descenso.
Tipo de camino: casco urbano de Arriate, pista terriza y asfaltada y sendero
 con bastante vegetación selvática en pleno bosque de galería.
Fecha de realización: Sábado 23 de septiembre de 2017
Enlace de referencia:
https://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=9959191
13 Participantes: Desde Puente Genil (Córdoba) vinieron Héctor “El caimán de Puente Genil” y Maria Luisa “El Duendecillo de Sierra Horconera”; desde Ronda: Jorge “Aterriza como puedas”, Carmen “Senderista destacada 2017” y Herminia “A Meiga de O Cebreiro”; desde distintos puntos de la Costa del Sol: Isa, Mago Luna, Arnaud “El Repostero del Rey Sol”, nuevo socio; Isaac “MK”, Alfredo “Breaking Bad”, nacho “El Diablo de Tasmania” y un servidor: Juan Ignacio Amador.
Material recomendado: La ruta puede hacerse perfectamente con zapatillas de trekking.
Protección solar: gorra, crema, gafas de sol.
Hay fuentes a lo largo del recorrido, además de los bares y restaurantes de Arriate si lo estimamos oportuno
A tener en cuenta:
1º) La versión que nosotros realizamos sería una versión extendida, respecto a la que viene anunciada en el panel oficial (foto de arriba), anunciado por el Ayuntamiento de Arriate, como sendero local.
2º) Aunque gran parte del recorrido discurre cerca del arroyo de la Ventilla son contadas las zonas donde podemos acceder a sus pozas por el abundante túnel de zarzas y vegetación de rivera que lo circunda. Sus aguas son de las más frías de la provincia de Málaga, junto con el barranco de Zarzalones y el lago a la salida de la Cueva del Gato.
3º) Este sendero no es recomendable si en los días previos han tenido lugar lluvias abundantes por la zona porque a pesar de la exigencia de sus puentecitos, hay algunos vados que pueden estar completamente inundados.
4º) Actualmente el sendero teórico comienza y termina en Arriate, pero a penas llega 2 km arroyo arriba, sin embargo, la parte más bonita es la que va desde el tramo central hasta el Puente de la Ventilla. Para unir estos dos tramos, actualmente el sendero abandona el cañón pasando por la zona conocida como "Mirador arroyo de la Ventilla", volviendo a descender al mismo, un poco mas adelante. Ese tramo de sendero, que faltra por completar, cerca del arroyo, sin vernos obligados a abandonar el Cañón es uno de los proyectos que tiene pendiente de finalizar la Concejalía de Medio Ambiente de Arriate en la actualidad. ¡Animo y a por ello!, el día que lo acabéis, podréis presumir de uno de los senderos de bosque de galería más bonitos de Andalucía.
Descripción del recorrido:
1ª Parte, del Puente de la Ventilla a Arriate
Una vez que aparcamos en la explanada terriza, procurando dejar los vehículos a la sombra de los chopos. Atravesamos el Puente de la Ventilla, dejando a nuestra izquierda el ramal que nos lleva a las Bodegas Los Aguilares y a la derecha, dejamos una incipiente pista terriza que desciende hasta la rivera del arroyo de la Ventilla, que a lo largo de los primeros 150 m de recorrido por el ramal de la carretera antigua, llevaremos a nuestra derecha, hasta que venimos a salir a la carretera A-367 y a lo largo de, al menos, un par de kilómetros vamos a perder el río de vista. Al llegar a la carretera A-367 la atravesamos, enlazando con una pista asfaltada, se trata del antiguo camino de Panabarros o de Los Picachos, aunque por aquí picachos hay más bien pocos. El único accidente orográfico digno de mención es el pequeño cañón del arroyo de la ventilla que queda a la derecha, pero que no vemos, mientras vamos pasando por algunas fincas, con sus bodegas y viñedos.
Poco después de que el camino describa una curva cerrada, abandonamos la pista asfaltada, para tomar un camino terrizo, que discurre más o menos paralelo a un modesto tributario, generalmente seco, y que más adelante enlaza con la vereda del Molino Cantos, viniendo a salir muy cerca ya del arroyo de la Ventilla, concretamente a la altura de la Fuente de la Tejilla, que a pesar de encontrarnos a finales de septiembre aún manaba un poco de agua fresca, que me supo a gloria, pues hacía un rato que me acababa de quedar sin agua (consumida en la ruta anterior, por Cuevas del Becerro).  
A escasa distancia, tal vez unos 200 m más adelante, llegamos a otra Fuente denominada de Los Cañolillos, que también queda a la izquierda del sendero, según el sentido de la marcha. Y desde allí, antes de darnos cuenta volvemos a enlazar con la pista asfaltada (antiguo camino de Panabarro o de Los Picachos), poco después de dejar a nuestra derecha una nave avícola dedicada a la cría de pavos. 
Entramos en Arriate por la calle del Prado, donde nos encontramos con un cruce de baliza, que en nuestro caso ignoramos, porque ya se acercaba la hora de almorzar y decidimos tomar a la izquierda, pasando por una explanada, que queda junto al Polideportivo Municipal, este queda a la izquierda y poco después dejamos el Ayuntamiento a la derecha, bajamos por calle Erillas, donde se encuentra el cuartelillo de la Policía Local y finalmente llegamos a la travesía principal de Arriate, hasta desembocar en la Av. De El Cortinal, que coincide con la carretera A-428 Arriate-Ronda, donde se encuentra la Pensión-bar-restaurante EL CHOZO, donde quien deseo pudo comer de raciones y el resto comimos de bocata a la sombra del paseo que hay justo en frente, a escasos metros del monumento al Emigrante.
El único aliciente que tiene este tramo de ida, además del entorno del Puente de la Ventilla y las dos fuentes mencionadas, es la buena relación calidad precio del bar/restaurante El Chozo y lo fresquita que sirven las cervezas en los calurosos días de verano. A nivel caminata, es un ejercicio por pista asfaltada y camino monótono en más de un 85% de un recorrido de poco mas de 4 km, pero lo bueno empieza a partir de aquí.
2ª Parte de Arriate al Puente de la Ventilla
Una vez que finalizamos de  almorzar  (unos de bocatas y otros de raciones) en la venta “El Chozo” situado a la entrada/salida de Arriate, dirección Ronda. Tomamos por esa misma carretera, Avenida del Cortinal, en suave descenso con vistas al cerro de Las salinas y al vecino cerro del Bigote de la Zorra, nos adentramos en el casco urbano de Arriate por la calle de Correos, que siguiendo hasta el final de la bajada, nos lleva hasta la Calle Puente de Pesca, donde atravesamos por primera vez sobre el arroyo de La Ventilla. Unos metros más adelante tomamos un ramal de sendero que sale a la derecha y que durante un primer tramo nos mantiene cerca del cauce del arroyo, pudiendo sentir desde el primer momento el rumor de sus aguas cristalinas y el intenso olor a las higueras, menta, zarzamoras, que nos irán acompañando la mayor parte del recorrido.
Esta opción que nos lleva desde Arriate hasta el Puente de la Ventilla, nos sorprende con una sucesión de puentecitos de madera al poco de abandonar Arriate, que nos llevará a caminar de forma alternativa por ambas orillas del arroyo, cuyo bosque de galería es tan denso que en muchas ocasiones nos impide ver las pozas del arroyo.
Además de estar considerado como una joya geológica, este modesto cañón o garganta del arroyo de La Ventilla atesora una amplia biodiversidad en un espacio relativamente reducido, llegando a superar la biodiversidad que tienen algunos parajes naturales de Andalucía. 
Su catálogo  supera las 400 especies de plantas, con una amplia variedad de especies de  ribera, así como las rupícolas, que se adaptan perfectamente a las paredes del cañón. A lo largo de la ruta iremos viendo un gran número de juncos, hierbas de San Antonio, cañas, salicarias y hasta nueve tipos de helechos, que en muchos momentos nos recordará al Parque Natural de Los Alcornocales.
De hecho, al igual que ocurre en ese parque natural, gran parte de sus especies arbóreas como los chopos, alisos, fresnos, álamos, olmos o sauces, son especies asociadas al bosque atlántico, aunque en este caso, se encuentren dentro de un ambiente mediterráneo. También destaca la presencia de las higueras en muchos puntos de nuestro recorrido, mientras que en las zonas altas, se intercalan pinos, eucaliptos, quejigos, encinas, olivares y campos de cultivo en sus alrededores. 
Es también un lugar habitado por una rica fauna, con algunas especies fáciles de divisar si se va con el recomendado sigilo. Así, se han censado de momento más de cuarenta aves, como rapaces (azor, búho real, cárabo, mochuelo o lechuza) y ribereñas (lavandera cascadeña, chochín o martín pescador). 
Más esquivos son los mamíferos que lo habitan, aunque no es extraño percibir la presencia de zorros, comadrejas, ginetas o erizos.
Poco después de pasar sobre un puentecillo que salva el cauce, generalmente seco de un tributario que queda a nuestra izquierda (según el sentido de nuestra marcha o margen izquierdo del arroyo de La Ventilla, según el sentido de su corriente), iniciamos una corta pero pronunciada ascensión, que nos lleva al Camino de la Huerta, donde pasaremos junto a algunas grandes casas que no han escatimado en bonitos detalles, a nuestra derecha dejamos la entrada del lujoso Alojamiento Rural Villa Ignacia y un poco más adelante pasamos cerca de la Urbanización Los Arroyos con sus pistas de pádel. 
Unos 200 m más adelante, llegamos a un estratégico mirador, debidamente complementado con su panel interpretativo “Mirador del Arroyo de la Ventilla”, cerca del cual, podemos observar un panel de aves representativas de este ecosistema espectacular que tenemos ante nosotros, donde destaca una gran cueva, cerca de la cual vamos a pasar poco después.
Este mirador es un buen lugar para recrearnos con esta joya geológica y el bosque de galería en el que vamos a volvernos a sumergir. Tal y como nos explicó nuestro admirado Maestro Paco Marín en aquella primera visita, que realicé a este lugar en julio 2009, este cañón se formó como consecuencia del desagüe del antiguo Mar de Thetys, en su camino hacia lo que hoy es el Mediterráneo, al igual que se formó el Cañón de Ronda con el río Guadalevín, en busca del actual cauce del Guadiaro, buscando de este modo su salida al Mar, al mismo tiempo que los antiguos fondos marinos se elevaban hasta convertirse en las cordilleras del Sistema Bético que abarcan toda la Serranía Rondeña y gran parte de Andalucía. Los materiales sedimentarios sobre los que se desarrolla la Molasa de Ronda (conglomerados, areniscas y limos calcáreos con fósiles marinos), han permitido excavar el Arroyo de la Ventilla un cañón de más de cinco kilómetros de longitud y alturas superiores al centenar de metros.
Desde este mirador, parte un sendero con sus barandillas de madera que en una corta sucesión de zig-zags nos devuelve rápidamente a las cercanías del arroyo y por lo tanto, volvemos a sumergirnos en este precioso bosque de galería.

Donde volvemos a atravesar otro puentecillo, tomando ahora un ramal de sendero a la derecha, que nos lleva hasta una explanada donde creo recordar haber visto en su día varias mesas y bancos de madera, aunque ahora, sólo había una. Este es el lugar mas característico del recorrido para disfrutar de un baño en las frías y cristalinas aguas del arroyo. O más bien, cristalinas, mientras no se pise el fondo, que en esta poza suele ser muy fangoso, no fue nuestro caso. Nosotros nos limitamos a cruzar por el puentecillo, que ahora sustituye a un viejo tronco que estuvo colocado allí muchos años, en la otra orilla, un corto ramal de sendero que pasa junto a las ruinas del antiguo Molino Quemado, también conocido como Molino Verde, un enclave de indudable interés etnográfico, donde hasta mediados de siglo XX, se aprovechaba la fuerza del agua para convertir el trigo en harina. 

Unos 40 m sendero adelante llegamos a un refugio natural usado por los molineros, conocido como cueva de las Culebras, donde también aprovechamos para hacernos algunas fotos de grupo.
De regreso sobre nuestros pasos, volvemos a cruzar el puentecillo, que nos devuelve a la explanada terriza junto a las aguas del arroyo, donde antes se encontraba un área recreativa, bastante más cuidada que en la actualidad. El sendero continúa, en todo momento rodeado de una vegetación casi selvática, si estamos atentos al siguiente tajo, que tenemos frente a nosotros, nos llamará la atención desde la distancia, una mancha más clara, que el resto de la pared, allí arriba.
Se trata del busto de "Felix Rodríguez de la Fuente" homenaje a uno de los más legendarios naturalistas y gran defensor de la Naturaleza, al que el Ayuntamiento de Arriate tuvo a bien rendirle homenaje en este emblemático paraje. Sus inolvidables documentales de "El Hombre y la Tierra" se vieron en los cinco continentes en la década de los 70 y primeros 80 del pasado Siglo XX, con una magnífica divulgación de la puesta en valor de la Fauna Ibérica, así como de otros continentes y la concienciación con el respeto a los animales y el Medio Ambiente en general. Un auténtico visionario, con el que crecimos y nos educamos toda una generación de niños y jóvenes, a los que nos inculcó el amor por la Naturaleza y por disfrutar, explorando los parajes que hoy recorremos en nuestras actividades senderistas y montañeras.
El siguiente hito del sendero son dos paredes que quedan a la derecha del mismo, con algo de extraplomos, cubiertas de travertinos y las plantas rupícolas que crecen sobre estos terrenos, tampoco falta la presencia de las agujas de la viuda, con su bonito color morado. Una antigua calera también a la derecha del sendero, nos avisa que ya estamos aproximándonos al último vado, que ya nos situará definitivamente en el margen derecho del arroyo, o margen izquierdo, en el sentido de nuestra marcha. 
Poco después de subir un terraplén, el sendero se transforma en incipiente pista terriza, que discurre paralelo al arroyo, que ya llevaremos en todo momento a nuestra derecha, inmerso la mayor parte del tiempo en un auténtico túnel de vegetación, que tan sólo nos permite ver sus aguas en lugares muy puntuales, por eso nos lama la atención ver algunos carteles de "Coto de Pesca" ¿cómo lanzar una caña sobre un mar de zarzas?. 
Aún así la frondosidad del paisaje es tan exuberante, que aunque en muchas ocasiones no podamos ver el agua, que si escucharla o cuando menos percibir su frescor, merece la pena desplazarse hasta este paraje para recrearnos con la belleza de su entorno. ¡Eso sí!, respetando siempre la Naturaleza y no arrojando basura.
El sonido del paso de los coches por el puente-viaducto de la A-367 Ronda-Campillos, nos pone sobre aviso de que ya estamos finalizando la ruta, de hecho, no tardamos en ver el antiguo Puente de la Ventilla, que pone principio y final a nuestro recorrido, donde nos encontramos una celebración de amigos, que tenían instalado un rápel desde el puente para amenizar la fiesta. Cosa muy típica de estos tiempos, en pleno boom de la Multiaventura.

lunes, septiembre 25, 2017

Ascensión a la torre del cerro Vijana (Cuevas del Becerro)

Inicio de ruta: Ramal de la carretera antigua, junto a la gran cortijada Parador de Santa María, que se encuentra en el exterior de la última curva que hay un kilómetro antes de llegar a Cuevas del Cecerro, carretera A-367 Ronda-Ardales, margen derecho de la carretera dirección Ronda, poco antes de llegar a Cuevas del Becerro con sus casas ya a la vista. 
Localidad de referencia: Cuevas del Becerro 
Tipo de recorrido: circular
Distancia aproximada: Unos 6 km
Duración: 2-3 h
Dificultad: Media
Desnivel acumulado: 250 m de ascenso y otros tantos de descenso.
Tipo de camino: Pista terriza al inicio/final y sobre todo campo través y senderos de cabras.
Único  escollo de esta ruta: Esta cumbre se encuentra dentro de una finca privada y hay que salvar varias vallas metálicas, casi todas tienen una escalera, menos la primera, situada al fondo del olivar donde iniciamos la ruta, se trata de una doble valla metálica puesta a conciencia donde resultará muy complicado pasar sin la ayuda de otro compañero/a que nos eche una mano. 
Todas las vallas se pueden pasar sin dañar su extructura lo mas mínimo (tal y como hicimos nosotros).
Punto más elevado: 932 m (punto más elevado de la Sierra de Viján.
Punto más bajo: 700 m ramal de la antigua carretera donde dejamos los vehículos, junto a la gran cortijada Parador de Santa María.
Fecha de realización: Sábado 23 de septiembre de 2017
13 Participantes: Desde Puente Genil (Córdoba) vinieron Héctor “El caimán de Puente Genil” y Maria Luisa “El Duendecillo de Sierra Horconera”; desde Ronda: Jorge “Aterriza como puedas”, Carmen “Senderista destacada 2017” y Herminia “A Meiga de O Cebreiro”; desde distintos puntos de la Costa del Sol: Isa, Mago Luna, Arnaud “El Repostero del Rey Sol”, nuevo socio; Isaac “MK”, Alfredo “Breaking Bad”, nacho “El Diablo de Tasmania” y un servidor: Juan Ignacio Amador.
Material recomendado: La ruta podría hacerse en pantalón corto y zapatillas de trekking. Se puede hacer en pantalón corto dependiendo de la época del año.
Dos bastones mejor que uno para el empinado descenso.
Protección solar: gorra, crema, gafas de sol.
Hay fuentes en los cortijos cercanos, pero mejor ir bien provisto de agua y no acercarse a los cortijos que nos pueden impedir el acceso.
Descripción del recorrido:
Lo primero que debemos hacer es pasar por delante de la entrada de la cortijada Parador de Santa María (sin llegar a entrar en la misma), de manera que el edificio, quedará a nuestra izquierda y la carretera a nuestra derecha, mientras que nos adentramos en un olivar, los primero 200 m caminamos, dirección E,  mas o menos paralelos a la carretera, alejándonos paulatínamente de la misma, caminando ahora perpendicularmente a nuestra izquierda (dirección N-E), conforme nos vamos desviando comenzamos a ver una valla metálica a la derecha, pero no hay que tener prisas por saltarla, al menos hasta que veamos que describe un ángulo de 90º, a unos 400 m del inicio, si por casualidad no lo vemos, a partir de los 450, 500 m del inicio ya podemos saltar la valla por donde lo veamos mas asequible, cosa que no resultará nada fáciul si vamos solos, pues resultará muy de agradecer la ayuda de algún compañero que le de algo de holgura al hueco mientras pasamos intentando evitar el pinchazo con los alambres de espino a la altura de "los huevos" por abajo y la parte de atrás de "la cabeza y/o el cuello" por arriba.
Una vez en el otro lado de la valla, nos espera un talud, bastante empinado, donde ganamos unos 20 m de desnivel en una distancia muy corta, pero una vez superado, la pendiente se va haciendo paulatinamente mas llevadera conforme vamos ganando altura por esta sierra de Viján, a media ladera el material bajo, que a veces se intercala con algunos tramos de roquedo escalonado, comienza a dar paso a algunos tramos despejados por donde podemos progresar fácilmente. Por otra parte las huellas marrones del ganado sobre el mismo roquedo y el terreno en general, nos irán mostrando el camino a seguir hasta situarnos en la loma cimera, con bonitas vistas del entorno: destacando la presencia del pueblo de Cuevas del Becerro a nuestra espalda (S-O), con el telón de fondo del cerro del Castillón y el Castillejo o la Sierra Ortegícar al Este.
LLegamos a un primer collado desde donde ya se divisa la torre Vijana, que ya se antoja relativamente cercana.
Inmediatamente después nos topamnos en nuestra trayectoria con una valla ganadera, pero rápidamente localizaremos la  escalera que nos permite pasar al otro lado. Parallegar a esta segunda valla hemos tenido que perder algo de altura, hasta el punto que hemos dejado de ver momentáneamente los restos de la antigua torre. 
Poco después nos encontramos con una tercera valla, donde volvemos a encontrarnos con el mismo tipo de escalera que ya pasamos con algo mas de práctica, se trata de los últimos centenares de metros que caminamos sobre un lapiaz que nos lleva hasta el borde de los magníficos tajos del cerro Vijana, que presiden los restos de la torre del mismo nombre, donde como no podía ser deotra manera hicimos la parada mas prolongada, con la correspondiente parada del kitkat y sesión de fotos de grupo. Las panorámicas que desde allí se contemplan son sencillamente magníficas y las resumimos con la siguiente fotografía panorámica hecha pornuestro compañero Arnaud.
A unos 7 metros escasos al Este de la Torre, nos encontramos un vertiginoso canalón, cual gigantesca grieta en el extraordinario tajo sobre el que se alza esta estratégica torre vigía.
A modo de curiosidad, nos llamó la atención durante nuestra sesión exploratoria del entorno, la gran concentración  de estiercol en la planicie que se encuentra hacia el norte de la torre y la hurna funeraria que alguién depositó en la base de la misma torre, por su vertiente sur, en el interior de la misma, pero a escasa distancia del borde del tajo, con el nombre de "Rosario Pradas Borjas (23-mayo-2007) D.E.P:, que con máximo respetro observamos sin tocar ni un mímimetro y sin entrar a las polémicas que suscitan este tipo de actos en memoria de...Una cosa esta clara, para Rosario, este debió ser un lugar muy importante.
La torre del cerro Vijana, que vista desde la distancia parece un peñasco, pero que vista de cerca resulta muy fácil de observar la estructura de lo que aún fueron sus lienzos de estructura. Fue una torre de vigilancia, acompañada de un pequeño acuartelamiento, parecida a la que en su día ocuparon otras atalayas estratégicas de la Comarca del Guadalteba y la Serranía de Ronda, como en el Castillón de Peñarrubia, Pico del Convento, Sierra Ortegícar o Torre de Lífar, que a su vez se comunicaban con otros castillos y fortalezas como los del Turón, Ardales, Cañete la Real, Teba, etc... formando una gran red de comunicación que abarcaba enormes distancias, con su propio código de señales para avisar la llegada del ejército enemigo. Aunque prácticamente todas fueron construidas bajo dominio musulmán, en la época en que esta zona fue tierra de fronteras, estas atalayas se la disputaban alternativamente ambos bandos. Unas veces estaban bajo dominio musulmán y otras, bajo dominio cristiano. Según los ataques y contraataques. Lo mismo ocurre con las torres que podemos ver repartidas a lo largo de nuestra costa, testigos mudos del paso de los siglos, torres y atalayas de conquistas, la llegada de piratas, tempestades, violaciones, saqueos, ajusticiamientos sumarísimos, heroicos ataques y defensas numantinas... 
En el caso del interior de Andalucía, la articulación natural se realiza a partir de las serranías interiores, con dirección dominante noroeste-sudeste, de forma radial, de manera que una serie de ríos de carácter medio riegan las distintas caras de esta demarcación. Hacia el norte destaca el río Corbones, afluente del Guadalquivir, hacia el oeste el Guadalete, hacia el sur, y con mayor capacidad de articular una parte de este sector, el Guadiaro-Genal. Hacia el este los ríos, el Guadalteba, Turón y Guadalhorce. Sobre este esquema natural se superpone una red viaria que encuentra su nudo principal en Ronda.  Asentamiento de gran importancia estratégica desde antes de los romanos y cuartel general desde donde dominar las intrincadas sierras de esta zona de Andalucía, con frecuencia muy difícil de controlar por lo intrincado de sus accesos y sus numerosas revueltas.
Estas sierras de difícil acceso han sido históricamente marginadas a la hora de planificar buenas carreteras, hasta hace relativamente poco.  De manera que en términos históricos, han padecido un importante aislamiento histórico, que explica la presencia, y leyenda, del contrabando y del bandolerismo.
Desde el punto de vista geológico, buena parte de la demarcación se encuadra dentro de las unidades centrales de las cordilleras béticas; la mayor parte dentro de las unidades del Campo del Gibraltar (sobre todo en la del Aljibe), con formaciones estructurales-denudativas (relieves montañosos de plegamiento en materiales sedimentarios conglomeráticos y rocas granulares en general y colinas y cerros estructurales margas, areniscas, areniscas silíceas, lutitas o silexitas). Más al norte, aparecen las zonas subbéticas medias e internas (sierras de Grazalema, serranía de Ronda), con formas kársticas de modelado superficial y formas denudativas de cerros con fuerte influencia estructural en medios inestables y formas estructurales-denudativas de relieves montañosos de plegamiento en materiales metamórficos en medios inestables. Los materiales predominantes en estas zonas son sedimentarios: calizas, margas, margas yesíferas, areniscas y dolomías. Al norte de Ronda aparece un importante sector sobre una depresión posorogénica en la que aparecen formas denudativas en colinas con escasa influencia estructural en medios estables y materiales sedimentarios: calcarenitas, arenas, margas y calizas, como es el caso de la Sierra de Los Merinos y pequeñas sierras  como las del entorno de  Cuevas del Becerro, Cañete la Real, Serrato, Teba...
Una vez finalizada la identificación de toponimia de sierras y localidades varias 360º a nuestro alrededor, desde tan magnífica atalaya encaminamos nuestros pasos dirección Este, buscando el descenso mas asequible.
 Entre el gran lapiaz sobre el que caminábamos no faltaron ejemplares de mandrágora. Una planta con propiedades mágicas según cuentan las lenguas antiguas.
 Al poco de iniciar el descenso, nos encontramos con un primer tramo escalonado por el que poodemos ver a nuestro amigo Jorge de negro, siempre valiente y dispuesto en todos los tramos exploratorios, pero no hay que tener prisa por tomarlo, pues finaliza en un talud demasiado vertical, siendo recomendable ampliar un poco la curva en nuestra trayectoria descendente, sin prisas por acortar el recorrido, pues de hecho, nos encontramos en el tramo de mayor belleza de la ruta.
 Yes que si el haber estado en la torre tiene un gran aliciente histórico y paisajístico, no es hasta mediación de la bajada, cuando comenzamos a disfrutar con la grandiosidad de estos tajos, que  compiten en belleza salvaje con las montañas mas escarpadas, en contraste con el dócil perfil de las tierras de labranza que lo circundan.
 Otro de los alicientes que tiene este tramo de la ruta es acercarnos a visitar las dos cuevas o mas bien, abrigos rocosos (que parecen cuenas desde la distancia) y que se encuentran justo debajo de la antigua torre. Hasta allí se acercaron nuestros intrépidas compañeras: Herminia, Carmen, Arnaud y el debutante Alfredo "Breaking bad" que apunta muy buenas maneras.
 Salvo un paso con algo de vuelo, el descenso no tienen ningún peligro. Tan sólo la incomodidad propia del tránsito por los grandes canchales, donde conviene ayudarse de las manos, y hacer algún que otro "autoculing" cuando llegamos a un par de escalones de mas un metro de altura.
 Sin llegar a ser un descenso peligroso, si requiere de cierta experiencia en montaña, especialmente por terrenos escarpados donde la fuerte pendiente, requiere de técnicas de frenado y contención para no resbalarnos ladera abajo, de hecho varios compañeros nos pegamos un buen resbalón y quién no cayó al suelo en mas de una ocasión, estuvo apunto de hacerlo. El ímpetu y a veces la temeridad de un Jorge, siempre valiente, le hicieron recuprer su antiguo apodo de "Aterriza como puedas" (abajo, de negro).
  Una vez que llegamos abajo, hay que volver a superar una de esas escaleras que nos permite pasar al otro lado del vallado, donde ya enlazamoscon la pista terriza que pasa a la espalda del cortijo Viján, aprovechando la ocasión para hacernos la foto frente al cerro Viján y su cueva, con la bandera que nos une a todos, en estos días convulsos del desafío soberanista catalán.
 La mencionada pista terriza nos conduce hasta unas tierras de labor dedicadas al cereal, junto a las que pasamos en fila india, sobre rodaduras de tractor.
 Mas tarde llegamos a la zona de olivar que coincide con la primera parte de la ruta, donde nos encontramos con este pozo.
 Finalizando el último trecho por carretera, para evitar un último vallado. Si bien, debemos evitar en la medida de lo posible, caminar por esta carretera, pues a penas tiene arcén, sobre todo, si vamos acompañados de niños, aunque no era nuestro caso.